De Francia a USA
A lo largo de la historia de la cinematografía estadounidense no han sido pocas las ocasiones en que la vampirización de ideas ha constituido la base de muchas películas, bien sea directamente realizando "remakes" con mayor o menor fortuna, bien sea tomando prestadas cuando no directamente usadas ideas que provienen incluso de otros países.
Los franceses Pierre Barillet y Jean-Pierre Grédy formaron un dueto de autores teatrales que escribieron, al alimón, gran número de piezas teatrales que, en nuestro vecino país, se denominaron "teatro de bulevar", género de comedia de enredo, artificio y entretenimiento, muy popular y exitosa comercialmente; tanto, que una de sus obras, Fleur de Cactus, provocó su trasposición a las salas de Broadway a mediados de los años sesenta del pasado siglo, de cuya trasposición fue autor Abe Burrows, quien además se ocupó de dirigir a Lauren Bacall como protagonista, permaneciendo la obra en cartel más de dos años.
Naturalmente, el éxito teatral propició, como es norma, su traslación a la gran pantalla. Tomando como referencia el texto escrito por Burrows, el gran guionista I.A.L. Diamond compuso lo que sería el esqueleto de una película que iba a dirigir Gene Saks, quien había obtenido un relativo éxito comercial en sus adaptaciones cinematográficas de otras dos piezas teatrales, a saber, Descalzos por el parque y, sobretodo, La Extraña Pareja, en la que brilló especialmente el histrionismo de Walter Matthau.
De esta forma nació la idea de producir pues una película cuyo origen reside en una comedia francesa, un entretenimiento que mantiene no tan sólo el mismo título, Flor de Cactus (Cactus Flower, 1969), sino la misma estructura de comedia amable de enredo, con puertas que se abren y cierran, engaños y malentendidos.
El productor M.J. Frankovich se hizo acreedor del odio de Lauren Bacall cuando desestimó su participación en la película en favor de Ingrid Bergman, a la sazón nueve años mayor, para representar el papel de la sufrida enfermera Stephanie que es la fiel colaboradora del donjuanesco odontólogo Dr. Julian Winston (Matthau) quien mantiene un romance con una jovencita de apenas veintiún años, la pizpireta Toni (Goldie Hawn, que consiguió el premio Oscar como actriz secundaria).
Al iniciarse la película vemos a Toni salir del edificio de apartamentos donde vive, vestida con un salto de cama y unas enormes plantufas que parecen ositos de peluche, depositar una carta en un buzón y, acto seguido, disponerse a suicidarse mediante el conocido procedimiento de cerrar las ventanas y abrir la espita del gas. Su vecino, el joven escritor Igor Sullivan (Rick Lenz), impedirá que tenga éxito. Cuando Julian se entera del intento, promete a Toni que se divorciará y se casará con ella.
El problema es que Julian es soltero y que Toni querrá conocer a su esposa para asegurarse que no ha roto un matrimonio perfecto. Julian deberá buscarse una esposa ficticia de inmediato y se le ocurrirá que su solterona enfermera Stephanie hará el papel de la esposa infiel, que le engaña con su amigo Harvey (Jack Weston )
El enredo está pues servido y como siempre ocurre, de una mentira nacerá otra y luego otra, como bola de nieve en caída libre, hasta convertirse en un alud que ya nadie puede controlar.
Como era de esperar, el guión está trufado de frases ocurrentes, servidas con un buen ritmo de comedia gracias principalmente a esos intérpretes que, una vez más, llevan a buen puerto una historia intrascendente, un juego en el que destaca por encima de todos una Ingrid Bergman contenida y elegante, manteniendo una diferencia en su actitud de enfermera y de mujer madura pero atractiva, que despertará pasiones inusuales en diferentes personajes, en compañía de un Walter Matthau en su linea habitual de sinvergüenza simpático que sufrirá un cambio de actitud conforme avanzará el metraje y una jovencísima Goldie Hawn que representará más que la inocencia la ingenuidad y la cabezonería propias de su edad, siendo el detonante de toda la trama.
Una película sencilla, sin más pretensión que divertir, bien rodada, sin que su origen teatral sea demasiado evidente más allá de sus ocurrentes diálogos, que, en poco más de hora y media, sigue entreteniendo aún a pesar de haber transcurrido ya casi cuarenta años de su rodaje, sin que haya envejecido mal, pues su ubicación temporal en los sesenta del pasado siglo es liviana y no la marca groseramente como ocurre en otras ocasiones.
Ésta me la he perdido. Tomo nota.
ResponEliminaGracias.
Saludos.
De nada, 39escalones. A poco que seas admirador de la Bergman, la disfrutarás.
ResponEliminaSaludos.
Pues fíjate, compa Josep, que ésta aún debe andar por ahí perdida, en la montonera de VHS que tengo repartida por todos los recovecos del piso (al que cualquier día se le saltan las costuras, si mi mujer no me pone antes las maletas en la puerta, que es la opción más probable -y menos cruenta, todo hay que decirlo...-). Será cuestión de rescatarla (necesitaré, eso sí, un equipo de bomberos de estos de los que van a las catástrofes, poco más o menos), y echarle una mirada, que bien lo merece, por lo que cuentas. Además, estando por medio esa gran dama que es Ingrid Bergman, el disfrute ya está asegurado, al menos para este su fiel devoto.
ResponEliminaUn fuerte abrazo.
P.S. lo de esa pasión fagocitadora de los yanquis con todo lo ajeno que les llama la atención nunca terminaré de soportarlo. ¿Necesitan traducirlo...?
Manuel, no dejes de buscarla y disfrútala, antes que la cinta se borre al perder el magnetismo que sí tiene y mantiene incólume Ingrid Bergman.
ResponEliminaLo de los yanquis ya viene de antaño, ¿no? y desde luego, no soy yo quien les vaya a criticar por saber aprovechar ideas buenas; lo malo es cuando desaprovechan un buen producto y hacen una cagadita...
Un abrazo.
Vengo del apartamento.....no sabia lo de Lauren Baccall....aunque creo que me quedo con Ingrid....claro que ya he visto lo bien que lo hace....pero si hubiese sido el productor....puesssss creo que tb....la vi hace mucho....y la recluta benjamin no lo hacia nada mal....pero tendria que volver a verla...saludos
ResponEliminaTratándose de Ingrid, Víctor, reconozco mi parcialidad, porque nunca la he visto hacer un mal trabajo y su nivel siempre está en primera línea. Y además, guapísima: incluso consiguió que Golda Meier no pareciera lo que era....
EliminaUn abrazo.
Mmm...Pues me da que no había leído esta entrada. Aunque igual sí, pero no me suena. Me da que comenté esta peli en otro blog. Igual fue en casa de Víctor, o igual fue en otro sitio.
ResponEliminaHe puesto Lauren Bacall Cactus Flower en google imágenes y... con 9 años más, Ingrid me gusta 9 veces más.. Pero reconozco que no estoy siendo justo. Igual Lauren lo podía haber hecho también muy bien en pantalla.
Pero coincido en que la peli se deja ver, pero sin más (en mi caso). No recuerdo diálogos tan ocurrentes, al menos.
No sé...la peli de Primera plana (por poner otra con Matthau) sí tiene diálogos que todavía recuerdo más o menos como "ocurrentes"
- ¿Qué quieres acabar en Hollywood como Ben Hetch escribiendo diálogos para Rintintin? (la coña aquí es tremenda porque encima ya sabes que Hetch escribió la obra que Wilder revisiona).
O ese otro en el que Lemmon comenta que está con el subtítulo y Matthau le dice
Nadie lee ninguna noticia más allá del titular!!
Pero bueno, no son el mismo tipo de peli. Si las comparas con las otras dos que mencionas, Descalzos en el parque (sí, ha envejecido, pero siempre le he tenido cariño a esa peli porque de crío me pareció muy divertida y me enamoré de Jane Fonda con esa antes que con Barbarella) y La extraña pareja... no veo que destaque por encima de ellas. Estaría más o menos a la par. No sé... tendría que revisar las tres.
Pero coincido en tu comentario a Manuel...la cinta se mantiene, en gran parte por el magnetismo de Ingrid.
Un saludito.
Esta es una comedia amable, David, de ningún modo comparable a las ácidas ironías del mismo guionista con Wilder. Es una pieza que se basa en el texto y las interpretaciones, muy teatral, que en pantalla por su dinamismo hace olvidar su origen y que, desde luego, servida por otros intérpretes sería un fracaso.
EliminaYo la ví en la tele en versión teatral con una compañía francesa, hace años, una especie de Estudio 1 de la televisión pública gala y también era memorable.
Un abrazo.
Abril sabe dónde hablamos de ella: http://notodoeskippel.blogspot.com.es/2012/10/flor-de-cactus-gene-saks-1969.html
ResponEliminaY me hace gracia porque acabo de leer lo que comenté y aparte de señalar que no la había visto decía lo mismo sobre Descalzos y La extraña pareja (que también las mencionaba Kine).
Pasa buen fin de semana.
He dejado un comentario que no ha salido..en fin..no sé que pasa con mi conexión..:(
ResponEliminaDecia que me encanta este volver al "pasado cercano" es una forma de recuperar entradas en las que no estabamos..como viajar en el tiempo. jajaja
Ya está dicho por David. Me quedo con Ingrid aunque Bacall me parezca una mujer elegante y buena actriz tanto en cine como por lo visto en teatro.
Sobre Descalzos, a mí me hizo graciosa en su momento y siempre que la veo de nuevo, están muy guapos, la madre, Mildred Natwick me encanta. Es un clásico teatral.
Creo que sí leí ésta entrada pero no la comente en su momento porque no tenia "confianza".
Ya sé, porque lo dejaste dicho tambien en el apartamento, que a tí, sire, te pareció un truño..umm..si no la has visto nunca más..quizás no tenias el dia o habias discutido con la novia o ¡vete a saber! No estabas para ñoñerias..:-P
Tampoco hay que pedir disculpas David (que no digo que lo hagas) por las cosas que a uno le gustan o con las que disfruta, ya hemos hablado de eso hasta la saciedad.. pero bueno se repite las veces que haga falta.
Yo sé que no estoy a la altura de vuestros conocimientos pero me atrevo a daros mi opinión..
y lo digo sin falsa modestia.;)
¿La recluta Benjamin Victor..?jajaja
A ver si esta vez no se esfuma el comentario.
Besos y abrazos
Milady, Milady: ¿cómo que no tenías confianza?¿Desde cuando me he comido yo a nadie? Morder no digo que no, pero....
EliminaLa de Descalzos me sirvió para darme cuenta que ninguno de los dos protagonistas servían para la comedia, ese arte tan fácil imposible de dominar para algunos.
Y tu altura cinéfila, querida, está al nivel de todos: para gustos, colores..
La Goldie antes de ser famosísima, ya ves, incluso antes de ir a la mili...
Besos.