TC (21) Seven
Hoy, que me salto un comentario porque he tenido que enfrentarme a problemas informáticos tontos que me han llevado de cráneo el fin de semana y acabo de solventar consiguiendo al fin disponer de nuevo de un trasto más o menos operativo, saco del almacén de previsiones inseguras -por la incerteza de su durabilidad en el éter- unos títulos de crédito correspondientes a una película que vimos anteayer mismo:
Sí, sí:
¡de 1995!
¡Ya hace dieciséis años!
¿Tanto tiempo ha pasado desde que Fincher y Pitt empezaron a "sonar"?
Eso si es maldad..... :-)
Y a la seven llegó la vencida. Muy buenos fueron estos títulos de crédito, al igual que la película.
ResponEliminaLa informática y los trastos dan mucho trabajo. Espero que disfrutes de este último y se quede a la primera el comentario.
Besos mañaneros
Eso que en la jerga, compa Josep, se llama una peli seminal; con la particularidad de que, en este caso, y a diferencia de lo que sucede en muchos otros, ésta sí lo es... Sus créditos son tan acojonantes como todo lo demás; y no solo eso, han marcado una tendencia que ya ha llegado a la naúsea del agotamento, tal ha sido la saña con que se ha exprimido. Eso sí, a los que tuvimos el privilegio de ver la peli en el momento de su estreno, en pantalla grande, y sin referencia previa alguna, que nos quiten lo "bailao" (y el ataque de angustia, también...).
ResponEliminaUn fuerte abrazo y buena semana (ya sin trastadas informáticas...).
Pues sí, Blanca: a la seven..... ¡up! :-)
ResponEliminaY por fin resolví el disparate que, como acostumbra a pasar, ocurrió por mi culpa... :-)
Besos nocturnos...
No te falta razón, Manuel, en señalar que esas imágenes originales en su momento han llegado a su extenuación por causa de la falta de ideas -yo casi diría de esfuerzo- de demasiadas gentes dedicadas más a imitar que a inventar: muy de acuerdo en que hay cierto grupo de privilegiados (grupo enorme, claro, pero no tanto: muchos se olvidan) que guardamos en la memoria, prístino, el recuerdo del primer día, y eso reconforta...
ResponEliminaUn abrazo.
Una película "novedad" que fue copiada de diversas formas hasta lo insoportable. Eso sí, me resulta siempre complicado creerme a los polis protagonistas, creo que es lo único que falla.
ResponEliminaUn abrazo
Mi comentario en la línea de Manuel, y también (aunque yo no sé muy bien dónde está el pequeño fallo que le veo) con algún pequeño pero como el que señala Alfredo.
ResponEliminaEso sí, los títulos buenísimos.
Raúl
El alma difusa
Uf, Seven, la vi en primera fila, no se me olvidará ese cadáver grasiento saliéndose de la pantalla...
ResponEliminaAlucinando estoy. Me ha dado por pensar que puesto que gastas un fino sentido del humor igual todo era una broma de las tuyas. Pero que va,vuelvo a leer y veo la cosa va en serio. Esos títulos de crédito de corta y pega con influencias de los videoclips más casposos son sin duda lo peor con diferencia de esa película.
ResponEliminaSon efectistas y presuntuosos hasta decir basta, pretender actuar como tratamiento de choque visceral contra el espectador, pero se quedan en puro fuego de artificio. No me crearon intriga ni desasosiego alguno,y lo que es más grave, van contra el tono clásico que intenta adoptar la película rompiendo su tono.
La prueba irrefutable de que son muy malos es que son muy fáciles de copiar.
Y tienes razón,el tiempo pasa. Para Fincher a favor (todavía recuerdo los palos que le dieron por el tercer alien). Para Brad Pitt,pues no se que decirte, pero ahora que lo pienso ¿a alguien le preocupa Brad Pitt?
Se me olvidaba despedirme.¿será un pecado capital? Espero que no. Pues nada, un afectuoso y cordial saludo. Oye, me sientan pero que muy bien estas descargas dialécticas de adrenalina.
ResponEliminaEsta película, Alfredo, la tengo que ver otra vez porque en cada ocasión me deja más frío y he de averiguar el porqué. Puede que eso que apuntas sea una buena razón...
ResponEliminaUn abrazo.
Me da, Raúl, que estamos en una onda semejante y que habrá que verla de nuevo para sacar conclusiones: quince años ya es tiempo más que prudencial para darle una repasadita a fondo...
ResponEliminaUn abrazo.
¡Ay, Ethan! La perspectiva me hace reir y me asusta a un tiempo: yo creo que la primera fila deberían de eliminarla en todos los cines.... jajajaja...
ResponEliminaO por lo menos, apartarla unos buenos metros de la pantalla, porque hay situaciones que.... en fin.... :-)
Un abrazo.
Empezando por el final, Víctor, mucho me alegro que tus visitas te reporten beneficio cuando menos anímico.
ResponEliminaNo dejes nunca de fiarte de la primera impresión, porque dudar de ella es malfiarte de tu intuición, ese sexto sentido -o séptimo, u octavo- que en muchísimas ocasiones uno cercena al filosofar erróneamente creyendo que pensar es mejor que sentir, siendo como es mucho más laborioso, fatigoso y lento y no por ello más acertado.
Lo cierto es que ya hace dieciséis años muchos sabíamos copiar y pegar y la facilidad de la copia, por desgracia, no garantiza más que abulia y vagancia por parte del copista con independencia de la bondad o maldad intrínseca del objeto a imitar...
Lo de que el tiempo pasa a favor de Fincher es un tema que aquí no tiene cabida porque debo ser el único del orbe a quien Zodiac no impresionó y me da pereza argumentarlo de nuevo, aunque quizás algún día me ponga a ello, pero va para muy largo...
A tu última pregunta, está clarísimo: a la Jolie, por descontado.
Un abrazo.
Decía no se quien, sentir es inevitable, pensar en cambio es necesario, una imposición que nos debemos a nosotros mismos. Jolin, es verdad, como pude olvidarme de Angelina...¿Ves?, si hubiese pensado un poco..... Un abrazo
ResponEliminaLos créditos no están mal (pero tampoco me maravillan)... Y la peli , en dos ocasiones llegué tarde...sólo la he visto a trozos y hacia el final (algún día, supongo... no me muero de ganas tampoco).
ResponEliminaUn saludo
Tal como lo planteas, Víctor, parece claro que sentir es un placer y pensar un trabajo y ya se sabe que el trabajo es una maldición divina.... ;->
ResponEliminaLo de la flacucha es disculpable porque ya empieza a ser olvidada...
Un abrazo.
Pues si viste el final, David, procura olvidarlo antes de colocarte en tesitura de verla desde el inicio, como corresponde. Sin prisa, eso sí...
ResponEliminaUn abrazo.
Precisamente una de las cosas que más me impactaron de la película (y con las escenas de la misma ya es decir) fueron los títulos de crédito. En aquel momento y al menos para mi eran novedosos y muy apropiados. Otra cosa es la peli que recuerdo menos. Que cosas tiene la memoria.
ResponElimina