Tres actrices y un actor
El título de este comentario viene a resumir, con la brevedad que algunos exigen de este farragoso aficionado al cine (ocasionalmente de forma elíptica y más a menudo directamente), la impresión causada por la segunda película de un autor que cayó en el pozo de mi desmemoriada mente, ya que, he de confesarlo, en su día me divirtió bastante con una pieza extraña, una comedia rara llamada entre nosotros como Joe contra el Volcán , que, al parecer, no gustó a casi nadie.
Ya sabemos nosotros, cinéfilos en pena, que lo de los gustos es cosa extraña y particular: cada uno tiene el suyo. Por fortuna, diría.
El caso es que hace ya unas semanas vi en el cine la última película de John Patrick Shanley , que podríamos definir como escritor teatral, guionista y ocasional director de cine, acostumbrado a dirigir en las tablas sus piezas teatrales, también se ha encargado de llevar a la pantalla dos de sus guiones: es el caso del drama conocido en España como La Duda (Doubt, 2008), que primero conoció los laureles de las tablas de Broadway hace cuatro años.
Es decir, que el espectador no estadounidense se enfrenta a una versión cinematográfica de una obra teatral de reconocida fama en aquel país. Dado que el director resulta ser también el guionista adaptador de una obra propia ya publicada, el apelativo tan castizo de Juan Palomo se erige casi hasta el límite, ya que, por suerte, el protagonismo se deja en manos profesionales.
Shanley como director de la película consigue, gracias a unos cuidados entornos físicos, apartarse del enclaustramiento de la obra teatral, dándole aire, perdiendo teatralidad en la puesta en escena. Parece que se autoimponga esa huida a la génesis de la película, y, en opinión de este comentarista, en ello pierde parte de su fuerza.
Me siento muy libre de opinar que, en manos de "teatreros cinematográficos" con más valor y talento (Wyler o Welles, por ejemplo), el escenario escogido hubiera sido menos luminoso y más claustrofóbico, ayudando al desarrollo de una historia de luces y sombras que se mueve continuamente en las relaciones entre los personajes, basadas por una parte en su forma de entender su labor y por otra en su forma de ser, precisando una introspección que simplemente se nos apunta pero que, de forma deliberada, no profundiza en unos caracteres que podrían ser mucho más complejos, aun siéndolo bastante en comparación con lo que solemos ver en las actuales pantallas de cine.
La Duda es evidentemente una película para adultos, no porque su texto pueda resultar inapropiado para los jóvenes, sino porque pretende provocar una reflexión en el espectador; sin embargo, los datos que ofrece carecen de la fuerza dramática que podemos escuchar en otros guiones de antaño. Unos diálogos bien construidos, elegantes, pero carentes de fuerza dramática, a buen seguro porque su autor así lo ha querido; da la sensación que se ha quedado voluntariamente a medio camino en la búsqueda de un éxito en las tablas escénicas. Un éxito que permita cientos de representaciones, a sala llena de la "mayoría silenciosa", gente acomodada que va a los teatros de Broadway a pasar el rato.
Porque, girando la temática alrededor de unas ideas que pueden ser de actualidad, cuales son las sancionables conductas ético-sexuales de algunos miembros de la Iglesia Católica, por el tratamiento de la trama, quedan en simple pretexto, en causa y origen de un enfrentamiento de poderes, una batalla de ideas viejas y renovadoras, unos sentimientos de soledad y culpa que no acaban de aflorar porque Mr. Shanley carece por un lado de la valentía de tomar partido, lo cual tampoco es que sea un valor específico, y lo que es más lamentable, carece del talento suficiente para elevar como personas reconocibles en su esencia a unos personajes que están bien dibujados, bien descritos, pero cuyas ideas no acaban de explotar con la fuerza que se les supone, inanes, amedrentados, carentes del vigor y desnudez que les daría una pátina de clasicismo entendido como perpetuidad, erigiéndose en prototipos, héroes o villanos, tanto da, pero inolvidables.
Sé que me tacharán de exigente en el mejor de los casos.
En mi descargo, decir que cuento con cuatro poderosísimas razones para haber deseado que Mr. Shanley hubiera trabajado con más fuerza dramática su texto.
Son cuatro armas invencibles: Meryl Streep, Philip Seymour Hoffman, Amy Adams y Viola Davis
Tres actrices y un actor: grandes, grandes.
Ese cuarteto de intérpretes vale por sí solo el noventa por ciento del éxito que pueda tener La Duda. Es un festín, amigos, que hay que tomar, naturalmente, en versión original, ya que el doblaje al castellano, una vez más, no pasa de correcto.
Con la trama central, mucho más compleja de lo que a simple vista se nos ofrece, es decir, con un potencial dramático espléndido, uno tiene la sensación que con esos intérpretes, un buen guionista y un buen director, de aquellos que cualquiera puede citar, podríamos hallarnos ante una película con visos de convertirse en un clásico.
No diría que el resultado final queda en nada, porque resultaría injusto, pero, desde luego, después de meditarlo con calma, este comentarista sigue teniendo la sensación que La Duda no es más que un elegante entremés, cuando otro cocinero hubiera presentado, con los mismos ingredientes, un plato de primera con un recio y amargo sabor a drama rotundo.
Sí es cierto que resulta extrañamente tibia a pesar de manejar un material tan poderoso, que los intérpretes están magníficos a pesar de eso, pero, amigo Josep, antes me quedaba yo con ésta que con cualquiera de las finalistas a los pasados Oscar.
ResponEliminaSaludos.
Me ocurrió algo muy curioso cuando fui con Lola a ver "La Duda". Me gustaba el tema y me gustaba el ramillete de actores. El director me chirriaba por la razón que tú esgrimes, es decir "Joe contra el volcán".
ResponEliminaA lo largo de la proyección me sentí muy complacido. Realmente gozaba la peli, y aunque como bien dices hubiera sido doble placer oir las voces originales, tampoco me parecieron demasiado mal los doblajes.
Sin embargo a la hora de volver a casa y durante el trayecto en el coche comenzamos a discutir sobre lo que habíamos visto y vinieron los peros.
Al día de hoy, pasado un mes largo, creo que no volvería a verla porque se me ha descongelado totalmente. El buen hacer interpretativo y el razonablemente buen texto parecen quedarse en nada, y así nos queda la "duda" si hemos visto una buena, pasable o mala peli.
Un abrazote
Alberto Q.
ResponEliminawww.lacoctelera.com/traslaspuertas
Esta peli con otros actores se quedaría directamente en mediocre y pésima.
Estoy totalmente de acuerdo con tu frase: "Ese cuarteto de intérpretes vale por sí solo el noventa por ciento del éxito que pueda tener La Duda".
En fin, que no está nada mal y merece la pena verla (el duelo entre Meryl Streep y Seymour Hoffman es increíble, sobre todo en dos o tres escenas clave).
Saludos
Defines muy bien en dos palabras (extrañamente tibia) la sensación que tuve, 39escalones, acabada la película.
ResponEliminaCreo lo que dices respecto a las finalistas, aunque confieso que todavía no he visto ninguna, porque no se me ha puesto a tiro más que la del Benjamin y decidí pasar de ella...
Saludos.
Ya veo, Antonio, que mis sensaciones no fueron únicas, lo que me reconforta.
ResponEliminaAunque hayas decidido no volver a verla, te recomiendo que rompas esa decisión y la veas en v.o.s.e., porque, decididamente, es otra película, sobre todo en lo que se refiere a las féminas: la Streep es un dechado de virtudes interpretativas y conoce los más recónditos secretos de su voz: espectacular. Creéme...
Pienso que no quisieron darle el Oscar por no dejarla entrar en la Leyenda....
Un abrazo.
Me alegra que coincidamos, Alberto: vale la pena verla, desde luego, por disfrutar de esos actores; incluso diría que las escenas en las que no participan, podían habérselas ahorrado o presentado con alguna que otra elipsis o flashback y el resultado hubiera sido mejor...
ResponEliminaSaludos.
Pues no me queda otra que coincidir en todo contigo, incluyendo la sensación de desbrave progresivo desde el momento en que acaba la película hasta que reflexionas sobre ella. De lo que discrepo es de lo que comenta 39escalones: "La duda" no merecía entrar en la lista de finalistas al Oscar. Puede que fuera mejor que alguna (y digo "puede"), pero peor que unas cuantas otras. De hecho, la nominación de Viola Davis me parece un disparate. Está bien, pero son tres minutos contados, y su personaje no marca la película; no entendí esa nominación. Sí la de Amy Adams, que está estupenda en un papel equilibrista realmente difícil. Saludos.
ResponEliminaSupongo, Marcbranches, que la nominación de la Davis está en la línea de la famosa de Judi Dench; no en vano la Davis está muy bien considerada como actriz teatral y se resiste a participar en el cine.
ResponEliminaAparte que esos tres minutos son lo que se denomina "un bombón" (en catalán: "el paper de les cireretes" ) como, por ejemplo, el corto y célebre papel del padre de Eliza Doolitle en My Fair Lady.
Aunque coincido en que Amy lo merece en mayor grado, por su delicada actuación que no cede un ápice al encontrarse en medio del fragor de la batalla de los dos "monstruos" principales...
Saludos.
Creo que es la primera crítica tibia o desfavorable, que leo de esta película; lo que evidencia, en el peor de los casos, que la crítica en este país es del todo menos crítica.
ResponEliminaYo, para acabar, he de decir que no he llagado a ver esta película, con lo que no puedo alinearme en un lado u otro.
Ya sabemos, Raúl, que las críticas en los medios en demasiadas ocasiones vienen condicionadas a la publicidad insertada.
ResponEliminaAun así, no quisiera que te perdieras la oportunidad de verla en v.o.s.e., si disfrutas con buenas actuaciones, porque el cuarteto bien vale la pena.
Saludos.
La tengo ya un poco en la recámara, pero el aria de bravura de Viola Davis y esa justificación de la pederastia, según y como, todavía no me dejan dormir todas las noches. O sea que no estará tan mal.
ResponEliminaBenvingut, Allau:
ResponEliminaDespués de meditarlo, creo que el tema de la pederastia no es el principal, advierto; no te digo más, ya que no la has visto todavía.
Pero, como ya he dicho, vale la pena verla por las actuaciones: eso sí: en versión original, pues el doblaje de Streep, sobre todo, es un hurto al goce del espectador.
Ya dirás que te parece.
Salutacions.
p.d.: Molt bó el teu Disseccionari... :-)
Josep, no me he explicado bien. Quería decir que la vi hace meses y que, aunque no la tengo tan presente como tú, ciertas cosas me dejaron huella.
ResponEliminaEstoy de acuerdo en que el "tema" de la película no es la pederastia, pero el enfoque que se da a través de la madre del niño es, cuanto menos, provocativo y da que pensar.
p.d.: I gràcies!
No lo entendí bien, Allau, porque no caí en la cuenta de mi propia demora en verla...
ResponEliminaCoincido en que lo que la Davis expresa con tanta fuerza expresiva contiene enjundia para otro guión, desde luego.
Salutacions
No puedo resistirme a dejar una opinión que como es obvio será una más y por tanto subjetiva. Hace tiempo que la ví pero ahora al leerte, con la pelicula más que reposada entiendo lo que quieres decir..y es que tantisimo talento merece mayor profundidad en los personajes. Y yo tampoco creo que solo sea el tema de la pederastia,más bien ( a mi humilde entender ) se trata de que no existen ' verdades' absolutas, que las apariencias engañan y que juzgar a la gente es harto dificil porque no todo es blanco o negro sino gris e incluso éste puede ser 'perla' o 'marengo'...Quizás no aporte mucho más a lo dicho en este 'foro'...
ResponEliminano sé, me queda la duda....
Lo que si haré es conseguir la peli para verla en vs.o ¡ seguro que es otra peli, Sherlock !
Un placer...Irene A.
Todas las opiniones son subjetivas, querida Milady, y añadiría que por suerte, ya que en ellas podemos hallar restos de la persona que las vierte, así que ninguna está de más.
ResponEliminaEl tema queda un poco indefinido, como tú apuntas muy bien cromáticamente, usando unos matices del gris que hacía tiempo que no escuchaba ni leía y esa es la peor baza de la película.
Eso sí, verla en versión original es verla de nuevo, te lo aseguro, Irene A.
El placer es mío, naturalmente.
Besos.