El zafio dislate de los negros
Voy a proponer un simple ejercicio de imaginación, intencionado por supuesto -no en vano esto es un bloc particular- para el que, como premisa, acudiremos a una de las definiciones que la RAE nos da acerca de la palabra negro :
"Persona que trabaja anónimamente para lucimiento y provecho de otro, especialmente en trabajos literarios"
A modo de ejemplo, voy a dar una serie de nombres:
Mark Cotone, E.J. Foster, Dieter 'Dietman' Busch, Justin Theroux y Etan Cohen (nótese la letra "h" diferenciadora, no se confunda Vd., como algún "crítico" ha hecho...)
¿Quienes son esos? En realidad y ateniéndonos a la definición magistral de la RAE, no podemos calificarlos como "negros" pero, a poco que examinemos su historial cinematográfico, percibimos que algunos de ellos son y han sido colaboradores asiduos de películas con unas características determinadas, en labores propias de escalafón inmediatamente cercanos a la primera fila.
Hace años, concretamente en 1998, me gané no pocas puyas al declarar, raro que es uno, que la mejor actuación de Algo pasa con Mary era la del muy completo (y desaprovechado) actor Matt Dillon, porque casi todo el mundo cayó rendido ante las ¿virtudes interpretativas? del supuesto protagonista masculino, Ben Stiller
El amigo Ben seguramente tiene un don muy especial, pero, a ojos de este comentarista, ese don debe residir más en su capacidad de caer simpático a quienes toman decisiones de índole económica en el mundo industrial del cine estadounidense, que en sus cualidades artísticas.
O sea, que debo ser valiente y declarar que no me gusta nada como actor. Me recuerda a esos actores pretendidamente cómicos que meten muletillas en escena cuando el público ríe una gracieta que no viene a cuento, una mueca ridícula, aunque no sea necesaria para componer un personaje, insistiendo una y otra vez: a algunos les gusta, no lo dudo, pero como he dicho, éste es un bloc personal y a mi esas técnicas de baratillo me desagradan.
Si las limitaciones interpretativas de Ben Stiller resultan evidentes en cualquiera de las películas en las que ha intervenido, su capacidad como director, en la hasta ahora única película vista por este bloguero, la titulada en España como Una guerra muy perra (Tropic Thunder , 2008), no me ha sorprendido en absoluto, partiendo del poco interés que me despierta ese señor estadounidense.
Tan es así, que he llegado a la imaginativa conclusión que el producto se debe a la mezcolanza de labores realizada por esos "negros" que no son "negros" citados al principio, verdaderos autores de la mayor parte de ese deslavazado producto final que durante algo más de hora y media me ha producido estupor y vergüenza ajena a partes iguales.
No deja de ser curioso, ahora que releo, que uno de los personajes de esa disparatada trama es un negro que en realidad no es un negro. Podría apuntarme el tanto de la ironía, pero ha sido pura chiripa; no me importa confesarlo. (Quizá sea cosa de mi subconsciente)
No estaría de más que el amigo Ben Stiller tuviera la misma capacidad de aceptar que, en realidad, él no ha dirigido nada: ésa y no otra es la conclusión que uno saca apenas acabado el visionado de esa película, con un sentimiento interior de no haber sido capaz de entender la profundidad de la intención de Ben, leídas que fueron en la época del estreno críticas sesudas. Un desasosiego que no me abandona, preguntándome: ¿será que no he sido capaz de ver lo evidente?
Podríamos decir que hay dos elementos diferenciados claramente en este último engendro de Ben Stiller: por una parte pretende ofrecer un retrato cómico-corrosivo de la industria del cine y, por otra parte, presentar una especie de aventura de acción.
Las escenas de acción han recibido los parabienes de algunas personas entendidas en cine, pero a mi, particularmente, me parecen del montón, bien rodadas con oficio, pero sobresalientes en nada: fruto clarísimo del trabajo de algunos de esos "negros" mencionados, que han hecho un trabajo rutinario, de segundones, al carecer de las instrucciones de un director inexistente salvo en los títulos de crédito. En ningún momento consigue Stiller que empaticemos ni con la situación ni con los personajes.
Por lo que hace al núcleo, la pretendida sátira de la industria del cine, Stiller se queda en lo que pienso es: un cómico zafio sin mayor recurso que el chiste fácil, muy alejado de tratamientos más incisivos que le han precedido, provistos de una ironía más inteligente, y me referiré a un solo producto, sacando pecho (porque me van a tirar piedras) de hace pocos años, como es la comedia America's Sweethearts, muchísimo más refinada, elegante y provista de mala leche con la industria hollywoodiense y sus habitantes.
Si el uso que de la cámara hace Stiller es adocenado y vulgar, el guión pergeñado ¡a tres manos! está repleto de tópicos archiconocidos presentados con una zafiedad desarmante: sólo falta la rubia despampanante y tonta, porque, para rematar, no hay personaje femenino que valga la pena: una película que, de haber sido rodada en España, hubiera sido criticada de forma sanguinolenta por cercana a productos de la familia Ozores & Cía sin más pretensión que soltar unos chascarrillos pretendidamente graciosos, pero que, quizás por la ocultísima ubicación de las dianas a las que dirige esos supuestamente acerados dardos, queda en la inane sensación de un grupito de amiguetes que se dedican a hacer el payaso y no logran arrancar más allá de cuatro carcajadas en el mejor de los casos.
Cierto que no deja títere con cabeza, desde el actor que adultera su piel para representar a un negro (Robert Downey Jr, cuya valía y saber hacer -y vocalizar- está muy por encima del personaje), un adicto a substancias estimulantes (Jack Black, reducido a una imitación de cómico grosero), un falso héroe auto biografiado (Nick Nolte , quien te ha visto y quien te ve) y un productor cinematográfico que de cine no sabe nada pero de timar mucho (Tom Cruise, mejor caracterizado que en cualquier misssion impossssible, en el papel de su vida) pero debo insistir en que la zafiedad reina por encima de todo y el resultado viene a ser como aquel niño pequeño que, en reunión familiar en torno al féretro del bisabuelo, dice: ¡caca, pedo! y todos le ríen la gracieta.
Y todo sigue igual. Porque ha sido una travesura de infante. Una broma inocente, carente de la inteligencia que puede otorgar carga de profundidad, esa que permanece en el espectador hasta que (Alma dixit) estalla como un bombón relleno de nitroglicerina.
Supongo que a estas alturas el consejo será baldío, por la fecha en que se estrenó, pero, si se les pone al alcance, tómenla a la hora de la siesta.
No se dejen engañar por esto:
Pues qué bien, había escrito un comentario y se me ha ido allí, sí, allí mismo (no era el Quijote, pero, en fin...). Pues eso, que íbamos diciendo, más o menos, que mi gozo en un pozo, que me esperaba algo más de esta peli, por las referencias leídas y oídas -quizá más por otros aspectos que por la dirección de Stiller, que tampoco es santo de mi mucha devoción-, pero ya veo, por lo que cuentas, que va a ser que no. Ah, y me sumo a tu reivindicación de ese pedazo de actor que es Matt Dillon (aunque en su debú como director también la haya cagado claramente...), sobre todo en esa actuación a la que aludes en Algo pasa con Mary. Esa frase de "Me encanta el cine clásico: Kárate Kid..."; para cualquier antología del cine cómico de todos los tiempos.
ResponEliminaUn fuerte abrazo y buena semana.
Suscribo el comentario. No me gusta nada esta peli ni me gusta Stiller, ni siquiera "Reality bites" y todas esas bobadas sobre la generación X que la siguieron, ni tampoco "Zoolander", reconocida por algunos como obra maestra (en serio). Personalmente, el muñeco Stiller, cuya cabeza es desproporcionadamente gigante con respecto al resto del cuerpo (fijarse bien), me recuerda bastante al aspecto que debe de tener el eslabón perdido que llevan décadas buscando en Atapuerca. Y no sólo por su físico, sino viendo el "cine" que hace...
ResponEliminaSaludos.
Ya contaba con tu apoyo respecto a Dillon, amigo Manuel.
ResponEliminaRespecto a la película, supongo que puedes ahorrártela, sí, salvo imponderables, en cuyo caso una cabezadita será reparadora...
Un abrazo.
La verdad, 39escalones, es que me esperaba algo más: ha sido una decepción, porque hay más de uno por ahí asegurando que Stiller es un buen director y me quedo pasmado pero tranquilo al comprobar que no soy el único en pensar lo contrario.
ResponEliminaSaludos.
Comentario por partes:
ResponEliminaPrimero, que me vas a contar a mi, que fuí el negro de macguffin y le hacía las críticas de cine asiático
Segundo, de acuerdo con lo de Dillon, totalmente desaprovechado despues de sus esperanzadores inicios
Tercero, de acuerdo con lo de Stiller, quizás yo no sería tan drástica, pero no suelo ver sus películas
Y por fin, como corolario a tu entrada, Alma dixit, que unos buenos actores e incluso una buena actuacíón, no salvan una película si esta no tiene una buena historia y un buen guión aunque sea hecho por un negro.
Un abrazo
Pues mira qué bien, Josep, yo no he visto esa peli porque desconfío de las gracietas del cine hollywoodense actual. Mira que leí críticas muy positivas en revistas como Dirigido y en algún otro lugar. Como tampoco a Lola le gustan este tipo de pelis decidimos aparcarla y si valía verdaderamente la pela siempre quedaría el DVD.
ResponEliminaVeo por tu opinión, que respeto, que efectivamente la cosa va de jilipollez supina. ¡Vale, pues muy bien, archivado el caso!
Un abrazote.
¡Qué bueno tu trabajo sobre "La Calumnia"! ....Ese preludio sobre la palabra es fascinante. Las siguientes partes son para quitarse el sombrero.
ResponEliminaEn fin querido Josep, es un auténtico lujo entrar en tu blog y deleitarse muyyyyy pacientemente.
Tus exámenes son cada vez más torturadores. ¿Tienes algún parentesco con el divino marqués?...Ya ves, y sin embargo llega esa chica y sin más se lleva el merecidísimo trofeo.
Felicidades amigo.
La película me parece muy pobre pero, en efecto, Tom Cruise hace el papel de su vida y Rober Downey Jr. haciendo de negro es absolutamente escalofriante (muy subvalorado, este tío es uno de los mejores actores del planeta).
ResponEliminaYa veo, Alma, que ese concepto de "negro" no alberga secretos para tí: lo siento...
ResponEliminaPuede que Dillon haya tenido mala suerte, vete a saber; es una lástima, porque tiene algunos trabajos muy interesantes.
Ya habrás colegido que no soy "fan" de Stiller, y lo he visto en "Mary" y en las dos de "Los padres de..." y me parece que me voy a ahorrar la próxima, sea cual sea...
Sin un buen guión (hay algunos fruto del trabajo de algún "negro en lista negra" que son excelentes) no hay nada, Alma, nada de nada...
Una abraçada.
Bien regresado, Antonio.
ResponEliminaTe agradezco el respeto por mi opinión y creo que sí, que harás bien en dejarla en stand-by: quizás en un añito, a la hora de la siesta, después de un buen ágape... no sé, no sé... ;-)
Un abrazo.
Celebro, Antonio, que te hayan gustado esos comentarios sobre La Calumnia.
ResponEliminaLo del marqués, supongo que no, aunque nunca estaría de más comprobar el árbol genealógico.... ;-)
No quiero saber nada, Antonio, del resultado de esa afirmación que haces, porque si te fijas, Alma también fue la que descubrió el acertijo anterior, o sea, que, sin más, me parece que no...
(Si hay tortas, que no me pillen por enmedio) :-) :-)
Un abrazo.
Yo creo que Downey va sobradísimo en ese papel un poco caricaturesco, pero sí es cierto que su forma de vocalizarlo es estupenda.
ResponEliminaSaludos.
Dime tú de algún actor que consiga ser bueno si está mal dirigido. Claro, y que no se llame C. Grant. Lo habrá, por supuesto, pero no creas que saldían tantos.
ResponEliminaEsta entradilla, escrita de un tirón y sin pensar (se nota) no pretendía hacer de abogado de nadie, y menos del Sr. Stiller. Pero dado que aquí la voy a dejar, puesto que me da pereza borrarla, que me sirva para decir algo de Dillon. Este actor, al que siempre se le han adivinado maneras, cuando no ha sido bien dirigido, exprimido, o como los puristas queiran llamarlo, ha hecho churros más grandes que la catedral de Murcia.
Dicho esto, yo, que no me considero más listo ni avezado que ninguno de los presentes, debo de ser, eso sí, o más mal pensado, o más roñoso que nadie; pues justificándome en lo caro que es el cine, y en lo mucho que apriori he de sentir sobre una película para después verla, no he visto ni una sola de las películas que a colación de tu FENOMENAL ENTRADA, se han dejado caer entre los comentarios.
Saludos.
Bueno, Raúl, ya sabemos que Cary jugaba en otra galaxia, con pocos compañeros de equipo...
ResponEliminaRespecto a Dillon, supongo que ha tenido mala suerte porque, tomando el rábano por las hojas, dime tú cuantos buenos directores de actores hay en los últimos veinte años: contados con los dedos de las manos, apenas, siendo generoso. Son bastantes los actores que necesitan ser dirigidos -y son conscientes de ello- y algunos más que piensan que no lo necesitan y se equivocan...
Me alivia ver que no te dispones a defender a Stiller, aunque he de confesar que alguna de esas películas que han sido nombradas sin ser imprescindibles, desde luego son mucho mejores que la que causa esta entrada que celebro te haya gustado.
Saludos.
Me lleve una decepción muy grande con esta pelicula, esperaba mucho mas, es una verdadera lastima que no hallan aprobechado el elenco con el que la peli cuenta para desarrollar algo de calidad. Con suerte si me rei unos 10 minutos con una pelicula que dura aproximadamente 2 horas ...
ResponEliminaCierto, cierto: decepciona mucho; una pena que todos esos (Stiller aparte, para mí) queden en agua de borrajas por culpa de la falta de un buen director al mando.
ResponEliminaSaludos.