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divendres, 18 de novembre del 2011

Un parque temático especial



No son pocas las películas que le dejan a uno con la sensación que, si el director se hubiera entendido mejor con el guionista, el resultado hubiera sido desde luego diferente y mucho más satisfactorio, porque rememorada la pieza queda un revoltijo de sugerencias que apenas se vislumbraron en pantalla y aunque la meditación ayuda, la semilla debe estar en el plantel de conceptos fruto del guionista que dosifica la trama confiando que luego, a oscuras, el respetable lo entienda todo a la perfección.

Esa sensación de un desacuerdo entre ambos personajes, importantísimos los dos, para que una película llegue a buen puerto se reconvierte en sorpresa cuando uno se percata que existe una identidad única y que las funciones de escribidor y mostrador, por llamarlos de alguna forma, concurren en el mismo individuo.

La bisoñez evidentemente es un coadyuvante decisivo para que un guionista, tomando por fin las riendas de la dirección de un largometraje basado en su propio trabajo literario, acaso lamente tiempo después su propio atrevimiento.

Quizás no haya para tanto en el caso de Michael Crichton, novelista, guionista y director de cierto éxito en televisión y cine que se estrenó como director cinematográfico con la película Westworld (1973) que se presentó entre nosotros con el aclaratorio título de Westworld, almas de metal.

El título español, como en tantas otras nefandas ocasiones, pretende aportar datos que en el original son apuntes más que abiertos: la trama escrita por Crichton nos refiere el fin de semana que dos amigos, John (James Brolin) y Peter (Richard Benjamin) van a pasar a un parque temático especializado en diversiones propias de adultos, donde los robots aparentan gentes de diversas épocas de la humanidad y se hallan dispuestos a lo que sea para servir de diversión a los ricos humanos que pueden permitirse la estancia en el lugar.

Crichton había dirigido una película para la televisión y después de ver en pantalla varias de sus narraciones al fin tuvo la oportunidad de dirigir para el cine su propia trama: hay pues una dualidad evidente ya que por una parte sabe perfectamente lo que quiere expresar y se percibe en la lógica de los detalles y en el mantenimiento del ritmo, pero por otra parte hay una sensación de liviandad, de ligereza excesiva en lo que vemos, debida principalmente a las carencias cinematográficas del novato que se inicia contando con más ganas que talento: en su historia particular, el Crichton escritor supera con creces al Crichton cineasta, como si el autor no se hubiera preocupado demasiado de auto proveerse de un guión técnico sólidamente confeccionado, confiando la suerte únicamente a la letra, olvidando que el cine es, sobre todo, imagen.

Pasados tantos años la cinta se sigue con interés que se mantiene en buena parte más por lo que cuenta que por cómo lo cuenta; a los citados intérpretes hay que añadir un hierático Yul Brinner que remedando una parodia trágica de los personajes del lejano oeste que incorpora en otras películas, representa un ciber pistolero que, un buen día, parece hartarse que le peguen tiros a mansalva y despliega fantásticamente una apariencia amenazante, ominosa y mucho más letal de lo que hubiesen querido algunos, pero no entremos en innecesarios soplos argumentales máxime cuando por todo cinéfilo es sobradamente conocida la dureza que el calvo Yul podía imprimir a sus personajes.

Porque en el escenario correspondiente al salvaje Oeste, los invitados al parque temático pueden beber, jugar a las cartas, enfrentarse a duelo revólver en mano, liquidar al matón del "saloon" y acabar entre las piernas de una lasciva bailarina dispuesta a todo. Como sucede en las cenas medievales, también.

Hasta que una chispa de rebelión nace en la población de robots hartos de ser sojuzgados, maltratados, violados y asesinados una y otra vez, cada fin de semana por una banda de ricos ansiosos de liberar sus frustaciones personales con esos perfectos muñecos (y muñecas) prestos a servirles a cualquier hora, una bacanal contratada, un carísimo desorden de sensaciones reprimidas.

La película, dotada de un metraje aúreo y una fotografía práctica en la usual pantalla ancha de la década de los setenta, ya en la fecha de su estreno dejó en este comentarista la sensación de que había más en el fondo que en la superficie: en una época en que las distopías eran habituales, la reducción de la trama a una ficción premonitoria de la posibilidad que las máquinas se alzaran contra los hombres no dejaba de ser una reiteración de tesis conocidas con la presentación de una película de acción bien resuelta: pero queda pendiente el certero tajo de bisturí que, ya desde el inicio, hiere la condición de esos adultos que acuden a un lupanar de lujo a satisfacer sus más bajos instintos con elementos que figuran ser humanos porque después del ritmo de las persecuciones y las huídas, después de la acción y el peligro, subyace con fuerza el hecho irrebatible que esos turistas han viajado para poder vejar impunemente a semejantes suyos. Aunque sean de latón por dentro. Y ahí, el bisturí del médico que no fue Crichton se detiene.

Puede que algunos la hayan visto a trozos, en la tele: recomendada su visión enterita y sin cortes publicitarios porque sus escasos 88 minutos hacen que realmente sea corta e incluso diría que su brevedad acrecienta la sensación de telefilm porque evidentemente, tratándose de una ópera prima, tampoco se gastaron mucho en decorados: aún con todos sus -leves- defectos, imperdible para el cinéfilo y más si degusta ciencia ficción de la buena.


Vídeo










14 comentaris :

  1. Pues ya no es que no la haya visto (que no la he visto...), sino que ni siquiera conocía de su existencia. Del Crichton cineasta solo he visto Coma, una fantasía "médica" protagonizada por Michael Douglas que ni me gustó ni me disgustó; ésta, desde luego, no tiene mala pinta, y la secuencia que nos ofreces con el video del enlace, dentro de su simplicidad (se resuelve, en buena medida, con un juego discreto de planos y contraplanos), no está mal en cuanto a pulso y ritmo. Si algún día coincidimos (ella en la tele y yo en mi sillón), igual llegamos a algo...

    Un fuerte abrazo y buen fin de semana.

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  2. Me gustó esta película, aunque creo que es más interesante en su primera mitad que en su camino hacia la conclusión. Y sí, creo que es más interesante por los temas que apunta y por la imaginación que contiene que por su calidad estrictamente cinematográfica (un poco también como la literatura del autor, sencilla y despojada de todo lo que no sea "contar"). Eso sí, en su haber hay que anotar la idea del parque temático cierto director habituado a las copias y los robos exprimió bien a gusto por otros lares, y también la cuestión humanoide, refrita luego hasta la saciedad.
    Un abrazo

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  3. Yo la recuerdo con mucho cariño. También, como han comentado antes, considero que la primera parte de la película; presentación de personajes y chispazo de la trama, es mucho mejor que el desarrollo y el desenlace.
    La recuerdo también con una fotografía muy televisiva, clara, diáfana, sin filtros o efectos.
    Si no estoy equivocado, la serie Los Simpsons la homenajeó en uno de sus capítulos.

    Raúl
    El alma difusa

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  4. No tengo ni la más remota idea ! ¨-¨
    Posiblemente he visto alguna imágen por ahí como tu dices...¡ vaya careto Mr. Yul Brynner !
    Parece una idea interesante como guión pero no sé si se deja ver igual de bien..pero sí tu "la avalas" me lo pienso. :-D
    Como no sé hacerlo de otra forma te paso éste enlace que es posible conozcas..

    Besos. Milady

    http://elapartamento-enparis.blogspot.com/2010/10/once-upon-time-in-west-erase-una-vez-el.html

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  5. Almas de metal es una estupenda película por el tema que toca y que anticipa al parte temático,tan el boga hoy.Parque jurásico también es un buen ejemplo,pero algo más alejado de nuestra actualidad.Es curioso,ahora que hay parques temáticos por todas partes,que no se realice ninguna película al respecto.Mira que es un tema inquietante.Larguísimas horas de cola para subirse a una atracción que dura treinta segundos.Todo es de cartón piedra,puro decorado a lo Hollywood.Figurantes que hacen de indios y están indignados,no por el lamentable trabajo,sino por sus contratos tan mal remunerados.Sonidos de aves de paraíso retransmitidos por altavoces ocultos.En Port Aventura,te registran por si llevas camuflado un bocata.Debes consumir por cojones en el interior.Me estoy extendiendo más de lo debido, pero es un tema que me interesa mucho.Quiero dejar aquí en tu espacio una serie de recomendaciones sobre este tema que tan sólo se ha dedicado la literatura.Inglaterra,Inglaterra, de Julian Barnes sobre un parque temático de Londres.Al final todos se quedan allí abandonando el Londres original, incluido los políticos.Y los cuentos del escritor norteamericano George Saunders,que trata de la vida de los que trabajan en dichos parques,incluyendo a los que se ocultan en los trajes de Michey Mouse y compañía.
    Perdona la extensión,amigo.
    Un fuerte abrazo.

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  6. La conozco y he leído sobre ella, pero todavía no la he visto (y sí, Raúl no está equivocado; la homenajearon en Los Simpsons; en un capítulo muy divertido). Algún día me pondré con ella...pero "creo" que es una peli que igual gusta más depende con qué edad la veas (y a mí me pilla ya un poco mayor)
    Un saludito.

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  7. De lo que estoy seguro, Manuel, es que si te la encuentras en la tele, no te vas a dormir: su aspecto te parecerá propio del medio, pero su esencia te llevará a unos cuantos años atrás, porque brinda ideas y eso cada día es más difícil de observar en pantalla.

    Un abrazo.

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  8. Es muy cierto, Alfredo, que la segunda parte, más propia de una cierta acción, pierde gas por la reducción del contenido.
    Ese director que apuntas ya tomó buena nota de ésta y luego no dejó de aprovechar una buena idea del mismo autor.
    Lo de los robots humanoides, incluso apareció en Blade Runner, fíjate, y nadie lo dijo nunca.. ;-)

    Un abrazo.

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  9. Buena memoria la tuya, Raúl: al repasarla de nuevo, esta vez forzosamente en la tele y pasados ya tantos años, caí en la cuenta que, seguramente por la escasez de medios, la apariencia formal es muy televisiva, sin grandes alharacas...

    Un abrazo.

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  10. Precisamente ese retrato tuyo, Milady, me recordó la existencia de esa película que ví en el cine hace años. Recomendada sin duda, yo diría que es un "must" para cualquier aficionada a la sci-fi.

    Y por supuesto que conocía el enlace que me indicas: ¿acaso no has visto mi foto en los comentarios? No sé, no sé...

    Besos.

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  11. Muy al contrario, Francisco: encantado de tu contribución al tema, mejorando el nivel.

    Sí que es un tema apasionante: hace muy poco leí en el periódico una entrevista a un ingeniero japonés acerca de cierto robot humanoide y de algunas preguntas -y respuestas- se deducía claramente que el uso sexual de robots humanizados no era ni mucho menos una cuestión utópica ni alejada de los intereses industriales y de inmediato me acordé de esta película, con esa primera parte que queda en apunte clarísimo pero sin ulterior desarrollo.

    A Port Aventura tan solo he ido en una ocasión hace ya muchos años, y nunca imaginé que su avaricia llegara al extremo de controlar las bolsas de los visitantes.... alucinado quedo...

    Un abrazo.

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  12. Creo, David, que esta película desde luego no es para niños, porque bajo su apariencia distópica se mantienen conceptos críticos interesantes y me parece que los infantes no alcanzarán ni siquiera a vislumbrarlos...

    Un abrazo.

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  13. Pasaba por aquí porque me gusta leerte y los comentarios estupendos.

    Te puedes imaginar mi respuesta ¿no? No la he visto, Josep, como tantas otras que pones y eso que últimamente estoy asombrada de las maravillas que me ha deparado el buscar unas y encontrar otras.
    Cuando quieras te recomiendo algún título, si me permites la osadía..:-))

    Besos!

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  14. Pues encantado de verte, Blanca: esta película no ha tenido mucha difusión, pero no por ello deja de ser interesante y seguro que, como apuntan los buenísimos comentaristas que tengo, ayudó no poco a inspirar otros productos. Píllala, si puedes.

    Me puedes recomendar lo que desees, Blanca, porque mi lista tiene páginas siempre disponibles: a veces :-) pienso que no lograré verlas todas.... ;-)

    Besos.

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