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dilluns, 27 d’octubre del 2008

Cuatro Mujeres y un pirómano



Cuatro mujeres, dos hombres fuertes y dos peleles.

Ese podría ser más apropiadamente el título del c
omentario dedicado a una película rodada por el represaliado Martin Ritt que se basó en un estupendo guión realizado por el matrimonio compuesto por Harriet Frank Jr. e Irving Ravetch, pareja de excelentes escritores y guionistas que colaboraron con Ritt en diversas ocasiones.

En la presente, se inspiraron en una serie de relatos cortos del gran fabulador William Faulkner , profundo conocedor de los entresijos de la s
ociedad sureña y ribereña que se desarrolló alrededor del río Mississippi, retratando con gran acierto y vigorosa economía unas gentes que se debatían entre los aires aristocráticos de una clase decadente, los negociantes carentes de escrúpulos herederos de los esclavistas y aquellos desheredados a quienes la fortuna se les mostraba esquiva y luchaban por sobrevivir.

Ese trío, Director y Guionistas, acertaron de plen
o al titular su obra como El Largo y Cálido Verano (The Long, Hot Summer 1958) ya que la acción transcurre precisamente en esa época del año, mediado el siglo XX, cuando todavía los convencionalismos aprisionaban a las gentes a un pasado no tan remoto y sus reacciones y esperanzas de futuro se veían marcadas por unas costumbres casi ancestrales, próximas aún al feudalismo propio de los esclavistas.

Ben Quick (Paul Newman) es un apuesto joven que se ve forzado a cambiar de aires ante la acusación de pirómano que cae sobre él de forma ignominiosa; convertido en vagabundo forzado, es recogido al hacer auto-stop por la pizpireta y sexy Eula Varner (Lee Remick ) que viaja en el coche de su cuñada Clara Varner (Joanne Woodward), joven de semblante serio dotada de un carácter áspero e independiente, que deja a Ben en el pueblo más cercano.

Ben no tardará en darse cuenta que casi todos los establecimientos comerciales ostentan el nombre de Varner, omnipresente. Interesado en hallar trabajo como granjero, Ben es dirigido a la mansión de los Varner, dueños de una casi derruída granja que podrá alquilar para iniciar una nueva vida.

Mientras Ben se acerca andando por el enorme jardín hasta la mansión, la joven Clara, en compañía de su amiga Agnes Stewart (Sarah
Marshall) nos informa, por su conversación, del desespero de ambas jóvenes, con apenas 23 años, al no hallar en la sociedad en que viven un marido, siendo así que la mayoría de sus compañeras de colegio ya son madres. La conversación de ambas jóvenes es amenizada por los gritos más que alegres, exaltados, que profiere Eula, quien está en el piso superior con su marido, Jody Varner (Tony Franciosa), al que su sexy esposa trae de cabeza, loco de pasión amorosa.

Ben arreglará un trato de arrendamiento de la granja en condiciones un tanto draconianas impuesto por Jody, cuyo trato, al ser conocido por el recién llegado Will Varner (Orson Welles ), cacique de la ciudad, despertará las iras del pa
triarca acusando a su hijo de imbécil por haber alquilado su propiedad a un pirómano que tiene fama de arreglar sus desacuerdos con el fuego.

Will Varner es un tipo con pocos escrúpulos que, antes de ir a casa, de vuelta del hospital, ha ido a visitar a su amiguita Minnie Littlejohn (Angela Lansbury ), en cuyo porche suele tomarse cervezas frescas mientras ve pasearse a los aldeanos que le saludan, respetuosos y temerosos a un tiempo.

Will Varner es un hombre que se ha hecho a sí mis
mo; ha trabajado duro y ha sabido negociar sin escrúpulos ni concesiones éticas, llegando a magnate y levantando un imperio económico y de influencias que quiere dejar a sus nietos. A unos nietos que no tiene y que desea, pero que su hijo Jody no le da, mostrándose "también" incapaz de dejar embarazada a la voluptuosa Eula, y viendo como su hija Clara no hace más que perder el tiempo en visitas sociales, educadas y frías, al aristocrático joven Alan Stewart (Richard Anderson ) que se halla muy tranquilo bajo los ademanes ultra protectores de su madre, la muy remilgada Sra. Stewart (Mabel Albertson ).

Con un espectacular (y añorado) formato de CinemaScope, Martin Ritt nos presenta bajo el luminoso y poderoso sol sureño una trama compleja en diversas líneas que se van entrelazando constantemente como cabezas de una mitológica hidra venenosa que amenaza con romper la aparente placidez de la poderosa familia Varner. En seguida comprobaremos como hay un desapego total por la ética en los negocios que emprende el recién llegado Ben, impulsado por el magnate Will Varner, quien se refocila incluso en el d
esprecio que le causa la inutilidad de su hijo Jody frente a la astucia descarada de Ben, que no duda un instante para sacar provecho propio de las debilidades ajenas. Wil Varner se vé a sí mismo en Ben Quick, atrevido y arriesgado, consciente que nada tiene que perder y mucho que ganar. Son dos hombres de fuerte carácter y decisión, sin lastre moral ni otra convicción que no sea la obtención de una ganancia rápida y limpia de obstáculos.

Wil Varner tan sólo se muestra tierno y delicado cuando recuerda el amor por su fallecida esposa, y cederá en su decisión de mantenerse viudo cuando su querida Minnie saca las uñas de gatita para asegurar que solo seguirá con él mediante un matrimonio que ha ido arreglando lentamente, demostrando un poder inconcebible sobre el taimado y rufianesco Will Varner.

Puesto en el brete de casarse, primero Varner pretende que su hija Clara contraiga matrimonio, con el fin de darle nietos a los que ceder sus propiedades. Clara, que se enfrenta a su padre con un valor que le falta a Jody, absorbido su seso por la
sensual Eula, decide aclarar su situación con Alan, quien, influenciado por su madre, observa la relación con Clara como de amistad pero sin intención de emparentar con alguien poderoso económicamente pero con "falta de clase" como Will Varner. Éste, furioso, decide que Clara se casará con Ben Quick, el vagabundo pirómano, en quien ve su reflejo, la sangre semejante a la suya para proseguir los negocios Varner, pero Clara rechaza semejante imposición de su padre....

El texto pergeñado por el matrimonio Ravetch & Fr
ank, que se puede leer, por fin, aquí , es una delicia para los oídos: los personajes se van dibujando con trazos precisos y firmes, creciendo paulatinamente ante nosotros, afortunados espectadores, consiguiendo incluso despertar la simpatía por unos individuos de escasa y dudosa moralidad, incluyendo a la independiente y culta Clara, consciente, como no puede ser menos, de la clase de hombres con los que le ha tocado tratar en su aún joven vida, huérfana de una madre fallecida, con una amiga que sólo aspira en su futuro a convertirse en esposa y una cuñada con mentalidad de niña, en realidad una gatita en celo constante y perenne.

La riqueza de los matices que envuelve a todos los personajes y la aventura amorosa que les rodea se ve magnificada por unos intérpretes que,
con su espléndida actuación, consiguen interesarnos por sus vivencias particulares, olvidando el substrato escasamente moral que en definitiva les mueve.

No deja de ser curioso contrastar como el joven Paul Newman realiza una actuación soberbia componiendo perfectamente el personaje aventurero, arriesgado y libre de prejuicios de Ben Quick, cuando apenas un mes después afrontó pleno
de tics el personaje de Billy el Niño, como ya se relató aquí

Con toda seguridad influyó mucho en el trabajo de Newman la labor de director de Martin Ritt tanto como la presencia del genio Orson Welles, como siempre luciendo una falsa narizota, realizando un trabajo de actor fuera de órbita para recaudar fondos con los que afrontar su Sed de Mal, apenas acabado el rodaje de la presente.


Los dos actores llevan sobre sus hombros el peso de la historia con una naturalidad asombrosa, pero no hay que olvidar al resto del reparto, secundarios forzados que también se lucen en las escenas que se les confían, sobre todo la Woodward, afeada expresamente (cabe suponer) con un peinado horroroso, quizás para remarcar la fuerza de ánimo de Clara, mujer independiente avanzada a su tiempo.

Una historia muy bien contada e interpretada, donde las mujeres tienen un papel aparentemente secundario pero que en definitiva son quienes mueven los resortes de la acción impulsando a los varones en la dirección interesada.

Con una duración de casi dos horas, metraje poco habitual en la época, resulta una película todavía hoy muy interesante, imprescindible su visión para el cinéfilo convicto, que hará bien en procurarse su visión en v.o.s.e. y en pantalla cuanto más grande, mejor, para disfrutar de cine de verdad.



12 comentaris :

  1. Gran artículo, Josep. Una película imprescindible. Y totalmente de acuerdo en lo de Martin Ritt.
    Saludos.

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  2. Creo que ya sabes que me encanta la película, Josep. Espléndidos Newman y Welles, magnífica la química de Newman y Woodward, el Sur como a mi gusta, ni mas ni menos.

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  3. Una peli en la que hasta el título está brillante. En acuerdo total con Alicia. Woodward y Newman tenían una química tremenda.
    ¿En qué pais de sueños se puede ver ya esta peli en la forma que tù dices y que es la que dios manda?...Hay que conformarse con el televisor que tienes. Menos mal que lo de la VO se puede arreglar. Eso es un alivio.
    Curioso: Tony Franciosa es uno de esos "esos actores secundarios" maravillosos que tú de vez en cuando tienes el acierto de homenajear.
    Un abrazote.

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  4. Creo, 39escalones, que Martin Ritt es uno más en la lista de buenos directores a revisar sin prisa pero sin pausa, pues observando con calma sus temáticas se adivina una intención muy interesante.
    Muchas gracias por el elogio.
    Saludos.

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  5. Pues claro, Alicia, que sé que esas películas tan bien dialogadas e interpretadas no pueden menos que gustarte, máxime si se desarollan en ese espacio y época.
    Es curioso que la pareja formada por Welles/Lansbury aparentan tener, ambos, muchos más años de los que en realidad tenían. De hecho, Welles tan sólo le llevaba a Newman unos diez años, pero consigue hacerse creíble cuando asegura tener setenta.
    La química entre Paul y Joanne sin duda se reforzó, para regocijo de Ritt, por el súbito enamoramiento que perpetuaron posteriormente de forma tan ejemplar.
    Saludos.

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  6. Resaltas un hecho que estuve a punto de remarcar, Antonio, cual es la idoneidad del título, y, más aún, la de la traducción al castellano, que aunque fácil, hubiera podido ser desastrosa, como sabemos todos los cinéfilos.

    Quizás alguna sala de la filmoteca algún día se decida a ofrecer la película como se debe, aunque me temo que las filmotecas no disponen de pantallas adecuadas al formato. El CinemaScope tiene una fuerza visual excepcional, épica, y Martin Ritt sabe llenar la pantalla muy bien.

    Lo del Franciosa lo dejaremos para otro día.... claro que sí... :-)

    Un abrazo.

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  7. Largo y cálido verano... ¿aquí no salían Marilyn Chambers y John Holmes, o era otra de título parecido? Chistes malos aparte, compa Josep, ésta es otra de esas imprescindibles que aún no ví: se me sigue acumulando la tarea (y yo con estos pelos...).

    Un abrazo.

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  8. Bones Josep,

    no la conocía, una más a sumar a mi mi extensa lista de películas por ver, y más siendo del gran Paul Newman.

    Saludos!!

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  9. Ya veo, Manuel, que de westerns y así no dominas, pero he tenido que buscar esos nombres en imdb y me quedo pasmao... :-)

    Esta no la puedes dejar en el olvido: métela en la lista esa de pendientes, pero ya. Me temo que va a tener que pedir un año sabático para ver lo que te falta... :-)

    Un abrazo.

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  10. Bones, Marchelo: No me extraña que no la conozcas, por tu juventud, porque hace la tira que no la ofrecen en la tele y los re-estrenos han pasado al archivo de nostalgias. Vale la pena buscarla y disfrutarla.

    Saludos.

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  11. Hace nada he leído una reseña en un blog que hablaba de esta como una de las pelis favoritas del que la escribía. No es mi caso. La he visto un par de veces, y si no recuerdo mal, me gustó, pero no me apasionó... Pero hace años... cuando has hablado del pretendiente enmadrado de Joanne Woodward... casi ni lo recordaba.
    Un saludo.

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  12. Para mí, David, es una película de reserva, porque resulta siempre agradable darle un repasito y encontrarle nuevas virtudes.

    Un abrazo.

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