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diumenge, 3 de febrer del 2019

Goya a capela




Las ceremonias de entregas de premios del cine, con ser éste un arte, me parecen una excusa para promocionarse y siempre me extraña que lo hagan tan malamente, aburriendo al personal sin misericordia; ello sin olvidar que trasladar la competencia de nominaciones y premios a un arte que siempre tiene un componente subjetivo, el de cada espectador por lo menos, me parece inapropiado. O sea, bien el autobombo y la propaganda, pero podrían aburrir menos.

Después de haber celebrado con la familia el centenario de mi padre, ayer no me apetecía en absoluto ni siquiera intentar ver un momento la gala de los Goya y menos con la previsión de triunfos que llevaba días dando vueltas: bien cierto que, ya que son premios jamás declarados desiertos, tenía que haber una ganadora.

Y la hubo, vaya que sí:



Por lo que se puede leer, fue un antes y un después.

Rosalía i el Cor Jove del Orfeó Català demuestran que cantando a capela, sin artificios, con talento, imprescindible, se puede hacer arte.

Luego, le dan el premio de mejor guionista ¡y director! al responsable de una película que emociona menos que un telediario.

Esto de Rosalía traerá cola..... y no sólo de faralaes.....








23 comentaris :

  1. Sin palabras,la voz,el juego de garganta,fíjate Josep que yo siempre,este tema lo escuché de los Chunguitos,pero la mujer tiene un timbre precioso,trasmite.

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    1. Esa niña, Ana, está revolucionando el mercado, que diríamos, y es un contento...

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    2. Que bonito, entre tu, y la, riqueza me quedo contigo.

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  2. Mi querido Josep; me gustaría que te imaginaras esta escena: tú ejerciendo de psiquiatra y yo de paciente. Tú, con las piernas cruzadas, bloc y bolígrafo en mano. Yo, tumbado en el diván. ¿Lo tienes ya? Vale. Empecemos. No he visto en mi vida la entrega de los Óscar, y mucho menos la de los Goya, y ya ni le hablo del Gaudí. Jamás. Luego, en mis enciclopedias caducas de cine tengo imágenes de algunas entregas de la codiciada estatuilla del Óscar. Siempre se ve muchos dientes de felicidad alzando a ese hombrecillo dorado. Yo tengo uno en mi estudio que me regalaron hace ya muchos años en esa tontería compartida llamada “El amigo invisible”. Todos lo somos en realidad. Es de plástico comprado en un bazar chino donde dice en su pedestal: “Al mejor tipo del año”. Y creo que también esta entrega es fallida. En fin. ¿Qué me pasa, doctor? Será la alfombra roja; un verdadero nido de ácaros. Será ese glamour hipócrita e insoportable, las limusinas, las luces cegadoras, la coca, etc.; y todo eso para presentar, en la mayoría de los casos, películas mediocres de cuyo presupuesto daría para realizar tres o cuatro buenas películas. ¿Qué me pasa, doctor? ¿Por qué ya no puedo ver grandes películas? ¿Por qué me siento tan mal cuando voy al cine? Es que a mí me importa un comino los trajes, las pajaritas, los vestidos de diseño y Buenafuente. ¿Por qué no meten todo eso (no a Buenafuente) en una película como hizo Ernst Lubitsch? ¿Qué me pasa, doctor? ¿Qué le está pasando al mundo? Creo que fue el año pasado cuando se anuló el premio Nobel; por lo visto había un violador con antifaz que iba por los pasillos del palacio metiendo mano a las mujeres de glamour literario. No había un ladrón en la alcoba, sino un grotesco personaje de revista pulp. No hace mucho, en los Goya, se dedicaron a robar en las habitaciones de los hoteles a las estrellas y me consta que no era Arséne Lupin. Y John Llennon y Yoko Ono anunciando a troche y moche los Goya tres meses antes. ¡Incluso en el cine! ¿Qué me pasa, doctor? Yo iba al cine ya a los nueve años completamente solo. Veía maravillosas películas de gente sucia subida a caballo atravesando un paisaje de polvo, indios, cactus, piedras y calaveras. Veía a gente con la ropa desgarrada surcando los mares y con la espalda llena de latigazos. A pobres y valientes hombres que hacían agujeros en la tierra para poder escapar de un campo de concentración. ¿Yo podría hacer uno y salir de este, mi querido doctor? Veía a detectives con las camisas arrugadas, sombreros ladeados, cigarrillos en la comisura de los labios con la mirada turbia y con más pasado que presente. A mí solo me gustaban las pajaritas si las llevaban Dean Martin y Frank Sinatra. ¿Sabe usted que todavía pongo discos de estos tipos y mis vecinos me llaman chiflado anticuado? ¿Qué me pasa, doctor? ¿Cree usted que me estoy volviendo loco?

    Un fuerte abrazo, amigo mío.

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    1. Querido Melmoth: muévete un poco y hazme sitio, que me tiendo en el diván contigo.

      No te estás volviendo loco: ya estás loco.

      Loco por el buen cine, la buena música y la buena literatura.

      Loco por el séptimo arte que, por ser el último, es la adición perfecta de sus predecesores y lo que te trae loco, a tí, a mí y a otros tantos, es la desidia y el abandono de un arte efímero que debería ver su vida prolongada en el ánimo del espectador, acabada la sesión, y resulta que encendidas las luces, con el primer parpadeo ya te has olvidado de lo que viste, tan leve señal deja en tí.

      Por eso se afanan en hacer mucho ruido y ya que la tendencia es a presentarnos películas de excesivo metraje huecas de contenido, no van a ser menos en las ceremonias de autobombo que, lógicamente, son también largas y aburridas. Porque ni se les ocurre que en el cine que veíamos de pequeños en el barrio, hora y media y poco más, pasaban muchas cosas que nos emocionaban, nos hacían reir y llorar, nos tambaleaban y sacudían y, afortunados nosotros, la entrada era de sesión doble.

      Lo que te pasa, amigo mío, es que eres un afortunado poseedor de memoria indestructible que te permite gozar del buen cine que has visto y la contrapartida es comprobar que ahora las buenas películas son excepciones que rompen la monotonía y tan difíciles de hallar como una trufa en un desierto.

      Si lo que has oído y leído de esos Goya te ha llevado a esa duda, prepárate, porque se avecina el vendaval de los Oscar. Bien mirado, uno aseguraría que todo este ruido es propio del tiempo de carnestolendas y este año, amigo, la Pascua cae en abril, así que paciencia....

      ¿Sabes porqué no puedes ver -en condiciones óptimas- grandes películas? Porque la época del cine-club sin tergiversaciones interesadas políticamente correctas ha desaparecido. Esta mañana veía en el telediario que algún bar de bocadillos estilo USA abrió toda la noche para que los parroquianos vieran en directo un partido de fútbol estadounidense. Pero nunca he oído que a nadie se le ocurra organizar el pase de El hombre tranquilo y luego tomar un refrigerio mientras se debate la película.

      ¿Porqué será?

      ¿Se nos quedará pequeño el diván, Paco?

      Un fuerte abrazo.

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  3. Esta canción la conocí por Poliladrón, una serie policial de por acá.
    Me gustó esta versión, que buena vos.

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    1. La canción, Demiurgo, la usó Carlos Saura para dar punto y final a su película Deprisa, deprisa de 1981 y le dió una publicidad merecida. Desde entonces ha tenido muchas versiones, pero la de Rosalía, con el coro detrás, es un puntazo.

      Un abrazo.

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  4. Por razones que no van al caso, voy a comentar sin haber oído la canción. En cuanto al cine...no te puedo hablar porque no se

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    1. De las dos ganadoras, Alí, seguro que tarde o temprano alguna se dejará caer cerca de donde estés en el momento que sea (y espero que no debas viajar) y juzgarás por tí mismo.

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  5. Pero en cuanto a la voz de esta niña...Es una belleza. De hecho, en mi blog. Ahora voy a proceder a oírla

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    1. Ya ves ahí ala lado que consta tu conocimiento de Rosalía, pero esta versión, inesperada,rompe ideas previas.
      Un abrazo.

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  6. Son ceremonias largas y claro terminan aburriendo. Son para ellos ciertamente y para el autobombo. Este año hubo algún detalle simpático, un discurso muy emotivo de Jesús Vidal premio al mejor actor revelación por Campeones y...un largo blabla..me quedé traspuesta más que dormida.

    Ciertamente Rosalía es de otro mundo. Pelillos como escarpias con esa actuación de la niña. Me quito el sombrero y aplaudo reverencialmente.

    No he visto ninguna de las peliculas premiadas.

    Besos. Milady

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    1. La solución, Milady, es obvia: quitar premios, reducir el conjunto: mejor película, mejores director, intérprete femenino y masculino, principal y de soporte, guión y sanseacabó. ¡Ojo! y con la posibilidad de declararlos desiertos.

      Para los otros, hagan ustedes su certamen de bandas sonoras, otro de efectos especiales, uno de labores artísticas y otro de técnicas y de lo que se les antoje, especialidad al máximo y brevedad. Empezaron añadiendo poco a poco y han seguido la estela de los oscar metiendo toda clase de bagatelas. Si a ello añadimos que el guión de la fiesta no puede ser bueno (¿cómo va a serlo si no hay un guión bueno en el cine más que de vez en cuando y de casualidad?) el resultado es el que es.

      En este caso, la aparición de Rosalía es una suerte y una maldición....

      No tengas prisa en verlas: más pronto que tarde las verás en la pantalla pequeña.

      Besos.

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  7. Ay por diooosss...! se me olvida lo más importante.
    Mil felicitaciones para ese padre centenario que tienes ( por otros tantos más) y para toda tu familia, que disfruta de compartir con él éste loco mundo.
    Las velas del pastel...¡no imagino su tamaño!XD

    Más besos. Milady

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    1. Pues muchas gracias, por la parte que me toca.

      Las velas de tamaño proporcionado, y el pastel grande, grande y rico rico, manufacturado por un amigo mío que es un crack de la repostería.

      Más besos.

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  8. Yo digo lo mismo que Abril. Felicitaciones para tu padre (y espero que esté lo mejor posible con esos años).
    Un abrazo.
    PD: Estoy con otra música para una entrada que voy a preparar ahora mismo y necesito tener sonando mientras escribo sobre el tema.

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    1. Pues muchas gracias, también, David. Estar, está muy bien y con la cabeza muy clara.
      Pues cuando acabes con esa música, ya disfutarás de la versión de Rosalía, sin duda.
      Un abrazo.

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  9. Canta muy bien, Josep. Y confieso que había visto un par de vídeos cuando pegó tanto lo de Rosalía y no es que fuera mi tipo de música (esta de ahora me va más, pero todavía estoy en modo Lerner&Loewe o musical hollywood y me ha costado entrar...que llevo unos días con otra "música")... pero canta muy bien (igual que el coro).

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    1. Supongo que Rosalía y su desarrollo va ligado a una producción sonora de primera fila: la idea del coro para una canción de ése tipo me parece arriesgada, brillante y muy efectiva. Y por lo tanto, merece que se le aplauda.
      Un abrazo.

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  10. Por cierto; estaba tan metido en mis paranoias que se me ha olvidado felicitar a tu padre. ¡Cien años!

    Otro abrazo para él.

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  11. Me ha gustado mucho esta versión de "Me quedo contigo", ¡y por fin se acordaron de Ibáñez Serrador! Lo último que supe de él es que quería rodar un remake de "La residencia".
    Yo creo que un pase de "El hombre tranquilo" tendría que hacerse en un pub irlandés, con mucha Guinness, Irish Stuff y un par de parroquianos liándose a mamporros.
    Felicidades por lo de tu padre. El mío habría cumplido los 100 el mes que viene de seguir vivo.
    Abrazos!
    Borgo.

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    1. Me apunto contigo, Borgo, a ese irish pub, pero las tortas que se las den otros y luego si eso ya les invitamos a un buen plato reconstituyente.
      Muchas gracias: el 19 debió ser un buen año...
      Un abrazo.

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