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dijous, 24 de gener del 2008

Uno de los Grandes




Vemos a un apuesto joven, Johnny Case, bajar de un taxi rogando al conductor que espere; lleva dos maletas y se introduce en un edificio; llama a una puerta, sin obtener respuesta; en el interior, sentados confortablemente, Nick Potter y su esposa Susan, están leyendo, rodeados de libros y papeles; oyen el timbre repiquetear; Nick asegura oir el timbre, pero no espera visita alguna; Susan, tranquilamente, afirma no tener mayor interés en la llamada, que arrecia. Johnny, en la puerta, impaciente, a voces les llama y golpeando con los pies la puerta, reclama le abran.

Los esposos Potter, al reconocer la voz, jubilosamente se precipitan a abrir la puerta, abrazándose y besándose con Johnny, que llega de unas vacaciones: "os dejo aqui mis maletas y me voy, pues me espera mi prometida"

"¿Cómo tu prometida? pasa y cuéntanos; no te habrás precipitado... debes tener cuidado con esas cosas; le retienen, abrazándole, hasta que Johnny, dando un brinco y una voltereta, asegura haber hallado al amor de su vida y se va, prometiendo regresar para contar todo con calma.

Johnny, en el taxi que le ha llevado, pregunta al conductor: "¿esa es la dirección que le di? Debe trabajar aquí; no me lo explico" Y, ante una mansión más que señorial, casi un palacio de cuatro plantas, opta por llamar a la puerta de servicio, preguntando por su amada Julia Seton: el mayordomo, sorprendido, le asegura: "los amigos de la señorita Julia no suelen entrar por aquí: entran por la puerta principal."

Con este inicio tan inteligente el Gran Director George Cukor sienta las bases de lo que va a ser una comedia romántica con tintes de crítica social nada soterrada; aunque algo amable, provista de cargas de profundidad revestidas de sofisticados diálogos fruto de la labor de Donald Odgen Stewart, que guionizó la obra de teatro ideada por Philip Barry, que tomó en España el título Vivir para Gozar (Holiday, 1938 )

Cukor, que pechó con la fama de "director de actrices", quizás por su condición de homosexual confeso, es el único director que, con su excelentísima forma de dirigir intérpretes, consiguió nada más ni nada menos que cuatro galardones Oscar para cuatro actores diferentes, en cuatro diferentes películas, récord no alcanzado por ninguno de sus colegas.

Hoy, 24 de enero de 2008, se cumplen 25 años del fallecimiento de Cukor.

Habiéndose iniciado en la dirección en 1930, ya en 1938 Cukor sabe adelantarse a su tiempo y construir una crítica social bajo el empaque y la apariencia de una alta comedia, preludio de otras obras posteriores y más conocidas.

Johnny (Cary Grant) se muestra completamente azorado cuando comprueba que se ha prometido en matrimonio con una joven de la alta sociedad neoyorquina que vive en un palacio con unas dimensiones que le hacen parecer, según su apreciación, un museo; sin vergüenza alguna, le confiesa a Julia (Doris Nolan) su error, asustado por la perspectiva de haberse enamorado de una mujer fuera de su alcance. Julia le presenta a su hermano Ned (Lew Ayres), dipsómano por convicción y necesidad y a su hermana Linda (Katharine Hepburn), quien se autocalifica como la "oveja negra" de la familia, joven independiente y rebelde contra las costumbres burguesas de la acaudalada familia.

La cuestión está en darse a conocer al patriarca de la familia, Mr. Edward Seton (Henry kolker) y pedirle la mano de su hija menor en matrimonio; Johnny coge el toro por los cuernos y, sin ambages, le cuenta a su futuro suegro que, desde los 10 años de edad ha trabajado incansablemente, en diferentes ocupaciones, hasta que en la actualidad dirige una división de una importante empresa, manifestando estar seguro de conseguir la felicidad de Julia.

Pero antes, hemos visto como Johnny hablaba con su futura cuñada Linda y le aseguraba que su máxima ilusión era ganar "unos miles" y abandonar todo, para averiguar quién era él, qué ocurría en el mundo y qué debía hacer en un tiempo tan cambiante, pleno de oportunidades, prefiriendo disfrutar un tiempo de su juventud y luego, ya maduro, emplearse a fondo en un trabajo cuya condición ignoraba por completo al presente.

Cukor tira torpedos a la linea de flotación del estilo de vida americano, el archisabido y archisobado "american way of life" y lo hace aplicando puño de hierro con guante de seda.

Provista la comedia de diálogos elegantes e inteligentes, vemos una clara confrontación entre el ideal calvinista de hacer dinero como única meta (Julia le dice: "verás lo divertido que te resulta hacer dinero") y la necesidad de disfrutar de la vida al tiempo que de búsqueda de una propia identidad, adornado todo ello con mordaces críticas a la alta sociedad, hueca de sentimientos, rígida en sus convencionalismos, que aprisiona a sus componentes en un mundo pleno de apariencias hipócritas (magnífico travelling lateral de los consortes Cram, primos de Julia, criticando ferozmente a quienes, distantes, saludan con amables palabras), lo que acabará en huída distorsionadora de la relación de Johnny con la familia Seton, pues la "oveja negra" quedará prendada de su independencia y libertad ("¿tanto se me nota? Sólo lo notamos los que te queremos") y decidirá amarrarse a él, encantado, para buscar la felicidad fuera de la cárcel de oro dominada por los intereses de los propietarios de la banca, presos ellos mismos de sus propios condicionantes sociales y de su afán por tener más y más.... dinero.

Con un trabajo actoral sobresaliente de la pareja Grant-Hepburn, muy bien acompañados por el resto del elenco, en la línea de los secundarios magníficos del cine clásico, Holiday, o Vivir para Gozar, es una muestra del talento que ya no abandonaría al recordado y llorado George Cukor


8 comentaris :

  1. Feliz Aniversario, Mr. Cukor.

    Aunque Historias de Filadelfia (y La Costilla de Adán) siempre tendrá para mi muchas más connotaciones y se contará entre mis favoritas, realmente tiene tantas películas míticas a sus espaldas que hubiera dado igual elegir otra.

    Un saludo.

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  2. Pues sí, Hatt: lo cierto es que dudé entre las dos que mencionas y al final preferí ésta, quizás por haberla descubierto hace poco y por ser, para mí, la que cronológicamente parece iniciar la madurez de Cukor, una especie de ensayo para Historias de Filadelfia.
    Un saludo.

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  3. Ay, Josep, ya sabes de mi debilidad por la pareja Grant-Hepburn, auténticos reyes sin sucesor de la screwball comedy. Holiday es una muy buena muestra de ello, con ellos en plenitud de facultades (y Cary presumiendo de sus habilidades de funambulista de cuando fue joven).

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  4. Es Cukor, compa Josep, uno de esos contados directores a los que tengo muy poco "controlados" (apenas he visto nada de él): reseñas tan excelentes como la tuya no hacen más que recordarme que he de ponerme, y mejor pronto que tarde, a la tarea.

    Un fuerte abrazo.

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  5. Ya esperaba, Alicia, tu comentario: esos dos empezaron con "La Gran Aventura de Silvia", que resultó un fracaso, a pesar de estar bajo la batuta de Cukor; curiosamente, apenas unos meses antes de Holiday crearon la inmarcesible "La Fiera de mi Niña", con Hawks, y luego, Historias de Filadelfia. Lástima que no trabajaran juntos en más ocasiones.
    Premio para tí por haber visto Holiday.
    Un saludo.

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  6. Amigo Manuel, gracias por tus lisonjeras palabras; desde luego, Cukor merece una revisión a fondo; incluso su "Viajes con mi tía" (hablo de memoria), con intervención de José Luis lópez Vázquez, vale la pena revisarla.

    Por no hablar, claro, de My Fair Lady, obligada, aunque no seas del "ramo" musical... :-)

    Un abrazo.

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  7. He visto todas las películas de Cary y Katharine,Josep, como te puedes imaginar, y me gustan absolutamente todas, La gran aventura de Sylvia Scarlett incluida, donde Cary por una vez estuvo mucho mas cerca de Archie Leach que de la imagen de Cary Grant

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  8. Tienes razón, Alicia, en la apreciación del trabajo de Cary en esa pelicula; su ambigüedad es una premonición del trabajo que luego haría en Suspicious.

    A pesar de ello, la pobre Hepburn recibió un -inmerecido- varapalo y fue una suerte que la RKO aceptara volver a producir una película con ambos juntos.

    Un saludo.

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