ESD 25 2001 SPACE ODYSSEY
La megalomanía de Stanley Kubrick tiene su máxima expresión en su película más popular, aquella cuyo título daría cualquier persona como obra de Kubrick y no deja de ser curioso que el tiempo ha colocado en su sitio la fantasía con que el director neoyorquino adornó su excesiva grandilocuencia, su eterna búsqueda de notoriedad y clasicismo entendido en el sentido de convertirse en un clásico, en un referente urbi et orbe, porque hace tiempo que pasó el año 2001 y todavía nada de nada...
Como es lógico, la aspiración de Kubrick como director era deshacerse de elementos que entorpecieran su grandeza como estilista cinematográfico y para su obra más popular se afanó en construir muchas de las escenas sin diálogos, con lo que en un apuro este cinéfago criticón que se juega el tipo a conciencia acude a Kubrick para salir del paso con dos escenas sin diálogos con las que cumplir holgadamente la mini-sección.
El hecho de insertar dos escenas en una misma entradilla, con el gasto que eso supone (perder la ventaja de tener otra ya preparada) viene a cuento porque así como una la entiendo como bien estructurada y aprovechable desde la óptica del espectador que recibe una información visual interesante, la otra, en mi opinión, es una pérdida de tiempo de metraje lamentable y podría ser objeto de unos buenos cortes de moviola.
Esta es la primera, la más aprovechable, la que finaliza con una elipsis muy bien ideada y realizada (no digo que Kubrick no supiera hacer cine: digo que a partir de esta película su declive fue imparable, por su endiosamiento) que lleva al espectador a otro tiempo:
Escena provechosa
Y esta es la que sigue de inmediato, una pérdida de tiempo que me pareció desechable cuando vi la película de reestreno en el cine, a primeros de los setenta; estuve a punto de no entrar a ver la segunda parte, después del intermedio.
Escena desechable
Un día de estos agarro las tijeras y mejoro sensiblemente esa película inacabable, pesada y aburrida: uno tarda menos en leerse la novela que Bradbury hizo después de escribir el guión.
Y es más divertida, además.
Fíjate que, por una vez, no estoy para nada de acuerdo.
ResponEliminaSaludos.
Ahora vendrá Anro a decirte que de qué vas, Josep.
ResponEliminaNo sé. No he tenido ganas ni de ver las escenas.
Tendría que volver a verla.
Pero debo decir que en parte estoy de acuerdo contigo. Esta película ha "envejecido" y no por los efectos especiales o porque hayamos pasado el 2001. Además, mis favoritas de Kubrick son las anteriores a esta peli (y no cuento ni Senderos ni Espartaco que esas son de Kirk Douglas)..
Pero me siguen gustando algunas de las que hizco después. En ese sentido, creo que La Naranja mecánica ha envejecido también bastante en el aspecto diseño-futurista-estética pop, pero como película sigue manteniéndose (cosa que con esta...) Hace muchos años que Kubrick dejó de estar en la lista de mis directores favotitos. Y aquí podría citar a un amigo que dijo algo que va a sacar sarpullidos:
"Kubrick es un director de cine para adolescentes"... Y lo que quería decir es que sus películas te "marcan" si las ves con esa edad...Por su forma y su contenido... pero que cuando "maduras" te impactan o te marcan más otras cosas, menos llamativas y "grandilocuentes". Es una opinión, y la hizo con la sana intención de debatir, léela entre comillas.
Un saludo.
Pero Alfredo: ¿no estás de acuerdo con que la primera es aprovechable, o con que la segunda es desechable? ;-)
ResponEliminaEs curioso que 2001 suscita grandes adhesiones y provocaría debates interminables, bizantinos, que me encantaría mantener alrededor de una buena mesa.
Para mí esa curiosidad se acrecienta por el hecho que desde muy jovencito no me ha gustado y es de las pocas que habré visto en más de una ocasión y sigo pensando igual, pero con mayores argumentos.
Saludos.
Antonio ya sabe muy bien lo que pienso de Kubrick, David, así que ni él va a sorprenderse ni yo por la retranca... ;-)
ResponEliminaTampoco estoy de acuerdo contigo, porque eso que mantienes de Kirk, sin negar su poderosa influencia, tampoco creo que llegue a tal punto.
De la escasa filmografía de Kubrick he visto cuatro quintas partes, porque ni El resplandor ni Barry Lindon, ni Eyes Wide Shut me han despertado ganas de verlas, aunque reconozco que Full Metal Jacket me gustó más de lo que esperaba.
O sea, como digo, que a partir de 2001, para mi gusto, se acabó el buen Kubrick.
Esa frase de tu amigo que reproduces es un pelín provocadora porque califica a los oponentes y eso es una debilidad en un debate, aunque ciertamente Kubrick se dedicó a impresionar al público a base de trucos baratos.
Saludos.
Pues yo no voy a decir ni mu hasta que Alfredo acepte el reto de tu pregunta y se pronuncie. Esto no me lo pierdo.
ResponEliminaSonrío.
Me hace reir tu prudencia, Raúl, colega, acostumbrado al tempo del debate como ninguno, esperando verlas venir con calma, regocigándote...
ResponEliminaSaludos.
¡¡¡Que la maldición de los hados caiga sobre vuestras blasfemas opiniones kubrickianas!!!...¡¡que la negra pantalla os prive de ver ningún fotograma hasta que caigais rendidos ante la grandiosidad sublime de esta peli!!!....El oráculo ha hablado.
ResponEliminaEn fin, en serio, no vamos a polemizar sobre este asunto porque ni tú Josep vas a bajarte del burro, ni yo voy a perder mi adoración por esta peli.
Te voy a regalar dos opiniones que copio literalmente (no completas, obviamente). La primera pertenece al escritor Alberto Moravia. En su libro "En el Cine" dice lo siguiente de "2001"
"Dicen que "2001" de Kubrick, costó siete mil millones de liras. Frente a esta suma colosal, los menos de cien millones de liras que se gastaron en una película de arte como "Las manos en los bolsillos" de Marco Bellochio, forman un contraste lleno de significado. No cabe la menor duda de que, para muchos, este sifnificado se resumiría así. "Es una verguenza! el buen cine se puede hacer con poco dinero. ¡Inauditao despilfarro! ¿Arte comercial!" Pero creemos que se trataría de un comentario apresurado. Digamos, por el contrario, que "Las manos en los bolsillos", es una obra de arte, y la película de Kubrick, un producto"
Moravia sigue criticando la peli poco más o menos en tu misma línea.
Considero que Moravia hacía su crítica en función de su condición de novelista y siendo muy parcial, sobrevalorando el cine europeo en detrimento del americano.
Por el contrario el gran crítico RoberEbert, experto absoluto del cine y ganador de un Pulitzer dice lo siguiente de la misma peli.
"Solo algunas películas trascienden y funcionan por encima de nuestras mentes e imaginación como lo harían la música o las plegarias o la visión de un inmenso paisaje. La mayoría de las películas tratan de personajes con una meta que alcanzan tras superar dificultades, ya sean cómicas o dramática. "2001" no trata de tal consecución, sino de una búsqueda, de una necesidad. No muestra sus efectos especiales en sitios específicos, ni tampoco nos pide que nos identifiquemos con DAve Bowman o cualquier otroa personaje. Nos dice "Lleguemos a ser hombres cuando aprendimos a pensar. Nuestras mentes nos han dado las herramientas para entender donde vivimos y quiénes somos. Ahora es el momento de dar el próximo paso, de saber que no vivimos en un planeta, sino entre las estrellas, y que no somos carne, sino inteligencia". El genio de Kubrick no reside en cuánto hizo en "2001" sino en cuán poco. Este es el trabajo de un artista tan seguro de lo que está haciendo que no incluye ni un plano gratuito sólo para llamar nuestra atención. REduce cada escena a su esencia y deja que permanezca en la pantalla lo suficiente para que podamos contemplarla, para que habite en nuestra imaginación."
Naturalmente con estos dos comentarios no trato de convencerte. Tu opinión es tan respetable como la de estos dos señores o como la de cualquiera de los amigos que se acerquen aquí.
Dicho todo lo antedicho, solo me resta reafirmarme en la idea de que "2001" es posiblemente una de las cien películas imprescindibles de la Historia del Cine.
Sobre si Kubrick vino rodando cuesta abajo tras esta peli....ni entro a discutir.
Un abrazote.
Querido Josep, no me han admitido el comentario por demasiado largo...fucking hell!....Ahora no sé si podría repetirlo resumido.
ResponEliminaTe incluia dos opiniones, una de Moravia y otra de Roger Ebert....Como ahora no me queda más que un cuarto de hora no puedo entrar a saco y destriparte por tus blasfemia kubrickianas...pero esta tarde volveremos a vernos las caras. Intentaré hacer dos comentarios y así entrarán los textos que te reseñaba.
Un abrazote....pero solo porque eres amigo.
Anda que el DAvid no es cabroncete ni ná...Ale, a calentar las brasas y que la sangre llegue al río. Deja que te coja por mi cuenta...
ResponEliminaAle, vete a por el baifo.
Antonio, Antonio: cálmate, que ya llevas tres comentarios perfectamente insertados, cuando tú ya estabas viendo fantasmas y censuras ocultas. ;-)
ResponEliminaComo puedes comprobar, está todo lo que has escrito, que me parece muy interesante: desconocía la existencia de ese libro de Alberto Moravia, que me apunto. Lo del Ebert lo dejaremos aparcado, de momento, porque me parece dotado de una fama demasiado propagandística.
Ya sé que tú sabes que yo sé que en esta película -y en las siguientes- de Kubrick no vamos a estar de acuerdo, lo cual no debe sorprender a nadie, porque, por suerte, no todo el mundo tiene los mismos gustos.
Un abrazo.
¿ Puedo...?Ups....casi me dá miedo intervenir. Tengo que reconocer que salvo la escena del hueso con todo su simbolismo el mono se levanta y abandona su condición de herbívoro y bla bla.. La música impresionante y efectista y el hecho innegable que la verdadera estrella de la peli es el propio Kubrick...no entiendo más. Es demasiado para mí tal profundiad... ¡ Que me perdone Antonio ! Pero parece que os gusta debatir asi que será muy instructivo ji ji..
ResponEliminaBesos de otra galaxia Sire. Irene A.
Me encantaría verte con esas tijeras y el resultado de tu montaje....
ResponEliminaUna abraçada
Muy buena tu entrada Josep, pero lo mejor es el debate posterior. Me pasa como a Abril, no me atrevo ni a intervenir jeje.
ResponElimina¡Hoy que estaba contenta porque conocía y había visto un par de veces la película! ¡Cualquiera entra a saco aquí! Realmente os gusta el cine, a ti y otros muchos que te dejan comentarios.
ResponEliminaOye Josep, pese a las riñas que tuve en su momento con mi marido, personalmente la película se me hizo larga en extremo y a veces incomprensible, quiero de decir, no pude saber qué es lo que quería de verdad mostrarnos el director.
La escena aprovechable es lo mejor de todo. Quedé recogida en el asiento mirando, la segunda me cansó en su momento, después y ahora.
¡¡¡Vaya pues he puesto más de tres palabras!!!
Un beso
Viniendo de otra galaxia nada debes temer en ésta, Milady, y menos por escribir tu parecer en este bloc de notas que, si algo tiene de bueno, es la extremada educación de todos los concurrentes que nunca se han comido a nadie (bueno, sí, un día Antonio se comió a una chiquilla, pero fue en un despiste mío, un desliz que no volverá a ocurrir... ¡espero!)
ResponEliminaAdemás, pareces alinearte conmigo, así que tranquila, que saco la metralleta...
Lo cierto es que Kubrick con esta película consiguió que algunos - no todos ciertamente- cinéfagos la consideráramos simplemente obviable y el resultado ha sido que las huestes de admiradores nos contemplan como a bichos raros, pero no nos pisan como a cucarachas porque nos tienen miedo: no saben si llevamos aguijones envenenados o no.
Y el debate se ha vuelto bizantino, porque, como dice Antonio, yo no voy a bajar del burro y el, con otros, seguirá andando.... ;-)
Besos, Irene A.
Seguro que sí, Alma, seguro que sí, a lo uno y a lo otro....
ResponEliminaUna abraçada.
Nada que temer, sé de cine, los comentarios son bienvenidos siempre, y, como ya se indica en la caja, son lo mejor del bloc...
ResponEliminaSaludos.
Me encanta, Camy, que al fin te explayes tranquilamente, máxime cuando veo que coincidimos bastante... ;-)
ResponEliminaAquí puedes entrar a saco cuando quieras, faltaría más, y desde luego que nos gusta el cine -y mucho- a todos y mi gran suerte es que entre todos formáis un grupo estupendo.
Besos.
Aquí hay un "fanático" de Kubrick que se permite insultar e incluso amenazarme por mi inocentes comentario. Y el moderador se lo permite. No me parece bien, pero bueno...
ResponEliminaVenga, y ahora en serio.
Esa frase de mi amigo era una conversación privada entre dos y no tenía más oponente que yo (que no era tal, porque en una discusión entre amigos no hay oponentes)... Sí, supongo que era pelín provocadora...por eso la he traído, si no de qué JA,JA,JA...
Ahora.. .en lo de Kirk me reafirmo. Parto de la idea que no siempre el director es el autor de la película... y si encima descubro que Kubrick quería filmar un final en el que no se fusilaba a los soldados y Douglas (productor y actor) le dice que nanay, que se firma el guión original que él había leído...Pues prefiero darle antes la autoría a Kirk que a Stanley, lo tengo claro.
Partiendo de la base de que contados los conocidos casos por todos (Chaplin, Ford, Hitchcock... y aún así) la autoría en el cine es colectiva (estoy cansadito de la teoría de los de Cahiers).
Un saludo.
PD: Anro, eso no me lo dices en la calle (ja,ja)
Estoy de acuerdo en que la premisa, no es que sea aprovechable, es que es LA PREMISA. Ahora bien, como dice alguien por ahí respecto a "La naranja...", puede que el estilo se haya visto perjudicado por el paso del tiempo (yo creo que no; quizá los perjudicados por el paso del tiempo y el recurso al efectismo gratuito somos nosotros), pero el tema es imperecedero, y la forma de tratarlo es inigualable. Ni la religión ni la filosofía han logrado poner en imágenes jamás, y mira que lo han intentado, el sustrato de su línea de pensamiento (bueno, en el caso de la religión, de dogmatismo). Y esta película lo consigue con cuatro monos, un hueso y una charca. Sólo esos minutos son más sublimes que la mayor parte de las filmografías de la mayor parte de los autores. He dicho.
ResponEliminaSaludos.
A mí no me vengas con cuentos, David, que tú ya sabías a qué atenerte pinchando ese hueso duro de roer y yo me quito de enmedio que ya tengo faena...
ResponEliminaEso de Kirk me lo voy a mirar con calma para cuando les toque el turno a esas dos películas, que algún día llegará, y me parece una línea interesante que supongo estará documentada en alguna parte, ¿no?
Saludos.
Siempre me resulta curioso, Alfredo, comprobar cómo esta película de Kubrick altera la ecuanimidad y produce un efecto euforizante que impregna los pareceres de un subjetivismo apasionado que respeto pero no comparto en absoluto.
ResponEliminaRespecto a esas dos secuencias que en la realidad son dos partes de un conjunto, me sorprende la benevolencia con que se admite la segunda, claramente deficiente en todos los sentidos cinematográficos.
Incluso he llegado a leer de algún exaltado que los seis minutos y cuarto en que la pequeña nave se desplaza por el espacio hasta entrar en el hangar son una significación de la relación hombre-mujer, una parábola del diminutos espermatozoo que se afana en llegar al óvulo,
Tonterías: esa escena, que además tiene defectos de racord, no es más que una muestra de la incapacidad de Kubrick en usar las tijeras, gravísimo defecto que convierte esta película en un ejemplo de lo que pudo haber sido y no es.
Y por si fuera poco, va precedida de una elipsis absolutamente maravillosa, ejemplar, modelo cinematográfico como pocos, cual es el hueso lanzado que cae reconvertido en nave espacial: eso sí es cine, Alfredo, y no el audiovisual que se marca después para impresionar a un público que, hace cuarenta años, ya contaba entre sus filas con tipos como yo capaces de aburrirse entre tantos giros y musiquita de vals.
Que la temática gire o no alrededor de temas trascendentes, entendidos casi siempre muy subjetivamente (cuando se estrenó, en 1968, la crítica-comentario que apareció en la revistilla trimestral que publicaba el colegio religioso en el que cursé estudios, alababa sin duda la película como muy cercana a su ideología, para que veas) no es suficiente para salvar todos esos minutos de "pase de diapositivas" que entorpecen y demoran ostensiblemente la caligrafía cinematográfica de Kubrick, que se dedica, de repente, a escribir en redondilla.
Saludos.
p.d.: cuando digo que esto da para una buena sobremesa.... ;-)
Tanta expectativa para acabar firmando lo que voy a decir: a mí, esta película nunca me ha acabado de convencer, es más, por momentos (largos, debido a su metraje) me llega a aburrir. Creo que Kubrik tiene obras menos pretenciosas pero mucho más acertadas que ésta; que no sé por qué narices, se ha convertido en el parangón del cine/pensamiento. Sí, llamadme frívolo, no-iniciado, tipo del montón... pero es lo que hay.
ResponEliminaEso de Kirk está documentado en un par de sitios. Y se habló de ello en un sitio que ya conocemos. Anro y su Kubrick
ResponEliminaUn saludito.
Ya digo, Raúl, que esta película da para una buena sobremesa, de aquellas de café, copa y puro (ayayayayay) porque veo que tu postura y la mía son muy parejas y ya sabes que no coincidimos con bastantes y lo cierto es que nunca he podido debatir el tema cara a cara con nadie y ya le tengo ganas, aunque supongo que, después de tantos años, las posturas difícilmente admitirán un cambio de tercio.
ResponEliminaPor descontado, ni frívolo ni nada de nada: faltaría más... ;-)
Saludos.
Ya me acordaba, David: pero me falta "tocarlo", no sé si me entiendes; como Santo Tomás, vaya, ¿comprendes? ;-)
ResponEliminaSaludos.