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dilluns, 28 de maig del 2018

TC 40 & MM 93 Live and let die (Vive y deja morir, 1973)




Sean Connery adujo entre otras razones que su edad no le permitía representar dignamente al super agente del MI6 007 James Bond y después de un paréntesis extraño al fin en 1973 el personaje tomaba los rasgos de Roger Moore, tres años mayor que Connery.

Roger Moore, a primeros de los setenta no era ningún desconocido ni mucho menos: había arrasado audiencias en los televisores dango genio y figura a Simon Templar, El Santo, y entre 1971 y 1972 había divertido a los hogares con las aventuras de Los persuasores emparejado con Tony Curtis, un dúo irresistible en una serie televisiva de escasos 24 episodios en los que la aventura, la acción y el humor estaban como clave de un éxito que terminó abruptamente, no en vano ambos protagonistas eran reclamados por el cine.

De modo que en 1973 Roger Moore al fin llega a un acuerdo con Broccoli y Saltzman, productores de la saga Bond y se dispone a enfrentar un difícil reto: intepretar a James Bond sin parecerse ni a Sean Connery ni a su propia interpretación de El Santo. La forma de ser del propio Moore le alejaba de la violencia seca de Connery con el añadido de una pose irónica, rozando la autoparodia que acabó rigiendo las siete ocasiones en que Roger interpretó a James Bond, entrando en la leyenda para disgusto de algunos y placer de otros.

Los productores, con buen juicio, recabaron la probada profesionalidad de Guy Hamilton como director y la habilidad e ingenio de Tom Mankiewicz como guionista inspirado en las novelas de Ian Fleming.

Intentando asimilarse a los gustos del público de la época, se dejaron de villanos como organizaciones empeñadas en acabar con el orbe y decidieron que un villano y además negro sería lo más adecuado y como mcguffin, el negocio de las drogas era resultón y de actualidad.

Mankiewicz pensó que el villano negro además podría tener conexión con el vudú, por aquello del exotismo que siempre permite ampliar escenarios y para rematar establecían conexiones con Nueva Orleans y sus zonas pantanosas repletas de saurios, así que se fueron a buscar localizaciones y hallaron una especie de granja en cuya puerta de entrada leyeron: "Los intrusos pueden ser devorados". Naturalmente el aviso llamó la atención y acabaron contratando con el dueño de la granja, un tal Ross Kananga, tanto permisos de rodaje como su propia intervención como doble de Roger Moore en una escena que hay que ver para creer y que casi le cuesta un pié. El tipo les cayó tan bien, que Mankiewicz usó su apellido para designar al villano de la película.



La película, titulada Live and Let Die (Vive y deja morir) además de aprovechar la moda del "blaxploitation" sigue con los tics de la saga Bond con las intervenciones de "M" y de Monypenny aunque dejan en casa al pobre "Q" y apenas si hay un gadget camuflado como "extra" de un Rolex y el uso de un Ala Delta que a primeros de los setenta tuvo un resurgimiento popular; por otra parte, tenemos las sempiternas relaciones "románticas" de Bond con bellas mujeres, con la novedad de aparecer su primera amiga negra, aunque acabe mal: para la protagonista "buena" Mankiewicz había sugerido a Dianna Ross, pero los productores no se atrevieron a tanto.

No falta en esta película el humor, rasgo hasta entonces tímidamente expresado; las carcajadas están aseguradas en una perfecta unión con la acción, porque hay una persecución de coche que ya nos apunta como serán las protagonizadas por Moore, pero el estallido liberador de tensiones se producirá con una persecución de lanchas motoras a velocidades de vértigo, muy bien rodadas por Hamilton con la inestimable ayuda del camarógrafo Ted Moore y un grupo de especialistas que usaron veitiséis lanchas y se cargaron diecisiete, con el añadido de obtener un récor de vuelo en lancha superior a 30 metros.

Los productores no dejaron nada al azar, no en vano también triunfaban en las pantallas comedias alocadas de persecuciones diversas. Y naturalmente, Broccoli y Saltzman, como siempre, se procuraron un elenco eficaz: para el villano se sirvieron de Yaphet Kotto (que dos años antes trabajó a las órdenes de Wyler, como dijimos aquí), la bella de turno recayó en una desconocida (como casi siempre) Jane Seymour y luego está el afortunado Clifton James, un secundario que aprovecha a fondo el cómico papel creado por Mankiewicz como añadido y contrapunto de la historia, con tal éxito que repitió en otra película de Bond.

Los que hemos visto todas las películas de Bond nunca llegamos tarde al cine, por dos motivos:

Hay unas escenas previas introductorias que nos pondrán en antecedentes de la trama, normalmente con pocos diálogos pero siempre muy inteligibles y que suelen marcar el desarrollo de lo que luego veremos (en la ocasión, además, ayudando a una estupenda elipsis cinematográfica) :



Y después están los títulos de crédito, estos debidos a Maurice Binder, con la canción de la película:



John Barry estaba muy ocupado y no podía hacerse cargo de la banda sonora como solía, así que recomendó a su amigo George Martin, quien se acordó de Paul McCartney en su época post-Beatles, con cosas como RAM y una esposa cantarina y unos amigos que pretendían montar algo especial como Wings que quedó en agua de borrajas, pero que con esta canción tuvo unos buenos resultados en 1973 y permanece como una de las mejores de la saga.

La película ha soportado perfectamente el paso del tiempo; o quizás es que su humor me sigue haciendo reir y ya me vale. Todas las ventajas y desventajas de la saga Bond con un pelín de autoparodia.








19 comentaris :

  1. Me gustan las novelas de Ian Fleming. Sobre todo, hay que considerarlas como lo que son, novelas pulp. El héroe es un héroe de las viejas revistas pulp americanas, y nada más, como lo es La Sombra, de Maxwell Grant, o Doc Savage, de Kenneth Robeson, entro otros muchos. Nos gusta Bond, sobre todo por sus películas, surgidas del Pop Art; con su colorido, su diseño, sus bellas mujeres fatales, la bebida, el tabaco, sus inventos flipantes, su acción y el loco científico de turno que quiere destruir el mundo. Este héroe es mucho más masculino que pongamos, héroes de añadas más recientes como Han Solo o Indiana Jones. Estos dos tipos son la mar de puritanos; no beben, no fuman, no follan, solo están para defender un bien más que dudoso y rancio. No obstante, James Bond es cínico. La mete en caliente sin pesárselo ni un solo segundo; sobre todo, si son mujeres casadas, porque según sus palabras “todo es más sencillo”, además de acabar sus historias radiante y triunfador. Estoy hablando del Bond cinematográfico. El literario vence y a la vez es vencido, pierde a la chica que le gustaba, sufre algún radical desengaño o incluso termina al borde de la muerte por el golpe final de un enemigo traicionero, como en Desde Rusia con amor. El 007 de Fleming es menos humorístico y más humanamente amargo que sus sosias en la pantalla, quizá con la única excepción de Daniel Craig; taciturno, brutal, irónico y frío. Quizá Sean Connery se contagió de la frialdad inmutable de Ian Fleming, pero desde la primera cinta, se negó a tomarse las cosas demasiado en serio y las maliciosas réplicas de Connery encontraron la culminación de su afectación en la ceja arqueada de Roger Moore. Pierce Brosnan es un muñeco Geyperman, y no sé si has visto, mi querido Josep, al cebollero de George Lazenby en “Al servicio de su majestad”. Joder, son muchas las cosas que se podrían decir al respecto, pero en este recuadro ya no me dejan escribir más.

    Creo que el tema compuesto por McCartney es uno de mis favoritos. Y para despedirme, a Ian Fleming no le mató Espectra, sino el abuso de tabaco y alcohol. Cuando sufrió su último infarto, se excusaba cortésmente ante los camilleros que le llevaban al hospital: "Caballeros, lamento las molestias que les estoy causando". Británico hasta la muerte.

    Un abrazo, amigo mío.

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    1. Hace años ya, amigo Paco, me compré, cabe Sant Antoni, un libro con unas aventuras de Bond, pues lo descubrí en el cine sin paso previo escrito: quizás por la fuerza de las imágenes, dejé abandonado en algún rincón a Fleming, aunque siempre le tengo presente porque es gracias a su concurso que vemos las películas de Bond: algunas malas, otras incluso deleznables, pero algunas francamente divertidas.
      Sé de tu opinión relativa al cine de espías, amigo mío, y creo que estarás de acuerdo conmigo en que Bond es cualquier cosa menos un espía: un ejecutor, un vivales, un seductor, jamás un cobarde pero tampoco un espía, por lo menos, en lo que se construyó en pantalla el siglo pasado.
      El Bond de Moore está un pelín pasado de vueltas y sus réplicas siempre son ingeniosas, como cuando finaliza asegurando que (después de lanzar al aherrumbrado villano por la ventana del tren) se ha cuidado de quitar hierro al asunto, como si tal cosa.
      De vez en cuando, ver una de Bond mientras trasegas un buen malta, creo que es bueno para la salud....
      Un abrazo.

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    2. Desde luego. Yo no me pierdo nunca un estreno de Bond,James Bond. Esa entrada vista por un tubo y recibes un tiro ensangrentado. Su música, los glamurosos títulos de crédito, siempre surrealistas, acuáticos repletos de contornos femeninos, pistolas, cartas de póquer, en fin, todo un clásico que llevamos viendo durante cincuenta años. Ay, es cierto, hay que verlas con un buen cóctel en la mano, y es cierto, Bond no es un espía; él prefiere actuar a estar mirando a través de una cortina, escondido en la casa de enfrente. Menuda gilipollez, amigo mío. El día que se den cuenta los mirones que no ven nada y que, si se exponen abierta y descaradamente a mirar a la vecina de enfrente, descubrirán con asombro que esa mujer se desnudará evitando la oscuridad, el jarrón de flores o las cortinas. Fíjate, amigo mío, los millones de agentes de seguridad que deben pasar millones de horas delante de monitores en blanco y negro mirando pasillos, puertas, gentes que van y vienen, etcétera. En el fondo en la vida no pasa nunca nada y eso Bond, James Bond lo sabe, por eso actúa. Me gusta citar siempre esto:

      M: Bond, necesito que vuelvas.
      Bond: Nunca me he ido.

      Quantum of Solace (2008), Marc Forster

      Ayer fui a ver Han Solo con mi hijo. Cuando salimos me preguntó qué me había parecido. Le respondí: ¡Pero qué puritano que es el jodido! ¡Vaya mierda de pirata! ¡Si Burt Lancaster y Nick Cravat levantaran la cabeza! Incluso cuando juega a las cartas para ganarle la partida a Lando Calrissian parece a mi abuela cuando jugaba al parchís. Me puse a rememorar a aquellas partidas de póquer en los buenos tiempos del cine, como Paul Newman en El golpe, Steve McQueen y Edward G. Robinson en El rey el juego, o aquellos tipos malos de Chicago años 30, de Nicholas Ray. En fin, ya lo sabes, estimado Josep, no mires a través de las persianas a las vecinas; a ellas eso no les gusta. Ponte delante, sin más. Y lo de actuar… bueno, ya no estamos para esos trotes.

      Un fuerte abrazo, amigo mío.

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    3. Dicen que afrontar una situación adversa con un hijo, querido Paco,fortalece las relaciones paterno-filiales y supongo que ahí estará la razón de tu temeridad.

      Porque como bien señalas, en el cine actual hay una cierta memez y blandenguería que en ocasiones tratan de disimular con una violencia gráfica y sin sentido, cuando lo más temible, precisamente, es la intención, la decisión de actuar en un sentido.

      Por eso quizás los Bond y los aventureros de antaño, sin tantos remilgos y forzando los límites de la censura, consiguen captar nuestra atención.
      Uno actúa hasta donde puede, amigo, como siempre, por otro lado.

      Un abrazo.

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    4. Por cierto, ayer empezamos a ver la serie "Fargo". En el segundo capítulo, un joven policía que vive con su hija, ve a través de la ventana a su vecina. La vecina lo ve y se desnuda descaradamente.

      Lo siento, amigo Josep, no he podido evitar volver a tu casa para comentártelo. Es más, cuando vi la escena pensé de inmediato en nuestra conversación respecto a los voyeurs o espías, que es lo mismo.

      Otro abrazo

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    5. Precisamente, Paco, amigo, cada ocasión que sale a relucir el tema me acuerdo de esa escena. Me alegra que hayas decidido al fin ver la serie. Tiene más material que un montón de películas actuales. Fíjate, incluso, en los títulos de cada episodio. Un día hemos e quedar, ante una mesa, para charlar largo y tendido sobre ella.
      Un abrazo.

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  2. Verdad,uno actúa hasta donde puede

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  3. No recuerdo haberla visto pero sí la elegancia inglesa de Roger Moore, el más "finolis" de la saga. No aguanto a esos Bond que se toman tan en serio...golpe viene y golpe va...

    Lo que sí recuerdo es que ese año en los Oscars el que se llevó el gato al agua merecidamente fue Jack Lemmon por Salvad al Tigre y El Golpe a mejor pelicula, guión etc...menos suerte tuvo Paul McCartney con Live and Let Die ( buen tema, por cierto) tambien nominada. El premio, como seguro sabrás, cayó en manos de Marvin Hamlish por The Way we Were...un combo total.
    De todo eso sí que tengo anotado en mi "libreta" particular...hay demasiada gente que admiro...

    Besos. Milady

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    1. Imaginarás lo que opino del oscar a la mejor canción, Milady, así que me ahorro palabrotas y demás.
      Este Bond es muy especial, tanto por el cambio que supuso con los anteriores como por ser, diríamos, la prospección que Moore hace del personaje, al que imprimió un todo cada vez más paródico sin perder, como bien apuntas, una elegancia innata que le distinguía en su aspecto más british. Creo que si la ves, te vas a divertir.
      Besos.

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  4. Esta peli no la he visto. De hecho, de la saga Bond no recuerdo cuáles he visto, cuáles no, y sé que hay bastantes de las que he visto trozos, pero nunca enteras. No soy especial fan. Pero el tema de la peli sí lo he escuchado muchas veces. Y es que puedo decir que sí soy fan de su intérpretey compositor.
    "pretendían montar algo especial como Wings que quedó en agua de borrajas" ¿perdón? Si te refieres a que los miembros iban y venían aparte de los tres principales, vale. Pero los discos de Wings aparte este tema ahí están. Y bien buenos que son algunos.
    Vaaaaale. Que pueden ser considerados más bien los discos de Paul. Pues bueno. Paul y su banda, que eran los Wings.

    PD: De las pelis no soy especial fan, pero leí unos cómics hace años (los de la edición de Burulan) que me gustaron especialmente. Buenos dibujos, buenas historias. Muy muy entretenidos. Estuve hace nada por Edimburgo y vi esa recopilación de tiras y estuve por llevármela (pero no me cabía en la maleta ya con todo lo que volvía de vuelta).

    Un saludito.

    PD: Tomo nota de la recomendación que le haces Abril y me apunto para ver esta a ver qué tal.

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    1. Ya sabía, David que me ibas a protestar con lo de Wings: lo mismo que hay quien asegura que el tema debe más a George Martin (que no digo que no sea en buena parte responsable por el mérito de la producción) como si componerlo fuese fácil, hay quien, como yo, piensa que lo de Wings fue un "invento" de Linda para que Paul no se encontrara muy solo, aunque ya supongo que te acuerdas del excelente RAM, pero ya sabemos que a veces la cosa se complica por inseguridades incomprensibles para los mortales de a pié.
      La película es sobre todo divertida, ágil, y, además, ha envejecido muy bien, así que la puedo recomendar tranquilamente.
      He leído por la red acerca de esos tebeos de Bond pero, francamente, en habiendo las novelas y las películas, me parecen innecesarios, pero eso ya es un tema peliagudo para tratar contigo, así que no digo nada....
      Un abrazo.

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  5. https://www.youtube.com/watch?v=6eXsBj9BCdM

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  6. Atiza me pasa como a David....no tengo claro si he visto un trozo o nada o entera o me dormí o que.
    Esto de confesar abiertamente igual he visto un trozo...en fin aparte de q me da un poco la risa mientras lo escribo creo q es la radiografía de gran parte del cine de sagas actual. Cine intercambiable. De la etapa Brosnam podría decirse q podrían mezclarse las escenas de acción sin notarse. Sin embargo Roger Moore y su guasa e ironía británica siempre me pareció curiosa...tengo que repensar si la he visto...A ver q dice la neurona. Esto es de traca. Un abrazo

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    1. Ja,ja,ja... muy cierto, Víctor: he visto todas las de la saga y no me siento capaz de asegurar a ciencia cierta que reconocería en un buen montaje el origen de algunas escenas.
      Para mí la saga Bond es un lugar de diversiones y desencuentros porque hay algunas desastrosas aunque siempre tienen momentos buenos, ocurrentes.

      Esta primeriza de Roger Moore ya descolla por el humor y la acción está muy bien resuelta: ¿te ayudaría recordarla pensando en una buenísima persecución en lancha rápida?

      Pues esa es....

      Un abrazo.

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  7. Aún recuerdo el impacto que me produjo de niño ver estallar la cabeza de Yaphet Kotto.
    Moore fue acusado en su momento de hacer un Bond más blando. No tenía el carisma de Connery y eso se nota en "El hombre de la pistola de oro" donde Christopher Lee (Scaramanga) eclipsa a Moore.
    En mi opinión creo que Timothy Dalton era fisicamente el más parecido a la descripción que Fleming hace de Bond en sus novelas.
    Saludos!
    Borgo.

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    1. Ja,ja,ja. Era una película para mayores de 18, Borgo, así que si pudiste dormir esa noche, ya sabes....
      El Bond de Moore mantiene de principio a fin, en sus siete apariciones, una autoparodia sanísima. no es de extrañar que Lee robara la película, no en vano su presencia imponía siempre y no te digo en versión original, con esa voz.
      La verdad es que empecé a leer una novela de Bond un verano hace años, perdí el libro, y no he vuelto a intentarlo, en buena parte porque ya me saturan sus películas, que he visto todas, buenas, flojas y malas...
      Un abrazo.

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  8. Jane Seymour, recuerdo su papel como adivina, algo un poco insólito en una película de espionaje, por lo menos se supone que ea eso. LO que me lleva a recordar más aspectos del argumento.
    La ausencia de Q es algo en contra, ese personaje interpretado durante años por el mismo actor, era uno de los rasgos distintivos de la franquicia. Como que James Bond sea ayudado por dos mujeres, que una llegue al final y otra muera. Lo que sucede en El mañana nunca muere, por ejemplo, con Pierce Brosnan.

    Interesante reseña

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    1. Si viste la Seymour en pantalla, seguro que la recuerdas, Demiurgo: lo de la adivina ya es un poco como de broma, lo mismo que todo el montaje de vudú del villano, pero es que esta no es como las precedentes, desde luego....
      Lo de no aparecer Q al parecer vino motivado por ajustes de fechas y disponibilidades, porque aparece Monypenny como mensajera de Q acompañando a M, o sea que algo pasó fuera de control...
      Celebro que te haya agradado.
      Un abrazo.

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