Carregant el Bloc...

dimecres, 22 de març del 2017

Beethoven & Dudamel





De casualidad en el último otoño, primeros de octubre de 2016, me enteré que Gustavo Dudamel y la Orquesta Sinfónica Simon Bolivar de Venezuela iban a ofrecer la integral de las sinfonías de Ludwig van Beethoven en una gira europea que se iniciaba en el Palau de la Música Catalana a mediados de este mes de marzo y de chiripa pude comprar entradas para asistir a la primera tarde, jornada del domingo 12, para escuchar la interpretación de la Sinfonía 3ª "Heroica" y también la Sinfonía 4ª.

Le tenía muchas ganas a esa formación, jóvenes director y orquesta, desde que les descubrí en youtube hace ya bastante tiempo y desde luego la idea de ofrecer las nueve sinfonías de Beethoven en un todo continuo me pareció excelente y excitante, con el único defecto que no iba a poder asistir a todos los conciertos. Supongo que habrá alguien que sí lo hizo asistiendo al Palau en las cinco jornadas, pues el domingo 12 interpretaron las Sinfonías 1ª y 2ª, con el regalo de las oberturas Egmont y Coriolano en una jornada matinal, por la tarde las citadas, el lunes 13 la Sinfonía 5ª y la 6ª "Pastoral", el martes día 14 las sinfonías 7ª y 8ª y el miércoles cerraba el experimento con la Sinfonía 9ª, acompañados los músicos por el Orfeó Català y el Cor de Cambra del Palau de la Música.

Cualquier aficionado a la música clásica será capaz de comprender que, después de asistir al segundo concierto, me entraron unas ganas tremendas de lamentarme por no haber procurado obtener entradas para todo el ciclo y hete aquí que, llegado a casa abro mi correo y me encuentro publicidad invitándome a ver, en streaming, el concierto a que acababa de asistir.

Tiempo me faltó para entrar en es.medici.tv y comprobar que, gracias a que me había suscrito hace un tiempo, simplemente ingresando una dirección electrónica y una contraseña, podía ver en diferido -y durante cien días- y gratis el concierto que acababa de ver y ¡olé! también el que habían ofrecido a mediodía.

Y por menos de diez euros, podía suscribirme por un mes y asistir virtualmente en directo a los cuatro conciertos restantes. Ni lo pensé. Bueno, sí: pensé que, ante una actitud empresarial semejante, lo menos que podía hacer era darme de alta por un mes.

Aparte del inmenso placer experimentado con ése ciclo sinfónico -que me había procurado yo mismo hace años adquiriendo todas las sinfonías interpretadas por Karajan y la O.F. de Berlin, vinilos que todavía escucho- que cualquier melómano tiene a su alcance por tiempo determinado gratis, sólo con proceder a la inscripción en es.medici.tv, hay alguna consideración que me ha estado hirviendo y mareando y que tengo que sacar y llevar al papel:

Es de agradecer a los actuales gestores del Palau de la Música su buen tino en ofrecer la sala para iniciar este ciclo sinfónico que probablemente acabará siendo reconocido como excelente e histórico, pues tamaña empresa no se acomete ni siquiera cada lustro, que yo sepa. No sería mala idea que la temporada que viene se hiciese lo propio con otro compositor...

El Palau, de rebote, obtiene un prestigio multitudinario, porque al acordar la retransmisión en vivo -y luego en diferido, y gratis por cien días,no lo olvide nadie- con la empresa medici.tv, entra merecidamente en el circuito de música clásica de primera categoría, en un sitio dedicado a la cultura musical con una visión que aúna de forma excelente el negocio y la cultura: muchos deberían tomar nota de la forma de proceder de medici.tv.

Las retransmisiones, producidas por Camera Lucida, con un buen trabajo de Corentin Léconte como realizador, siempre atento a los músicos intervinientes en cada momento, emplazando las cámaras y moviéndolas con agilidad, son un modelo a seguir, con un sonido espectacular, y eso que no puedo verlo ni oirlo en HD a causa de la escasa velocidad de mi conexión a internet.

Chapeau para France Televisions -televisión pública gala- que aprovechando el evidente desinterés de la televisión pública catalana y española aparece como promotora de la retransmisión: aseguraría que apareció el martes, pero no puedo probarlo, porque ya su rótulo está en todos los vídeos.

Y malditos sean por vagos, inanes, ignorantes, todos aquellos que en este país viven supuestamente dedicados a la cultura (y cobran por ello), porque no hay atisbo de interés ni en TV3 ni en TVE, sendas televisiones públicas pagadas con nuestros impuestos, de tomar en consideración un acontecimiento semejante.

Y vagos, ignorantes e inanes todos aquellos politicuchos que se llenan las bocas de la palabra cultura cuando hay elecciones pero que ahora, que se sepa, no han siquiera interrogado ni al Conseller de Cultura de la Generalitat de Catalunya ni al Ministro de Cultura de España para que nos digan porqué han dejado pasar, como si nada, la oportunidad de apoyar una manifestación cultural que estará durante años siendo vista por miles de melómanos de todo el mundo, porque ése ciclo de Beethoven lo va a ofrecer Dudamel con la Simón Bolivar por tres países de Europa y cabe suponer que luego en América, pero desde luego, la grabación ya está hecha y no va a ser fácil que se repita.

Mucho hablar y poco hacer, como siempre. Y no digo que hubiese sido diferente el tratamiento de tratarse de un partido de fútbol, porque, evidentemente, quien esto lee ya lo sabe sobradamente.

Ya me gustaría ver a quien le corresponde (lo aclaro, por si las dudas: a toda la oposición) requerir a quien manda por una mayor contribución a la cultura. Mucho me temo que ése negociado está vacante, pues no interesa que la ciudadanía sea culta: mejor tonta y maleable, claro está.

Ya lo sabíamos porque pasa con el cine, pero ante oportunidades como la presente, comprobar cómo se desecha tan impropiamente, produce un sentimiento de inenarrable incomprensión, de frustración, máxime cuando el vecino, viéndolas venir, ocupa el lugar que no debería pertenecerle.

Si es que además de ser vagos e inútiles son tontos.

Inexcusable.

Consuélate mientras puedas: Ciclo de Sinfonías de Beethoven











8 comentaris :

  1. Como muy bien decías en tu anterior entrada...esto no podrán arrebatartelo. La experiencia en vivo y en ese marco es de las que no se olvidan facilmente.
    Sobre los diferentes responsables públicos...pues que decir...son criterios opinables Josep... ellos tras meditarlo minuto y medio no opinan como tu, prefieren colocar en horario de máxima audiencia en en tve el programa de un tal Cárdenas...que no es precisamente un programa musical ni cultural ni...bueno no sé muy bien lo que es x que mi escaso intelecto no me permite llegar a entender según que cosas pagadas con dinero público...
    Gracias x el regalo, se agradece...un abrazo

    ResponElimina
    Respostes
    1. Celebro que lo aproveches, Víctor: tengo para mí que esos de medici deben ser alienígenas, pues no conozco otro sitio donde se ofrezca cultura gratis como anzuelo para obtener clientes.
      Los otros, los de aquí, pues ya se sabe.... lo cual no me libra del berrinche ante la insensatez y la inopia...
      Un abrazo.

      Elimina
  2. Comparto tu devoción por la música clásica, amigo Josep. Precisamente Beethoven es al que más escucho últimamente. Hace mucho tiempo que me obsesionó su Sinfonía Nº 9. Cada noche, me introducía en las gélidas sábanas del insomnio y la escuchaba por necesidad apremiante. Verás, todo esto tiene una explicación, amigo mío. El viejo Beethoven, por aquel entonces, estaba muy mayor, sordo, enfermo y desacreditado por todo el mundo. Ésos últimos tiempos que le tocó vivir eran muy similares a los que nos ha tocado vivir a nosotros, es decir, un mundo vulgar, achulado, prepotente, vanidoso, esquizoide, primitivo, ignorante hasta el insulto, chabacano e insultante (hay que ver las redes sociales para saber cómo se expresa el vulgo arropado por lo anónimo y lo seudónimo, la incultura y la cobardía), en fin, que el músico más influyente del siglo XX, y todos los que están por venir, en su deplorable estado físico, compone su Novena, y alza el Himno a la Alegría a la lúgubre humanidad. Ahí tenemos también su Sinfonía Nº 5 y su famoso arranque "Allegro con brio", que se inspiró en el "brío" que tenía su casero cuando llamaba amenazadoramente a su puerta por los impagos del alquiler, o su maravillosa Sinfonía Nº 6, de cuya "Pastoral" enaltece los más nobles sentimientos campestres, tan y tan lejanos a cuando nosotros íbamos al campo para el día de la Mona, con peleas familiares, paellas echadas a perder por un balón de plástico con la cara de la Heidi dentro del sofrito y aquellos padres barrigones que dormían sus largas siestas bajo un pinar, hoy desaparecido, por la especulación inmobiliaria, o los fuegos forestales producidos por lo irracional del ser humano. Sí, amigo Josep, nada que ver con la “Pastoral” de ese genio de rostro con malas pulgas y cabello a lo Jordi Savall en las tardes de estío en el Grec (y eso que el tío cobra). Yo descubrí la Sinfonía Nº 6 en la película Fantasía, de Disney, que la sigo defendiendo porque la veo, de vez en cuando, bajo los efectos de una botella de vino tinto algo peleón que la economía no da para más, al mismo tiempo que mi casero llama a la puerta sin perder comba, pero yo no soy Beethoven para sacar algo en claro de todo esto, y según para qué, me gustaría estar sordo como una tapia. Y voy terminando, que ya sé que soy muy pesando y algo barroco. Me gusta la música barroca, sobre todo Pachelbel, Purcell, Albinoni, Telemann, Gluck y Boccherini. Nada de Richard Wagner, que como dijo Woody Allen, cuando se escucha a este tipo dan ganas de tomar Varsovia. Mucho Chopin y sus nocturnos, aunque mucha gente lo asocie a más de un anuncio televisivo. Nada de Maurice Ravel y su maldito Bolero porque siempre es lo mismo; una paranoia repetitiva. También me gusta Après la pluie… de Satie y sus simples e infantiles temas musicales, tan infantiles como los maravillosos cuadros de Paul Klee. Una exposición de ambos a la vez sería maravillosa. Y Bach, ay, mi admirado Bach. Él componía su música para Dios (un ectoplasma caducado) y luego vino Beethoven y compuso para el ser humano (un ser caduco); es como Shakespeare en lo grandilocuente y Bukowski tocando en el serrín sucio de los bares.

    Y nada más. Que sepas que siempre visitaré tu espacio, amigo Josep. Y sí, va siendo hora de que tengamos un encuentro. Ay, tengo tantas cosas que decirte. ¿Quién lo diría, verdad?

    Un fuerte abrazo.

    PD: Por cierto, ese tipo de la batuta se parece a Boris Izaguirre.

    ResponElimina
    Respostes
    1. Del Bolero de Ravel, querido Paco, recuérdame, cuando nos veamos, que te haga un apunte.
      Beethoven con su Pastoral, interpretada por Stokowski como base a los dibujos de Disney en Fantasía, fue mi entrada en la música clásica, así que fíjate, amigo, si coincidiré contigo: después de tantos años, celebro que el cine -de animación, pero cine- me llevara al mundo de la clásica: mi primer vinilo del género fue, como no, la Pastoral, intepretada por Karajan, y luego, poco a poco, fueron llegando el resto, hasta cumplir con las nueve sinfonías. Así que el evento que hoy traemos a colación, era ineludible y ha resultado, además, inolvidable y provechoso.
      Un abrazo.
      p.d.: igual tienen el mismo peluquero.....

      Elimina
  3. A ver quien es el guapo@ que te discute el argumento...tu eres el que está más cerca del Palau y de la batuta...
    :D

    Besos. Milady

    ResponElimina
    Respostes
    1. Discutir se puede, claro, pero estar más cerca, Milady, no va a ser tan fácil.... ;-)
      Besos.

      Elimina
  4. "con un buen trabajo de Corentin Léconte como realizador, siempre atento a los músicos intervinientes en cada momento, emplazando las cámaras y moviéndolas"

    Tengo un amigo blogger un poco cascarrabias que me mandé el enlace para el concierto, y confieso que lo estuve escuchando, pero no viendo, así que lo de los movimientos de cámara, no sé.

    El tratamiento de un partido de fútbol es diferente, claro.
    "...no interesa que la ciudadanía sea culta: mejor tonta y maleable, claro está."
    Y así se termina votando lo que se vota aquí, en los USA....

    Un saludito.

    ResponElimina
    Respostes
    1. Siempre es de agradecer, David, que el realizador no se limite a planos generales: así, por lo menos, verlo en pantalla tiene una ventaja; que se movían los cámaras puedo asegurarlo, porque uno incluso osaba meterse en el lateral de la orquesta, casi encima de los timbales... :-)
      De lo otro, ya se sabe...
      Un abrazo.

      Elimina

Los comentarios son lo mejor del blog. ¡Gracias de antemano por tu colaboración!
(Comentarios publicitarios son borrados sin dudarlo.)

Print Friendly and PDF
Aunque el artículo sea antiguo, puedes dejar tu opinión: se reciben y se leen todas.