MM (39) Encuentros en la tercera fase
En esta mini sección (bueno: no tan mini: ya casi llevamos cuarenta entradas...) dedicada a recordar por unos momentos escenas cinematográficas que, sin pertenecer a musicales, contengan melodías que gracias al cine han sido famosas, hasta ahora no había hecho su aparición ninguna perteneciente al género de la ciencia ficción y tampoco se había podido escuchar ninguna nota musical en la que tuviera alguna responsabilidad el archiconocido John Williams, colaborador en muchísimas películas a partir de mediados los setenta del siglo pasado y especialmente en películas del tándem de amigos Spielberg & Lucas.
Precisamente hoy podremos escuchar una sencilla melodía perteneciente a Encuentros en la tercera fase, película dirigida por Spielberg en 1977.
Supongo que todos habrán visto ya la película, porque la escena que sigue pertenece a sus últimos minutos (y largos: en mi opinión, Spielberg comete en esta película el primero de sus pecadillos de soberbia al rechazar el tan necesario uso de las tijeras) y podría ser considerada como un avance indeseado del final:
Espero que se me perdone la bromita, pero al descubrir ese spot publicitario me pareció que tan buena idea no debía pasar desapercibida...
Ahí va la escena original, la de verdad:
Las cuñas publicitarias de TCM, compa Josep, siempre tan propias para los que gustamos del invento éste. Y de la frasecilla musical, qué podría decirte; igual si el Windows no hubiera sacado su cortinilla de apertura/cierre -que debe ser, sin ningún género de dudas, la más oída de la historia de la humanidad-, ésta podría haber alcanzado tan "alto honor"...
ResponEliminaUn fuerte abrazo y buena semana.
Aquí Truffaut dijo algo así como que al aceptar ese trabajito con Spielberg, más por la curiosidad y el amor propio que por interés real, sabía que tenía que dejar su libro del método Stanislavski en la maleta... En "El club de los poetas muertos" hay una sólida pifia como homenaje a este momento que tan oportunamente -por la proliferación masiva de extraterrestres en nuestros días- rescatas.
ResponEliminaSaludos.
No sabía que ibas para sastre. Debe de ser producto del descanso.
ResponEliminaYo a Spielberg o Williams no les corto nada porque me gustan los dos. Cada uno en su terreno..:).
Sigue poniendo estas minis..
Besos
De ésta peli yo solo recuerdo el puré de patatas y las notas musicales...¡ Qué buenos los anuncios de TCM ! Dan para 'bromitas' ja ja..
ResponEliminaY ¿ qué vamos a decir de Mr. Spielberg o el virtuoso Williams ?¡ Si son como las fresas con nata o el chocolate con leche !! :-)
Besos veraniegos XD
Tengo cierta debilidad por esta peli de Spielberg a pesar de que no sea una de mis favoritas. Willians da una de cal y otra de arena, pero en general es bueno.
ResponEliminaMuy bromista comienza usted la semana, amigo Josep. Eso está bien.
Pero espero que no te hagas el perezoso y escribas alguno de esos jugosos textos que son el sello de tu casa.
Yo voy a tomarme muy tranquilito el verano, sobre todo el mes de agosto que seguramente tendremos frecuentes desplazamientos ya que nos visitan mi hija y a mi yerno.
Un abrazote.
No había visto ese spot, que... bueno.
ResponEliminaLa peli hace muchísimo que no la he vuelto a ver. Y me pasa un poco lo que a Anro con ella.
Un saludo.
Por cierto... Spielberg encargó esta música y la de ET a extraterrestres... porque John Williams no es de este mundo.
ResponEliminaA mí esa cuña, Manuel, me dejó sorprendido, porque incluso ignoro el significado de ese acrónimo TCM (ya ves..) pero me gustó la idea y no pude resistirme a insertarla...
ResponEliminaEsa musiquilla es inconfundible, sí, más que la del puertas ese, que siempre que he debido usar he deshabilitado...: ya ves: raro,raro...
Un abrazo.
Si es que yo creo, Alfredo, que la presencia de Truffaut es lo más interesante de la película: supongo que Spielberg lo cosería a preguntas entre café y café.
ResponEliminaEstoy por darle un repasito a ese Club: espero darme cuenta de la escena... :-)
Saludos.
Más que para sastre, Blanca, preferiría ir para modisto... ;-)
ResponEliminaYo creo que Spielberg está un tanto sobrevalorado, Blanca: aunque me tiren piedras, mira...
Besos.
Con lo poco que me han gustado siempre los purés, Abril: si es que yo veía la película y me recordaba de pequeño haciendo montañas iguales con el puré, pensando que al fin se convertía en un volcán y ardía todo...
ResponEliminaEso, eso: fresas con nata y chocolate con leche, mmmmmm.... placeres prohibidos... jajajaja...: (sádica, que eres una sádica...)
Besos.
Pero bueno: ¿tu, Antonio, tu, precisamente tu, me vienes a dar caña?
ResponEliminaMenos fútbol y más pencar... ;-)
A mí spielberg me parece más aguador que otra cosa y diría que Williams es mucho más serio, a pesar de un cierto columpio perfectamente entendible...
Un abrazo.
Como ya he dicho, David, a mí la película no me acaba de convencer: siempre que la he visto, un par de ocasiones en el cine y otras dos en la tele, me ha parecido lenta y larga: unos buenos tijeretazos aliviarían el peso y mejorarían la silueta final.
ResponEliminaClaro que Williams es del tercer planeta por la izquierda según vas al fin de la Via Laietana... cabe reticulín...
Saludos.
No será para modis-tillo? Jajaja, vaya patrones haces y cortas, lo de pegas, espero que no..;-). Bueno, me has hecho sonreir y eso no tiene precio ni medidas..
ResponEliminaUn beso, Josep.
TCM, compa Josep, es el acrónimo de Turner Classic Movies; un canal temático de cine montado por el señor de marras, el tal Ted Turner, dueño de un gran emporio de medios (además de haber estado casado -creo que ya no, pero no estoy seguro- con Jane Fonda) radicado en Atlanta, y que, tras comprar los derechos de todo el "fondo de armario" de buena parte de las majors hollywoodienses, no vio mejor manera de explotarlas, supongo, que ésta. Lo tienes en las plataformas digitales (Plus, cable, etc...), y, desde luego, es una opción altamente recomendable (a mí me nutre fenomenalmente de "pienso"...).
ResponEliminaUn abrazo y buen día.
Las cuatro notas quedaron como un momento inolvidable del cine, y que Truffaut las tradujera al lenguaje de los signos es todo un homenaje a los "sordos" cinéfilos como Buñuel. Inolvidable escena ¿quien no ha repetido los gestos una y otra vez?
ResponEliminaSí, sí, sí... Apuntas algo a respuesta al comentario de Alfredo, que logro visualizar perfectamente: Spielberg hinchando a preguntar y pedirle autógrafos (éste para mi mujer, éte para mi madre, éste otro para mi tía la de Burgos) a Truffaut.
ResponEliminaLa peli es larga, sí. Demasiado.
En todo caso, Blanca, voy para modis-tonto, porque no vendo una sábana... lo de cortar y pegar no se me da nada bien, no; y si he provocado una sonrisa, el premio es tu alegría.
ResponEliminaBesos.
Muchas gracias por la aclaración, Manuel: ya sabía de los afanes del amigo Turner: ¿no fue ese el que decidió colorear grandes clásicos en B/N? Si hasta me parece que tengo un dvd que me da la opción de elegir entre versión coloreada u original...
ResponEliminaTengo que buscarlo, a ver cual es...
Lo que no sabía es que también tuviera un canal de tele: espero que no vaya a dar gato por liebre... :-)
Un abrazo
Mira que busqué, querida Alicia, en youtube al amigo Truffaut haciendo el gesto, pero nada: ya contaba con tu buena memoria para refrescar el dato, que siempre me he preguntando cuanto tiene de auténtico...
ResponEliminaSaludos.
Jajaja, Raúl: lo de los autógrafos no lo había pensado, pero estoy seguro que tuvo lugar.... jajaja: muy bueno...
ResponEliminaSaludos.
El problema de esas notas es que las recuerdas muy bien y las tarareas, pero no te fijas en el resto de la banda sonora. Digo.
ResponEliminaUna abraçada
Pues es verdad, Alma: me acuerdo del "sonotone" ése, pero del resto, pues no...
ResponEliminaPor eso aparece la escena, claro.... jajaja...
Una abraçada.