Sam Shepard
Definitivamente la parca está haciendo horas extras antes de, esperemos, irse de vacaciones en agosto.
Si hace unas horas sabíamos que se había llevado a Jeanne Moreau, esta tarde salta la noticia que se ha llevado también a Sam Shepard.
El polifacético estadounidense falleció con 73 años librándose de una irremediable enfermedad que le mantuvo limitado a él, espíritu inquieto e independiente que hemos visto en alguna super producción porque, desde luego, hay que comer y el excelente teatro que escribió tiene poco de comercial.
Muchos le recordarán como actor en Mud y en Killing Them Softly por citar dos ejemplos bastante recientes, pero donde realmente pasará a la historia del cine, probablemente, será en su labor literaria unida al cine: por suerte su exasperante experiencia con Antonioni en Zabriskie Point no le amilanó y siguió adelante.
Veamos los títulos de crédito de Paris, Texas y prestemos atención, porque la pieza es de Shepard, tanto como de Wenders o de Cooder:
Descanse en paz.
Un tipo tan interesante como fuera de lo común. Inconformista, independiente, tocando tantas teclas..una vida que parecía un guión de pelicula.
ResponEliminaOtro que se ha librado de una vejez miserable por la terrible enfermedad que no perdona.
Descanse en paz igualmente. Si se encuentra con Jeane estoy segura que no les faltará conversación.
Otro beso y buenas noches, sire.
Ciertamente, ha tenido suerte, porque su futuro no era muy halagüeño que digamos, Milady, y ya había vivido lo suyo, también.
EliminaMe quedo con las ganas de leer alguna obra teatral suya, porque la fama le precede, pero hasta aquí sus piezas son inéditas o casi.
Besos.
Aquí te dejo la carta que le escribí una vez al viejo Sam.
ResponEliminaYa ves, amigo Sam, la mayor paradoja del deseo no está en buscar otra cosa: está en buscar la misma después de haberla encontrado. Menuda mierda. La vida no es lo que uno quiere que sea. Antes, al contrario, la vida es la que le hace a uno; las circunstancias de la vida se estrechan a tu alrededor, cercándote, obligándote implacablemente a concretarse. No sé, en esto y otras cosas estaba yo pensando, cuando de repente dejé de sentir el menor deseo de seguir trabajando. Coloqué la cabeza entre las manos y permanecí allí, sentado, mientras los años regresaban a mi memoria: años llenos de vacío, de desagradables esfuerzos que no habían sido recompensados en absoluto. "Lo malo es lo cierto", escribió Larra, y "El secreto de la felicidad es darse cuenta de que la vida es horrible, horrible, horrible", según Bertrand Rusell. Con toda esta porquería en la cabeza se añade lo que te ocurrió hace pocos meses: fuiste detenido por conducir borracho. Pero recuerdo también que te detuvieron en 2009 por exceso de velocidad y llevar en las venas más alcohol que sangre. Borrachera y velocidad. Huida. La vida nos permite soñar mucho y luego no nos da tanto. Lo más notable, amigo Sam, es que nadie va a ninguna parte. Estamos perdidos en el vacío; no sabemos dónde estamos. "Nos aterrorizan y aplastan las trivialidades, nos devora la nada", decía Bukowski; el viejo Hank es siempre la misma mierda. Nosotros también. Por eso nos gusta.
Tus detenciones por tus borracheras y excesos de velocidad me hacen recordar que aún sigues siendo el cronista de la América más desolada y profunda; que eres uno de los últimos creadores de espíritu auténticamente renacentista. Desde tu debut, en 1964, con Cowboys; precisamente el país que describes en tus brillantes relatos; el viaje y los sentimientos: país de cowboys inquietos e inquietantes, de hamburgueserías y gasolineras en medio de la nada, una América que es puro paisaje fronterizo, más allá del cual no hay adónde ir, o adónde huir. Nada se parece tanto a la vida de la nueva humanidad como un reportaje publicitario del cual se ha retirado toda huella del producto anunciado. El mundo es feo y todo está roto. Nuestra civilización padece un agotamiento vital. El abatimiento y la apatía reina por doquier y el mundo es una franquicia en declive, una versión de saldo de cualquier ideología. ¿Sabes lo que pienso de América?, que no tiene nada fascinante, todo es práctico, pragmático, en función de la ganancia rápida. Aquel que mire a América verá que la nave se mueve a fuerza de estupidez, corrupción o prejuicios. "América es una gran payasada", dijo Walter Benjamin. Todo se reduce a soportar lo insoportable en esta civilización rancia y moribunda, amigo. Y yo vivo en un país zaragatero y triste. Al menos que la vida sea un sueño, nada tiene sentido. Pues, como realidad, es un fracaso en toda regla.
Tu colaboración con Bob Dylan en el álbum Knocked Out Loaded (noqueado pesadamente) me parece genial, sobre todo ese maravilloso tema titulado Brownsville Girl, que es una preciosa balada recitada por el último pistolero que ya no tiene cabida en el mundo moderno.
Tus relatos están repletos de personajes ambiguos balanceándose entre imaginarios pasados heroicos y acerbas realidades. Personajes que cabalgan verbalmente a través de los escombros del Oeste, en busca de sus identidades y de sus raíces familiares, que han desaparecido con el escenario de leyenda. Y, al no encontrar lo que buscan, utilizan sus sueños como armas arrojadizas. Quizá sea así como hay que leerte, como una travesía por el paraíso perdido de la propia vida que va quedando atrás. El gran sueño americano devenido pesadilla. Amigo Sam, la mejoría no es más que un pasajero temblor hacia arriba en una gráfica siempre descendiente, y nunca estamos salvados ni condenados y todos moriremos "en algún lugar de lo inacabado", como dijo Rilke.
No sé si este texto tiene algún sentido, Sam.
Un fuerte abrazo, amigo mío.
Muchas gracias, amigo Paco, por dejar aquí esas líneas que por el suceso devienen en sentido homenaje póstumo: resumes muy bien lo que conocemos del vitalismo de Shepard y de cómo volcó sus inquietudes en el papel y, de rebote, en el cine.
ResponEliminaUn abrazo.
Tengo un amigo que siempre dice que lo mejor de él es Jessica Lange...que esta sobrevañorado y que ni es buen escritor ni buen actor...cuestión de gustos....mi amigo le tiene cierta manía...yo no...aunque nunca me ha parecido un gran actor..Pero es de estos que llevan acompañando nos tantos años que en fin
ResponEliminaHe leído solo una cosa suya....y tiene su interés...Un abrazo
No es un gran actor, pero sí funciona bien como secundario, siempre en su marca y a tiempo, y tiene planta y se le entiende cuando declama, así que...
EliminaComo dramaturgo no lo conozco, pero parece que sus piezas son interesantes y bien escritas.
Dile a tu amigo que Jessica y él partieron peras hace tiempo yendo cada uno por su lado: eso sí le convirte en un tipo a estudiar...
Un abrazo.
En algunos papeles creo que está frnacamente bien, tanto como el principal. Comedido, natural. En otros, quizá menos, más forzado o repetitivo. En su papel preotagonista en Voyager (Homo Faber) está fenomenal. Y si lo nominaron al oscar al mejor actor secundario, igual no lo hacía tan mal.
ResponEliminaNo era mal actor, ciertamente, aunque quizás pase a la historia como escritor.
EliminaSaludos.