ESD 35 Marathon Man
Ya me ha ocurrido en otras ocasiones: busco y encuentro alguna escena cuyo recuerdo sigue en mi memoria para insertarla en esta mini sección e inevitablemente me entran ganas de ponerme a hablar (escribir) inspirándome en la película que alberga en su seno esas imágenes encadenadas de forma tan especial que permanecen a través del tiempo, ancladas, fijas desde que las ví en la pantalla grande.
En 1976 John Schlesinger se ocupó de dirigir el rodaje de una película basada en un guión de William Goldman pergeñado por el autor sobre una novela propia.
La película, titulada Marathon Man nos cuenta las andanzas, aventuras y desventuras de un joven que se ve mezclado en un galimatías de espionaje y contrabando de diamantes del que formaba parte su hermano mayor, apareciendo como enemigo un criminal de guerra nazi que no se anda con chiquitas, provisto de una pulserita muy particular con la que puede zanjar cualquier discusión en un instante y sin pestañear.
Schlesinger debe pechar con un guión detallista que presenta una trama complicada provista de unos diálogos que no son su mejor baza. El británico director acude a su chistera de mago y mantiene la tensión con la cámara dando muestra de su sabiduría a la hora de rodar escenas que en otras manos podrían quedar rutinarias.
Empieza la película con cierto humor negro mediante una persecución automovilística que me resulta inolvidable: yo la titularía "Competición de idiotas" y es un buen ejemplo, a pesar de algunas frases sueltas, de Escena Sin Diálogos, porque lo visual es bastante para entenderla, aunque haya un matiz que se escapa, relativo a los personajes: el del mercedes es de origen alemán y el otro, el del bigote, es judío, como todos los del barrio, por otra parte.
Pocos minutos de metraje después, la acción se traslada a París y allí el hermano mayor del protagonista, aquel que decíamos que era una especie de espía o algo así, está despertándose en su habitación del hotel cuando en la calle se oye tumulto de gente y se asoma al balcón y entonces se produce una memorable y muy realista "Lucha" en la que de nuevo Schlesinger da rienda suelta a su forma de escribir con la cámara, acentuando el dramatismo y peligrosidad de la escena gracias al inesperado espectador, todo ello, esta vez sí, sin diálogo alguno; hay un fallo garrafal en la escena, como habrán observado, concerniente tanto a guionista como a director, pero la lucha sigue siendo modélica lejos de coreografías increíbles.
Hay en la trama de la película demasiados giros rocambolescos al punto que resulta difícil recordar la trama sin miedo a dejarse ningún detalle que resulte esclarecedor y cuando uno está viendo la película se angustia un poco creyendo que no va a poder seguir la intriga, pero por suerte la acción nos lleva de un lugar a otro con seguridad: no obstante, Schlesinger todavía tiene guardado un as en la manga y con inusual sencillez ornamental y una planificación escueta y precisa, consigue levantar gritos de pánico mediante una secuencia en la que el diálogo podría ser adjetivado como de besugos, si no fuera porque maldita la gracia que tiene "La preguntita" que le hacen al pobre chico...
Una interesante película que para mí tiene dos puntos de atención: el buen oficio de Schlesinger que sabe mover la cámara para remarcar en la narración cinematográfica los acentos y puntos de atención, y una nueva demostración del genial Larry que no hay papeles desechables para quien sabe lo que hacer con ellos, ni que sea producir el canguelo de la sala entera con una mirada.
No la he visto.
ResponEliminaConducción de idiotas, sí. En la lucha no he pillado el fallo garrafal (no sé). A los otros dos enlaces no he ido, que si no me veo la película a trocitos.
Y... lo único que recuerdo de esta peli es que uno de los libros de Goldman hablaba del tema de Dustin en el plan de que si usaba o no la linterna que tenía debajo de la almohada. Dustin no quería, y según Goldman era porque daba la impresión de que la gente pensaría que era un miedoso por dormir con linterna o qué sé yo... algo de eso era. No me acuerdo.
Bueno, buenas noches (otra vez).
Dustin me pareció -y me sigue pareciendo- poco apropiado para ése papel y evidentemente el canguelo que llevaba al actuar junto a Larry no le ayudó en lo más mínimo, sobre todo porque Larry pasó de él.
EliminaUn abrazo.
Acabo de ver otra vez lo de la lucha y sigo sin ver el fallo garrafal (lo cual demuestra dos cosas: o que no lo es tanto y tú eres un tiquismiquis (como la pipa en la de Tarantino) o que yo estoy más ciego que un topo (será esto último).
ResponEliminaBuenos días.
Creo, David, que hay un fallo garrafal, sí: ¿no te parece que el oriental ése, sale de dentro del armario? ¿se ha pasado allí toda la noche? Porque el personaje de Roy acaba de levantarse de la cama...
EliminaVale. Es que no tenía muy claro de dónde salía. Creía que era de otra habitación paralela...pero viéndolo ahora sí parece que sale de un armario. Pues sí. Un poco tonto sí es, y más bien un fallo. (¿qué hubiera costado que abriera la puerta de la habitación con una ganzúa sin más?)
EliminaEl bueno de Olivier (que a mí como actor sólo me gusta a ratos) estaba ya muy malito (supongo que sabes que en su momentó sonó para hacer de Vito Corleone, antes que Brando, y que rechazó el papel porque estaba en su país filmando "La huella"), pero se sale. La película tiene ese aire de novela barata de espías, todo construido a partir de un final al que llegar. Pero en conjunto me gusta más, por ejemplo, que "Los niños del Brasil", por no salir de Olivier.
ResponEliminaUn abrazo
Ya me hubiera gustado, Alfredo, verlo de Don Vito, ya...
EliminaEn ésta Larry acojona, la verdad, porque entre la pulserita y la afición a los dientes, cada vez que le ves sonreir te entra miedo...
La ventaja de la otra es ver a Peck de malo-malísimo... :-)
Un abrazo.
Solo ver esos instrumentos "de tortura" ya me ponen los pelillos como escarpias..¡ odio la visita al dentista ! solo el sentarme en esa silla que parece otro instrumento terrorífico me da pánico..uhiii ¡duele !
ResponEliminaHe visto la peli pero me resulta un poco confusa o no la recuerdo como deberia.
He leido tambien el libro de Goldman y dice que a Hoffman siempre le pareció que era demasiado viejo pra interpretar a un estudiante de doctorado porque tenia cerca de los cuarenta. No sé, son cosas que cuentan los guionistas cuando intentan sacar adelante sus películas adaptadas. Cuenta algo tambien sobre el valor estúpido..eso de correr con ese dolor en sus dientes y que eso le hace más grande y bla bla..
El libro es Aventuras de un guionista en Hollywood y Nuevas Aventuras de un guionista en..
Olivier está genial en ese papel. Tiene esa mirada de sádico. Frio y altanero.
No te puedo decir si la pelicula me gusta o no. Tendria que verla de nuevo y me da mucha pereza por eso que te cuento.
Besos. Milady
Te comprendo, Milady: escalofríos dan esas miradas asesinas de Laurence y pensar en la escena de marras casi que agota los ánimos antes... jajaja...
EliminaBesos.
Una gran película.Tuve la suerte de ver su estreno en Barcelona.Todos sus actores están estupendos y destaco sobre todo la actuación de Roy Scheider que está magnífico.Creo que deberíamos hablar un poco más de William Goldman como novelista y como guionista,y de John Schlesinger con su mirada de exiliado.En fin,amigo Josep,una película y una década que yo considero el fin del cine o,de una manera de hacer y sentir.
ResponEliminaUn abrazo.
Esa década, amigo Francisco, para mí sigue siendo una buena fuente de recuerdos de felices tardes de cine y lo mejor es que, pasado tanto tiempo, cuando uno se sienta a revisar, sigue disfrutando igual o más.
EliminaSí que habría que darle un repasito a las películas que tienen a Goldman como guionista, sí...
Un abrazo.
Creo que te olvidas apuntar, que nadie a vea antes de ir al Dentista!!!
ResponEliminaSaludos
Roy
¡Jajaja! Tienes razón, Roy: suerte que estás aquí para subsanar mis olvidos.
EliminaAvisados quedan... ;-)
Un abrazo.
La intriga de la pelí no está mal y la dirección de Schlesinger, correcta. Pero, Dustin...
ResponEliminaDe momento, corre fatal. ¡Vaya marathon man! Y luego está la célebre secuencia del dentista, de la que me ocupé en la sección de Cinema Genovés, "La empatía, tomada a broma", a propósito de la réplica de Olivier a Dustin sobre las desgracias de ponerse en el lugar del personaje en vez de, simplemente, interpretar, o mejor actuar...
Salucines
Creo, Fernando, que el amigo Larry tenía un carácter de mil demonios y por añadidura british y capaz de imitar acentos, y el pobre Dustin ni entonces ni ahora, con mucha más experiencia (y tú lo has visto más recientemente) ha jugado jamás en la misma liga. Aún así, la réplica de la flema británica fue cruel y le dejó demasiado afectado....
EliminaCorre de risa, sí.....
Un abrazo.
Va a ser verdad que no te gustan las pelis, digamos de terror, por el final de la crónica.
ResponEliminaLa he visto dos o tres veces y, como ya han dicho antes, lo único terrorifíco es el dentista, jajaja.
Me ha parecido siempre una buena historia y dirección.
Besos de una hora menos, retrasados.
¡Pero, Blanca! ¿Acaso lo dudabas? Ya te dije que a mí, las de miedo, me dan miedo...
EliminaY esa escena del Is it safe es peliaguda, que duda cabe... :-)
Besos.