Una adolescente más
Ha sido la última en llegar a nuestras pantallas y no me extraña en absoluto. La cosa esa que ha escrito y dirigido Greta Gerwig ha recibido nada menos que cinco nominaciones a los premios oscar y la única que podría sostenerse por los pelos es la de la sufrida laurie Metcalf en el papel de madre de una insoportable adolescente que se empeña en que la llamen Lady Bird y en fastidiar a su madre.
El guión es propio de un telefilme de sábado o domingo por la tarde destinado a propiciar la siesta, lleno de lugares comunes sin interés y lo que es peor filmado con una especie de autocomplacencia (que chachipiruli y supermoderno a que sí lo que estamos haciendo) que pretende hacernos creer que estamos ante un ejemplar más del timo acomodaticio del cine indie cuando se trata de una historia plasta de una niña plasta.
La única duda que me corroe es si la actriz Saoirse Ronan, un pelín crecidita para el papel, es así realmente o se ha esforzado en aparentarlo, pero, desde luego, el resultado, atendido el guión, no da para tanta nominación, así que podríamos decir que la última no la han colado bien colada, cuando todos andábamos buscando algo que sobresaliera un poco, vistos los anteriores estrenos.
La película no da para mucho más ni siquiera en un bloc de notas como éste y tampoco la brevedad autoimpuesta resulta apremiante: baste señalar que el metraje es el más sensato de todo lo visto, poco más de hora y media y aún así, se hace larga, siendo la responsable absoluta la directora que actuando como Juan Palomo escribe el guión y lo rueda ella misma en un alarde de autosatisfacción que hubiese merecido la intervención de unos ojos distintos y quizás entonces la trama hubiese desprendido más autenticidad y hubiese enganchado al espectador, porque lo lamentebla es hallarse ante una historia personal y no poder sentir empatía alguna por la protagonista.
A lo mejor es que es una película destinada a jovencitas en la edad del pavo. Puede que sea eso, que no era para mí. Ya saben: tomen nota, que esta todavía está por llegar a algunos cines.
Pues vaya...que no la he visto y pensaba verla más que nada por ver el duelo entre la protagonista y Laurie Metcalf, actriz que me gusta. Ya te diré si la veo, que no sé....
ResponEliminaIgual es que me pilló en mal momento, Víctor. Si la ves, por supuesto espero que cuentes tus sensaciones. Seguro que te gusta más el trabajo de Metcalf.
EliminaUn abrazo.
Cris quiere ir a ver esta película este fin de semana, amigo Josep, y no veas la pereza que tengo, no solo por la película, sino por todo el esfuerzo que comporta tener que ir al centro comercial, que es donde están ubicadas las salas. Por otra parte, debo decirte que jamás he ido a ver una película por su música, moda, tendencia, efectos especiales, recopilación de Óscars, y, lo más importante, por ver "el duelo interpretativo", si salen dos grandes egos en la película. Mira, hay una excepción que confirma la regla: ¿Qué fue de Baby Jane? Esos dos grandes vejestorios que eran ya Bette Davis y Joan Crawford. Pero oye, lo bien que le iba a la película esas viejas rencillas por parte de aquel par de cacatúas del viejo Hollywood. Seguro que existen más películas de este calibre, pero vamos a dejarlo para otro día. Con esto quiero decir, que ahora tendré que improvisar sobre la marcha para hacerle olvidar el ir a ver esta película, o cualquier otra que esté en cartel. Quizá le prepare una suculenta cena con velitas y con el viejo Chet Baker en el equipo de música. Si no funciona, creo que tendremos de verdad lo que se dice un gran duelo interpretativo a lo Woody Allen. Joder. No te haces a la idea, mi querido Josep, lo que me cuesta ir a ese gran cajón llamado Centro comercial, de verdad… y ese hedor a palomitas pasadas, y las familias con sus críos, y los seguratas escondidos detrás de los cartelones de cine vigilando a través de los ojos recortados de los actores(pongamos al insoportable Jack Black en Jumanji), y las voces en los altavoces (mal regulados) anunciando el menú del día. Es cuando uno piensa, más que nunca, en un lugar solitario.
ResponEliminaUn abrazo.
PD: Si al final no he logrado seducirla y voy a verla, ya te contaré, amigo mío.
No se lo digas a nadie, querido Paco, pero me he reído un montón con tu cuestión. Yo creo que harías bien ofreciendo como alternativa un par de sesiones en la Filmo, a elegir por tí, claro, y también te diría que te proveyeras de tus propias palomitas porque ya puestos, por lo menos que sean digestivas.
ResponEliminaYo creo que Chet Baker sirve para otros menesteres, Paco, y que hay películas con un supuesto "tema" que llaman poderosamente la atención del género femenino.
Piensa que igual, al final, acaba gustándote la experiencia (aunque dudo que llegues a tomarle afición) y, en cualquier caso, tu comentario seguro que será más sabroso que el mío y casi que desearía que fueses para poder leerlo luego, mal que te pese... amigo mío... jajaja....
Un fuerte abrazo. ¡Y ánimos!
Me encanta!!
ResponEliminaHe cumplido y si bien le puse interés por las actrices, sobre todo por la Metcalf a la que admiro por todo lo que he visto de ella,la reflexión es que la historia es la misma que he visto en cientos de comedias y series con algún momento entretenido, pretendidamente original, darle ese aire así de frescura indie...y digo que lo pretende y apenas lo consigue.
ResponEliminaSaoirse resulta mayor x el papel, cierto...¡ y a mi lo que me irrita es esos pelos sucios! Lo demás, la eterna historia de descoloque adolescente y choque materno filial...con alusión a las deudas que arrastran las familias a cuenta de la universidad de sus hijos.
¡ Ah y como era de esperar qué no falte el ritual.. el baile de fin de curso!
De tarde de sábado, no más.
Besos. Milady
Pues sí, Milady, ya ves cómo está el patio: grandes movimientos propagandísicos para un telefilme que lo único que provoca es el sesteo.
EliminaEllo debería abrir una reflexión crítica porque ya resulta excesivo ese afán por convencer al espectador con todos los medios posibles incluyendo "críticos profesionales" que buscan o inventan ideas donde no las hay.
Besos.