Magia a la luz de la luna
No estoy muy seguro de la bondad de la afirmación, pero puede decirse que Woody Allen ha vuelto con su estilo personal, su forma de escribir rápida y brillante, ligera y con segundas lecturas sabrosas. Después de algunas variaciones que no han acabado de funcionar con la legión de cinéfilos que esperan cada año degustar una película de Woody, en este triste año 2014 podremos decir que al final nos hemos sacado la espinilla que nos incordiaba con un Allen auténtico.
En su última película, Magic in The Moonlight (Magia a la luz de la luna) parece haber una cierta recapitulación, una vuelta a la costumbre, a la rutina que funciona en la pantalla y satisface al espectador y más al cinéfago que esta temporada ha podido salir en escasas ocasiones satisfecho de la sala oscura.
La doble condición de Allen de escritor y director le confiere sin duda la titulación de autor y su abundante filmografía permite al cinéfilo avezado mantener fácilmente en su memoria unos rasgos definitorios y esperables, lo que quizás ocasionalmente haya producido en el estajanovista judío neoyorquino una sensación de agobio que, según dijo, apaciguaba tocando el clarinete con sus amigos, su declarada pasión, el jazz.
Como músico Allen no es sobresaliente pero se me ocurre que su afición de alguna forma ha trascendido en su obra cinematográfica y más allá de las excelentes bandas sonoras con que acompaña sus historias y sus imágenes podamos concluir, mirando el mapa histórico de sus trabajos, que como buen amante del jazz de vez en cuando experimenta nuevas sensaciones y también, de vez en cuando, vuelve a los conceptos clásicos, como quien ejecuta un solo a la búsqueda de un lamento original y acabado, retorna a la melodía básica.
La envidiable sencillez aparente de la tradicional escritura de Allen vuelve a sus fueros en esta comedia de corte clásico inspirada claramente en las piezas románticas del teatro londinense de principios del siglo pasado, gloriosos años veinte, con unos protagonistas de clase acomodada que observan cuidadosamente a dos intrusas que provienen, cuidado, de clases bajas desconocidas de origen pero dotadas de poderes sobrehumanos, inexplicables: Stanley es un británico arisco, escéptico y racional que se dedica con gran éxito a la magia profesional presentando su espectáculo caracterizado del mago chino Wei Ling Soo y le vemos triunfar en el teatro de Berlín cuando su amigo Howard, tan británico como él y casi que igual excelente mago, le requiere a fin que ambos se trasladen al sur de Francia, a la lujosa Costa Azul, con el objetivo de proceder a desenmascarar una espabilada jovencita que asegura tener contacto con los muertos y se dedica, naturalmente, a comunicarse con los fallecidos más acaudalados que encuentra a su paso, recalando en la mansión de la viuda de un financiero de Pittsburgh: la joven Sophie, también estadounidense, va acompañada de su madre y tiene completamente enamorado al joven Catledge, así que Stanley, acuciado por Howard, se trasladará a Francia, donde aprovechará para saludar a su querida tía Vanessa, rica solterona que también pasa la temporada de verano en Francia. El mago, científico racional y ateo emprende una vez más su cruzada contra los espiritistas.
Lo que sigue a continuación, desarrollo de la trama ideada por Allen, es una excusa para ofrecer con cierta hilaridad e ironía la acostumbrada muestra ideológica del autor, no por conocida falta de interés. Si el resultado fuese una película aburrida, no dolerían prendas achacando la falta de novedad en el planteamiento ni la escasa originalidad de la propuesta, pero lo cierto es que cualquier amante de las comedias bien escritas hallará gozo en la forma que Woody domina como pocos en esta época mediante diálogos que precisan el oído presto y la atención despierta: para la ocasión, diríase que el autor se ha inspirado directamente leyendo a Wilde, porque en diversas ocasiones adorna su vitriolo al uso del célebre escritor, seguramente con toda la intención para reforzar el entorno en el que nos presenta su historia.
El talento de guionista avezado de Allen le permite condensar en poco más de hora y media (la medida aúrea cada vez más escasa por incapacidades manifiestas)asuntos tan dispares como las diferencias de clases sociales, la credulidad y el escepticismo, saludables y agónicos a un tiempo, la imposibilidad de resistirse racionalmente al amor sobrevenido y la necesidad perentoria de replantear una visión de la vida en aras de la prosecución de una felicidad incierta perteneciente a un futuro desconocido, todo ello con la ligereza oportuna para no caer en disertaciones analíticas propias de psicoanalistas de salón ni lamentaciones desesperadas como en otras ocasiones ha formulado el carismático director que en esta ocasión se dedica con todas sus fuerzas a dirigir un elenco entregado a su causa como suele ser habitual.
Los británicos Colin Firth como Stanley y Eileen Atkins como la tía Vanessa y Simon McBurney como el también mago Howard ofrecen juntos los momentos que más recuerdan la clásica comedia wilderiana y la intrusión de la joven Emma Stone como la espiritista Sophie, junto con la siempre eficaz Marcia Gay Harden como su madre aportan ese aire americano popular un punto fuera de lugar en la Costa Azul, tanto como excesiva se antoja la realidad de los ricachones Catledge, interpretados por Jacki Weaver y Hamish Linklater.
Emma Stone es la apuesta arriesgada de Woody como lo fueron antes otras actrices, siempre atractivas más que bellas: Emma está un poco verde para el papel que le ha caído en gracia aunque sus ojazos la salvan y cabe esperar al año que viene porque repite; sus envidiables veintiséis años (seguramente veinticinco en el rodaje) son un obstáculo para el papel que representa según algunos comentarios, pero es bien cierto que una actriz con más veteranía otorgaría una proyección más poderosa y creíble pero también menos ligera y más cuerda y tengo para mí que Allen no alberga dudas al respecto.
Woody se rodea en primer lugar de buena música: para la ocasión añade al jazz escogidos fragmentos de Stravinsky, Beethoven y Ravel usados con inteligencia para acentuar apropiadamente momentos especiales y además cuida con esmero la ambientación y el vestuario: le consta que el entorno ayuda no poco a situar al espectador y más allá del exquisito cuidado con las damas también los caballeros reciben atenciones de Sonia Grande, diseñadora ovetense a la que ya Woody recurrió en tres ocasiones anteriores: un trabajo excelente, notable por la variedad, la elegancia y la modestia. En lo que no es modesto Allen es en la colección de automóviles de época que usa, un divertimento más para la vista que se recrea en todo lo físico sin poder dejar de atender al discurso que se formula con ligereza y sin tiempos muertos.
El tiempo es oro y Woody es plenamente consciente que la condensación requiere un ritmo que él sabe cuidar como pocos: sin atropellarse ofrece su trama y la presenta con fuerza visual estudiada, sin alharacas pero usando cada plano en función de las necesidades procediendo luego a un montaje modélico, propio de los maestros clásicos que no temían a la tijera: el resultado son menos de cien minutos de cuento divertido ofrecido con una fotografía ajustada incluso en el tamaño panorámico que nos devuelve la sensación de asistir a una película clásica, romántica, de aquellas que te hacen pasar un buen rato y que luego, mascándola, te va dando nuevos sabores, siempre muy digestibles.
En definitiva, lo que todo cinéfilo veterano puede denominar "una película de Woody con todas las de la ley" y creo que con esto poco más hay que aseverar: únicamente dar las gracias al viejo director por su perseverancia elevando si cabe un poco el paupérrimo nivel del año. Visto lo visto hasta este último mes del año, diría que, para quien haya llegado hasta aquí, es imperdible.
Se me olvidaba: la luna, es creciente....
Tráiler nada peligroso, o sea, buena publicidad, a elegir:
Doblada
V.O.S.E.
plus: Artículo referido a Sonia Grande y su intervención en esta película.
En su última película, Magic in The Moonlight (Magia a la luz de la luna) parece haber una cierta recapitulación, una vuelta a la costumbre, a la rutina que funciona en la pantalla y satisface al espectador y más al cinéfago que esta temporada ha podido salir en escasas ocasiones satisfecho de la sala oscura.
La doble condición de Allen de escritor y director le confiere sin duda la titulación de autor y su abundante filmografía permite al cinéfilo avezado mantener fácilmente en su memoria unos rasgos definitorios y esperables, lo que quizás ocasionalmente haya producido en el estajanovista judío neoyorquino una sensación de agobio que, según dijo, apaciguaba tocando el clarinete con sus amigos, su declarada pasión, el jazz.
Como músico Allen no es sobresaliente pero se me ocurre que su afición de alguna forma ha trascendido en su obra cinematográfica y más allá de las excelentes bandas sonoras con que acompaña sus historias y sus imágenes podamos concluir, mirando el mapa histórico de sus trabajos, que como buen amante del jazz de vez en cuando experimenta nuevas sensaciones y también, de vez en cuando, vuelve a los conceptos clásicos, como quien ejecuta un solo a la búsqueda de un lamento original y acabado, retorna a la melodía básica.
La envidiable sencillez aparente de la tradicional escritura de Allen vuelve a sus fueros en esta comedia de corte clásico inspirada claramente en las piezas románticas del teatro londinense de principios del siglo pasado, gloriosos años veinte, con unos protagonistas de clase acomodada que observan cuidadosamente a dos intrusas que provienen, cuidado, de clases bajas desconocidas de origen pero dotadas de poderes sobrehumanos, inexplicables: Stanley es un británico arisco, escéptico y racional que se dedica con gran éxito a la magia profesional presentando su espectáculo caracterizado del mago chino Wei Ling Soo y le vemos triunfar en el teatro de Berlín cuando su amigo Howard, tan británico como él y casi que igual excelente mago, le requiere a fin que ambos se trasladen al sur de Francia, a la lujosa Costa Azul, con el objetivo de proceder a desenmascarar una espabilada jovencita que asegura tener contacto con los muertos y se dedica, naturalmente, a comunicarse con los fallecidos más acaudalados que encuentra a su paso, recalando en la mansión de la viuda de un financiero de Pittsburgh: la joven Sophie, también estadounidense, va acompañada de su madre y tiene completamente enamorado al joven Catledge, así que Stanley, acuciado por Howard, se trasladará a Francia, donde aprovechará para saludar a su querida tía Vanessa, rica solterona que también pasa la temporada de verano en Francia. El mago, científico racional y ateo emprende una vez más su cruzada contra los espiritistas.
Lo que sigue a continuación, desarrollo de la trama ideada por Allen, es una excusa para ofrecer con cierta hilaridad e ironía la acostumbrada muestra ideológica del autor, no por conocida falta de interés. Si el resultado fuese una película aburrida, no dolerían prendas achacando la falta de novedad en el planteamiento ni la escasa originalidad de la propuesta, pero lo cierto es que cualquier amante de las comedias bien escritas hallará gozo en la forma que Woody domina como pocos en esta época mediante diálogos que precisan el oído presto y la atención despierta: para la ocasión, diríase que el autor se ha inspirado directamente leyendo a Wilde, porque en diversas ocasiones adorna su vitriolo al uso del célebre escritor, seguramente con toda la intención para reforzar el entorno en el que nos presenta su historia.
El talento de guionista avezado de Allen le permite condensar en poco más de hora y media (la medida aúrea cada vez más escasa por incapacidades manifiestas)asuntos tan dispares como las diferencias de clases sociales, la credulidad y el escepticismo, saludables y agónicos a un tiempo, la imposibilidad de resistirse racionalmente al amor sobrevenido y la necesidad perentoria de replantear una visión de la vida en aras de la prosecución de una felicidad incierta perteneciente a un futuro desconocido, todo ello con la ligereza oportuna para no caer en disertaciones analíticas propias de psicoanalistas de salón ni lamentaciones desesperadas como en otras ocasiones ha formulado el carismático director que en esta ocasión se dedica con todas sus fuerzas a dirigir un elenco entregado a su causa como suele ser habitual.
Los británicos Colin Firth como Stanley y Eileen Atkins como la tía Vanessa y Simon McBurney como el también mago Howard ofrecen juntos los momentos que más recuerdan la clásica comedia wilderiana y la intrusión de la joven Emma Stone como la espiritista Sophie, junto con la siempre eficaz Marcia Gay Harden como su madre aportan ese aire americano popular un punto fuera de lugar en la Costa Azul, tanto como excesiva se antoja la realidad de los ricachones Catledge, interpretados por Jacki Weaver y Hamish Linklater.
Emma Stone es la apuesta arriesgada de Woody como lo fueron antes otras actrices, siempre atractivas más que bellas: Emma está un poco verde para el papel que le ha caído en gracia aunque sus ojazos la salvan y cabe esperar al año que viene porque repite; sus envidiables veintiséis años (seguramente veinticinco en el rodaje) son un obstáculo para el papel que representa según algunos comentarios, pero es bien cierto que una actriz con más veteranía otorgaría una proyección más poderosa y creíble pero también menos ligera y más cuerda y tengo para mí que Allen no alberga dudas al respecto.
Woody se rodea en primer lugar de buena música: para la ocasión añade al jazz escogidos fragmentos de Stravinsky, Beethoven y Ravel usados con inteligencia para acentuar apropiadamente momentos especiales y además cuida con esmero la ambientación y el vestuario: le consta que el entorno ayuda no poco a situar al espectador y más allá del exquisito cuidado con las damas también los caballeros reciben atenciones de Sonia Grande, diseñadora ovetense a la que ya Woody recurrió en tres ocasiones anteriores: un trabajo excelente, notable por la variedad, la elegancia y la modestia. En lo que no es modesto Allen es en la colección de automóviles de época que usa, un divertimento más para la vista que se recrea en todo lo físico sin poder dejar de atender al discurso que se formula con ligereza y sin tiempos muertos.
El tiempo es oro y Woody es plenamente consciente que la condensación requiere un ritmo que él sabe cuidar como pocos: sin atropellarse ofrece su trama y la presenta con fuerza visual estudiada, sin alharacas pero usando cada plano en función de las necesidades procediendo luego a un montaje modélico, propio de los maestros clásicos que no temían a la tijera: el resultado son menos de cien minutos de cuento divertido ofrecido con una fotografía ajustada incluso en el tamaño panorámico que nos devuelve la sensación de asistir a una película clásica, romántica, de aquellas que te hacen pasar un buen rato y que luego, mascándola, te va dando nuevos sabores, siempre muy digestibles.
En definitiva, lo que todo cinéfilo veterano puede denominar "una película de Woody con todas las de la ley" y creo que con esto poco más hay que aseverar: únicamente dar las gracias al viejo director por su perseverancia elevando si cabe un poco el paupérrimo nivel del año. Visto lo visto hasta este último mes del año, diría que, para quien haya llegado hasta aquí, es imperdible.
Se me olvidaba: la luna, es creciente....
Tráiler nada peligroso, o sea, buena publicidad, a elegir:
Doblada
V.O.S.E.
plus: Artículo referido a Sonia Grande y su intervención en esta película.
Me encanta que te haya gustado y espero disfrutar, casi con seguridad, lo mismo que tú . Si no es así tambien te lo diría.
ResponEliminaNo puedo esperar más.. He de ir a verla este fin de semana. Hablamos pues.
Besos. Milady
P.D. Cuando el pequeño genio judio se pone a ello.. además de sus obsesiones y neuras, la música sigue siendo su fuerte. :-)
No la he visto, y estos días ando liadillo...pero en cuanto la vea, vengo por aquí y te comento.
ResponEliminaUn saludito.
No hay prisa; cuando podáis, ya comentareis.
ResponEliminaUna puesta en escena exquisita, una historia sencilla, ligera pero con encanto. No dejo de tararear..¡ Do you Something to me..!
ResponEliminaCorte clásico sin duda y para mí eso no es un defecto si no todo lo contrario. Es más, veo en el personaje mal humorado y excéptico de Colin Firth, Stanley, rasgos de la personalidad de Henry Higgins, las situaciones, el amigo..la diferencia de edad, el origen y la clase social.. y en esa secuencia final ( no me extiendo por no hacer spoiler) mucho más ¿ no te parece?.
Cuando hablamos del mundo material y de las explicaciones racionales que le damos a todo( lo que sabemos y creemos saber) no podemos dejar de lado ese puntito que se nos escapa y que pone una dosis de mágia y encanto a la vida. Me parece saludable..además ¿quién puede evitar el influjo de la luna .. esa parte impredecible y su buena dosis de locura..?
Tengo que verla otra vez. Mi nivel de inglés no es muy allá y los subtitulos a veces no ayudan a captar todos los matices.
Besos y felices sueños.
Me alegro que te haya gustado, Milady: el clasicismo no tiene porqué ser una desventaja en estas cintas que siempre consiguen no aburrir mal que a la salida observes que no hay novedades, pero tampoco la novedad es siempre garantía de nada, así que, ciertamente, bienvenido sea el que con mimbres conocidos construya una cesta capaz de contener nuestro agrado aunque no nuestra sorpresa.
EliminaDesde luego, supongo que una segunda visión tranquila, como suele suceder con otras buenas piezas de Allen, dotará de mayor significado algunas frases que, dichas con el encanto propio de la burguesía ilustrada -en otros casos, la intelectualidad neoyorquina- siempre llevan lo que en estos pagos conocemos como retranca. Es lo que define en buena parte al mejor Woody ¿verdad?
Besos.
Todavia no la he visto...pero te dirè que la lectura del primer pàrrafo me parece que tiene muchìsima miga, toneladas de miga.....
ResponEliminaY solo ese pàrrafo.....mmmmm.....este es un Allen autèntico....de lo que cabria deducir que hay otros que no. Esas "variaciones" supongo...
Me he detenido ahì y me he ido a releer lo que en esta casa se dijo de la anterior....muy interesante aquello y esto.
Sobre todo por lo que respecta a lo que el publico en general, los aficionados y sus fans entienden lo que es y no es "un film Allen".
Me parece un tema interesantisimo....sobre el que tengo mi propia opiniòn que me voy a reservar hasta que vea la peli....y sobre el que creo que Allen tb tiene su propia opiniòn...vease "hollywood ending".
Emma Stone....los ojos solo?...bueno esperarè a verla en esta.
Una cosa...no salimos del charco....cuando comentaste la anterior de este señor ya comentabas que aquel año tb era en lo que al cine se refiere para olvidar....y parece que no hemos mejorado.
Lo dicho, muy interesante todo....a ver que me parece....tendràs noticias. Y gracias x incluir el artìculo...un abrazo
Tienes razón, Víctor: acerca del Sr. Allen hay toneladas de miga que roer, no en vano su filmografía, por extensión y calidad, ofrece tema para largo...
EliminaQuizás haya generalizado en extremo, lo que siempre es malo cuando se hace en público y más escribiendo, pero creo que la mayoría de las películas de Allen gozan del aprecio del público en buena parte por la brillantes de sus diálogos, casi siempre ingeniosos a la par que irónicos. Aunque es posible que si hiciera la lista de las que más me han gustado de las que he visto -que no son todas- probablemente no coincidiera con todo el mundo...
Francamente, pensé que el año pasado iba a ser un lapsus, pero me parece que pequé de optimista, visto lo visto, aunque también puede ser que yo no haya sabido elegir o que haya tenido mala suerte...
Creo que a Sonia Grande, si fuese francesa, le lloverían lisonjas más a menudo en los medios de este país tan envidioso y cainita: su trabajo en esta película me parece una verdadera delicia, notable a toro pasado, al recordarla, y fue una muy agradable sorpresa comprobar su autoría al consultar la ficha de imdb preparando la entradilla y al encontrar también el artículo, me pareció de justicia incluirlo, como servicio al amable lector.... así que encantado de que te haya gustado el enlace.
Un abrazo.
Al releer los comentarios( me gusta mucho volver X aquí y conocer las opiniones de los amigos, también me divierten los debates que os montáis) me he dado cuenta que he pasado por alto el asunto de la figurinista, Sonia Grande ( apellido que le va muy bien X la calidad d su trabajo) en esta historia, como en todas es importantisimo para hacernos creíble la historia y que no parezca un disfraz.Allen suele trabajar con los mejores. La prueba está en casi todas sus películas.
ResponEliminaMerece en este caso que se reconozca el mérito a Sonia..nada que envidiar a la también grande Edith Heat
Y sobre eso que apuntáis de las que " puro Allen" y las que no...umm..me gustaría que os atrevierais a dar una lista.. ¡ Venga mojados!
Empiezo yo ( subjetivamente) :
Annie Hall, Manhattan. Delitos y faltas, Balas sobre Broadway, La rosa púrpura.. Hannah y sus hnas. Días de radio..Misterioso asesinato en Manhattan.. Match Point que es la versión moderna de Delitos y faltas...¿ sigo?me dejo unas cuántas..
Pero..
Mejor os paso el testigo
Besos
Mojaros, quise decir:-P
EliminaYa sabes que no soy muy de listas, porque incluso del mismo autor, hoy te haría una y la semana que viene puede que otra. En todo caso, preferiría confeccionar una lista de avisos a navegantes para evitar pérdidas de tiempo, y con Allen casi nunca se pierde el tiempo...
EliminaYo me mojo sin problemas y en un plis plas¿auténtico Allen? todas, mal que les pese a algunos. Ahí está el intringulis...
ResponEliminaNo te falta razón: un autor lo es tanto cuando nos gusta como cuando no: creo que su cualidad de autor no reside en el que mira; para el caso, pienso que cuando un cineasta suele escribir el guión y luego dirigir la película, difícilmente se le puede negar la autoría de lo que ofrece a la vista y al oído..
EliminaCuestión aparte es lo que uno, como espectador, espera encontrar cuando va a ver "una de..."
¿ Incluida El sueño de Casandra?..umm.no cuentan en las sólo escribe? X aquello de que es el.director el que asume la autoría??
ResponEliminaYa me entendéis.." esa no parece de Allen"
ResponEliminaVale. Pues termino de verla. Al igual que Abril, yo también tarareaba todo el rato el Do you something to me...pero al contrario que a vosotros dos, la peli no me ha terminado de convencer. No digo que sea mala o aburrida, pero le falta algo... no sé...la "magia" que tenía por ejemplo "Balas sobre Broadway". Y SPOILER... Reconozco que también es "previsible" y el final se ve venir, e incluso el "truco" de ella (aunque reconozco que tardé en pillarlo, pero unos minutos antes le dije a mi mujer: "es el amigo" (jaja) ).
ResponEliminaA mi mujer tampoco le ha gustado. Ha valorado más cosas como el vestuario (así que ha acertado con lo de Sonia, por lo visto), la fotografía, las localizaciones...
Y vale, yo también me mojo. En parte coincido con V en la de que todas son auténticos Allen, solo que unas "mejores" que otras... qué poco me gusta esa palabra; unas me gustan más que otras sería más exacto.
Mis favoritas.
Hannah y sus hermanas, Broadway Danny Rose, Manhattan, Zelig, Delitos y faltas, Toma el dinero y corre, Balas sobre Broadway, Match Point...y podría seguir, pero esas son de las que más me gustan.
Lo que sí veo es que a Josep le ha gustado sobre todo por los diálogos, por el guión, por las "citas"...y sí, vale...ese Allen es el que está en muchas de sus mejores pelis, pero había otra cosa, no sé... Para mí, el planteamiento de Zelig, o lo de Balas sobre Broadway con un mafioso que en realidad es un artista y sí está dispuesto a ... morir no, matar más bien por su arte... tenían algo inesperado que esta no termina de tener (es mi opinión, eh?)... En fin, que no coincido con vosotros dos y que no me lo he pasado tan bien como con otras de él.
Buenas noches.
¡Ep! ¡Un momento! me ha gustado, pero quizás no tanto como piensas, David: creí haberlo dejado claro: lo que sí ocurre es que, en el marasmo de malas elecciones que he realizado este año (es más cómodo asumir de entrada parte de culpa porque igual se han hecho buenas películas que no he sabido escoger) esta pieza de Allen, que no propone ninguna novedad, por lo menos, no me aburre, aunque resulte previsible.
EliminaAsí defendiste también una anterior de él. En plan...entre lo que hay en la cartelera, de lo malo-regular, es lo mejor.
EliminaY si nada cambia, David, el año que viene, más de lo mismo....
EliminaAhora ya puedo hablar...me he quedado un poco a medio gas....y tal vez es x que esta pelicula se decanta x la melancolia...es una pelicula de seres tristes y desamparados....he tardado en reubicarme ya que pensè que iba a ver una comedia chispeante, aguda y con ritmo. Y de eso hay muy poco....el ritmo lo ha ralentizado y como comedia a lo screwball le falta swing y chispa...
ResponEliminaPero es que no tengo claro que sea esa su intenciòn...es una funciòn agridulce e incluso con gotas de cierta amargura. Y creo que sobre lo mismo ha reflexionado mejor y con mas enjundia.
Principales obstaculos de la peli en mi opiniòn
- No veo ninguna quìmica y mucho menos magia entre la pareja protagonista....aunque es verdad que ambos comparten una tristeza vital que les iguala. Salvando las distancias estos personajes estan muy lejos del modelo de la fiera de mi niña y mas cerca de los de el apartamento o fijate el buscavidas...
- El personaje de Colin.....bufff....me pase media peli deseando borrarle de la peli y sustituirle por el mago que hacia Woody en scoop....pero esta es otra historia...
- A ver, como ya le pasò en la anterior el guiòn tiene agujeros tremendos impropios de Woody. Señores, que el affaire de la tia con el parlamentario solo lo conoce ella, es un secreto de su pasado.....como que Colin adivina que el otro se lo cuenta cuando va a llamar x tlf....es imposible....solo lo conoce la tia....y ese dato es el que le sirve a Colin para creer en ella...x que es un secreto personal de la tia....la explicacion a lo sherlock que se da no puede ser....y estas cosas....
En fin, como comedia ligera no me funciona, como retrato agridulce de dos personajes a la deriva y sin futuro...mucho mejor....en ambos casos creo que le falta un poco de sal al aliño. No se x que pero me recordò a Alice....saludos a todo el mundo
Sí. Lo del asunto de la tía. No lo conoce solo la tía. En principio también el sobrino, que dice algo como que él no ha dicho nada... Pero claro, no le ha dicho nada a ella...a su mejor amigo está claro que se lo contó alguna vez...porque el amigo lo es desde la infancia (la tía todavía recuerda cómo le cortó un pañuelo siendo críos, ¿no?)
EliminaLo que mi mujer vio (y en parte yo también) es que Woody se cuestiona la vida, la muerte, lo que nos depara esta...y saca la conclusión de que lo mejor es vivir la vida lo mejor posible mientras puedas, ¿no?
Pues igual lo he pillado yo mal....no me extrañaría....si es así rectifico, me dio la sensación como que era un affaire secreto de la tía....pero si es como tu dices me desdigo....
EliminaSi, lo que dice tu mujer es un poco así....nosotros salimos con la conclusión de que esta claro que según Woody no basta con vivir en la Costa Azul lleno de lujos para ser feliz...ahí está una gran diferencia; en Manhattan aunque todo le salía de aquella manera, siempre le quedaba Manhattan, aquí opta por un final distinto... bastante más amargo de lo que parece....
A ver a ver a ver....que estoy por desdecirme otra vez....todo eso supondría que la tía está tb en el ajo, cosa no descartable, ya que si no a ver como explicamos la escena....que la tía le da a la chica un collar que le regaló el político al romper, pero en principio simplemente le da un collar....y tu me dices que la tía se lo dijo a Colin y Colin se lo cuenta al otro y el otro se lo sopla por tlf a la chica....mmmm....no sé....
EliminaA mí me parece, Víctor, que esos son defectos del guión, que no tiene la precisión que uno puede esperar: si trasladáramos el género, diría que nos hallamos ante un entremés, una comedieta ligerilla para ocupar plaza momentáneamente, como si se tratara de cumplir el trámite de presentar una película al año..... ¡caramba! ;-)
EliminaPor poner un ejemplo, y hay varios, me divierten mas bien poco las sesiones de espiritismo y la trama para saber si la chica es una farsante o no....me intersa mucho mas la mirada de profunda tristeza, melancolia y desamparo de Emma Stone en la piscina cuando el hijo le dice que le ha comprado todos los vestidos y le planifica su vida de oro recorriendo Europa. Mas saludos....
ResponEliminaEs que al hijo lo ponen en plan cabeza de chorlito... Lógico que ella prefiera al mago.... aunque sea una especie de Profesor Higgins.
Eliminay ojo, que deja nada menos que a Catherine Mcormack. Pero es verdad. Mira aquí se ve como Allen utiliza tanto la brocha gorda como el pincel fino. Lo del chaval es como tu dices, no es competidor posible como marido y eso que Woody se encarga de resaltar tb la incultura de ella...pero en la otra pareja mueve los hilos de forma habilidosa...la prometida no tiene ningún problema, ya se ha largado a las galápagos según tenía pensado...hummmm...
EliminaMagnífica, me encantó. Deliciosa y sencilla, que no simple, más bien todo lo contrario.
ResponEliminaUn abrazo.
Simple, lo que se dice simple, Allen no deber tener ningua, Alfredo, que yo recuerde: cierto que mantiene elementos constantes en su filmografía, que los viste con unos modos más que dignos, pero también hubiera podido meter más carne en el asador, aunque, desde luego, es de esas a las que a uno no le importaría dar un vistazo de nuevo.... cosa que hacía tiempo no me ocurría en las actuales...
EliminaUn abrazo.
Ya decía yo lo del profesor Higgins, a mi me lo recordó muchísimo..quiere instruirla y enseñarle lo que él cree que debe ser la vida.
ResponEliminaDe acuerdo en lo de la mirada triste, en el pesimismo ( muy de Allen)pero ¡ por favorrr Víctor, no me la compare usted con el apartamento y menos aún con el buscavidas, aunque ella sea precisamente eso, una buscavidas tramposilla!!!
De todos modos no es tan chispeante como otras, en eso de acuerdo, tengo que verla de nuevo.
Saludos cariñosos
lea usted bien, que aún se puede leer......salvando las distancias, creo que pone....menos mal que lo puse....un abrazo
EliminaVale vale..leo y entiendo a dónde quieres ir a parar..pero siendo como es de Allen y sabiendo que esa suele ser su visión de la vida no extraña nada pero en este caso no es ni la mitad de pesimistay acida cómo las obras maestras(subjetivamente) que citas. El final es como cuando Eliza Doolittle aparece con las zapatillas mientras Higgins está echandola de menos y suspirando xq cree haberla perdido..
ResponEliminaY el otro noviete aunque la ofrece el lujo en este caso, es tan tontuno como Freddy Eynsford-hill que le canta mientras le espera
La calle donde vives..
Milady, comprendo la sensación producida por los diferentes caracteres -y por la enorme diferencia de edad entre ambos- pero sacar a colación detalles de la pieza del irascible Bernardo en nada favorecerá a Woody, me parece..... y desde luego, Jeremy Brett se lo lleva de calle, por la canción también..... XDD
Elimina..bueno es mi interpretación pero ya sabeis que yo no "pontifico" (jeje) puedo estar muy equivocada.;-P
ResponEliminaAh..y un abrazo
P.D. Le habéis dado muchas vueltas al asunto de la tia..umm
Pero como no le vamos a dar vueltas...mira...si lo que expone David es así, y salvo que Mr Parrot arroje otra tesis, no lo descarto, esto supone cuatro cosas
ResponElimina1º Colin es un tipejo que va contando a sus amigos los asuntos amorosos de su tía...nada menos que con un parlamentario casado...
2º No solo eso, encima entra en detalles y cuenta que el lord o lo que sea le regala a su tía cuando acaba el romance un collar de perlas....tipejo al cuadrado.
3º Conclusión....se merece la broma que le gastan...que para colmo le sale bien, ya que esto es como Michael Douglas en "The game"....
4º La tía es una bon vivant encantadora que encima se lo perdona todo x que es un infeliz...
Como no nos va a gustar la tía....si es un encanto, lo que uno no se explica es como le ha salido semejante sobrino cuentacallejas...bueno ahora vendrá Josep y dirá que es todo un caballero británico...al tiempo
Saludos.
Lo de los amoríos de la tía, tal como nos presentan a los elementos británicos de la trama (que son tres y sólo tres: los otros son americanos -nuevos ricos sin clase y estafadoras) es moneda de curso común habitual en la sociedad bienstante que pasa la temporada en la Costa Azul y no tiene otra que cotillear: aparte que el amiguete lo es de la infancia, es íntimo de la casa y es además el único amigo que tiene el caballero: ese ambiente es al que me refiero cuando apunto que Allen se ha inspirado en las comedias irónicas de Wilde y compañía....
EliminaLa lástima es que, efectivamente, no hay química en la pareja, ni romántica ni siquiera de guerra de sexos y yo, a diferencia de tí, lo achaco a la niña Stone que me parece verde para estas batallas, porque Colin cumple a la perfección, como no podría ser de otra forma, con el papel de estirado y remilgado british: deberías verlo en v.o.s.e. especialmente en las escenas con la tía, excelente Atkins....
Allen no incide con la fuerza que uno hubiera deseado en las diferentes formas de vida de todos los concurrentes en la trama, y por eso creo que es un entremés, un entretenimiento ligero y ágil, sin duda.
Si tú ya sabías que, efectivamente, el terceto británico cumple a la perfección con su papel: fíjate que ni siquiera acaba enfadado con su amigo y acepta de buen grado la putadita, en buena parte porque le ha ido bien.... y en parte porque, no lo olvidemos, son exponentes de la flema británica....
Es verdad que no incide igual.....esperaba que Marcia hubiese tenido un poco màs de papel....es una gran actriz para un personaje mini....
EliminaPero con Emma Stone no transijo.....no la veo verde en absoluto, y creo que ya ha dado sobradas muestras. No dudo que Colin en vo....mmmmm....me hago una idea
Desde luego, disponer de Marcia para cuatro líneas de relleno aparte de ser prodigalidad es un hurto al espectador avisado que seguramente esperaría más...
EliminaSupongo que es otro caso de maldición de la media edad femenina, otra injusticia más a perpetuarse en pantalla...
Mira me voy a verla otra vez y luego te digo..aunque el que debería decir algo es Mr. parroquia..que..¡ ya le vale..! Le imagino leyendo y frotándose las manos a la par que se echa unas risitas..
ResponEliminaToc toc..¿ sire..? Aquí les esperan (mos)
Besos
La verdad es que exponiéndolo como lo expone V, lo del sobrino es verdad que tiene delito, sí (jaja).
EliminaNo sé... Dices que vas a verla otra vez, pero yo no tengo muchas ganas (igual de aquí a unos años)... Y por cierto... coincido en lo de que ya le vale al lorito. A ver cuántos seguimos esperando.
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EliminaAquí estoy de nuevo. La he visto otra vez y..me ha gustado más que la primera. Me parece que los diálogos sobre todo hacia el final son brillantes. No estoy de acuerdo en lo de los "agujeros "de guión porque todo va cobrando sentido según se van desenredando los nudos. Los "fallos" son menores en la conclusión. La tía es una señora con esa flema e ironía tan inglesa, encantadora sin duda y por supuesto le da cien vueltas al sobrino un sabiondo pedante que no se corta un pelo a la hora de soltar sus "perlas".. que se le bajan los humos y aprende la lección al enfrentarse a una sencilla y lista joven cuya sonrisa le calienta su frio corazon y su caida de pestañas desarma todas sus racionales teorías..
ResponEliminaEs más, tampoco importan cuando se trata de ser feliz, al menos lo más parecido a la felicidad..dure lo que dure..que son dos días.
Y ya no vuelvo más hasta que Mr.Parrot aparezca..
Saludos cordiales
Estás ahora en ventaja, Milady: no sé si ése sobrino es tan flojo como apuntas: lo que sí entiendo es que entre tía y sobrino hay una relación que va más allá de un parentesco acomodaticio: él se traslada desde Berlín entusiasmado por ir a ver a la tía y ella declara que él es su preferido: en una comedia de Wilde o de Rattigan, al final, él hubiera sido en realidad hiijo de ella y del político cantamañanas que la abandonó, pero creo que Allen no se atreve con una historia que le podría ir de las manos, a la que meterle más ironía sería difícil y otros lo han hecho antes.
EliminaDe todas formas, lo bueno de estas piezas es que, aunque haya algún fallo en el guión, a nadie le importa porque el conjunto, formalmente, apenas se resiente.
Si es que lo malo de esta película, en definitiva, es que la firma Allen y todos esperamos siempre lo mejor de él. Esta la firma el papanatas de Seth Rogen y Hollywood enloquece en cinco minutos.....
Besos.
Sin duda, la relación tia/sobrino es de lo más interesante y sí, más pegan como madre e hijo ( de ahí que me recuerde a Higgins y su irónica madre,Gladys Cooper, que ademas se pone de parte de Eliza, perdona que insista) y ya sería genial que además fuera el hijo "ilegítimo" de la dama y el politico. Todo muy de comedia inglesa del ingenioso y feroz Oscar W.
EliminaPero tienes razón tambien que establecer comparaciones con semejantes pesos pesados puede ser excesivo pero Mr. Allen tampoco lo hace mal cuando se pone..(jaja)
Yo me lo he pasado bien y no pasa a menudo.:-)
Besos
A mi me ha encantado la película, simple y a la vez profunda, con una bonita historia.
ResponEliminaMe alegro, Sandra. Bienvenida.
EliminaSin duda, la relación tia/sobrino es de lo más interesante y sí, más pegan como madre e hijo ( de ahí que me recuerde a Higgins y su irónica madre,Gladys Cooper, que ademas se pone de parte de Eliza, perdona que insista) y ya sería genial que además fuera el hijo "ilegítimo" de la dama y el politico. Todo muy de comedia inglesa del ingenioso y feroz Oscar W.
ResponEliminaTienes razón tambien que establecer comparaciones con semejantes pesos pesados puede ser excesivo pero Mr. Allen tampoco lo hace mal cuando se pone..(jaja)
Yo me lo he pasado bien y no pasa a menudo.:-)
Besos
Yo estoy con Abril en lo de que el "novio" es tan soso como del "on the street where you live"...y que la tía le pega bastantes vueltas al sobrino. Y estoy también con ella en lo de los parecidos con "My fair lady".
ResponEliminaNo sè no sè.....este Woody parece que ultimamente ve màs clasicos que Abril y David juntos.....o no recuerda la visita del misògino y la pelirroja a la que hacian a mitad de pelìcula Deborah y Cary en tu y yo.....salvando las distancias....casi se me olvida...
ResponEliminaAcabo de terminar de verla. A ver si alguien me saca una duda atragantada sobre la última escena: ¿qué se supone que sirve la tía cuando, después de darle whisky al sobrino lamuestran vertiendo un líquido oscuro en una cucharita? Y después aparece Sophie en la habitación...
ResponEliminaSi no recuerdo mal, la tía se sirve a sí misma una cucharadita de su medicina...
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