La Reina del Soul nos ha dejado
La gran Aretha Franklin se ha ido pero nos ha dejado el recuerdo de su arte en vinilos preciosos guardados como oro en paño, en discos compactos, e incluso nos alegró en una ya de por sí buena sesión de cine con su contribución inesperada, un cameo que merece la pena ver de nuevo como despedida de una grande entre las grandes de la música del siglo XX:
Allá donde hayas ido, Aretha, seguro que estarán encantados de hallarte.
Vengo de otros blog donde también pusieron esa escena. Tremenda
ResponEliminaMe acabo de enterar de la noticia por vos y por él
Abrazo!
Son hechos, Frodo, que uno aprovecha para rendir un último y sentido homenaje a una artista que me acompañó toda la vida.
EliminaUn abrazo.
Gran pérdida.
ResponEliminaUna voz extraordinaria...comparto y suscribo porque está entre mis favoritas desde hace...mil lunas.;)
No recordaba esa escena, genio y figura.
Besos.Milady
Esa escena, Milady, me vino a la memoria porque fue la primera vez que pude ver a Aretha cantando, después de acumular sus Lps y disfrutarlos cien veces...
EliminaBesos.
En efecto, una verdadera reina. Me enterè por EL APARTAMENTO EN PAÌS de Abril.
ResponElimina---
En otro orden mi hermano ¿serà que puedes leer mi novela? Te garantizo que es muy breve. solo 24 pàgianas. quisiera saber què te parece. Te dejo el link
https://freeditorial.com/es/books/la-propiedad
Por cierto hermano. Acabo de dejar un comentario netamente publicitario. No hay problema de que lo elimines pero con la condiciòn de que sea luego de haber leìdo la novela ¿trato?
ResponEliminaAretha Franklin para la eternidad, amigo Josep. Aquí estoy contigo compartiendo duelo, también junto a mis preciados vinilos. Por cierto, el vinilo es insuperable. Solo como objeto físico (después de tanto digital) te transporta a otro tiempo. Dijo Rilke que la música nos inventa un pasado que no reconocíamos. Ay, no hay día que no suene en casa mis ladies of jazz. Es como tirar de la cadena y hacer limpio. Uno está harto de tanta mediocridad sonrojante que nos asalta a diario. Pones en tu equipo con el volumen pelín alto a Bessie Smith, Billie Holiday, Sarah Vaughan, Ella Fitzgerald, Dinah Washington, Ivie Anderson, sí, has oído bien, mi querido amigo, Ivie Anderson, la gran olvidada del jazz; la que fue la cantante favorita del exquisito Duke Ellington; ese príncipe elegante sentado delante del piano y te hace olvidar toda la basura que tienes encima. Ay, mi adorable Ivie, la mujer que salió en zapatillas y delantal cantando en aquella mítica escena de “Un día en las carreras”, como mis hermanos Marx. Por cierto, aquí Aretha también está en zapatillas. Pobrecitas mías. Te lo digo, amigo Josep, aunque sé que lo sabes de sobras; unas de las pocas cosas que nos va quedando en la vida es escuchar a las ladies of jazz. Y al mundo que le den. Aretha Franklin para eternidad.
ResponEliminaUn fuerte abrazo, amigo mío.
Si empezamos a hablar de vinilos, querido Francisco, no tienes ni idea de hasta donde puede llegar la conversación ni que derroteros y batallitas pueden surgir así, sin pensarlo dos veces, de modo que lo dejaremos para cuando haya una mesa por en medio, si te parece...
EliminaSólo para hacer homenaje a tus palabras, decirte que ahora mismo estoy escuchando a Ella con el Jommy Jones Trio y el respaldo de Duke Ellington y su orquesta en un concierto de la JATP de 1967 en el que la dama probablemente consiguió que Duke olvidara a Ivie ofreciendo unas versiones inalcanzables e inverosímiles de You've Changed y la más sensual Let's Do It que jamás se haya podido escuchar.
De Aretha poco podría añadir más de lo que se ha leído estos días salvo que a los de mi generación nos introdujo -con Otis- en las melodías del más genuíno Soul y luego en el funky más desatado, y siempre dando muestras de una polivalencia absolutamente asombrosa y un rigor musical que ya quisieran siquiera vislumbrar algunas personas que prefiero no citar.
Llevo escuchando a todo trapo todos los Lps de Aretha desde que se anunció su enfermedad terminal y fíjate, acabo la semana escuchando a la gran Ella.
¿Qué te diré que no sepas ya?
Un abrazo.
Puedo imaginármelo, amigo Josep. Como gran apasionado del jazz que soy y de los vinilos, los viejos conciertos en cuchitriles llenos de humo, improvisación, elegancia… ay, recuerdo al exquisito Dexter Gordon cuando dijo: "Todo aquel que cree que es fácil salir al escenario cada noche 300 días al año y crear algo nuevo, nunca tendrá la talla que se necesita para ser un músico de jazz. Es increíblemente agotador empezar desde cero cada día y crear algo humanamente que esté tan cerca de ser una obra maestra a medianoche." No sé si has leído esa maravilla de libro titulado “Pero hermoso”, de Geoff Dyer. En fin, como dijo el gran Lester Young: “Ahora es más tarde; aquello era entonces.”
ResponEliminaOtro abrazo.