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dissabte, 24 de novembre del 2007

Navegando a la Estima


En cualquier reunión de jóvenes cinéfilos, si uno empieza una frase diciendo: Ken Annakin....., lo más probable es que en la mente de muchos contertulios surja, inmediatamente, como continuación, la palabra "Skywalker"...

Es el resultado del homenaje que George Lucas rindió, a su modo, al verdadero y real Ken Annakin , veterano cineasta británico, director y guionista.

En el año 1965, la Twentieth Century-Fox decidió, con muy buen criterio, presentar una película de aventuras; también una película en clave de comedia, de humor blanco; una película con un reparto internacional, plagado de buenos intérpretes, aunque no grandes estrellas; con algún condimento romántico, y algún personaje decididamente libidinoso, por no decir lujurioso; pero, lo que dotó a la película de todo su ambiente, su característica más relevante, fue la decisión de contar toda esa amalgama en torno a unos pioneros, aquellos..., aquellos..., aquellos..., AQUELLOS CHALADOS EN SUS LOCOS CACHARROS (Those Magnificent Men in Their Flying Machines or How I Flew from London to Paris in 25 hours 11 minutes, 1965)

Se nos relata la historia de una competición propulsada por un magnate de la prensa británica, inducido por su hija y el muy "british" novio de ésta, en la idea de favorecer el contacto entre los pioneros de la aviación del mundo entero, en el año 1910, una época anterior a la Primera Guerra Mundial, en los albores casi de la aviación.

La convocatoria se abre a todos los audaces pilotos del orbe, con el reclamo de un jugoso premio y el ansia de todos los participantes de aprender de sus compañeros de afición y vocación, al tiempo de pretender el honor para su pais.

Es una carrera de Londres a Paris, con escalas, naturalmente, siendo una conmoción mundial la convocatoria al pretender cruzar volando el Canal de la Mancha, que había sido ya superado en viaje desde Calais a Dover por Louis Bleriot en 1909, lo que azuza, si cabe, más aún, el orgullo británico de superar la proeza.

Naturalmente, el reto concita de forma unánime el deseo de todos los aviadores que acuden desde toda clase de lugares y naciones, como Alemania, Italia, Francia, U.S.A. y hasta del lejano Japón.

Lo que otorga a la película un halo especial, aparte de un guión muy bien estructurado, en el que caben toda clase de chanzas entre los representantes de los diferentes paises, es el cuidado extremadamente lujoso con que se nos presentan las máquinas: de entrada, el coche del magnate de la prensa es un Rolls Royce Silver Ghost, todavía en activo, siendo modelo original.

Pero lo que colma de satisfacción al cinéfilo amante del aire es la impresionante colección de aviones de época, réplicas construidas amorosamente y con gran eficacia de modelos históricos de la aviación, que vuelan de verdad, permaneciendo algunos de ellos en colecciones que preservan la memoria de la aviación, participando actualmente, en forma ocasional, en algunas exhibiciones:

Vemos un AVRO, un impresionante BRISTOL BOXKITE, un bello ANTOINETTE IV, y un sorprendente SANTOS-DUMONT DEMOISELLE; este último, antesala de los actuales ultraligeros, no pudo elevarse en las pruebas previas a la filmación, pues su motor, réplica del original, no podía con el peso del piloto; entonces cayeron en la cuenta que su inventor era un hombre de pequeña estatura, y confiaron su pilotaje a una mujer, que consiguió volar sin problema.

Annakin nos introduce de forma amable en lo que podría ser el ambiente de los pioneros de la aviaciòn, gente con una pasión común: volar, elevarse por encima del terreno y del mar: sentir esa sensación de libertad que otorga el rodearse sólo de aire, desplazarse sin trabas. Volar.


Con la presentación de los caracteres, individualizados en arquetipos un punto humorísticos, estirados, marciales, enamoradizos, obsesionados todos ellos por volar, Annakin nos hace simpatizar con todos ellos, acabando por carecer de importancia cual de ellos vaya a ser el ganador de la competición, pues todos, con su idiosincrasia, pero con el común denominador de la pasión por volar, todos, digo, se nos hacen simpáticos, y lamentamos como propias las desdichas que a algunos puedan sucederles, incluído el militar alemán que se anima a sí mismo tarareando marchas marciales mientras lee el manual de vuelo.



Las imágenes de la competición son muy bellas para el amante de los aviones, ya que son reales, excepto los primeros planos, lógicamente, y puede el aficionado disfrutar de las evoluciones de unos aparatos que, en el mejor de los casos, alcanzan los cincuenta kilómetros a la hora en vuelo estabilizado.

El curso de la carrera lo realizan los pilotos navegando a la estima, naturalmente, al carecer de otro instrumento de navegación que no sea una simple brújula en algún caso: ya la organización, previsora, les ha facilitado un mapa, marcando las vías del tren que, ya en Francia, deberán seguir para llegar a Paris.


No todos llegarán a la meta y dificultades aeronáuticas aparecerán de improvisto, aunque, película amable al fin y al cabo, nadie sufrirá daño alguno.

Es pues AQUELLOS CHALADOS EN SUS LOCOS CACHARROS una película muy entretenida, placentera, que obtuvo gran éxito en su momento, al punto de promover una serie de dibujos animados que duró unas temporadas; su eficiencia se demuestra al comprobar que, pese a su duración de más de dos horas, al cinéfilo absorto, le parecerá un suspiro, y al amante de los aviones, corta.



p.d.: Dedico este comentario, con todo el dolor de mi corazón, a mi amigo Ferran Cardona, que me animó a emprender un cursillo de iniciación al pilotaje; luego él siguió adelante, quedando yo en tierra. Hace apenas dos meses, disfrutando de su título de piloto privado, su gran vocación, la mala fortuna me arrebató a mí al querido amigo y a su familia un esposo y padre ejemplar, siempre atento, siempre sonriente. No me hago a la idea de su ausencia. El multitudinario entierro que tuviste, Ferran, me parece una pesadilla.
Que tus alas, las de tu corazón y las de tu alma de piloto y buen hombre, te hayan llevado donde tú hayas querido.


2 comentaris :

  1. Muy bueno el post, y muy interesante la info que manejas. No conocía a Ken Annakin.
    Di con este blog por casualidad, pero ya me lo agendo para futuras visitas.
    Saludos!

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  2. Bienvenido, planocenital, y gracias por la visita y el elogio.
    De Annakin también puedes ver otra muy famosa en su época, totalmente distinta, la bélica El Dia Mas Largo.

    Saludos.

    ResponElimina

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