Secundarios de Lujo (5)
Nacida en Filadelfia en el seno de una familia dedicada al teatro, en el año 1879, Ethel Barrymore , hija de actores, hermana de actores, y con unos cuantos descendientes también actores, formó parte, por derecho propio, de una estirpe de intérpretes estadounidenses caracterizados por la solidez de su formación y su enorme potencial artístico.
Su trabajo en la escena le consiguió no pocos éxitos, y en el Séptimo Arte su intervención brilló ya en su madurez, mediado el siglo pasado, al personificar una serie de caracteres secundarios con una fuerza inusitada en la pantalla, no en vano Ethel fue considerada como una de las mejores actrices de su generación en el teatro, aportando al cine de su época una veracidad y naturalidad basadas en una modernísima economía de gestos y un saber estar que le permitió afrontar sin miedo escenas con los grandes actores del "star system".
Rompiendo con la no escrita ley que asegura que una actriz está acabada al cumplir los cuarenta, Ethel demostró, en plena madurez, que para las grandes intérpretes el calendario es sólo un puñado de hojas sin importancia.
Ganó su Oscar acompañando al gran Cary Grant en uno de sus escasos papeles dramáticos en:
None but the Lonely Heart (1944)
En The Spiral Staircase (1945), representaba a una dama inválida que intenta proteger a la protagonista del peligro en una película de suspense melodramático.
Supo representar la dignidad de la esposa de un Juez terrible, libidinoso y vengativo incorporado por Charles Laughton en The Paradine Case (1947)
Una verdadera dama de la escena y de la pantalla grande, capaz de interpretar cualquier personaje con naturalidad, fuerza y convicción.
Grande, grande, grande... Fantástica, uno de esos rostros inmortales del cine, siempre detrás, siempre aportando grandes dosis de credibilidad e interpretaciones magníficas. Qué gran rescate.
ResponEliminaSaludos.
Fué una actriz de estirpe. ¿Sabías que Winston Churchill la pretendió en 1900 y ella lo rechazó en favor de Russell Griswold Colt?. Lo curioso es que tras la muerte de este no quisiera volver a casarse. Era una mujer muy católica, pero ésto no le impidió tener sus aventurillas con los actores Louis Calhem y Henry Daniell.
ResponEliminaMás que actriz de cine lo suyo eran las tablas. Fué aclamada en Broadway en numerosísimas ocasiones. La Nora de "Casa de Muñecas" de Ibsen fue suceso en NY al igual que su Julieta de Shakespeare....En fin una gran actriz cuya vida apasionante es una gozada leerla.
Un abrazote.
Además, 39escalones, Ethel pertenecía a la época de pioneros del cine; lo curioso es que le llegó el máximo reconocimiento a una edad ya avanzada.
ResponEliminaSaludos.
Fue una suerte para los cinéfilos, Antonio, que rechazara a Winston, porque seguro que se hubiera retirado como actriz: quizás ese futuro impidió las nupcias...
ResponEliminaTan grande fue en el teatro, que todavía en Nueva York hay una sala con su nombre, como merecido homenaje de Broadway hacia ella.
Un abrazo.
Los Barrymore eran prácticamente como la aristocrácia de la interpretación, y la verdad es que no sabría cual me gusta más, si Ethel, John o Lionel. Casi que me quedaría con una película que hizo Ethel con Bogart, donde lo mejor eran los diálogos que tenían los dos
ResponEliminaComo siempre, Alicia, haces gala de una memoria cinéfila envidiable.
ResponEliminaSí que era una familia peculiar, sí, la formada por esos tres hermanos, y habrá que dar cuenta de ello algún día...
Saludos.