Una pipa mal fumada
En ocasiones la diferencia entre una película notable, imperdible u obra maestra y una película que simplemente engrosa el capítulo cada vez más exiguo del grupo que podríamos denominar como aprobado, sea a su vez justito, medio o alto, consiste en un cúmulo de pequeños detalles de cualquier tipo que demuestran el amor y cuidado que el director ha volcado en su obra buscando la perfección del círculo.
Luego la opinión de cada espectador se detendrá o no de forma consciente en los aspectos que más le interesen, desechando o no los otros.
Así, para algunos cinéfilos el apartado interpretativo carece de interés, mientras otros apenas terminada la exhibición olvidarán rápidamente la música que forma la banda sonora y ambos grupos serán vistos como extraños por aquellos que se extasían ante una bella fotografía.
Evidentemente, el cinéfago apetece la perfección en el todo y aunque ésa sea una rara avis, la búsqueda no cesa, y casi todos estamos de acuerdo en que una pieza redonda carece de aristas, de fallos siquiera poco perceptibles, que resistan un visionado exhaustivo y pertinaz, porque una cosa son las preferencias y otra la consideración del conjunto.
Cuando una película falla en algún apartado en opinión del cinéfilo, éste suele decir que "cojea".
Este preámbulo escrito sin pensar mucho puede resultar aburrido y provocativo, pero nace del sentimiento del que suscribe sin pararse a meditar si tiene o no razón: no es más que una opinión propia, en cualquier caso, discutible como todas y expresada sin ánimo catedralicio.
A lo que vamos: el Coronel Hans Landa (magníficamente interpretado por el hasta ahora desconocido actor austríaco Christoph Waltz) es un nazi fruto de la muy cinéfaga mente de Quentin Tarantino que arranca su última película con una radiante escena protagonizada a partes iguales por tan peculiar nazi (aunque no tan original como pretende Tarantino, como luego argumentaré) y un campesino francés que atiende por el nombre de LaPadite (Denis Menochet en una interpretación breve pero soberbia, injustamente olvidada), dueño de un caserón que de forma optimista presentan como granja.
Tarantino inicia su película con unas imágenes y planos que recuerdan algunos clásicos del western, sello de identidad del guionista y director que bebe constantemente en fuentes ajenas con muy buen gusto, eso sí: cinematografía muy eficaz aunque poco original, puntualmente muy por encima de sus coetáneos, a decir verdad, que parecen no haber visto jamás una buena película a la que imitar. Nada que objetar por mi parte a que la inspiración de una buena obra ayude a la creación de otra más moderna en el tiempo que no en ejecución gramatical.
Cuando la vi en "mi cine" hace unas pocas semanas, de repente algo no me acabó de cuadrar, dejándome perplejo: la representación que Waltz hace del nazi Landa es casi perfecta en la conversación que mantiene con su huésped LaPadite (¿he dicho ya que me parece soberbio Menochet, quien con muy pocas y brevísimas frases compone su personaje?). Es un juego del gato y el ratón, un juego opresivo y peligroso, donde el felino Landa runrunea amablemente mientras extiende sus afiladas garras relamiéndose de antemano por la presa que va a conseguir.
En un momento, LaPadite enciende y fuma su modesta pipa, una pipa de hombre con pocos recursos, seguramente provisto de tabaco de escasa calidad. Landa a su vez saca del bolsillo una magnífica pipa calabash que demuestra su distinción y clase: una pipa cara, provista de cazoleta de espuma de mar, como no podría ser de otra forma.
Una pipa que indica claramente que su dueño sabe lo que se debe hacer con ella y no precisa instrucciones para encenderla adecuadamente; una pipa que anuncia una larga conversación en la que Landa irá imponiéndose cada vez más a LaPadite....
Pero no: la pipa se apaga ella sola de inmediato y la conversación finiquita levantándose Landa de su asiento y volviendo a dejar la pipa en su bolsillo, acción que me dejó sorprendido, pues ni siquiera la vacía del tabaco que se va a estropear, amargando la pipa y obstruyéndola.
Eso nunca lo haría un fumador de pipa. Y menos de una calabash con cazoleta de espuma de mar.
La escena con que Tarantino inicia pues Malditos Bastardos (Inglorious Basterds, 2009 ) será, a pesar de ese nimio detalle, recordada indudablemente por los cinéfilos durante un tiempo.
A buen seguro que este detalle pormenorizado habrá pasado por alto a más de uno y a mí, me llamó la atención de inmediato.
Carecería de importancia si fuera el único pero me ha interesado resaltarlo porque me parece el inicio de una sucesión de olvidos a cargo de Tarantino, consiguiendo un conjunto que perjudica al resultado final. Tengo para mí que Tarantino nos ha presentado un producto que tiene algo que ver con su idea primigenia, pero que no se corresponde con el guión que, según cuentan, le ha llevado varios años acabar satisfactoriamente.
Quienes hayan visto la película pueden comprobar en este avance del guión que lo que Tarantino escribió no aparece íntegramente transcrito en pantalla: sólo un 98%, pero, desde luego, no aparece pipa apagada alguna.
Así que esa pipa mal fumada y peor guardada solo puedo entenderla desde un alejamiento momentáneo del espíritu de Tarantino, que descuida el detalle, porque aun siendo reiterativo afirmaré una vez más que todo lo que vemos en pantalla está ahí por decisión del que manda, que es el director. El máximo responsable.
Tarantino divide la trama en cinco capítulos claramente anunciados con cartelones sobre impresos. Los tres primeros son eficaces, bien rodados, expresivos, con un montaje preciso y dominio del "tempo". Ocupan poco más de sesenta minutos en total. El cuarto y el quinto resultan inacabables hasta alcanzar entre ambos noventa minutos y producen cansancio por el exceso.
Si habláramos de una pieza de teatro, diríamos que los tres primeros capítulos sirven para presentar los personajes; el cuarto, para formular el nudo y el quinto para el desenlace.
Aun admitiendo que la forma cinematográfica de presentación de los personajes es muy eficaz, Tarantino comete un error de principiante: como dicen los anglosajones, mete todos los huevos en un cesto.
Porque vierte toda su sabiduría de guionista en la creación del Coronel Hans Landa, creando un protagonista que no lo es en una película que eufemísticamente denominaríamos "coral", redundando en deprecio de los otros personajes, principalmente el mejor pagado, ese teniente Aldo Raine interpretado por Brad Pitt a base de subir la barbilla y esnifar rapé.
Ese Coronel Landa es el atípico nazi de formas elegantes que hemos podido ver en otras películas; sin ir más lejos, parece primo hermano del Comandante Erich von Keller que vimos aquí hace dos meses; su educación amanerada oculta un sadismo latente y letal pero así como en su modelo había un contrincante de mucho valor, Landa carece de enemigo a su altura, siendo el teniente Aldo un chapucero con increíble suerte; tan increíble, que pierde veracidad y acaba como una macabra representación de lo que no puede ser: una extensión de los héroes belicosos que en grandes clásicos de las guerras apenas pueden cumplir una misión provistos de un reducido número de especialistas; carece de realismo pretender que ocho tíos sin logística aparente puedan medrar y matar impunemente soldados enemigos hasta causar leyenda; hay una falta de lógica en esa pretensión de Tarantino. Una falta que no cuadra, porque el director de películas como Pulp Fiction y Jackie Brown no suele dejar cabos sueltos de tanta envergadura. Mejor dicho: no solía.
Háganme y háganse un favor: miren este enlace detenidamente.
Observarán, si descienden lo suficiente, que, por ejemplo, la gran actriz Maggie Cheung y Cloris Leachman aparecen en el elenco de intérpretes, pero seguro que no las recuerdan: sus escenas han sido eliminadas.
¿Tarantino soltando por la borda el reclamo que para el público asiático representa Maggie Cheung? Algo no cuadra, insisto.
Da la impresión que Tarantino ha presentado la película sin haberla acabado del todo. El montaje de la última hora y media es farragoso y tal parece que las tijeras se hubieran perdido en algún rincón recóndito, causando una lentitud -que no morosidad- que perjudica el resultado final.
Es cierto que Tarantino es un hombre de ideas brillantes, sean o no totalmente originales: tiene detalles que satisfacen al cinéfilo, claves que causarán un guiño cómplice en quienes las advierten, y son muchísimos, no todos de la misma calidad: el malo fuma (mal) en pipa y también cigarrillos (¿alemanes? ¡puaj![claro que, comparados con los gauloises..]) mientras que el ¿bueno?, Aldo, no fuma: pero esnifa rapé. Debe ser una broma tabacalera usoamericana.
Es un detalle que el detonante final sea, precisamente, material cinematográfico de solera: el cine como solución al problema.
Pero nos pasamos toda la película esperando que, en algún momento, se nos explique de donde caramba viene ese collar de ahorcado que luce Aldo: espera en vano. Quizás hallemos respuesta en el guión o en el dvd "extended" que seguramente se publicará algún día.
Si además tomáramos en serio la trama que se nos presenta, hay diferentes cuestiones que podríamos debatir; pero me parece que caer en disquisiciones filosófico-políticas frente a un guión de Tarantino es rizar el rizo y buscarle los tres pies al gato abriendo una vía que en ningún momento ha sido considerada por el autor del guión como de interés preferente.
Quedan en la retina y en la memoria escenas brillantes como la del inicio y la del interrogatorio de cenicienta (guapísima y eficaz Diane Kruger) pero el trágico fin de los amantes de Teruel (tonta ella, tonto él) deja a los también excelentes Mèlanie Laurent y Daniel Brühl con la sensación de irrealidad e ilógica aplastante del tercio final de un metraje a todas luces excesivo, pese a regalos como las actuaciones de Martin Wuttke y Sylvester Groth, breves, paródicas y acertadas al tenor general de una película que merece no una versión extendida si no un buen recorte para alcanzar ese sitio que en su guiño final apunta Tarantino.
Para terminar, una pregunta para los entendidos: la versión plurilingüe con subtítulos, es decir, la original, ¿es la que se exhibió en todos los cines de U.S.A.? ¿U omitieron y doblaron la idea primigenia?
Como sea, quien no la haya visto, puede pasar por caja tranquilamente, porque los trozos buenos bien valen la pena. Y no teman por el "gore tarantiniano" porque, curiosamente, es meramente circunstancial y esporádico.
p.d.: respecto a las bondades de la traducción del título (y al titulo mismo), en este blog ya se ha dicho todo.
Josep, debo objetar que te has puesto extremadamente quisquilloso. Lo que escribiste sobre la pipa no tiene parangón.
ResponEliminaJejj, no, es broma, cada uno tiene derecho a reparar en lo que se le cante, y a veces yo me irrito con películas por menos.
Lo de los cines norteamericanos no lo he averiguado, y también tengo curiosidad por saberlo, esperemos que alguno de tus sabios lectores nos despejen la incógnita.
Sí te puedo decir que leí el guión original, tal cual fue antes de ser mutilado, y que las escenas que existieron originalmente están muy bien cortadas. Para mi gusto sobraban totalmente. Maggie Cheung era la dueña original del cine, la que acogía a la desamparada Shoshanna y moría al poco tiempo, dejándole el cine como legado.
Daniel Brühl... ahora no me doy cuenta.
En fin, gran abrazo!
No me gustó para nada. Sí, posee momentos buenos, retazos del mejor Tarantino. Y mucho mucho del peor. Evidentemente, los cortes que impusieron los productores tras la fría acogida de la película en Cannes tienen mucho que ver con las profundas lagunas narrativas que contiene (incluida la desaparición de personajes y pasajes completos cuyas consecuencias, sin embargo, sí se nos muestran).
ResponEliminaDa la impresión de que podría ser un gag de un programa de Benny Hill alargado insoportablemente. Aparte, claro está, de la broma irreverente con la Historia, demasiado irrespetuosa e insensible, y que, a causa de la larga duración de un film cuya única finalidad es la de exprimir los prolegómenos de tan delirante (y mal chiste) final, ni siquiera funciona como broma.
Vamos, que me parece lamentable. Hasta estoy pensando en ponerla en mi escaparate de los horrores...
Saludos.
Doncs no em seduïa res veure aquesta pel·licula, així que seguiré sense fer-ho.... llegir a tot un crític com tu, en aquest cas és més que suficient per fer-se una idea del que et pots trobar.... D'en Tarantino em quedo amb Revoir Dogs, Pulp Fiction & Four Rooms.... para de comptar :) Un petó per a tu, que cada dia m'agrada més llegir-te!
ResponEliminaMe has dejado alucinada con lods detalles de la pipa, Josep; aún así la escena sigue siendo magnífica, y a mi también me pasó lo mismo con el detalle de las marcas de la soga en el cuello de Brad Pitt, me quedé con las ganas de ver su origen. Supongo que deberemos esperar a un director's cut, y luego a la versión definitiva, finalmente una redux...
ResponEliminaEn mi especial lista de películas (que quizás algín día confeccione), entra en la categoría de aquellas en las que no me ha disgustado verla pero no volveré a ver.
ResponEliminaEn cuanto a lo de la pipa, pues no me fijé entre otras cosas porque no tengo ni idea de pipas (de fumar), pero es verdad que un buen director tiene que estar en todos los detalles que hagan creible y que hagan crecer la película, entre otras cosas porque puede haber entendidos en pipas (de fumar) entre los espectadores.
Una abraçada
A mí la película me entusiasmó, salí del cine encantada, con la sensación de dinero bien invertido en la entrada…
ResponEliminaEl detalle de la pipa, no me di cuenta, yo, de fumar en pipa no tengo ni idea; los dos últimos episodios no se me hicieron largos; que unos pocos traigan de cabeza a otros muchos mejor armados no me pareció increíble, es la base de la guerra de guerrillas, que se lo cuentes a EEUU con Vietnam y con sus conflictos bélicos actuales en Oriente Medio… Y, si aún así sigue pareciendo poco creíble, creo que con ese final “lo que pudo haber sido y no fue”, o más bien, nos hubiera gustado a todos que fuera, deja campo libre a cualquier licencia anterior.
Mi único pero es Brad Pitt actor, no su personaje, no se me hace creíble su papel de tipo duro en un actor de su perfil “guapo tipo nena”.
Me gustó mucho este artículo, por los detalles que desconocía y descubrí sobre la película y porque todas tus opiniones se sustentan en argumentos, podré coincidir o no en ellas, pero son opiniones argumentadas, no descalificar por descalificar como suele pasar en muchas ocasiones con este director, que ahora está de moda “darle palos” haga lo que haga, lo que en otros se denomina homenajes a los clásicos en él es acusación de plagio, lo que en otros, como Allen, se califica de “sello personal”, en él es “repetirse”, y a mí las distintas varas de medir nunca me han gustado, en ningún aspecto de la vida.
Por cierto, coincido cien por cien contigo, la interpretación de Christoph Waltz, soberbia.
Saludos
Ya conocía de antemano, amigo Diego, tu discrepancia, después de leer tu magnífica reseña; sobre gustos, ya se sabe.
ResponEliminaLo que ignoraba es que hubieses podido leer el guión original; recién me enteré de su publicación, al hallar ese aperitivo del primer capítulo y espero comprarlo cualquier día de estos que suba a Barcelona, porque veo que hay acotaciones de Tarantino y eso es lo que más me gusta al leer un guión.
Quizá cuando lo haya leído cambie de opinión respecto al montaje, pero también puede que llegue a la conclusión que el guión no es todo lo perfecto que cabría esperar.
Malo cuando desaparecen escenas completas: esa vacilación siempre afecta al resultado final. Veremos...
Un abrazo.
El conjunto me parece cojo, Alfredo, y la excusa de los consejos de los productores es mala de tragar, no tan solo para Tarantino; ha pasado ya la época en que los productores eran creativos y mandaban con tino.
ResponEliminaYa ves que no he querido entrar en análisis de la propia trama, porque entiendo que el cine de Tarantino va por otros derroteros, alejados de la veracidad, pero sí coincido en que, vista, parece la construcción del todo como excusa para el final. Hay una indefinición en los caracteres que perjudica el interés y aspectos que no me acaban de cuadrar por ilógicos.
Ya estoy esperando esta Tienda...
Saludos.
No voldría pas, Cris, que em prenguessis massa en serio, doncs no soc més que un afeccionat al cinema que no pot romandra calladet i ja sabem que el gust es de cadascú.
ResponEliminaAixò sí: m'afalagues, i t'ho agraeixo.
Un petó.
Lo de la pipa me chocó, Alicia, y se me ocurrió que, en ocasiones, la anécdota permite hacer una metáfora del todo; ese collarín de Pitt, tan evidente, "canta como una almeja" porque su raíz queda oculta incluso cuando el personaje recuerda sus tiempos de contrabandista de licor.
ResponEliminaNo sé si tendré muchas ganas de revisar todas esas versiones que profetizas con acierto: dejaré que las veas y cuentes... :-)
Saludos.
Esa lista, Alma, creo que todos la llevamos grabada en la memoria, cada cual la suya, claro.
ResponEliminaMe alegra que coincidamos en que un director debe prestar atención a esos detalles para redondear lo que ofrece; en muchas ocasiones pasan desapercibidos, pero inconscientemente actúan. Imagínate que el personaje de la actriz aparece hecha un guiñapo, fea y desastrada: no cuela, algo falla, algo cojea. Puede que el intérprete no lo vea, pero el director "debe" verlo.
Una abraçada.
No pretendo, Vivian, hallarme en posesión de la verdad, como ya apunto en el prolegómeno.
ResponEliminaAun siendo una cinta de acción, sin tener en cuenta la verdad histórica, sigo pensando que ocho tipos vulgares no podrían durar mucho en una contienda haciendo lo que se supone hacen. El final es una fantasía o un deseo y como tal, sujeto a interpretación, pero me da que Tarantino lo hace un poco de coña.
Y gracias por el elogio: intento presentar mis sensaciones de forma civilizada y amena, porque adjetivar sin más raramente puede traer buenas consecuencias, amén de espantar los buenos comentarios.
El amigo Waltz no tuvo que pensar mucho para aceptar ese bombón que Tarantino, con buen criterio, le ofreció.
Saludos.
Josep, me cuesta decirlo, porque son muchas y buenas las que te he leído, pero sin duda, desde mi humilde opinión, esta es una de las entradas más atractivas y trabajadas den etren las que nos has regalado.
ResponEliminaEn cuanto a tus reflexiones, prácticamente las suscribo por entero. La peli ya no es que sea mala o inacabada, sino que es deslabazada, como si estuviera sólo cogida con un pespunte y se fuese a descoser de un momento a otro.
Pd.- No conocía el avance del guión. Un documeno de lo más interesante.
Querido Josep. Tengo que unirme a Raul para quitarme el sombrero y decirte chapeau.
ResponEliminaEres la persona de más peso y de más autoridad a la hora de diseccionar una película y mostrarnos a todos tus "discípulos" los detalles más insignificantes en su justo lugar.
Parto de la base de que cuando fui a ver la peli salí absolutamente entusiasmado, lo cual no quita que una segunda visión la realice de forma más crítica.
Todos los que comentamos tu post estamos absolutamente asombrados con el detalle de la pipa....¡increíble!
Yo la ví en V.O. en los cuatro idiomas, y quiero creer que los americanos la vieron también de este modo. Me parecería tan antinatural como verla doblada al castellano.
Un abrazote
Dos cosas:
ResponElimina1. Curiosamente lo menos interesante de Ignorious Bastards son los propios Bastards. El resto de los personajes les dan cien vueltas.
2. ¡Yo nunca vacío la pipa recién apagada! ¡Siempre dejo que el tabaco quemado se enfríe primero!
Muchas gracias, Raúl, por los elogios que, aun inmerecidos, son recibidos con gratitud como premio por el trabajo que, justo es decirlo, ha sido más arduo de lo esperado y evidente, ya que, decidido por fin el enfoque de la pipa, estuve u buen rato indagando; de ahí, precisamente, surge ese enlace del avance del guión, que me pareció, como a tí, interesante.
ResponEliminaHabrá que comprar el libro, porque si contiene en todas sus páginas acotaciones del autor, valdrá la pena, supongo.
Saludos.
Muchas gracias, Antonio, por tus lisonjas, que entiendo nacen de la amistad que me profesas más que de una lectura objetiva, pues mi peso es tan liviano como mi saber y desde luego no tengo -ni pienso- discípulos, si no un grupo de lectores que me distinguen con su atención, pese a que todos escribís de forma admdirable.
ResponEliminaYo no estaría muy seguro que en U.S.A. hayan visto la versión plurilingüe, aunque coincido contigo en que no debería haber otra forma.
Lo de la pipa fue una idea alumbrada tras mucho rumiar, buscando una anécdota que sirviera para reflejar la sensación; a punto estuve de inclinarme por resaltar la ilógica del comportamiento del soldado ebrio en el bar, absolutamente increíble, pero la rechacé porque me temo que tan sólo tu y yo de los que por aquí rondamos hemos estado en la mili y sabemos que jamás en la vida un soldado de rango inferior, ni borracho ni sereno, se atrevería a tanto. En fin: no entremos en innecesarios "spoilers"...
Un abrazo.
Precisamente la desigualdad en el cuidado de los personajes es uno más de los fallos de la película, quizá el más evidente.
ResponEliminaCada cual fuma la pipa como quiere o sabe.
Te diré lo que me parece:
Una pipa puede:
1.- Estar vacía.
2.- Repleta de tabaco a punto de fumar.
3.- Con el tabaco debidamente encendido, presta a ser fumada.
4.- Con el tabaco medio chamuscado, apagado.
5.- Llena de ceniza, pues el tabaco fumado, consumido, ya no es tabaco: es ceniza.
Si la guardas en lugar cerrado (cajón o bolsillo) en el estadio 4, la pipa se impregnará de la nicotina conforme se vaya enfriando la masa y luego amargará y tirará mal.
El estadio 5 es breve, porque la ceniza se enfría rápidamente y se vacía con un simple gesto. Y luego conviene pasarle la escobilla y dejarla al aire, para que se ventile. Nunca guardes tus pipas en un cajón.
Pruébalo y verás como el tabaco acostumbrado te sabe distinto.
Puedes hallar el mismo consejo en la red, fácilmente.
Saludos y bienvenido.
A mi la verdad no me ha gustado muchisimo. Normal,pero creo que no volveré a verla. Interesantisimo tu detalle sobre la pipa y queria llamar la atencion sobre otro elemento que me ha fascinado. Los idiomas... no sé si en Espana la han visto en original o doblada. Yo la vi en Francia, en original. Y tengo amigos en Italia que tanbién la han visto en original (en Italia normalmente las doblan las peliculas). Me parecio' interesante el uso de los idiomas, porque jugava mucho con los estereotipos de los pueblos, con hironia y un poco de verdad: aleman para dar ordenes, inglés para negociar, francés para ser ipocritamente cordiales e italiano para tentar enganar (siendo ridiculos tanbién). No se si se han fijado sobre esto. Me encantaria saber como han visto este uso de idiomas. Para mi fue mas una forza expresiva y ecletica anadida a todas las forzas expresivas de Tarantino
ResponEliminaBueno, bueno, compa Josep, no dejas de superarte cada día: de tu pasión por el detalle ya habías dado buenas muestras en esta tu cibercasa (más de una, y más de dos...), pero con lo de la pipa, me has dejado, de verdad, "alucinao". Creo que, ni aunque fuera fumador de pipa (que no es el caso, aunque lo intenté en una ocasión hace muchos años), y viera la peli varios miles de veces, sería capaz de percatarme de un detalle así. En fin... En todo caso, enhorabuena por la reseña: tampoco es novedoso, pero es magnífica...
ResponEliminaUn fuerte abrazo.
He de confesar que, aun habiendo visto en segundo visionado la película en su estado original multilingüe, se me escapó esa apreciación tuya respecto a la intencionalidad, por lo que te agradezco mucho la aportación, enriquecedora y oportuna.
ResponEliminaGracias y bienvenido.
Muchas gracias, Manuel, por el elogio; lo cierto es que mi afición por esos detalles es heredada: mi padre en su juventud fue actor y director de teatro aficionado y de vez en cuando todavía me cuenta una anécdota que viene al pelo:
ResponEliminaEn una pieza, un actor aficionado decidió por su cuenta prender un pitillo en escena; no había cenicero en el atrezzo y mi padre, horrorizado entre bambalinas, aguardaba que haría el tontorrón con el cigarrillo al consumirse: el muy imbécil tiró la colilla al foso que por suerte separaba la primera fila de platea con el proscenio. Por poco lo estrangula al salir por el foro.
Comprenderás que anécdotas como ésta, oídas tantas veces y desde chiquillo, le marcan a uno y le impelen a fijarse en esos detalles a priori nimios.
Un abrazo.
con que minuciosidad miras las peliculas!! impresionante la explicacion...de cualquier manera..no me gusta tarantino =P jejej..asi q es una pelicula que no tengo pensado ver de momento..
ResponEliminaIntento fijarme en todo, aunque siempre se escapan detalles...
ResponEliminaSaludos.
Josep me has dejado anonado con la capacidad demostrada papa observar y analizar hasta los mínimos detalles, siempre es un gusto leerte. Con respecto a la película, si bien me reconozco fan de Tarantino,
ResponEliminacoincido en este caso con varios de los anteriores comentaristas en que si bien no me pareció un mala película tampoco creo que sea una que vayamos a recordar en unos años. También es importante señalar que debe ser difícil ya a esta altura realizar una película basada en la segunda guerra pretendiendo ser original o por lo menos no caer en algunos de los cliches típicos.
Saludos
La vi hace dos días y me he dicho..."voy a ver qué dijo Josep en su día, que por aquel entonces no conocía su blog".
ResponEliminaEn fin...
Lo de la pipa está genial. Pero es una tontería, Josep. Yo no soy fumador... y me has recordado a ese jockey que criticaría una película de caballos de carreras porque no usaban el término adecuado. Eres un tanto muy pequeño del público al que va dirigida. Aún así, me quito el sombrero ante tu planteamiento para la reseña partiendo de algo como lo de la pipa mal apagada. Es un detalle genial, y puedes tomar mi queja como envidia mal digerida.
Y ahora más en serio...
A mí me gustó, pero...
es una macarrada. Es una película para críos de 14 años. Con razón mi hijo salió encantado del cine y cuando la vio conmigo de nuevo le gustó tanto. Más allá de mejores o peores escenas y de las cosas que apuntáis, yo "pasaba" en todo momento de lo que le pasara a los personajes de la película. Porque no me los creía. Eran exagerados. Así que no "conecté" emocionalmente en ningún momento. Para dejarlo más claro. Justo el día anterior vi La señora Miniver de Wyler. La muerte del personaje de Teresa Wrigth (aparte de sorprenderme porque esperaba continuamente que muriera el hijo piloto) sí me llegó... Era un personaje real a pesar de estar limitado por las costuras de un melodrama de propaganda bélica. La escena del piloto alemán en la cocina podía ser "exagerada"...pero que las preocupaciones de la señora Miniver acerca de si había comprado un sombrero pasaban a ser si su hijo piloto o ella y los suyos (el bombardeo) sobrevivirían a la guerra me llegó mucho más. Son comparaciones injustas...pero de alguna manera cuando vi la película de Tarantino (que insisto, me entretuvo y no me pareció tan mala a pesar de detalles tan obvios para cualquier espectador como el de la pipa (je,je)...) pues eso... me pareció una película "infantil".
Un saludo.
Te salvas, David, por los pelos de las barbas del hombre del tiempo -el pasado, no el meteorológico- porque si yo me atrevo (que tampoco es el caso, pero vaya) a criticar esta película del "gran" Tarantino en base a haber visto el día antes una película de Wyler, me caen tortas a diestro y siniestro: pero como no tengo miedo, te diré que sí, que la comparación es odiosa, sobre todo para Quentin, porque Wyler, que sigue siendo un director maldito para muchos críticos herederos de los papanatas de Cahiers, fue un cineasta de primerísima categoría, y por aquí podrás constatar el aprecio que siento por su obra, de la que voy dejando alguna que otra entradita.
ResponEliminaPor otra parte, decir que esta película me parece claramente descompensada y larga en exceso.
Un abrazo.
Para fumar una pipa se requieren no menos de 30 minutos de tranquilidad, tiempo que Landa no tenía. ¿Usted jamás ha guardado una pipa en el bolsillo para, por ejemplo, entrar a una casa donde no se fuma a buscar algo? Quién dice que no haya limpiado la pipa luego del innolvidable "ar avoir Shoshana!!".
ResponEliminaNo: yo jamás me puse en el bolsillo una pipa y menos cargada y ya empezada y si usted es o ha sido fumador en pipa reconocerá conmigo que uno suele tener varias pipas y que la kalabash se queda siempre en casa y uno no la lleva consigo cuando se desplaza.
EliminaY la pipa la puede limpiar Landa cuando le venga en gana, por supuesto, pero seguirá siendo una pipa mal fumada, lo que demuestra que el guionista ni el director o no saben fumar en pipa o les traen al pairo los detalles que otorgan carácter a un personaje.
Saludos.