No es Casablanca
¡NO!
No y no: no es Casablanca. Tampoco es El Tercer Hombre .
Un periodista que se halla sirviendo en el ejército estadounidense justo acabada la segunda guerra mundial, un tal Jake Geismer (George Clooney), es trasladado al confuso Berlín; se le asigna un chófer espabilado, Tully (Tobey Maguire), quien lo primero que hace es birlarle la cartera a su superior y luego practicar sexo con su amante Lena Brandt (Cate Blanchet), que resulta por un lado ser la antigua amante de Jake y por otro la todavía esposa de un tal Emil Brandt (Christian Oliver), supuestamente fallecido, a quien buscan afanosamente tanto los americanos como los rusos, porque posee una información que todos quieren y que viene a ser como una especie de MacGuffin.
Pero un McGuffin pasado por agua, o, mejor dicho, pasado por el cedazo de las pretensiones fílmicas de Steven Soderbergh, que, basándose en un guión deslavazado de Paul Attanasio (que amenaza con una nueva versión de Al este del Edén: ¡que alguien haga algo para impedirlo, por favor!), basado en una novela de Joseph Kanon titulada, como la película a que da causa y origen, El Buen Alemán (The Good German, 2006 )
De hecho, no es una película: es un refrito del mejor cine del siglo pasado, tomando aquí y allá inspiración, por no decir copia o plagio descarado, de esas dos buenas películas que se han mencionado.
Cuando uno ve el trailer , piensa que quizás será interesante; pero no: la trama no es compleja: es absurda; los escenarios parecen copiados de El Tercer Hombre, incluidas las alcantarillas; la escena final, literalmente plagiada de Casablanca, con la excusa del homenaje cinematográfico.
Pero ni Soderbergh posee la capacidad de sorprender, insinuar y emocionar, ni los actores que convoca, con ser buenos, consiguen llevar a buen puerto una historia confusa, sosa, que no llega a interesar; los personajes están muy mal escritos y no suscitan pasión alguna; la química entre Clooney y Blanchett es inexistente y lo único que puede resistir es la fotografía en blanco y negro, sin aportar nada nuevo ni adecuarse a la emoción que debería provocar en el espectador la historia, con lo cual deviene en fútil, pudiendo haberse desarrollado perfectamente en color sin merma alguna, acabando por ser un remedo inaceptable de obras muy interesantes que el sufrido cinéfilo mantiene en su memoria, siendo inevitable la comparación con tan ilustres ancestros conforme va discurriendo la película,
Puede que para ojos jóvenes e inexpertos, que no han visto mucho cine, este fallido homenaje al cine negro en ambientes bélicos tenga algún interés.
Pero para quien ha gozado una y mil veces con la escena final de Casablanca, la decepción ante el engendro está asegurada.
Una pena gastar tanto dinero para nada. Otra muestra más de la endeblez de los guiones cinematográficos de este siglo.
No y no: no es Casablanca. Tampoco es El Tercer Hombre .
Un periodista que se halla sirviendo en el ejército estadounidense justo acabada la segunda guerra mundial, un tal Jake Geismer (George Clooney), es trasladado al confuso Berlín; se le asigna un chófer espabilado, Tully (Tobey Maguire), quien lo primero que hace es birlarle la cartera a su superior y luego practicar sexo con su amante Lena Brandt (Cate Blanchet), que resulta por un lado ser la antigua amante de Jake y por otro la todavía esposa de un tal Emil Brandt (Christian Oliver), supuestamente fallecido, a quien buscan afanosamente tanto los americanos como los rusos, porque posee una información que todos quieren y que viene a ser como una especie de MacGuffin.
Pero un McGuffin pasado por agua, o, mejor dicho, pasado por el cedazo de las pretensiones fílmicas de Steven Soderbergh, que, basándose en un guión deslavazado de Paul Attanasio (que amenaza con una nueva versión de Al este del Edén: ¡que alguien haga algo para impedirlo, por favor!), basado en una novela de Joseph Kanon titulada, como la película a que da causa y origen, El Buen Alemán (The Good German, 2006 )
De hecho, no es una película: es un refrito del mejor cine del siglo pasado, tomando aquí y allá inspiración, por no decir copia o plagio descarado, de esas dos buenas películas que se han mencionado.
Cuando uno ve el trailer , piensa que quizás será interesante; pero no: la trama no es compleja: es absurda; los escenarios parecen copiados de El Tercer Hombre, incluidas las alcantarillas; la escena final, literalmente plagiada de Casablanca, con la excusa del homenaje cinematográfico.
Pero ni Soderbergh posee la capacidad de sorprender, insinuar y emocionar, ni los actores que convoca, con ser buenos, consiguen llevar a buen puerto una historia confusa, sosa, que no llega a interesar; los personajes están muy mal escritos y no suscitan pasión alguna; la química entre Clooney y Blanchett es inexistente y lo único que puede resistir es la fotografía en blanco y negro, sin aportar nada nuevo ni adecuarse a la emoción que debería provocar en el espectador la historia, con lo cual deviene en fútil, pudiendo haberse desarrollado perfectamente en color sin merma alguna, acabando por ser un remedo inaceptable de obras muy interesantes que el sufrido cinéfilo mantiene en su memoria, siendo inevitable la comparación con tan ilustres ancestros conforme va discurriendo la película,
Puede que para ojos jóvenes e inexpertos, que no han visto mucho cine, este fallido homenaje al cine negro en ambientes bélicos tenga algún interés.
Pero para quien ha gozado una y mil veces con la escena final de Casablanca, la decepción ante el engendro está asegurada.
Una pena gastar tanto dinero para nada. Otra muestra más de la endeblez de los guiones cinematográficos de este siglo.
Buenos días, compa Josep (y buen comienzo de semana...). Ya me extrañaba a mí, si George Clooney no salía, no salía (en Casablanca, claro). No he visto la peli en cuestión, pero viniendo firmada por quien viene (el bluff más gordo de la cinematografía mundial de los últimos treinta años, y uno de los directores más sobrevalorados de la historia, creo...), no me sorprende nada de lo que dices. En fin, apuntada queda (para no verla, obviamente: anda uno muy "achuchao" de tiempo para según qué lujos...).
ResponEliminaUn abrazo.
Que es fallida no hay la menor duda, pero aún así tiene su interés ¿o como mínimo no salvarias de la quema a Cate Blanchett haciendo de Marlene Dietrich?
ResponEliminaAmigo Manuel, harás bien en evitarte semejante disgusto y pérdida de tiempo: escarmienta en cabeza ajena, que es buena conducta... :-)
ResponEliminaUn abrazo
La verdad, Alicia, es que me costó reconocer a Cate, tanto por el maquillaje como por la adusta mirada que luce todo el rato...
ResponEliminaNi por un momento me recordó a Marlene, rubia fatal; pero sí que pensé, sobretodo al final, que, desde luego, no se la puede comparar con Ingrid Bergman en Casablanca.
Creo que Cate se equivocó al aceptar ese papel y esa caracterización; lo de Clooney lo entiendo por su amistad con el ¿director?; pero Cate, está a años luz de otros personajes mucho más lucidos.
Un saludo.
Acompaño la somanta de palos con palmas acompasadas. La he visto hace poco y me pareció soporífera, rayana en lo absurdo y sin un ápice de interés ni en los personajes ni en la trama. Un "quiero y no puedo" sobre un fondo de nostalgia del cine que fue y que, desengañémonos ya, Steven, no volverá. Una considerable decepción. Me queda pendiente, eso sí, el libro en mi estantería, por si algún día decido redimir la historia, ya que no la película. Estacazo más que merecido, Josep. Saludos.
ResponEliminaEsas palmas tuyas, Marcbranches, devienen una claca de lujo para mi comentario.
ResponEliminaMe alegro que coincidamos. Eso sí, otro día, mejor te adelantas y lo comentas, y así me ahorro el trago... :-)
Un saludo.