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dilluns, 23 de març del 2009

Pelham 1 2 3


La inveterada costumbre de clasificar todo lo que se nos pone por delante ha promovido que en el ámbito de la cinematografía existan diversos tipos o géneros de obras, con independencia de su calidad, minuciosamente or
denadas en divisiones y subdivisiones.

Uno de esos reductos específicos es el que alberga aquellas aventuras basadas en la perpetración de hechos criminales planificados hasta el último detalle: suelen ser atracos perfectos, robos perfectos, atentados perfectos, secuestros perfectos,,. "etcétera perfectos".


Curiosamente, uno de los detalles que unifican todas las obras pertenecientes a ese subgénero, es que, pese a la perfección de la planificación, en más del noventa por ciento de los casos algo acaba quebrando la perfección y los perfectos atracadores, ladrones, secuestradores, etcétera, acaban muertos o encarcelados.

Esa cuestión no empece el interés de una obra bien hecha, porque todo espectador sabe que siempre hay algún resquicio en la moralina imperante en la cinematografía comercial y, en algunas películas, el malo se lleva el botín tan tranquilo, otorgando al final un rasgo de veracidad desacostumbrado.

La posibilidad del éxito criminal, junto con la forma en que la acción es desarrollada (amén de otros factores), acaba por ser decisiva en la buena fortuna del éxito de una película perteneciente al tipo descrito.

Aspectos todos ellos que sin duda fueron contemplados con detenimiento por el cineasta Joseph Sargent, que, habiéndose iniciado en la dirección de episodios televisivos en 1959 y después de muchos trabajos, una buena tarde se reunió con el exitoso guionista Peter Stone para iniciar los habituales trabajos de pre producción de una película que se basaría en una novela escrita por John Godey que relataba detalladamente la comisión de un delito inusual: el secuestro de un tren suburbano, lo que conocemos como "metro", con el nada ideológico fin de obtener beneficio económico rápido y cuantioso.

La película, titulada en España como Pelham, 1 2 3 (The Taking of Pelham One Two Three, 1974), muestra con todo detalle la realización de un secuestro del metro neoyorquino, cometido por cuatro hombres:

Vemos a Mr. Green (Martin Balsam) que viste un sombrero verde, usa gafas y lleva bigote, tomar un metro en una estación: previamente, ha comprobado la hora en su reloj; lleva un paquete, una caja de cartón alargada. Es un hombre algo mayor ya, y está visiblemente resfriado; tiene la mirada huidiza, como queriendo pasar desapercibido.

En la siguiente parada, sube al metro Mr. Grey (Hector Helizondo) que viste una gorra gris, usa gafas y lleva bigote, portando un maletín de considerables dimensiones. Es un tipo altanero, maleducado, chulo y libidinoso, que se insinúa a una jovencita nada más entrar.

Después subirá Mr. Brown (Earl Hindman) que viste un sombrero de piel marrón, usa gafas y lleva bigote, y deja a su lado un paquete alargado con un lazo, apostándose junto a la garita del revisor del metro. Es un hombre fuerte, rudo, que atropella a quien se interpone en su entrada al vagón.


Por último, en la siguiente parada, vemos en el andén a Mr. Blue (Robert Shaw) quien, balanceándose pie sobre pie, espera la llegada del metro: viste sombrero de fieltro azul, usa gafas y lleva bigote y porta un estuche de algún instrumento musical alargado. Tiene una sonrisa fria, gélida, desafiante.

Cuatro tipos con cuatro nombres de colores... or
iginal... ¿verdad, Quentin?

Los cuatro, bajo el liderazgo de Mr. Blue, se harán de inmediato con el dominio del metro: Mr. Green sabe conducirlo, y pronto establecerán contacto con el indolente teniente de la policía del suburbano, Garber (Walter Matthau) quien se queda atónito al conocer lo que demandan los secuestradores: un millón de dólares (en 1974, eso era muchísimo dinero) a entregar en billetes pequeños en el plazo de una hora, a partir de cuyo momento empezarán a matar, uno a uno, a los rehenes, gente que ha tenido la desgracia de tomar ese metro en su desplazamiento por Nueva York.

Sargent demuestra tener muy buen oficio en la forma de contar la historia: estableciendo de inicio la tipología de los personajes la va desarrollando conforme avanza la trama; mueve la cámara con soltura en el escenario interior del ferrocarril suburbano, espacio reducido de dimensiones, rodeado de oscuridad, lugar común que, de repente, se ha convertido para los pasajeros en una jaula de la que no saben si saldrán con vida.

En ese vagón de metro convergen todas las miradas de quienes están en la sala de control del suburbano, que siguen atentamente los extrañ
os movimientos del tren en un panel descriptivo de su situación, haciendo cábalas relativas a sus movimientos y paradas, mientras Garber, pasmado, se hace una pegunta en voz alta: una vez hayan cobrado el rescate ¿cómo harán para abandonar el lugar? Porque los túneles están controlados tanto en su interior como en su exterior y por el panel sabrán de inmediato cuando se pare el tren...

Con muy buen pulso se establece rápidamente una diferencia entre la situación bajo tierra y sus repercusiones en el exterior: desde la alcoba del Alcalde, afecto de gripe, que deberá decidir si paga el cuantioso rescate, hasta el despliegue en las calles de Nueva York, con la policía moviéndose rápidamente en una carrera desenfrenada contra el escaso tiempo marcado por Mr. Blue, el contraste se refuerza por la forma de planificación usada por Sargent, que contrapone grandes planos en el exterior a las limitadas secuencias del claustrofóbico vagón del metro.



Todo ello confiere dinamismo a la película: conforme avanza la trama, se van desgranando detalles que implican una perfecta planificación del delito: el desprecio de los criminales por la vida de los demás, muestra de la frialdad de su planteamiento, tiene su lado contrario en la sala de control donde Garber, presa de los nervios, se comunica a la vez con los secuestradores y con las fuerzas policiales de apoyo en el exterior, produciendo el conjunto de las situaciones en el ánimo del espectador la desazón ante la incierta suerte de los viajeros del metro, así como el interrogante respecto a la huida prevista seguramente por los minuciosos delincuentes, todos ellos compañeros de la oscuridad de un túnel cercado policialmente.

Es una cacería extraña, un surrealista cerco del gato al ratón: un ratón que se escabulle y que amenaza al gato con grandes males si no cesa en su persecución.


El guión es bastante sólido: los trazos personales de los individuos que vemos transitar en la pantalla están bien dibujados y representados con la acostumbrada profesionalidad por el grupo de intérpretes escogidos, que aprovechan hasta la última línea de sus apariciones para demostrar que, para un buen actor, no hay papel pequeño. Lástima que flojea un poco con la introducción de unos pocos elementos humorísticos que rebajan la tensión sin venir a cuento.

Sargent, que dirigió alguna que otra película más para el cine, volvió a la televisión donde consiguió sus mayores éxitos, pero dejó para los anales una cinta muy original en su planteamiento, con un ritmo muy acertado, sin pausa alguna, que, revisada ahora después de verla en su estreno hace tantos años, mantiene perfectamente el vigor necesario para entretener al espectador durante los 104 minutos de su metraje, lo cual dice mucho en su favor, harto como está uno de tanta película con efectos especiales huecos de sentido y sentimiento.


Recomendable verla cuanto antes, porque la amenaza del "remake" pende sobre nuestras cabezas.


Trailer:

16 comentaris :

  1. Gracias por el aporte, voy a tratar de conseguirla, si bien las bandas sonoras muy vejentonas me dan panico ya que considero el audio en una pelicula demasiado importante no quita que le vamos a dar una oportunidad ...

    En caso de realizarse el remake esperemos que sea bueno :P

    Saludos josep.

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  2. Mi mujer me habrá dicho ya como unas tropecientas mil veces que deberíamos ver esta peli un día de éstos (eso sí, no dispongo de copia de ella en ningún formato, habrá que empezar la tarea por ahí...), porque es una de sus favoritas. Y, después de leer tu elogiosa y precisa reseña, más motivo aún para ello. A día de hoy, el número de películas que ha explotado inmisericordemente la fórmula es tremebundo, pero supongo que, en su momento, lo impactante del planteamiento debió ser todo un puntito...

    Un fuerte abrazo y buena semana.

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  3. La conozco, pero no la he visto. Sabía de la "inspiración" tarantiniana también de esta película, pero desconozco sí se limita a los nombres o va más allá. Me gustan bastante las películas de atracos, aunque me temo que todas se parecen demasiado. No onstante, intentaremos verla.
    Saludos.

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  4. Estupenda película con un ritmo que no decae ni un momento y un sólido guión(cuantas veces olvidan que la base es esa). No me extrañaría que Quentin la hubiera tomado como referencia por los nombres en Reservoir dogs, y esperemos que el reamke con Denzel Washington y John Travolta al menos ea digno.

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  5. He seguido tu relato con atención, es un género que me gusta y no conocía esta película así que veré si puedo conseguirla. Ya te contaré.

    Bsss, Josep.

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  6. Por nada: espero que la consigas y te guste; no creo que vayas a tener problemas con el audio.

    Lo del remake, lo sabremos este verano...

    Saludos.

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  7. Tu señora tiene toda la razón del mundo, Manuel, y harías bien en seguir sus deseos; porque aunque luego haya tenido imitaciones -como todo buen producto- sigue manteniendo fuerza e interés.

    Un abrazo.

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  8. Creo, 39escalones, que hay que verla, porque forma parte de una época tachada demasiado a menudo como falta de interés cinematográfico, cuando en ella hay obras como la presente que han envejecido muy bien. Además, así podrás comparar con el "remake"... y decidir si va o no a "La Tienda"....
    Saludos.

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  9. Tengo entendido, Alicia, que Quentin aprecia mucho esta película y no me extraña, porque, como dices, el guión es bastante sólido. Los nombres de Reservoir Dogs son un pequeño homenaje, eso seguro.

    Lástima que no haya sido él quien se haya ocupado de dirigir el "remake"...

    Saludos.

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  10. Si te gustan las películas de este tipo, Susy, no pierdas la ocasión de ver Pelham, porque te encantará. Espero que me lo cuentes, te guste o no..

    Besos.

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  11. Bueno, Josep, pues me has vuelto a pillar descolocado con esta peli. Para más inri, como había leído el libro, en su día, digo, desprecié olimpicamente verla en cine. Ahora, según puedo comprobar, a tu buenísima opinión se unen otras voces,, con lo cual voy a tener que pillarla de alguna forma y ponerme a verla.
    Un abrazote-.

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  12. La decada de los 70' ha sido sistemáticamente vilipendiada desde esto del cine, y, sinceramente, no es para tanto. Será por mi edad, o será porque por aquel entonces todavía se hacía cine rememorando a los clásicos (lo que me hizo viajar a conocerlos) pero yo salvo con gusto y a ultranza varios títulos de aquella época.
    Uno de ellos, por supuesto, esta entretenidisima película que no voy a tardar mucho en volver a ver, gracias a tu entrada.

    Pd.- Hablas de un remake, y la palabreja me acojona. ¿Ya se ha hecho? Lo pregunto porque en su caso, si se confirmaron aquellas noticias de que el encargado del mismo iba a ser el ínclito e inefable Tony Scott, deberíamos de coger firmas para que lo encarcelaran, pues prostituir con "su arte" el recuerdo de una buena peli (me imagino a mi mismo tratando de pintar, no sé,... Las meninas por ejemplo) es un delito.

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  13. ¡Hostia sí! Ya lo han hecho. Se estrena en agosto.

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  14. Siento decirte, Antonio, de haber tenido la oportunidad de verla en el cine y dejarla de lado, fue craso error, aunque no he leído la novela en que se basa.

    Supongo que si puedes verla ahora, te gustará lo mismo, así que vale la pena el intento...

    Un abrazo.

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  15. Coincido contigo, Raúl, en considerar injusto el tratamiento que, aparentemente, se le da a esa década.

    Los que la vivimos, forzosamente nos acercamos a los clásicos, porque, entre otras cosas, la tele ofrecía cada martes una película de algún memorable "Ciclo de.."

    Ahora sólo hay series malísimas y fútbol, a todas horas, y anuncios tutiplén...

    Ya veo que has comprobado que "la amenaza" se cierne sobre nosotros... :-)

    En buena parte, aparqué el comentrio de esta de hoy hasta tener la certeza del estreno del "remake" : así puede que alguien vea el original y pueda comparar con fundamento...

    (Lo de Mr. Scott es para un comentario dedicado, pero da una pereza.... )

    Saludos.

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