Imposible
Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible.
Talleyrand.
Cuando apenas contaba veintipocos años pasé un examen psicotécnico de ¡ocho horas! de duración, cuatro por la mañana y cuatro por la tarde.
Una de las miles de preguntas que componían el examen venía a decir:
¿Qué opinión te merece Alicia en el País de las Maravillas?
El centenar largo de examinandos, todos universitarios, al producirse el parón para el almuerzo, comentábamos en voz alta lo extraño de esa pregunta, cuando uno de los examinadores, mofándose de nosotros, nos dijo: ¿En serio no habéis leído Alicia en el País de las Maravillas? No sabéis lo que os perdéis.
Al día siguiente ya estaba de vuelta en Barcelona comprando mi primer libro de Las Aventuras de Alicia en el País de las Maravillas, años más tarde acompañado por un facsímil con las ilustraciones de John Tenniel, que guardo como oro en paño.
Fue un hallazgo para mí, pues la única noticia era el haber visto en la tele la versión que Disney hizo en 1951.
La historia inventada por Charles Lutwidge Dodgson, alias Lewis Carroll (para este comentarista un verdadero genio), me sorprendió y entusiasmó en tal grado que, despues de leer la secuela Alicia a través del Espejo, decidí empezar a aprender el idioma inglés, en la vana esperanza de llegar algún día a leer esos maravillosos libros en su idioma original y, además, entenderlos.
Porque leerlos los puede leer cualquiera; pero alcanzar a descifrar el sentido de cada una de las ironías y retruécanos que a miles inundan el superlativo texto, es obra de titanes, y la prueba está en la abundante bibliografía que lo ha intentado y en las variadísimas interpretaciones que se le dan por los expertos.
Unos libros supuestamente dirigidos al grupo de niños que lideraba la delicada Alicia Liddell, pero que en su seno albergan significados de toda índole, prendiendo de inmediato la atención del lector adulto que no puede zafarse del curso y giros de la historia.
Unas obras tan densas que resultan prácticamente imposibles de trasladar a la pantalla, so pena de quedarse con la mera superficie.
Lewis Carroll, además de eminente literato, lógico y fotógrafo, era matemático.
He aquí una ecuación que se me ha ocurrido leyendo noticias cinéfilas:
Para mí, el resultado de la ecuación es éste:
¿Me quieren explicar de dónde saca la Disney la idea que Burton será el director idóneo para llevar al cine un guión que sobre la espléndida fábula de Lewis Carroll va a perpretar la señora Woolverton, conocida por sus éxitos con obras tan "complejas" como La Bella y la Bestia, Mulan, Los Ewoks o El Rey León?
¿Se han dado cuenta que esa joven protagonista en el año 2010 va a cumplir veinte tacos?
¿Puestos a cagarla, no sería mejor buscar una niña del estilo de Dakota Fanning?
¿Qué clase de adaptación gótica nos vamos a tener que comer con churros y chocolate?
Espero equivocarme, pero ya hace casi un año predije fiascos que se han cumplido...
Cuando apenas contaba veintipocos años pasé un examen psicotécnico de ¡ocho horas! de duración, cuatro por la mañana y cuatro por la tarde.
Una de las miles de preguntas que componían el examen venía a decir:
¿Qué opinión te merece Alicia en el País de las Maravillas?
El centenar largo de examinandos, todos universitarios, al producirse el parón para el almuerzo, comentábamos en voz alta lo extraño de esa pregunta, cuando uno de los examinadores, mofándose de nosotros, nos dijo: ¿En serio no habéis leído Alicia en el País de las Maravillas? No sabéis lo que os perdéis.
Al día siguiente ya estaba de vuelta en Barcelona comprando mi primer libro de Las Aventuras de Alicia en el País de las Maravillas, años más tarde acompañado por un facsímil con las ilustraciones de John Tenniel, que guardo como oro en paño.
Fue un hallazgo para mí, pues la única noticia era el haber visto en la tele la versión que Disney hizo en 1951.
La historia inventada por Charles Lutwidge Dodgson, alias Lewis Carroll (para este comentarista un verdadero genio), me sorprendió y entusiasmó en tal grado que, despues de leer la secuela Alicia a través del Espejo, decidí empezar a aprender el idioma inglés, en la vana esperanza de llegar algún día a leer esos maravillosos libros en su idioma original y, además, entenderlos.
Porque leerlos los puede leer cualquiera; pero alcanzar a descifrar el sentido de cada una de las ironías y retruécanos que a miles inundan el superlativo texto, es obra de titanes, y la prueba está en la abundante bibliografía que lo ha intentado y en las variadísimas interpretaciones que se le dan por los expertos.
Unos libros supuestamente dirigidos al grupo de niños que lideraba la delicada Alicia Liddell, pero que en su seno albergan significados de toda índole, prendiendo de inmediato la atención del lector adulto que no puede zafarse del curso y giros de la historia.
Unas obras tan densas que resultan prácticamente imposibles de trasladar a la pantalla, so pena de quedarse con la mera superficie.
Lewis Carroll, además de eminente literato, lógico y fotógrafo, era matemático.
He aquí una ecuación que se me ha ocurrido leyendo noticias cinéfilas:
Para mí, el resultado de la ecuación es éste:
¿Me quieren explicar de dónde saca la Disney la idea que Burton será el director idóneo para llevar al cine un guión que sobre la espléndida fábula de Lewis Carroll va a perpretar la señora Woolverton, conocida por sus éxitos con obras tan "complejas" como La Bella y la Bestia, Mulan, Los Ewoks o El Rey León?
¿Se han dado cuenta que esa joven protagonista en el año 2010 va a cumplir veinte tacos?
¿Puestos a cagarla, no sería mejor buscar una niña del estilo de Dakota Fanning?
¿Qué clase de adaptación gótica nos vamos a tener que comer con churros y chocolate?
Espero equivocarme, pero ya hace casi un año predije fiascos que se han cumplido...
Bueno, Josep, tienes que entender que es uno de los pocos libros clásicos que Hollywood no ha jodido todavía, y no les gusta dejar cabos sueltos...
ResponEliminaSaludos
He leído varias veces las aventuras de Alicia (en el país de las Maravillas y a través del espejo), y tienes razón, Josep, es dificilísimo traducir los contantes juegos de palabras y referencias culturales que hace Carroll, pero son una maravilla, así como las ilustraciones de Tenniel, por supuesto.
ResponEliminaNo obstante, tengo un poco de esperanzas en laadaptación de Burton, ya que su imaginación también es prodigiosa, y por lo que sé la actriz elegida tan sólo será usada como referencia para su imágen digitalizada, ya que la película será tipo Beowulf
Esa alegoría sobre Hollywood me hace reir, 39escalones, pero también me deja inquieto, porque veo que tienes razón: son insaciables.
ResponEliminaSaludos.
Me parece muy bien tu optimismo, Alicia, aunque albergo dudas no sobre la desbordante imaginación de Burton, pero sí sobre la idoneidad de su característica goticidad para la trama, aspecto que no le va para nada a tu celebérrima tocaya. Y confiar el guión a esa señora, con esos edulcorados antecedentes, no sé, no sé...
ResponEliminaOjalá tenga que darte la razón dentro de unos años... :-)
Saludos.
Hola Josep, acabo de ver el premio que me habías otorgado. No sé por qué pero ese post se me pasó. Estoy más que agradecido por la mención. Y además me llena de orgullo que venga de un blog que aprecio mucho como el tuyo. Gracias y saludos!
ResponEliminaMerecido, Budokan, desde luego, por tu ímprobo trabajo y dedicación.
ResponEliminaSaludos.
Yo también creo, compa Josep, que el compa 39escalones ha definido, de forma concisa y perfecta, el "estado de la cuestión": así funciona el invento este. Más o menos. Sobre la obra de referencia, lamento no poder opinar (y ya te podrás imaginar por qué...).
ResponEliminaUn abrazo.
Es lo que hay, Manuel, es lo que hay: poca vergüenza y mucho atrevimiento junto con escasez de ideas originales.
ResponEliminaEsa falta la tienes que remediar ya. No te arrepentirás en absoluto, te lo aseguro.
Un abrazo.