Hoy me faltan ideas: no se me ocurre nada que escribir, así que tiraré del fondo de archivo.
Si hacer películas fuera tan sencillo como parece en ocasiones, tan simple como lo cuenta Alfred Hitchcock cuando explica de forma clara y diáfana en que consiste el montaje de una película, los cinéfilos seríamos afortunados, porque siempre hallaríamos en la oscura sala motivo de placer.
Pero algo falla, porque esas elementales nociones de la escritura cinematográfica parecen olvidadas, ausentes, en el sustrato de conocimientos de muchos profesionales.
Uno en su ignorancia, queda maravillado por las didácticas enseñanzas de Alfred Hitchcock, que podría parecer un bocazas arrogante pero que demuestra con hechos sus asertos:
No debe ser tan fácil seguir esos ejemplos: algo habrá que no se nos cuenta.
Algo que convierte a Hitchcock en Don Alfredo el Grande....
¿Será un especial talento?
¿Será la convicción que el espectador no es tonto?
Será que, como todos los grandes, además de cineasta, poseía una formación y una cultura que aplicaba a su trabajo y que, como apuntas acertadamente, sentía un respeto casi religioso (y enfermizo) por los gustos y opiniones del público. Será que se forjó su propio talento con trabajo y observando a los mejores, como Murnau o Lang. Será que tras él rompieron el molde (de eso no me cabe duda). Merecidísimo recordatorio, homenaje imprescindible, por más que sea "de archivo", nunca está de más volver a los mejores. Saludos.
Esa misma sensación es la que a menudo tengo cuando voy al cine, esperando que algo me lleve en volandas como antes me pasaba. Quizás también seamos nosotros los mal acostumbrados por los genios y, claro, estos son excepciones.
Será lo que tú dices, 39escalones, quien te lo puede discutir: bagaje cultural, conocimiento, respeto por la inteligencia del espectador y mucho sudor. Desde luego, nada fácil. Y es cierto que nunca sobra dar un vistazo a los mejores. Lástima que parezcan olvidados por todos. Saludos.
Bienvenido, poker: ese apunte del sketch alargado es bueno: claro que buena parte de culpa recae en el director, responsable, al fin y al cabo, de la obra final.
Ya sabemos que Hitchcock era muy, pero que muy puntilloso con los guiones...
Tienes razón Susy, al declarar la excepcionalidad de los genios: pero no estaría nada mal que su ejemplo cundiera un poquito más y pudiéramos sentirnos etéreos en la sala de cine, en volandas, como dices, llevados de un lugar a otro por la gracia del director.
No creo que estemos mal acostumbrados: creo que en general, el espectador-consumidor ha perdido la noción de su derecho a ser divertido, entretenido, solazado, incluso informado, al pagar su entrada de cine. Nos lo tragamos todo sin protestar....
El video es genial, portentoso. Qué tipo más genial este individuo; por supuesto merecedor del tratamiento de Don. Y como bien dices, tiene que haber algo más, porque sino, hasta el más tonto e incapaz como un servidor, se dedicaría a ello.
A la vista de cómo escribes lo que escribes en tu casa, Raúl, no me parece que seas ni tonto ni incapaz... :-)
Sentado esto, seguro que hay algo más; posiblemente una amalgama de talento natural y trabajo duro. Ya decía Picasso que la inspiración debía hallarle a uno trabajando cuando llegara...
Don Alfredo, el tito Hitch, o como quiera llamársele,Josep, era tan sumamente grande, que creo que para cualquier persona que estudie cine debería haber una asignatura obligatoria dedicada a estudiarle exclusivamente a él. Su dominio de la técnica era tan apabullante que siempre se aprende algo.
Yo ya lo he dicho muchas veces. Era un GENIO con mayúsculas y era un tio con talento nato. Sus pelis (hasta las peores) dan mil vueltas a muchísimas actuales que tienen el triple de medios y presupuesto.
Buena idea la tuya, Alicia: sí que sería un buen plan de estudios el tener como asignatura la filmografía de Hitchcock: incluso regresaría con gusto a las aulas, con tal de cursarla. Me temo que, por desgracia, no te harán caso.
En ocasiones pienso que algunos directores ni siquiera se han preocupado en revisarla, mira lo que digo.
Su talento era tal que incluso podía dirigir sin mirar la cámara ni usar el visor para comprobar el cuadro: solía ordenar al cámara el objetivo y diafragma y sabía exactamente, por la colocación de la cámara, el encuadre que se obtenía y la profundidad de foco. Lo tenía todo en la cabeza. Un genio, sin lugar a dudas.
Els comentaris d'aquest bloc son subjectes a llicència Creative Commons (veure al peu).
Pel que fa a les imatges, sons o vídeos, es mostren com a ajuda per la difusió de les obres respectives que hi son comentades.
Si quelcom en disposa dels drets de difusió, i no vol que s'ofereixin, es prega ho comuniqui per correu electrònic per tal de retirar-los immediatament.
Será que, como todos los grandes, además de cineasta, poseía una formación y una cultura que aplicaba a su trabajo y que, como apuntas acertadamente, sentía un respeto casi religioso (y enfermizo) por los gustos y opiniones del público. Será que se forjó su propio talento con trabajo y observando a los mejores, como Murnau o Lang. Será que tras él rompieron el molde (de eso no me cabe duda).
ResponEliminaMerecidísimo recordatorio, homenaje imprescindible, por más que sea "de archivo", nunca está de más volver a los mejores.
Saludos.
Será que entonces tenian algo que contar y ahora los guionistas alargan un sketch hora y media.
ResponEliminaEsa misma sensación es la que a menudo tengo cuando voy al cine, esperando que algo me lleve en volandas como antes me pasaba.
ResponEliminaQuizás también seamos nosotros los mal acostumbrados por los genios y, claro, estos son excepciones.
Un abrazo.
Será lo que tú dices, 39escalones, quien te lo puede discutir: bagaje cultural, conocimiento, respeto por la inteligencia del espectador y mucho sudor. Desde luego, nada fácil.
ResponEliminaY es cierto que nunca sobra dar un vistazo a los mejores. Lástima que parezcan olvidados por todos.
Saludos.
Bienvenido, poker: ese apunte del sketch alargado es bueno: claro que buena parte de culpa recae en el director, responsable, al fin y al cabo, de la obra final.
ResponEliminaYa sabemos que Hitchcock era muy, pero que muy puntilloso con los guiones...
Saludos.
Tienes razón Susy, al declarar la excepcionalidad de los genios: pero no estaría nada mal que su ejemplo cundiera un poquito más y pudiéramos sentirnos etéreos en la sala de cine, en volandas, como dices, llevados de un lugar a otro por la gracia del director.
ResponEliminaNo creo que estemos mal acostumbrados: creo que en general, el espectador-consumidor ha perdido la noción de su derecho a ser divertido, entretenido, solazado, incluso informado, al pagar su entrada de cine. Nos lo tragamos todo sin protestar....
Un abrazo.
El video es genial, portentoso. Qué tipo más genial este individuo; por supuesto merecedor del tratamiento de Don.
ResponEliminaY como bien dices, tiene que haber algo más, porque sino, hasta el más tonto e incapaz como un servidor, se dedicaría a ello.
A la vista de cómo escribes lo que escribes en tu casa, Raúl, no me parece que seas ni tonto ni incapaz... :-)
ResponEliminaSentado esto, seguro que hay algo más; posiblemente una amalgama de talento natural y trabajo duro. Ya decía Picasso que la inspiración debía hallarle a uno trabajando cuando llegara...
Saludos.
Don Alfredo, el tito Hitch, o como quiera llamársele,Josep, era tan sumamente grande, que creo que para cualquier persona que estudie cine debería haber una asignatura obligatoria dedicada a estudiarle exclusivamente a él. Su dominio de la técnica era tan apabullante que siempre se aprende algo.
ResponEliminaAlberto Q.
ResponEliminawww.lacoctelera.com/traslaspuertas
Yo ya lo he dicho muchas veces. Era un GENIO con mayúsculas y era un tio con talento nato. Sus pelis (hasta las peores) dan mil vueltas a muchísimas actuales que tienen el triple de medios y presupuesto.
Hitch, los cinéfilos te echamos de menos.
Buena idea la tuya, Alicia: sí que sería un buen plan de estudios el tener como asignatura la filmografía de Hitchcock: incluso regresaría con gusto a las aulas, con tal de cursarla. Me temo que, por desgracia, no te harán caso.
ResponEliminaEn ocasiones pienso que algunos directores ni siquiera se han preocupado en revisarla, mira lo que digo.
Saludos.
Y tanto que lo echamos de menos, Alberto.
ResponEliminaSu talento era tal que incluso podía dirigir sin mirar la cámara ni usar el visor para comprobar el cuadro: solía ordenar al cámara el objetivo y diafragma y sabía exactamente, por la colocación de la cámara, el encuadre que se obtenía y la profundidad de foco. Lo tenía todo en la cabeza. Un genio, sin lugar a dudas.
Saludos.