Secundarios de Lujo (12)
Con un físico nada extraordinario, apariencia de hombre normal ya desde su juventud, Martin Balsam (New York 1919 - Roma 1996) fue en pantalla la personificación de cualquier vecino o conocido, no importa cual sea su profesión, ya que afronta perfectamente desempeñar cargos de responsabilidad, acompañar damiselas, convertirse en un criminal por necesidad, embutirse en uniforme militar o trastear por redacciones de periódicos y negociados de justicia.
En cualquier situación, Martin Balsam sabe estar con naturalidad, como si la ocupación que interpreta fuera su verdadero modo de ganarse el pan, dando muestra de poseer un talento para hacer sencillo el hecho de representar a un extraño.
Que Martin Balsam era un buen actor nadie podría dudarlo, cuando ya en sus inicios fue requerido para actuar en el Actor's Studio por Elia Kazan y Lee Strasberg, formando pareja en las tablas con los habituales de la época, Marlon Brando incluido, apareciendo en la televisión en representaciones teatrales primero, luego en diferentes series y episodios, siendo su primera aparición en la gran pantalla como Jurado Nº 1 de 12 Angry Men, dirigida por el también televisivo Sidney Lumet en 1957:
A partir de esa primera aportación al cine, la carrera de Martin Balsam fue imparable, alternando cine y televisión hasta su fallecimiento, constando casi 170 fichas de participaciones diversas.
Fue uno de esos secundarios perfectos, siempre en su lugar, dando la réplica y aprovechando los escasos minutos de pantalla para dejar su recuerdo en la memoria del cinéfilo atento, que seguro le recordará, entre otras muchas, en las siguientes películas:
Como detective privado, en Psycho (1960)
Metido en un berenjenal político, en Seven Days in May (1964)
Como militar un tanto excéntrico en Catch-22 (1970)
El mejor amigo de Poirot, en Murder on the Orient Express (1974)
Como Mr. Green en The Taking of Pelham One Two Three (1974)
Tuvo el honor de compartir con Robert Mitchum y Gregory Peck la circunstancia de actuar en las dos versiones de Cape Fear
Uno de esos actores que habremos visto en decenas de películas, muchas notables, que siempre está soportando una escena crucial, como si no hiciera nada.
Me encanta este actor, y de todos sus personajes me quedo con ese detective competente pero un tanto arisco llamado Arbogast: cómo acosa a Vera Miles, cómo se maneja con cierto desdén y rudeza, y sin embargo cómo siente en el fondo la preocupación de la mujer por su hermana desaparecida... Uno de esa notable estirpe de secundarios, como tantos por ahí, que en apenas unos minutos y con un despliegue interpretativo a veces mínimo, redondean una película.
ResponEliminaSaludos.
No sabes cómo me gusta este homenaje que te ha dado por hacer a los "secundarios". Ellos, son el cine que nos gusta. Sólo ellos.
ResponEliminaVeo, compa Josep, que no cejas en tu empeño por repasar esa amplia nómina de maravillosos "supporting" que pueblan el cine clásico hollywoodiense. En ese sentido, te recomiendo, porque lo vas a disfrutar un montón, la reseña que en su Kinodelirio (www.kinodelirio.com) hace el compa Roberto Amaba sobre estas figuras; date una vuelta y ya nos contarás...
ResponEliminaUn fuerte abrazo y buen fin de semana.
He leído, 39escalones, que Martin acabó un poco aburrido del personaje que comentas, porque siempre que los "fans-caza-autógrafos" le acosaban, le pedían que pusiera el nombre del personaje en la foto: parece que Martin, buen tipo, sonreía y firmaba. Todos los cinéfilos le recordamos sobre todo por ese papel y su fantástica muerte y precisamente, al repasar de la mano de Hitchcock hace unos días la escena, pensé que merecía un huquecito en esta sección para "ampliar" siquiera un poco su enorme recorrido fílmico.
ResponEliminaGran secundario, gran actor, siempre.
Saludos.
Gracias, Raúl; es de justicia, creo, recordar esa pléyade de intérpretes normalmente obviados por la memoria porque sin ellos, ése cine que nos gusta, no existiría.
ResponEliminaSaludos.
Ese empeño que emprendí hace meses, amigo Manuel, como sabes, lo inicié por una cuestión de pura justicia: sin esos actores "no protagonistas" el Cine no sería lo que es.
ResponEliminaHe leído la reseña que recomiendas y coincido en parte, aunque discrepo en la presencia femenina: verás que, hasta ahora, mi lista está muy igualada, y espero que así siga: la dificultad de mi empeño reside en la búsqueda de vídeos con los que ilustrar el recuerdo de esos magníficos intérpretes.
Y creo que no se puede encasillar a los secundarios, pues a la vista está que son capaces de levantar cualquier carácter, sea avieso o bondadoso, amén de robar alguna que otra escena.
Seguirá... :-)
Un abrazo.
Es un tipo que como buen judío del Bronx supo hacerse una muy buena carrera en el mundo del espectáculo. Su profesionalidad está a la vista de esa lista de pelis, casi todas de una solided a prueba del tiempo.
ResponEliminaEntre las películas que no citas: "Todos los hombres del Presidente" Martin hace un redactor jefe del Washington Post en el que está perfecto. Otra pelicula deliciosa en la que intervino fue "Desayuno con diamantes".
Me gustó muchísimo en "Psicosis" ¡Pobre, la muerte que le propició el vejete británico! Creo que Don Alfredo le dió algún papel en "A.H. presenta". Pues nada, Josito, que pases un buen fin de semana.
Un abrazote.
Sí que era un buen profesional, Antonio; prueba de ello son sus muchas intervenciones. Curiosamente, de las películas que he insertado vídeos, están todas en las que coincidió con Perkins, "su asesino"... :-)
ResponEliminaUn abrazo.
Le recuerdo perfectamente, era de los grandes, de ese tipo de secundarios que podían, y lo hacían, oscurecer con creces a los protagonistas.
ResponEliminaY lo que me impresionó en su día "12 hombres sin piedad"!!!
Besos Josep.
El trabajo de Balsam en 12 Hombres sin Piedad es excelente, Susy, y parece que él lo recordaba con mucho cariño, no tan sólo por ser su primera película en cine; luego hemos podido constatar que no fue una casualidad, ciertamente.
ResponEliminaBesos.
Hola, Javier: bienvenido. Me alegra que por aquí encuentres momentos de interés. Intentaré seguir adelante, sí.
ResponEliminaSaludos.