Voz de cazalla
Estoy escribiendo en la tarde del domingo 14 de febrero de 2010, poco antes que empiece el festival destinado a señalar quienes han sido los ganadores de los distintos premios Goya que otorga anualmente la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España que ha convocado a sus miembras y miembros a una gala en la que se repartirán parabienes y lisonjas que supondrán alimento espiritual y empujón económico para algunos y decepción para muchos otros.
En esta ocasión, dos son las películas que acaparan mayor número de nominaciones: una es Ágora, que ya comenté aquí, con trece nominaciones, y la otra es Celda 211, que cuenta con dieciseis nominaciones. O sea, que entre ambas se reparten el pastel y la sorpresa saltaría si quedaran huérfanas de premios o saldaran la velada con tan sólo tres o cuatro por cabeza.
Dejando de lado cuestiones debatidas en otros foros como que se nomine a Soledad Villamil como mejor actriz revelación, cuando lleva casi veinte años trabajando, quiero detenerme a comentar esa película de Daniel Monzón que habiéndose iniciado en el mundo del cine como crítico un buen día pasó al otro lado y emprendió la aventura de someter sus ideas y su obra a la opinión pública.
Monzón adapta una exitosa novela de Francisco Pérez Gandul contando con la colaboración de Jorge Guerricaechevarría para escribir un guión basado en una historia de ambiente carcelario poco frecuente en la cinematografía española.
La película, titulada Celda 211, ha obtenido un gran éxito a nivel nacional, recaudando en taquilla cifras inesperadas: todo el mundo comenta que es una película española que no parece española; y lo dice, quien así se expresa, a modo de elogio, como si en la cinematografía española no hubiera -que las hay, y aquí ha quedado ya patente- grandes películas.
Me parece, honradamente, que no hay para tanto: aun a riesgo de parecer anti patriota, creo que Celda 211 es un producto aceptable pero tampoco hay para tanto: una película que se sigue con cierto interés, dotada de una buena ambientación; filmada con bastante acierto por Monzón, pero sin grandes alardes ni hallazgos, con una caligrafía cinematográfica aceptable que resulta una extraña mezcla de documental y drama carcelario, quedando por debajo de las posibilidades de una historia que seguramente alberga en su seno más fuerza de la que se desprende de la pantalla.
Monzón carece del nervio necesario para apasionar, inquietar, al espectador; en su guión hay más de un fallo que atenta contra toda lógica y produce extrañeza incluso viendo la película, más aun cuando uno, recordándola con calma, se detiene en una serie de detalles que, fríamente, parecen inverosímiles, pequeñas trampas, trompicones, en el desarrollo y avance de la trama: la presentación del inicio no está bien resuelta, quedando confusa e increíble, pero el toque surrealista aparece en la escena clave en la que la esposa de Juan, embarazada de muchos meses, se arriesga en medio de un tumulto: me resulta increíble que una mujer embarazada arriesgue su físico y el de la criatura que alberga en su seno contraviniendo el espíritu de conservación que todos llevamos inmerso en los genes, en un acto que, además, nada tiene de heroico, detonante de la parte final que, así, queda coja de antemano.
Dos son los personajes que concitan el máximo interés en la historia, servido uno de ellos por Luis Tosar como Malamadre y el otro por el casi desconocido Alberto Ammann como Juan.
Tosar ha sido nominado como mejor actor por su actuación, muy celebrada por casi todo el mundo, y me siento como un bicho raro porque su trabajo no me parece notable en absoluto: basa su composición en una apariencia musculosa y amenazante y se esfuerza durante todo el metraje en hablar con lo que vulgarmente conocemos como “voz de cazalla”, forzando sus cuerdas vocales pero olvidando que, además, conviene declamar, es decir, musicalizar las frases, los diálogos de su personaje. Seguramente dentro de unas horas, ayer para quien esto lea, Tosar habrá conseguido el Goya al mejor actor español de la temporada de 2009. Ello tan sólo significa, para mí, que los demás lo habrán hecho incluso peor.
El tono general del elenco está por debajo del propio Tosar demostrando una vez más que los intérpretes españoles de la actualidad se hallan muy por debajo de sus predecesores del pasado siglo, ofreciendo un panorama nada halagüeño: en algunas ocasiones, escuchando los doblajes de películas extranjeras, se oyen interpretaciones vocales superiores; es sorprendente y lamentable a un tiempo.
Puede que me caigan palos por doquier y me tilden, como he dicho, de anti patriota; nada más lejos de mi intención; muy al contrario, me parece poco amante del cine español quien se contenta con premios inmerecidos rebajando las expectativas a que todo cinéfilo tiene derecho; está claro que si rebajamos el nivel y nos auto premiamos para satisfacer nuestro ego nunca alcanzaremos la gloria de la perpetuidad en la memoria colectiva: una película, una actuación, para ser buena, debe serlo en todas partes: el cine no es un arte local: es un medio de expresión que debe emocionar a cualquiera con independencia de su nacionalidad, género, edad y cultura, entendida ésta como el bagaje formado a base de estar muchas horas frente a la pantalla viendo cine: del bueno: del que traspasa fronteras físicas y temporales.
Celda 211 puede haber sido la mejor película española de 2009; pero sin duda, nunca formará parte de esa lista que todo cinéfilo lleva en su mente cuando, jugando, te preguntan qué diez películas (españolas) te llevarías a una isla desierta.
Es curioso. Sin poderte discutir ninguna de las apreciaciones más o mneos técnicas que haces de la película, la conclusión que yo saco de la misma, es totalmente opuesta a la tuya.
ResponEliminaEs cierto que hay detalles del guión difícilmente verosímiles. Es cierto que no hay en la peli grandes alardes ni hallazgos. También lo es que salvo las mencionadas excepciones, el reparto no está especialmente brillante. e incluso, fíjate bien, también considero que esta película (hoy ya, galardonada como la mejor del curso 2009) no tendrá un lugar especial en el panorama histórico nacional (aunque se converirá -me juego lo que quiras- en una pelícual de lo más televisiva). Y sin embargo, a pesar de todo lo que has dicho y yo he admitido, Celda 211 me parece una muy buena película.
Nos hemos quejado repetidas veces (yo no, pero hablo majestáticamente) de que la filmografía nacional carece de productos dirigidos cualitativamente al mero "entretenimiento", y que pretendemos encontrar la fisura de la aceptación popular, por caminos retorcidos, enjundiosos y de diván. Nos comparamos con otras cinematografías europeas (verbigracia la francesa) que en contraste, saben hacer películas de genéro por el mero y honroso objetivo de que sean vistas con dignidad, y siempre salimos perdiendo en el combate. Y es precisamente aquí en donde le encuentro el lugar a la película de Monzón, un tipo que sin llegar ni mucho menos a la excelencia, demuestra una concepción valiente (que no frívola) popular (que no mediocre) de lo que es su profesión.
Me gustó, más incluso de lo que me esperaba, su ritmo, su ambientación, su armónico montaje (que creo que es eso que tú llamas caligrafía) sus primeras interpretaciones (a mí Malamadre me parece un personaje mucho más complejo de lo que su caracterización demuestra, dotado de sentimientos -ahí advierto un pasado, un razonamiento del presente del personaje- que evolucionan)y algún que otro aspecto que no recuerdo lo suficiente para apuntar.
Coincidiremos en cualquier caso, en admitir que lo de los premios no es más que un accidente. Y lo haremos también, en aceptar que lo de los gustos personales es un debate bizantino. E incluso quizá volvamos a coincidir en reconocer que entre las finalistas a los Goyas, no ha habido una película (me falta por ver la de Trueba) que este año haya conseguido un emotivo arrebato.
A toro pasado, y vistas las distintas fechorías cometidas en los Goya (lo de Villamil, el diferente tratamiento como española y argentina de "El secreto de sus ojos" mientras que otras coproducciones estupendas como la hispano-uruguaya "Gigante" no han pasado de lo latinoamericano), efectivamente, no es para tanto, por esas razones que apuntas y, a mi juicio, porque, por ejemplo, el personaje de Marta Etura es un florero vacío y, además, la trama abandona todos los aspectos políticos y de seguridad en las altas esferas que la propia trama plantea: ¿qué ocurre en ese tiempo en el Ministerio del Interior, por ejemplo? A mí la película me sugiere más y mayores interrogantes que las respuestas que da.
ResponEliminaPor eso, aunque no me parece mala película, al contrario, sí que estoy de acuerdo en que no da para mucho más que para entretener y disfrutar con unas cuantas interpretaciones (ahí en lo de Tosar, discrepo, mi querido Josep, en el sentido de que los presos de Zamora no creo que disfruten de una dicción muy estimable).
Saludos y enhorabuena por apostar antes de hora y mantenerte, a buen seguro, a contracorriente.
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Creo, Raúl, que en el fondo, no estamos tan en desacuerdo, salvo que para tí es una muy buena película y para mí es más floja de lo que todo el mundo asegura: no he dicho -y no lo diré- que sea mala ni que no me haya gustado nada: la prueba está que, a diferencia de Ágora, esta Celda 211 no ha ido a parar a la etiqueta correspondiente.
ResponEliminaHe querido dejar bien claro que no quiero conformarme con las alabanzas que ha recibido porque me parecen excesivas: la autocomplacencia no sirve más que para limitar el esfuerzo debido.
Estamos de acuerdo, desde luego, en que el cine español necesita productos que se alejen de la supuesta "seriedad" de productos "de diván" que yo entiendo como intentos fatuos de psiconalaizarse cuando a la gente lo que le importa es que la historia, por lo menos, le enganche.
Seguro que triunfará en la tele -no en vano Tele5 tiene algo que ver en su producción- pero las alharacas me han parecido exageradas. Recuerda, por ejemplo, la película La Caja 507, del año 2002, que ganó un sólo Goya y, para mí, es una decidida muestra de cine serio y bien hecho, con unos intérpretes que sí dan el callo, y pasaron inadvertidos. Y el guión, mucho mejor que el de ésta.
En fin, como tú dices, cuando se entra en cuestión de gustos, la cosa se podría eternizar, y no veo por aquí ninguna copita en su mesita con varias sillas para alargar más el tema....
Saludos.
Tan sólo he dado un vistazo a las noticias para saber lo que me temía de los Goya, Alfredo, pues no vi los fastos, pero constato que, una vez más, la academia se ha lucido.
ResponEliminaCoincido en que la trama (desconozco la novela original) puede dar mucho más de sí, de ahí mi queja sobre el guión, que me parece flojo. Como he dicho a Raúl, no es que me parezca mala: pero creo que tantas alabanzas son desproporcionadas a sus méritos.
He querido incidir, comentando la película, en la situación de la industria cinematográfica española, sin pretender comparar con ningún otro país. Seguramente, si tuviera que elegir dar el Goya, se lo daría a Celda 211; pero sólo si no pudiera declarar el premio desierto, que es lo que debería ocurrir: falta un listón de calidad y esa falta propicia mi discrepancia.
Lo de Tosar me sigue pareciendo lo mismo: en el país de los ciegos, el tuerto es el rey: lo de la dicción que dices, querido amigo, no me vale, porque los presos de Zamora seguro que no cobran lo que Tosar por interpretar un papel: y habría que ver si entonan tan mal todos. Si afinas el oído, en muchas conversaciones cotidianas oyes mejores entonaciones que en la gran pantalla... y eso no debe ser así.
Gracias por la enhorabuena, pero como ya sabes -y practicas- uno no mantiene un bloc de cine para no decir lo que piensa, yerre o no... :-)
Saludos.
Bueno, bueno querido Josep, en la academia no te van a querer demasiado. No voy a entrar en polémica porque cuando fui a ver la peli en su día no pude entrar debido a las tremendas colas adolescentes para ver "Luna Nueva". Agarré un cabreo enorme y nos vinimos a casa a ver una peli por la tele.
ResponEliminaPienso verla, eso sí. Lo que sí quiero decir es una cosa evidente. Esta peli, cuanto menos ha movilizado a muchísima gente para verla en los cines. Eso es muy positivo para el cine español, Josep. Generar ilusión por lo que hacemos provocará que la nueva sangre cinematográfica empiece a hervir en las nuevas generaciones y se haga otro tipo de cine más digno. Eso es lo que pienso.
Respecto a la ceremonia tampoco estuvo mal. Parece ser que fue el evento cinematográfico que más gente convocó ante el televisor. Eso también es positivo. A mí me pareció bastante comedido y elegante a pesar del estallido almodovariano final.
Un abrazote.
No creo, Antonio, que ningún académico del cine español haya pasado jamás por aquí; y si así fuera, tampoco me preocuparía, porque dudo que mi opinión les interese lo más mínimo: ojalá, en todo caso.
ResponEliminaEspero que la veas, desde luego, para saber tu opinión al respecto. En cuanto a lo de movilizar público, no me impresiona: Avatar movilizó a más gente y ya sabes aquello que dicen de las moscas y la mierda....
La ceremonia no la ví: no me gustan los peloteos entre amiguitos cuando soy yo el que paga las bebidas y no me toca ni un sorbo...
Un abrazo.
Como dijo Jack el Destripador, vamos por partes
ResponEliminaVaya por delante que a mí esta película me parece un películón en toda regla y que merece todos los premios que le han dado y más, y que además me alegré con cada uno que le daban.
Una película sobre hijos de puta, y una muestra de que no todos están encerrados, algunos campan por sus respetos, una película sobre la condición humana y lo que se puede llegar a hacer cuando a un ser humano lo llevan al límite y el peligro de dejar a una persona sin nada que perder, una película que reflexiona sobre más de un aspecto de nuestra sociedad, eso sí navega entre la contundencia y lo sugerido, para que sea el espectador el que le de vueltas a los temas en su cabeza, sin dártelo todo mascadito.
Acepto que no te haya gustado, pa gustos los colores, pero los peros que le pones yo no los veo así
Respecto al tan criticado tema de la embaraza, dos cosas, la primera, al que le parezca inverosímil que le dieran pal pelo estando embarazada, que se vaya a las puertas de urgencias de un hospital cualquier día después de una manifestación o evento en el que haya habido carga de los antidisturbios, verás aparecer damnificados de todas las edades y condiciones e incluso personas que simplemente tuvieron la mala suerte de pasar por allí, cuando cargan, cargan al bulto, y en el caos que se monta no tienen mucho tiempo para discriminar, a este le doy a este no.
Sobre el tema de la temeridad de que acudiera allí estando embarazada, partimos de la base de que ella acude a por información sobre su marido y ni sabe el pifostio que se ha montado a la puerta, ni mucho menos que iban a cargar los antidisturbios. Por cierto, estar embaraza es un estado no una enfermedad que limite tus actos y tu vida.
El personaje de Tosar no sólo me parece creíble, sino que, como fanática de películas y series sobre asesinos y tal, encuentro que es uno de los más logrados que he visto, no se va a poner a vocalizar a la perfección y declamar un tío que se supone se ha criado en las calles, por cierto, me recordaba mucho a uno que venía por la tienda de 24 horas donde trabajaba cuando era estudiante, un camello de tres al cuarto que hablaba exactamente igual, hasta físicamente se le parecía, y que según me enteré tiempo después, en la cárcel casi mata a uno, lo rajó de arriba abajo, no sé que problema tendría, lo primero que pensé cuando me enteré fue, joder y a mí que llegó a caerme bien.
Por cierto, hay que ver como os ha dado a los que no os gusta por analizar con lupa esta película y no me refiero a ti concretamente, hasta los grandes clásicos no resisten tanto aumento, sin ir más lejos “Ciudadano Kane” tiene un fallo de guión que desmonta toda la trama de la película.
En fin, que la otra noche, después de muchos años, volví a ver la gala de los Goya, y a cada premio que recibía la película más feliz estaba yo, y sobretodo me gustó el discurso de Alex de la Iglesia, creo que es lo mejor que le ha podido pasar a nuestra Academia del Cine Español, para que deje de ser un gremio llorón, las películas que ayer competían demostraron que sí haces películas que interesen al público, el público se gasta el dinero en ir a verlas si mirar la nacionalidad.
Besos
Despues de leer tu entrada y los consiguientes comentarios se llega a una conclusión que como he visto la película puedo compartir.
ResponEliminaNo es una excelente película, es una buena película que te hace pasar un buen rato y que dado el resto de candidaturas, casí que quizás era la mejor.
Una abraçada
Buuufff.. El problema que tiene esto de los blogs es que acaba cansando un poco comentar tantas veces la misma película o reseñas (por interesantes que sean) que giran sobre el mismo tema. Pero... me ha sorprendido encontrar que tu reseña se acerca bastante a lo que a mí me pasó. No pienso que tenga un mal inicio. Al contrario, me enganchó desde el principio, pero a partir de esa escena que tú comentas, la peli me perdió irremisiblemente. Vamos, no me interesaba nada, o muy poco. No me la creía. Y recogiendo lo que escribí en otro blog cuando la vi. Un purto de partida muy interesante. Actuaciones logradas, etc... Pero cuando alguien se "quita la máscara" se me cae la película (podía pasar por alto otros errores, o toda la parte "romántica", que me sobra, a pesar de que la entiendo "necesaria" hasta cierto punto)...pero desde ahí, me daba igual lo que le fuera a pasar al funcionario. Para mí la pelicula se había escapado. Una pena.
ResponEliminaUn saludo.
Ya me doy cuenta, Vivian, que te ha encantado esta película y que hay discrepancia, lo cual enriquece la entrada.
ResponEliminaYo no he dicho que no me haya gustado: lo he dejado bien claro respondiendo algún comentario y, además, puedes comprobarlo fácilmente ya que no está etiquetada como tal, lo que sí ocurre con Ágora, su competidora en el fastuoso certamen carpetovetónico en el que, al parecer, el señor presidente de la academia conocía de antemano -según dijo Almodóvar (leído en La Vanguardia)- los premios que se iban a conceder: esto sólo pasa aquí, claro.
Lo de la embarazada lo interpretas mal: yo no digo que una mujer embarazada esté enferma: conozco la expresión "estado de gravidez" y no me coonfundo: pero me consta que una mujer se cuida más de sus hijos, llegados o en inminente llegada, que del padre de los mismos. Y sólo una tontorrona se pondría en situación de peligro: haberlas haylas, claro, pero pocas: el instinto de conservación de la embarazada suele ser muy fuerte.
No digo que me extrañe que una carga antidisturbios no mire donde pega, porque ya sé como funcionan esas cosas. Lo que está claro es que, si estás a cuatro metros, no te pegan con una porra. Así de claro.
Me parece que dejo bien claro que la temática de la película da para mucho más de lo que Monzón ofrece.
Y respecto al apartado interpretativo, me da la sensación que el hecho que la Marta Etura sea la novia de Tosar ha tenido que ver -y mucho- en su premio como actriz secundaria; y el premio a Tosar, insisto, es inane, porque los demás son peores. De tosar sólo he visto dos trabajos; el otro, más malo, desde luego, era como mafioso en el engendro refrito de Corrupción en Miami, donde Tosar daba muestras de ser incluso más mal actor que los protagonistas, que ya es decir.
Yo también he conocido a gente con "voz de cazalla" y con algunos he mantenido palabras cuando estaban con el "mono" y te aseguro que no todos dejan de vocalizar expresando sentimientos de la índole que sean.
Tosar, como actor, pertenece a la escuela que inició en su momento su contraparte, Antonio Resines, que tan sólo me ha gustado en La Caja 507; él y Oscar Ladoire (desaparecido en combate) ya plantaron la escuela de los actores que no saben vocalizar y apenas entonar: no le llegan ni a la suela de los zapatos a tipos como Juan Diego, cuya voz y presencia hubieran representado un Malamadre muy superior.
Que mentes un fallo de guión de Ciudadano Kane me parece una comparación inédita, porque no hay ningún punto de comparación entre ambas películas. Ni en sueños, vaya.
Si a ti te gustó, me alegro por ti, y me encantaría que, dentro de diez años, siguieras pensando igual. Pero me temo que, si es así, significará que yo acabaré teniendo la razón y que nuestro cine patrio no levanta cabeza por culpa de ese listón tan bajo y autocomplaciente.
Besos.
Supongo que tienes razón, Alma: visto lo visto, puede que sea la mejor.
ResponEliminaLa pena es que no haya lo que debería haber para declarar desierto el concierto de plácemes.
Una abraçada.
Veo, David, que ambos tuvimos la sensación de derrumbe conforme avanza el metraje; respecto a las actuaciones, ya he dicho la mía: me parecen lamentables, todas; aun partiendo de un listón más bajo, adecuado a la depauperada realidad española.
ResponEliminaLa película es buena pero no hay para tanto, salvo si aceptamos pulpo como animal de compañía: nuestro cine necesita menos subvenciones y más competividad. O eso creo.
Saludos.
Me pasa lo de mismo que a alguno de arriba: tampoco está uno como para repetir varias veces lo que se piensa de una película. Acepto que tiene alguna inverosimilitud de guión, que a mí, al contrario que a ti, no me afecta. De hecho, me molestan más las escenas flashback "cuántoquieroamisposadelalma" que chirrían bastante. Pero que acuses a Monzón de falta de nervio no me lo explico. La gran baza de esta película es, precisamente, su nervio, su constante giro de tuerca, el aumento equilibrado de la tensión. Y tampoco encuentro justa tu crítica a Luis Tosar. No seré yo precisamente quien defienda la dicción de los actores españoles, pero creo que el hablar de Tosar, y de todos los presos, es perfecta, se ajusta como un guante a la atmósfera en la que se encuentran; una dicción excesivamente académica le hubiera restado credibilidad.
ResponEliminaEn definitiva, yo creo que sí es para tanto. Saludos.
Recuerdo haber leído un comentario tuyo, Marcbranches, por lo que no me extraña que no estemos muy de acuerdo en la valoración de esta película; naturalmente, no espero convencerte, pero agradezco -y mucho- tu comentario aportando una visión diferente a la mía.
ResponEliminaQuizá es que exijo demasiado, pero, siendo una película pasable (ya he reiterado que no es que no me gustara nada) me parece que ha concitado demasiados elogios para lo que es.
De las interpretaciones, por mucho que sean carne de celda, ello no me vale como excusa: cierto que un academicismo aséptico hubiera restado credibilidad, pero tampoco hay que pasarse, creo, y no hay ni uno que vocalice como se debe.
Una alegría verte de nuevo por aquí.
Saludos.
No, no me olvidé, Josep. Es que no tengo tiempo ahora de escribir mucho y tampoco me encuentro muy bien hoy, pero me gusta hacerlo aquí y compartir un ratito.
ResponEliminaAy, La famosa celda. Por una vez y sin que sirva de precedente te doy toda la razón.
Por cierto, en otro post, recuerdo algo de que no ibas a cambiar de opinión por agradar a nadíe, supongo que no lo dirias por mí, jajaja, ¿o si? No sería justa esa apreciación. Yo no escribo aquí, o en otro blog, para eso.
Me pareció una injusta apreciación de algunos Goyas a ésta peli sólo por ser española.D. Alex de la Iglesia y su parafernalia no me gustaron para nada. Yo sí veo la ceremonia. Me gusta, y lo hago siempre por motivos personales.
Qué tenia que ganar por c....., ok. Pero no por buena. El libro no le leí, no pienso tampoco.
Tosar, el cual me encantó en Te doy mís ojos, aquí me decepcionó. Supongo que Monzón forzó demasiado la máquina.
El Goya, que estaba cantado de antemano, vale, pero el de Alberto Amman fué terrible. No he visto una actuación igual en mí vida. ¿Cómo se puede consentir eso? Pues nada, haciéndolo y point.
La escenita se me ha quedado grabada, no la de los familiares y policía, sino la de cameo, con su barriga. No lo entenderé nunca. A unos que les faltan excenas de sexo y a otros se les permite una que no viene ni a cuento ni a nada.
Joer, como me paso con los comentarios.
Si yo iba a ser breve. Otra vez caí.
besos y disculpas porque al final no puse ni la mitad de lo que pienso de LA CELDA, por no decir otra cosa.
Más besos
No debes disculparte, Blanca, por la extensión de tus comentarios, por dos razones:
ResponEliminaPrimera, porque agradezco que todos se expresen con total libertad dentro de la norma no escrita de no ofender a nadie y no hay más limitación que la que pueda tener esta ventanilla.
Segunda, porque para eso están habilitados los comentarios: para que cada quien pueda decir lo que le parezca y argumente su opinión como mejor le parezca.
Además, vienes a excusarte en la entrada que, si no me equivoco, alberga los comentarios más extensos en proporción de este bloc de notas.
Me sorprende que hayamos coincidido, pues confieso me esperaba una diátriba: y no... ;-)
Lo que escribí en la otra ocasión, no se refería a tí en particular: era -y es- simplemente una aclaración, porque me interesa que quede muy claro que expongo mis opiniones libremente y que, aunque los amigos lectores puedan discrepar con la misma libertad, seguiré en mis trece, por decirlo gráficamente, sin ánimo alguno de entablar debates bizantinos, porque en el cine, como en todo, tiene que haber gustos -y opiniones- muy diversos.
Si consigo animar al lector a que deje su comentario, nunca será esperando que coincidamos siempre: ni contigo, ni con nadie en particular: lo contrario sería absurdo: cada cual dice lo que le viene en gana: para eso es un bloc.
Besos.