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divendres, 22 d’octubre del 2010

Cazadores y víctimas





Cuatro hombres: uno de ellos un veinteañero que está aprendiendo el camino de la vida: los otros tres, mediana edad, antiguos amigos.

Hoy quizás ya solo conocidos.

O socios.

O siquiera simplemente asociados por un interés común.

Puede que ni eso, ya.

El tiempo cambia muchas cosas. Para bien, y para mal.

Los que seguro van para mal son los conejos que viven en ese árido paisaje donde los cuatro han decidido plantar sus reales para divertirse cazando una calurosa tarde del estío de mil novecientos sesenta y cinco.

Una partida de caza particular de sencillas dimensiones pero con todos los elementos de una buena cacería: páramo propio, armas atronadoras, siervos prestos y bichos a los que apuntar y disparar.

Y crueldad. Bastante crueldad.

Con estos elementos como base de partida el entonces joven director Carlos Saura consiguió de su padre un préstamo de un millón de pesetas y habiendo convencido también al productor Elías Querejeta para que pusiera otro millón (un dineral en la época) agarró los bártulos y se trasladó durante cuatro semanas a un terreno que había visto casi por casualidad y que le inspiró el guión de una película que acabó titulándose La Caza, rodada en los días agosteños de 1965, como quien dice aprovechando las vacaciones, con escasos medios de producción y mucha voluntad y talento.

Una cámara Airflex y un travelling fueron los útiles con los que el llorado Luis Cuadrado trabajó a las órdenes de Saura sin que fuera necesario un solo foco; si acaso pantallas reflectoras y pare usted de contar, porque el sudor de los personajes era el propio, genuino, de Ismael Merlo, Alfredo Mayo, José María Prada y Emilio Gutiérrez Caba, esos cuatro cazadores que se reúnen a pasar el rato una tarde calurosa pegando tiros a los conejos sin importarles un ardite si tienen o no la mixomatosis, aunque a la hora de comerse la paella hay que vigilar el bicho que se cuece.

Cuatro cazadores que en la hora y media de metraje van desgranando sus propi
os pensamientos y el motivo por el cual se hallan en ése páramo caldeado, esa hondonada en la que los alacranes pasean y los conejos se ocultan en sus madrigueras protegiéndose del sol; ese terreno en el que todavía hay alguna gruta que oculta vestigios del pasado guerrero cercano en el que la lucha fratricida dejó restos visibles en las rocas horadadas; una tierra baldía, condenada por el duro clima y por la decisión de su dueño a destinarla a sus pequeñas cacerías de conejos, émulo ambicioso y envidioso de las grandes monterías: aquí solo hay un sirviente tullido y una niña que nunca recibirá más educación que la de servir: jornaleros de campos yermos que deben agradecer además el cobijo de cuatro piedras y un techo que se desmorona.

Los cuatro llegan en su Land Rover Santana provistos incluso de maletín con vasos de cristal y bebidas frescas y hielo, cargados de sed y de armas prestas a ser montadas y
disparadas.

Saura recrea en apenas cien metros cuadrados de campo abierto un lugar en el que los cuatro se sentirán comprimidos, apretujados, incomodados, provocando que la artificial familiaridad inicial recordando tiempos pasados, cese y deje paso a cuestiones personales que preocupan y alejan a unos de otros ante los ojos atónitos del más joven, que se convierte en una especie de mirón que ocupa el lugar del espectador por momentos.

Lo que se presenta como una tarde de diversión se va convirtiendo en un dislate violento verbalizado en diálogos cada vez más punzantes, hirientes, provocando una gran incomodidad.

Saura inserta unas imágenes cinegéticas reales que resultan violentas en grado máximo, por lo menos para el que no sea cazador. Cuenta Saura que Buñuel le aseguró q
ue hubiera usado conejos mecánicos. El efecto es desasosegante y seguro que hoy no se podría filmar.

Esa violencia es el motivo de la película: Saura realiza con esos escasísimos medios un ensayo acerca de la violencia humana: hay en los diálogos un cierto desprecio como antesala a la violencia; se apunta la lucha como superior a la caza que habrán de practicar menospreciando de antemano los conejos que van a morir para su diversión: en una frase de uno de ellos se enaltece la caza humana, del hombre por el hombre, como la más intensa, la mejor, la de
verdad.

La violencia soterrada sale a la luz en conversaciones banales y en confidencias apartadas y pugna por hallar una expresión física más allá de los gritos y las frases insultantes.

Poco a poco, Saura construye un universo de violencia tensa entre cuatro hom
bres que se hallan en un entorno agreste al que han acudido teóricamente de buen grado pero de cuya decisión todos, menos uno, demuestran arrepentirse.

Saura demuestra conocer los secretos de la planificación: primeros planos se alternan con planos generales muy descriptivos en unas secuencias rodadas en blanco y negro fa
stuoso gracias a los buenos oficios de Luis Cuadrado que sabe aprovechar esas luces altísimas y dominarlas a su conveniencia, incluso aumentando en ocasiones el contraste, probablemente gracias a un buen filtro rojo, aprovechando las escasísimas nubes de un verano seco con un sol que cae como una losa sobre los protagonistas, esos cuatro tipos perfectamente representados por ese pequeño grupo de actores españoles de los de antes, de aquellos que sabían pronunciar el castellano de forma perfectamente audible e inteligible y, además de vocalizar perfectamente, se permitían el lujo de entonar las frases conforme al estado emocional de sus personajes, verdadero escenario de una película que puede tener múltiples lecturas pero que, en palabras de su autor, desde el primer momento fue ideada como un ensayo alrededor de la violencia humana, sin connotaciones políticas -y partidistas- que luego le han sido añadidas por algunos, cuando en mi opinión su tratamiento, centrado en el ser humano y su entorno, hace que, tantos años después de su estreno, siga siendo actual, pues no ha envejecido nada.

Totalmente recomendable su revisión para el cinéfilo veterano para reconciliarse con el cine español de calidad y absolutamente imprescindible para el cinéfilo que aun no la haya visto, para comprobar que, efectivamente, ha existido un cine español de categoría universal que con dos millones de pesetas de 1965, un páramo y cuatro actores y sin subvención alguna, consiguió impresionar en Europa y Estados Unidos hace ya bastante tiempo a un público mucho más exigente que el de hoy.



Dedicada a mi amigo Paco "Killer", que me regaló el dvd de esta gran película junto a varios más de una colección de cine español.









18 comentaris :

  1. Obra maestra absoluta del cine español, de esas cuya ignorancia lleva a muchos a pensar que todo es "Cine de barrio", dramas de la guerra civil o comedietas urbanas sin sustancia. Excelente texto, Josep.
    Saludos.

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  2. Jamás el campo abierto fue más asfixiante. jamás.
    La considero una obra capital del cine español y una peli tan, tan complicada, que tengo pendiente desde hace meses abordarla en un relato, y no me atrevo a enfrentarme a ella, por miedo a no saber expresar las extrañas y crueles emociones que me invaden cada vez que la veo.
    Soberbia.

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  3. Qué excelente regalo te hizo tu amigo "Killer" y qué regalo le devuelves tú con esta elegante reseña.
    Haces bien en recomendar esta excelente peli española, y dices bien que hubo un tiempo que el cine español no necesitaba de subvenciones ni gaitas tártaras para hacer no ya buen cine, sino magnífico cine.
    Hay que ver todo ese cine, que no de barrio, para reconocer de lo que fuimos capaces y para que aprendan los que pueden hacerlo igual a poco que se esfuercen.
    Un abrazote.

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  4. Pues yo voy a quedar mal, pero a pesar de tu crítica y que no dejo de reconocerla como el clásico que es, para mí esta película ha envejecido mal. Tal vez esperaba mucho de ella cuando la vi.. No lo sé.. Lo cierto es que de otros "clásicos" también he esperado mucho al verlos y no me han defraudado. Tampoco lo hizo esta, pero no me pareció tan buena, sin más.
    Un saludo.

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  5. Muchas gracias, Alfredo. ¿Sabes que, hasta que vi al propio Saura decirlo, siempre había pensado que el rodaje se hizo en los Monegros? Parece que fue cerca de Aranjuez, pero de hecho, cualquier localización hubiera sido oportuna, por lo abstracto del resultado.

    Saludos.

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  6. Sí que es un guión complicado, Raúl: el propio Saura admite que el final era abierto y que algunas frases quedaron modificadas porque los personajes, en el mes de rodaje, fueron creciendo un poco sin control y la parquedad ayuda no poco a la sensación de la violencia presente.

    Como digo, muchas lecturas abiertas por la complejidad subterránea de cada componente de la partida. Muy sugerente, en definitiva y, para mí, imposible de resumir: tuve que cortar por lo sano porque me iba por los cerros de Úbeda....

    Saludos.

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  7. Pues sí, Antonio: es una suerte que algunos un buen día decidan que necesitan más espacio y que a mí me sobre (me sobra siempre para colocar devedeses donde sea) y que haya alguna joyita como ésta...

    Cuando veo el cine que se hacía con muchísimo menos dinero hace medio siglo en este propio país, me resulta más incomprensible el nivel actual y lo que ya es inadmisible es lo referente a los intérpretes.

    Un abrazo.

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  8. No te equivoques, David: aquí, en este sitio, nadie queda mal por decir lo que piensa.

    Esta no es una película amable de ver; es un pelín dura, y puede que en según qué momentos no acabe de gustar.

    Como sea, para mí es una muestra de un cine español que quisiera ver más a menudo en la pantalla grande de "mi cine", y no los bodrios que últimamente me trago.

    Saludos.

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  9. Una cosa es que nadie quede mal, y otra..
    ... bah dejó las bromas que hoy estoy espeso...
    No es que sea dura (que lo es)... Tendría que volver a verla, pero para mí ha envejecido por otros motivos. El ritmo, el machaque de tanto disparar conejos, el "mensaje"... No sé...
    Ahora, lo de que te tragas cada bodrio !que hay que ver! (bueno, en realidad, que no hay que ver), de aquí y de allí... Eso no te lo discuto (ja,ja)
    Un abrazo.

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  10. Pues no la he visto pero sé de su existencia. Lo mismo es porque el tema no me motiva nada nada..te creo cuando dices que sin apenas medios supera cualquier producción del cine español actual
    ( con alguna excepción que haberla hayla)
    de entrada si se les 'entiende' y vocalizan ya es mucho..pero tanta ' mala leche' y descuartize conejil ..! que no, que no voy a poder con ella. Me sirve como ejemplo de tu argumentación sobre que si se quiere se puede hacer cine no de barrio si no de 'campo'.
    ( chiste facil).

    ¡ Qué triste tener que remontarse tanto para encontrar una buena pelicula española..!

    Curiosidad ¿ no hay por ahí una peli norteamericana que se le acerca en la tematica ? Ilustreme ¡porfa Sr. Holmes !

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  11. Pues con tanta ambigüedad, David, no sé qué decirte.... :-)

    Si es cuestión de gustos, allá queden: pero para mí, de envejecer, nada de nada: si acaso la primera musiquita, porque luego es una sinfonía que acompaña muy bien la imagen y el contenido es intemporal.

    Saludos.

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  12. Las escenas de la caza, querida Milady, pueden llegar a resultar ofensivas y desagradables por su realismo y dureza y evidentemente Saura lo filma de ese modo con toda la intención y eficacia.

    Claro que, avisada, puedes cerrar ojos y oídos un par de minutos, pero, claro, no es lo mismo.

    Supongo, Irene A. que te habrá recordado las aventuras de unos amigos que también acaban en extrema violencia y dureza en la película Deliverance de John Boorman, pero son temáticas bastante diferentes. Es lo primero que se me ocurre, ya ves....

    Besos.

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  13. La del duelo de banjos supongo ¿no ? ¿John Voight y compañia?...Solo recuerdo el tema músical famosisimo country-folk...

    ¡ Gracias investigo por ahi !

    Besos Irene A.

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  14. Y una violencia que puede surgir en cualquier parte, y no me refiero a lugar. Por supuesto el hecho de que este en una caceria ayuda a entender mejor lo que se quiere decir. Pero sobre todo, la interpretación es lo que más nos deja desasosegados.

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  15. Esa digo, April, pero recuerda también que te aseguro que incluso te parecerá más violenta que la presente. Yo la vi en el cine hace años y me dejó bastante impresionado, y no he vuelto a verla...

    Besos.

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  16. Además, Alma, es una violencia seca, árida de sentimientos, porque aunque lo vas intuyendo, explota de repente y te deja pasmado, incrédulo.

    Una abraçada.

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  17. Pues para mi vergüenza, compa Josep, he de confesar que, siendo una obra señera de la historia del cine español, no la conozco (eso, que puede ser disculpable para cualquiera a quien el cine español le traiga al fresco, para mí, que presumo de ser "picapleitos de cabecera" de la "criatura", supongo que tiene bastante menos perdón; pero, bueno, tampoco dejo de dormir por las noches por culpa de ello...). Eso no le quita ni valor ni interés a tu reseña, que es magnífica, y da las claves fundamentales del film, que es de lo que se trata. A ver si "tapo el boquete", y ya puedo contrastar opiniones (aunque creo que a mí sí que me va a gustar...).

    Un fuerte abrazo y buena semana.

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  18. Me alegro que tu estoicismo ¿o tendríamos que hablar de senequismo? te deje dormir tranquilo, Manuel, porque desde luego que no hayas visto La Caza tan sólo puede perdonarse porque en la tele no suelen ofrecerla, aunque me parece que eres lector asiduo del periódico en el que mi amigo halló esa colección de cine español en la que la película vive, por lo que ya me extraña que tú no la adquirieras....

    Como sea, no dejes de verla, porque, seguro, seguro, que te va a encantar...

    Un abrazo.

    ResponElimina

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