Feminismo imprevisto: Professor Marston and The Wonder Woman
Esta es una de esas ocasiones en las que uno constata una vez más que no por viejo el diablo es más sabio, contra lo que asevera la mal llamada sabiduría popular y se advierte que los prejuicios van de la mano de la ignorancia y la consecuencia puede ser que en una época dominada por guiones infantiloides que reciben toda la artillería de una mercadotecnia desprovista de cualquier virtud cinematográfica, hay películas muy interesantes con títulos que pueden engañar a cualquier lego en una materia que puede provocar desconfianza por experiencias pasadas.
Así, una película titulada Professor Marston and The Wonder Woman que aparece el mismo año que la extremadamente promocionada Wonder Woman de entrada, sin más datos, le suena al veterano cinéfilo como una especie de subproducto que suele surgir intentando conseguir con escasos medios de todo tipo (materiales e intelectuales) aprovechar el tirón mediático de la homofonía, más en el caso de un producto que recibió titulares en todos los telediarios e incluso críticas solemnes alabando unos aspectos en los que no entraremos porque, sinceramente, no me apetece en absoluto dedicarle más espacio del necesario como previa referencia.
Este título de Professor Marston and The Wonder Woman a cualquiera le suena, de primeras, como si apareciera, al tiempo que una de esas cosas que rodó Nolan, algo titulado como Mister Finger and Batman. O sea, para cualquiera que carezca de buenos conocimientos relativos a los tebeos estadounidenses surgidos en la primera mitad del siglo pasado, como si le dicen que va a llover.
Sólo la curiosidad unida a la casualidad me llevaron a ver, hace unas semanas, en una pantalla amiga aunque pequeña, la última película escrita y dirigida por Angela Robinson. Que a decir verdad, si hubiese consultado datos en imdb con antelación quizás mis propios prejuicios me hubiesen impedido verla, lo que me lleva a reconocer, una vez más, que me equivoco demasiado.
Últimamente afrontar una película en la que guionista y director sean la misma persona me ha deparado pocos momentos felices y más de un cabreo pero desde luego no es el caso que hoy nos ocupa, muy al contrario: el guión escrito por Angela Robinson, un original que se basa en datos dotados de una cierta autenticidad, puede que sea el mejor escrito de la temporada 2017 y digo "puede" porque no he visto todas las películas de 2017, pero de las que recibieron los honores de la famosa academia estadounidense al ser nominadas, no hay una que se le acerque.
¿Porqué ha pasado desapercibida, al punto que no se ha estrenado en España y hay que verla en televisión por cable? Vamos a ello:
En pocas palabras: es un biopic políticamente incorrecto, presentado de forma políticamente incorrecta.
Hay que tener valor para ello, con la que está cayendo en los USA y por extensión en sus clientes fieles. Así le ha ido.
William Moulton Marston fue entre otras cosas co-inventor del polígrafo y autor de los primeros guiones de Wonder Woman, el tebeo basado en una poderosa mujer conocida como Diana Prince y que por estos lares recibió el nombre de Mujer Maravilla.
Si siguen el enlace sin haber tenido ideas previas, como me sucedió, empezarán a querer saber más, así que, de momento, déjenlo quieto. Baste con saber que la realidad del Profesor Marston, nacido en 1893 y fallecido prematuramente a los 53 años, fue harto compleja: brillante intelectual casado con una mujer más inteligente que él, Elizabeth Holloway, ambos mantuvieron con una joven discípula, Olive Byrne, una relación poliamorosa que cristalizó en un hogar con un hombre, dos mujeres y cuatro hijos, paridos por mitad y tratados como propios.
Todo esto, entre 1928 y 1947, fecha en que falleció Marston: las dos mujeres vivieron largos años juntas.
Así que resulta fácil imaginar que un biopic con este material de partida tiene todos los números para acabar sufriendo el rechazo de todos los organismos bien pensantes de la gran mayoría estadounidense de todas la épocas y a lo que parece, la ayudita de unos distribuidores que no han querido darle la oportunidad de enfrentarse a públicos foráneos como el nuestro. De todo hay noticia abundante en internet, incluso de forma previa al estreno de la cinta de acción: lo he visto al documentarme para esta crónica: de haberlo leído antes, antes hubiese visto la película de la Robinson.
Parece que alguna nieta de la familia Marston rechaza la versión de los acontecimientos tal como los relata Angela Robinson en su película, lo que cabe entender como una muestra más que la inteligencia, por desgracia, no se hereda así como así. Porque Angela Robinson no ha pretendido en ningún momento rodar un biopic de tan peculiar conjunto familiar y cabe la posibilidad que haya exagerado algún extremo, pues en el fondo esta película es un alegato feminista en toda regla, determinado desde los primeros minutos de la trama a ensalzar el papel de la mujer y el valor de la misma en la sociedad.
Hay ciertamente una serie de elementos sexuales que, aparte de otorgarle una calificación"R" de la todopoderosa MPAA, se tornan en pacíficas nubes que molestan en la contemplación pacífica del mensaje básico del guión, el empoderamiento de la mujer, siguiendo en buena lógica parte del discurso repetido mil veces por el propio Marston en una época, no lo olvidemos, en que la brillantez de su esposa Elizabeth permanece oculta al no serle concedida plaza en la Universidad de Harvard debiendo contentarse con una facultad de menor prestigio, por el hecho de ser una mujer.
Evidentemente la situación de igualdad sexual ha mejorado en algunos aspectos y en otros resulta claramente mejorable y la película de Angela Robinson no se dedica a protestar poniendo en solfa los defectos actuales como tampoco se limita a denunciar los de la época en que transcurre su trama: el dardo lo envía la guionista y directora al centro mismo de las relaciones humanas haciendo hincapié en la posibilidad que las normas sociales vigentes resulten inútiles para regirlas, poniendo en un plato de la balanza el amor poligámico que une a esas tres personas y en el otro la incomprensión de sus conciudadanos que les fuerza a mentir y disimular valiéndose de argucias simples.
Y todo porque una mujer, la joven Olive, lejos de contentarse con ser la amante de Marston, también querrá satisfacer físicamente su amor por Elizabeth, planteando la pregunta lógica, esperada, ansiada:¿porqué no os puedo amar a ambos a la vez?¿porqué?
Un ataque en toda regla a la institución matrimonial, un torpedo lanzado a la línea de flotación del buque insignia de la sociedad occidental por una muchacha que, además, no tendrá reparo en experimentar sexualmente al punto que influirá notablemente en la construcción de esa Wonder Woman que en sus inicios constituía sentido homenaje de su creador, Marston, a la empoderada jovencita que cambió para siempre su forma de vivir, sin dejar de ser femenina.
Robinson no da puntada sin hilo y la película requiere una atención para no perderse detalle alguno en un desarrollo que mantiene dos cursos paralelos: por un lado la relación interna de los tres personajes presos de una situación inusual y por otro las relaciones de todos ellos con el exterior, sus lugares de trabajo, sus vecinos y por fin, el debate que Marston mantiene defendiendo sus teorías ante la vigilante censora alarmada por el contenido de los primeros tebeos de Wonder Woman, resultado de un éxito comercial que hizo tambalear por momentos la supremacía de Supermán y Batman. Robinson apunta claramente a las diferencias del personaje inventado por Marston y su ulterior evolución y cabe decir, vistas sus últimas intervenciones en pantalla, que la empoderada y bella joven creada por Marston ha cambiado bastante y no a mejor, lo que, evidentemente, no le habrá granjeado alabanzas de parte de los grandes distribuidores.
Angela Robinson filma con esmero su propio guión sin concederse facilidades especiales para lucirse, no en vano el rodaje ocupó veinticinco días justos y se nota que todo estaba ya muy medido y ensayado, con una planificación que permite lucimiento de los tres intérpretes principales, descollando Rebecca Hall en el papel de Elizabeth, seguida de Bella Heathcote como la empoderada Olive, ambas muy bien acompañadas por Luke Evans como el protagonista Marston, componiendo los tres muy bien sus personajes que no son nada fáciles, ajustando matices de naturalidad, haciéndoles creíbles.
La forma de rodar de Angela Robinson resulta placentera visualmente sin estridencias y ayudando al desarrollo de la trama manteniendo el ritmo a pesar que es una película repleta de diálogos muy bien escritos que no se hace larga, sin bache alguno en poco más de hora y tres cuartos de metraje que la directora filma sin alardes pero con un cuidado exquisito en los detalles de conjunto incluída la fotografía a cargo de Bryce Fortner, especialmente en el cuidado de la iluminación los saltos de ejes en los diálogos a tres de los personajes, manteniendo Robinson poco a poco y de forma creciente el foco en la jovencita Olive como muestra de la importancia de su actitud en el devenir del trío.
En definitiva, una película que no se ha estrenado en nuestras pantallas pero que de momento puede verse; mejor en v.o.s.e., por supuesto, para disfrutar de la maravillosa dicción de Rebecca Hall; imperdible muestra de cine con ideología propia sin que ello perjudique el resultado final; muestra en fin, de la situación actual del cine estadounidense que algunos artistas siguen haciendo al margen de la industria dedicada únicamente a hacer caja.
Tráiler
No he visto la pelicula ni tenía idea de su existencia pero sí conozco la historia por un documental sobre el creador, Dr. Marston y el origen de la Mujer Maravilla, su "peculiar" vida familiar que siendo "escandalosa" para la época no lo es tanto en su planteamiento, no ha sido ni es el primero que tiene ese tipo de relaciones, incluso con aceptación por la "otra parte". Lo que es interesante es la inteligencia de los protagonistas de la misma. Sus ideas, tan avanzadas, lo que debería ser normal, la igualdad de géneros y el reconocimiento de las capacidades, el derecho a vivir como uno juzgue oportuno y todo eso, sin tener que ocultarse.
ResponEliminaDe todos modos, se podría poner algún pero...tampoco creo que todo fuera "tan perfecto", en las relaciones humanas nunca lo es.
La idea de una mujer poderosa, con un gusto por la sumisión, la de otros, no la suya para variar,la dominación, las relaciones abiertas, el gusto por el sado y el uso del látigo etc... fue revolucionario en el mundo del comic,y entiendo que no se aceptara, ni la competencia por supuesto, de ahí los muchos cambios que sufrió el personaje a lo largo de los años.
Digamos que ésta Wonder Woman la princesa Diana(Gal Gadot)quiere retomar ese empoderamiento de la mujer, del personaje primario.
El documental es parte de una serie sobre diferentes superhéroes y sobre sus creadores desde Stan Lee, Jack Kirby, y todos los personajes de Marvel, la competencia con DC...de ser tebeos para niños a la industria millonaria que es y sus muchos fans...de ésto seguro que sabe mucho más nuestro amigo de los gorritos.
Tomo nota de la sugerencia por supuesto, a ver si encuentro la película que nos reseñas.
Besos.Milady
En este caso, la sumisa coincide con la empoderada; es ella la que de alguna forma subvierte o redefine, mejor, una relación que podría haber quedado en bígama al uso de los mormones o los islámicos, aunque dudo la semejanza de las relaciones amorosas en la bigamia o poligamia refrendada por unas interpretaciones particulares de textos sagrados.
EliminaLa película supongo que la podrás ver sin dificultad, Milady, de modo que quedas emplazada a contar lo que te parezca oportuno cuando te plazca, aquí o en tu casa.
Mientras tanto, el de los gorritos ya nos habrá ilustrado, supongo, con sus conocimientos comiqueros: busqué y hallé un par de libros que parecen interesantes tratando la cuestión, pero son en inglés y me dió mucha pereza...
Besos.
P:D. Por supuesto, es mucho más interesante la vida que la ficción...está claro.
ResponEliminaDesde luego que sí; y más increíble, también... :-)
EliminaSólo alguien tan transgresor, tan desobediente a la moralina, podía haber imaginado semejante personaje. Lo politicamente correcto debería celebrarlo. ¿O acaso no promueven el respeto a la deversidad sexual? Y ese triángulo era sin duda una forma de diversidad sexual.
ResponEliminaSaludos.
Bienvenido, Demiurgo: no estoy muy seguro que ni entonces ni ahora los promotores de lo políiticamente correcto se muestren sinceramente en favor de que exista una minoría de la clase que sea, aunque, por supuesto, ya procuran que en los medios de comunicación de vez en cuando aparezcan opiniones, para disimular, me temo. El triángulo de Marston, opción personal suya tan respetable como otra, dudo mucho que jamás llegue a recibir apoyos institucionales y desde luego, esta película viene a ser algo así como un grano en el culo...
EliminaUn abrazo.
Ay, mi querido Josep. No sé por qué, pero sin haber visto esta película que reseñas de manera brillante, puedo dejar aquí unas cuantas reflexiones respecto al temita "hombre/mujer". Yo creo que ahora nadie está capacitado para dar una obra maestra sobre el eterno tema. La mayoría de los artistas actuales viven todavía con sus padres o han tenido esporádicos roces en un fin de semana, pero, ya digo, esporádico, y nada más. Que al divino marqués de Sade no lo lee nadie hoy en día por exceso de puritanismo. Y ya ni te hablo de los puticlubs. Incluso mencionar esta palabra podrían a uno acarrearle problemas. Creo que la cosa está bien clarita: no se puede hablar de según qué cosas. Hoy, la mayoría de las parejas se meten en la cama a las nueve de la noche. Una cena ligerita al mismo tiempo que se ve TV3. Un polvillo rápido en la oscuridad, que así tiene más morbo, porque se puede imaginar a otra persona, al mismo tiempo que el hijo o la hija se masturba a través de la webcam en la habitación de al lado. Nada, que mañana hay que madrugar. En fin, quiero empezar con mi admirado Enrique Jardiel Poncela (espero que no me envíen a lo hoguera de las vanidades por mencionarlo, digo esto de “las hogueras de las vanidades” para hacer homenaje al gran Tom Wolfe), en fin, que dijo el gran Jardiel: “Lo peor de la humanidad son los hombres y las mujeres”. Pues eso, que salimos de la cueva para complicarnos más la vida.
ResponEliminaCreo que todavía el clásico film noir no ha sido superado en ninguno de los conceptos. Nos ha dejado escenas imborrables y frases para la eternidad. Aquí te dejo unas cuantas, amigo Josep.
-¿Conoce a ese tipo?
-Sí, estuvimos casados una vez.
Joan Crawford y un extra. Alma en suplicio (1945), de Michael Curtiz
-Hogar es el lugar al que regresas cuando ya no te queda otro sitio a donde ir.
Barbara Stanwyck. Clash by Night (1952), de Fritz Lang
-Hogar es el lugar al que vas y te dejan entrar.
George Sanders. Uncle Harry (1945), de Robert Siodmak
-¿No le cabe en la cabeza a un hombre el que una mujer pueda vivir sin él?
Ida Lupino a Cornel Wilde. El parador del camino (1948), de Jean Negulesco
-La cabeza siempre dice una cosa y la vida nos dice otra. Siempre pierde la cabeza.
Humphrey Bogart. Cayo largo (1948), de John Huston
-Todos mis vestidos son bonitos. En este negocio tienen que serlo. Nada como los vestidos, son el azúcar que atrae a las moscas.
Isabel Jewell a Jane Bryan. Marked Woman (1937), de Lloyd Bacon
Fred MacMurray: Le maté por el dinero y por una mujer. No conseguí el dinero, ni a la mujer.
Perdición (1944), de Billy Wilder
John Dall: Por las noches... a veces me despierto... y pienso que nada de esto ha ocurrido. Me parece que nada es real.
Peggy Cummins: Cuando te suceda, mira a la mujer que duerme a tu
lado. Soy tuya, y soy real
El demonio de las armas (1949), de Joseph H. Lewis
Creo que el cine negro americano contribuyó mucho más a ese jaleo mental que tiene el ser humano que el mismísimo Signund Freud.
Un fuerte abrazo, amigo mío.
¡Ah! Ya quisieras tú, amigo Paco (y yo también, a qué negarlo) encontrarte con frases de semejante calado en las pantallas actuales, más propicias a discursos grandilocuentes encaminados a la salvación del universo todo dejando de lado lo más cercano, ésa o ése que tienes al lado.
ResponEliminaPor eso, precisamente, es por lo que esta película, sin ser sobresaliente en sí misma, se erige en espectáculo inusitado y se advierte en ella una inteligencia dedicada a satisfacer la ajena, buscándola con afán: y hete aquí que la destierran a páramos acotados, como antaño se hacía, volviendo a unos usos censores que pretenden disimular. Si alguna vez la tienes a mano, no dejes de darle un vistazo, porque te encantará al comprobar que no todo está perdido en el cine usamericano.
Un fuerte abrazo.
Me parece,muy interesante la película,la voy haber.
ResponEliminaVale la pena verla, desde luego.
EliminaLa he visto y me parece interesante a varios niveles.Visualmente atractiva y con una recreación de época que no es meramente ilustrativa o decorativa. Se integra en el relato y eso no es muy común.
ResponEliminaHistoria con varias capas, y eso tampoco es común. Y actores muy atinados. Lo de Rebecca es un recital a la altura de sus últimas películas. Y no tan últimas pues soy de los que opino contra viento y marea q su interpretación en Vicky Cristina Barcelona es de gran altura.
Película q como bien dices no debiera estar por ahí pérdida en un cajón. Estos son los tiempos que nos han tocado.las razones x las q pelis cono está ni siquiera se estrenan pueden parecer un misterio. Pero para nada. Un saludo
No te imaginas, Víctor, lo que me alegra tu comentario: ya empezaba a creer que todo había sido ilusión mía: tengo la sensación que casi nadie ha visto esta película, de tan escondida que la tienen.
EliminaMe alegra, por demás, que coincidamos en su aprecio.
El porqué ni siquiera se ha estrenado en salas comerciales nos llevaría a consideraciones que, amigo mío, mejor dejarlas para un lunes, por no amargar el fin de semana y creo que coincidiríamos bastante en el análisis.
Un abrazo.
sabía de quién fue le creador de WW por la película mainstream, pero no sabía de ésta peli... la voy a tener en cuenta si es que la encuentro por ahí, se ve difícil je... saludos...
ResponEliminaPues estás como yo antes de verla; seguro que se te acerca lo suficiente para darle un vistazo y seguro también que te interesará.
EliminaSaludos.