Pasión por la Danza
Hay gente que se apasiona por algo y desarrolla toda su vida alrededor de esa pasión: los más afortunados, triunfan; ese triunfo, empero, no lleva aparejada la felicidad, aunque sí proporciona momentos de éxtasis.
A mediados del siglo pasado, un joven bailarín se hallaba trabajando en unos estudios de Hollywood; admirador confeso de Fred Astaire, se hizo el encontradizo con el astro, que se hallaba rodando una película para la misma compañía; logró pasear unos momentos con Astaire, pidiéndole consejos; mientras paseaban, Fred, como quien no quiere la cosa, propinó un zapatazo, un chut, a un grueso tornillo para sujetar decorados que se hallaba abandonado en el suelo; el movimiento, elegante, simple, sencillo, lateral, apenas sugerido, lanzó al tornillo en línea recta, directa y veloz, hasta incrustarse en un decorado que se apoyaba en una pared a varios metros de distancia, como si lo hubieran proyectado con una escopeta.
El joven bailarín se dió cuenta de la inmensa fuerza que las aparentemente frágiles piernas de Fred Astaire albergaban, comprendiendo que la gracilidad y la ligereza provenían de eternas horas de riguroso ensayo.
Esta anécdota la contaba una y otra vez el joven bailarín, no otro que Bob Fosse, nacido en 1927 y fallecido en 1987, de un infarto.
Bob Fosse sintió por la danza una pasión absoluta: debutó en el cine como bailarín en 1953 en la película The Affairs of Dobie Gillis y el mismo año se estrenó como coreógrafo en Kiss Me Kate
En 1958 intervino también como bailarín y coreógrafo en la película Damn Yankees!, protagonizada por la actriz, cantante y bailarina Gwen Verdon, con la que contrajo matrimonio (su tercer y último) demostrando, en un show televisivo, lo que ambos eran capaces de hacer con su cuerpo al son de la música.
El bueno de Bob fue, toda su vida, artista: de bailarín pasó a coreógrafo y de coreógrafo a director de cine, aunque la expresión no sea correcta, pues tan sólo dejó de ejercer como bailarín, por razones de fuerza mayor tales como acumular en su historia fiestas de cumpleaños como protagonista. Otra constante de su vida fue la de ser un donjuan, mujeriego impenitente, acabando por ser la pobre Gwen portadora de una cornamenta que ríase Vd. del padre de Bambi
Como director de cine, Fosse nos proporcionó sólo seis películas, lo cual, visto el resultado, sabe a poco.
Haciendo buena la afirmación que todo artista se crece cuando relata su propia historia, y habiendo ya padecido algún que otro aviso sobre su deteriorado corazón, que tuvo que soportar grandes "performances" de todo tipo, Bob Fosse decidió, en 1979, ahorrarse las visitas al psiquiatra y proponer a todos sus fans una sesión colectiva en la que él, siempre protagonista, iba a deshacerse de sus demonios personales.
Pero, siendo como era un grandísimo artista, en vez de largarnos un melodrama serio y profundo, pleno de mensajes deprimentes sobre la condición humana, al estilo de Ingmar Bergman o de su acólito Woody Allen, el amigo Bob nos invitó a un festival de música y baile, para que, mientras nos contaba las perrerías de su vida, pudiéramos también disfrutar del esplendor de su arte.
Y así, en 1979, los pobres desgraciados que no pudimos asistir a sus espectáculos en Broadway, sí pudimos regocijarnos con una obra personalísima, una verdadera obra de autor:
All That Jazz , traducida correctamente para las salas españolas como Empieza el Espectáculo, es una película sobre Bob Fosse, de danza y para un público adulto, lo que la convierte en rara avis en el panorama cinematográfico actual (certificada=R).
La trama no puede ser más simple: retazos de la vida del coreógrafo Joe Gideon (alter ego de Bob Fosse), interpretado muy correctamente por Roy Scheider, que aparece en casi todas las secuencias.
En repetidas tomas, a lo largo de la película, vemos la rutina diaria de Gideon: se despierta, escucha a Vivaldi mientras se medica: ojos, corazón, prende un cigarrillo, se ducha fumando, sonríe al espejo, dice: ¡Empieza el espectáculo! y se pone a trabajar, fumando pitillo tras pitillo.
Gideon está trabajando en un nuevo espectáculo: le vemos en interminables sesiones examinando a los pretendientes a formar parte del elenco de bailarines y bailarinas, prestando atención a las más bellas; su ex mujer (alter ego de la abandonada -que no divorciada- Gwen) Audrey Paris (Leland Palmer), también bailarina y cantante, debe ser la estrella del espectáculo pero, claro, se llevan a matar, más viendo Audrey como Gideon flirtea con las jóvenes aspirantes, a pesar de mantener una relación con Kate (Ann Reinking), su amante, a la que también engaña, por partida doble, pues no piensa casarse con ella y además le es infiel con otras aún más jóvenes.
De las pruebas de examen a los aspirantes entendemos porqué luego, al ver los ballets, nos asombran los movimientos ágiles y gráciles de los danzantes, hombres y mujeres con cuerpos disciplinados, capaces de mover sus extremidades con una velocidad y flexibilidad que parecen cintas mágicas, detalle que se observa y disfruta placenteramente gracias a la posibilidad de repetir una y otra vez los espléndidos números musicales que contiene la película.
Las coreografías de Gideon/Fosse, casi treinta años después, siguen asombrando por su modernidad, alcanzando la categoría de míticas secuencias tan bien trabajadas, tanto coreográficamente como cinematográficamente siendo una feliz representante la que muestra a los atónitos productores del espectáculo, en vivo y en directo, y que todavía hoy fascina por su enorme calidad y por su expresividad :AEROTICA
Resultan proféticas las pocas frases de la escena:
"Creo que hemos perdido al público familiar" o
"Frank Sinatra no lo grabará jamás "
Fosse, no contento con ponerse en evidencia él mismo en sus relaciones de trabajo y personales, además ironiza sobre su precario estado de salud, mostrándonos a una parca llamada Angelique (Jessica Lange, con la que en la realidad mantuvo un sonoro romance), que le va acompañando mientras es atendido clínicamente por su decrépita salud, fruto de los excesos a que ha sometido a su pobre corazón.
Con una música excelente, arreglos y versiones de conocidas canciones, que componen una banda sonora (que guardo en mi estantería, en preciado vinilo) inolvidable, Bob Fosse expía públicamente sus pecados mientras nos entretiene, en una película rara, personal, muy personal, con tintes autobiográficos que dan fe de la vida apasionada por la danza de uno de los genios del pasado siglo XX.
Lástima que no hiciera más películas.
No he visto, compa Josep, esta peli, de la que ya tenía magníficas referencias: pero te puedo asegurar que, si como tanto recalcas, el señor Fosse puso en ella nada más que un mínimo porcentaje de la pasión que le has echado tú a reseñarla, debe ser algo alucinante. Así se transmite la pasión por el cine, sí, señor...
ResponEliminaUn abrazo.
Aquí una gran admiradora de Fosse, Josep. Si como bailarín y director era bueno, como coreógrafo era absolutamente genial, de tal modo que sus números de baile son inconfundibles, llevan su sello. Si en Noches en la ciudad se le notaba su admiración por Fellini, en All that jazz aún la demostró mas, haciendo una muy personal versión de Ocho y medio, con unos números de baile fabulosos y un Roy Scheider estupendo que parece la reencarnación de Fosse. El Bye, bye love es uno de los números musicales mas perfectos y deslumbrantes de la historia del cine.
ResponEliminaAmigo Manuel, gracias de nuevo por tus alentadoras palabras y por tu visita.
ResponEliminaCreo que All that Jazz, película extraña, dura y difícil, no debe faltar en la lista de todo cinéfilo para comprender mejor el complejo mundo de los musicales.
Un abrazo.
Ya imaginaba, Alicia, tu condición de fan de Fosse: gracias por tu visita y por tu apunte acerca de Fellini, muy acertado.
ResponEliminaSon espectaculares las coreografías, aprovechando canciones a priori no escritas para la danza, lo cual da fe de la categoría de Bob.
Saludos
Es el musical contemporáneo por excelencia. Y me parece espectacular que se "despida" de la vida con una declaración de principios como ésta.
ResponEliminaSalvando las distancias, al ver esta película, siento algo parecido al ver a Frank Sinatra cantando "My Way" (aunque no fuera suya, le va como anillo al dedo). Una forma de decir, no sólo no me arrepiento de nada, sino que lo volvería a hacer y por si acaso lo dejo filmado.
Un saludo.
Hola Josepp, me has alegrado el día con el grato recuerdo de esta cinta. Tuve la suerte de poder oír en vivo a George Bensos ejecutando la melodía en un teatro en vivo. Es mi relación extra pantalla con "All that" Saludos!
ResponEliminaTienes razón, Hatt: no había caido en la cuenta de ese marchamo vindicativo de una vida "especial" que representa esa pelicula. Gracias por la visita y por el buen apunte.
ResponEliminaSaludos.
Budokan: ya somos dos; yo también disfruté de Benson en vivo y en directo, y esa melodía despertó cálidos aplausos de los asistentes. Me complace haber despertado buenos recuerdos con mi comentario.
ResponEliminaSaludos.
Gran entrada Josep, si Fosse transmitió su pasión por el baile en la película, tú has transmitido esa pasión a través de tus palabras.
ResponEliminaMe gustó la introducción a la película, con pinceladas relevantes sobre la vida de Fosse, su pasión por el baile, y, por las mujeres… Creo que ayuda mucho a entender la película para aquellos que se acerquen a ella sin tener muchas referencias sobre Fosse.
Me alegró descubrir la coincidencia en el primer video, también yo lo elegí en mi entrada, claro que, cualquiera que haya visto la película y le haya gustado creo que coincidiría con nosotros en la elección, coreográfica y cinematográficamente impresionante, como tú comentas, una verdadera gozada, le entran ganas a una de levantarse y ponerse a aplaudir…
Mi opinión sobre la película, ya la conoces, y también sabes que me alegró descubrir que en ella coincidíamos en gustos.
Saludos
Me alegra, Vivian, que te haya gustado el comentario, máxime después de haber leído el tuyo.
ResponEliminaTraté de reflejar esa pasión de Fosse tan evidente por el mundo de la danza, que le llevó a la cima.
Además, Fosse demuestra conocer al dedillo los mejores resortes del cine, porque, desde luego, esta no es una película musical al uso.
Saludos.