Hilo Rojo
El bordelés Luc Plissoneau es un cinéfilo de armas tomar y ha demostrado su pasión dirigiendo dos cortometrajes, el segundo de los cuales está, según asegura su autor, compitiendo en diversos certámenes.
El primero, que ya ha recorrido físicamente su itinerario, ha sido puesto a disposición por su autor en internet y ha tenido la gentileza de comunicarlo agradeciendo de antemano la difusión que se le pueda dar a su obra:
Se trata de una narración en la que el vino, esa sustancia mágica que nosotros, españoles, podemos entender tan bien como el bordelés, se erige en medio transmisor de recuerdos íntimos, despertados a su anciano padre por su hija, heredera de su sabiduría y amor por las vides.
Una cata a ciegas dirigida por la hija de Aquiles Lambert, cuatro botellas de diferentes épocas que contienen el fruto de vendimias añejas, olorosos y palpativos néctares que provocarán el resurgimiento de vivencias como navíos cargados de sentimientos que navegan por un río ámbar, el hilo rojo que da título. Lambert, en un último gesto, certificará con su olfato y paladar las bondades y memorias de cada añada.
El corto, como es natural, está rodado en francés y el vídeo se acompaña de unos subtítulos en inglés, pero lo cierto es que las imágenes son suficientes para entender la historia perfectamente, más por el guión técnico y el montaje que por la parquedad de los intérpretes.
Véanlo, si les place:
Fil Rouge
Sentir la pasión por el cine y demostrarlo con un rodaje: cinefilia pura.
Bueno, compa Josep, he visto la pieza completa, y me deja con una sensación extraña; ni sí, ni no, sino todo lo contrario. La pieza está hecha con cariño, y, dentro de la sencillez, muy cuidada; para el amante del vino y su mundo, sin duda alguna, será de bastante interés. Para quien no ostente tal condición, bien, quizá no tanto. Pero ha merecido la pena verla, eso sí.
ResponEliminaUn abrazo y buen fin de semana.
A mí me ha encantado por su sencillez. De verdad.
ResponEliminaRaúl
El alma difusa
Red red wine..! Sencilla pero efectiva.
ResponEliminaSe huele el aroma pero tampoco me ha entusiasmado tengo que confersarlo. ¿le falta algo? no sé ..
¿ las rosas quizás..?
Besos, ¡ hip hip !. Milady
No se, yo casi me pierdo en esos ojos verdes. Aun estoy recuperandome. De modo que volveré de nuevo. La primera visión me ha parecido muy curiosa, pero ya te digo, no estaba a lo que se celebraba.
ResponEliminaPor cierto, no te tortures más, ve a ver super 8, y así luego discutimos un poco sobre la mayor o menor lógica del accidente que contiene. No te digo más. Un saludo.
Este es uno de esos casos, Manuel, en que el amor por el cine consigue un colegueo que rebaja el listón: nadie ha dicho que hacer cine sea fácil y dar un empujón -ni que sea anímico- al apasionado siempre es un placer. ¿No crees?
ResponEliminaUn abrazo.
Creo, Raúl, que para los que saben degustar un buen caldo la idea, tal como está presentada, llega. Ya vale.
ResponEliminaUn abrazo.
Puede que le falte, Milady, lo que le falta al vino francés, por muy de Burdeos que sea: un pelín de esa fuerza que únicamente el sol puede dar. Y que tú conocerás, sin duda, no en vano estás bien situada.... :-)
ResponEliminaBesos.
Ojos verdes y perdición, componentes de título de novela, Víctor: me temo que he dejado pasar la ocasión del ocho y deberé esperar a la prueba del nueve, pero no te preocupes, que por discutir, queda mucho, por discutir... ;-)
ResponEliminaUn abrazo.
Sin duda, Holmes sin duda.. el sol y el buen Rivera de Duero !
ResponEliminaLas ensoñaciones que puede provocar son de libro..:-)
¡ Buenas noches ! Y un beso achispado :-P
A mí esto no me ha enganchado (no sé; igual no tenía el día). Lo he dejado en el segundo flash-back.
ResponEliminaComo digo, David, la cuestión es facilitar el conocimiento de la pieza: partiendo de una premisa cercana a la sencillez de los medios, no está mal como primer cortometraje.
ResponEliminaUn abrazo.
Muy buen blog, ahora si una sabrosa película...
ResponEliminaBienvenido, Betuel: efectivamente, dejemos correr la imaginación y paladeemos esos caldos que, seguro, son sabrosos... :-)
ResponEliminaUn abrazo.