Pies Ligeros
Eranse una vez dos personas, que trabajaban en lo mismo : la de más edad, gozaba de un aire elegante y distinguido, fruto de su largo aprendizaje en las tablas escénicas; la más joven, de un dinamismo envidiable, con una sorprendente agilidad que le permitía realizar proezas inverosímiles.
Su trabajo, con una aparente sencillez, siempre ocultó una dedicación estajanovista, una enésima repetición, un ansia de perfeccionismo que encumbró, durante décadas, a ambas personas, habiendo coincidido en el tiempo cinematográfico dada la longevidad de la mayor, Austerlitz, (1899 - 1987), cuya primera aparición en el cine fue en el año 1933, y la aparición de la más joven, Curran, (1912 - 1996) en el año 1942, siguiendo el camino abierto por su colega en las pantallas cinematográficas.
Sus apariciones en la pantalla grande son recordadas por todos los aficionados al Cine Musical con mayúsculas, donde ambas personas lucieron unos pies ligeros, tan ligeros, que parecen trucos de cámara y, aunque ambas estrellas del musical en varias ocasiones se sirvieron para maravillarnos de la técnica cinematográfica, llevándonos a un mundo de fantasía, siempre supieron pisar el suelo encerado como nadie más lo ha conseguido.
Los estudios cinematográficos, astutos ellos, nunca trataron de reunir a las dos estrellas en la misma película y creo que tampoco hubo mayor intención por las partes interesadas, las propias estrellas, quizás con buen sentido, aunque el espectador no acabe de estar de acuerdo ni con los unos ni con los otros.
Que no hicieran una película al alimón no quiere decir, por suerte, que no podamos ver en acción a la mejor pareja de baile de la historia del Cine Musical:
Con todos ustedes, Mr. Frederic Austerlitz Jr. y Mr. Eugene Curran Kelly :
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