Una de espías de verdad
De vez en cuando aparece alguna película que va contracorriente casi despreciando las más probadas fórmulas de la comercialidad y nos devuelve, a los más veteranos, la sensación que todavía se pueden hacer películas de acción en las que la física es una parte complementaria pero no la principal para mantener la atención del espectador, prefiriendo sostener la acción a base de meros actos de investigación que son ejecuciones de decisiones mentales producidas tras un ejercicio mental en el que se toman riesgos y se descartan probabilidades.
Como en la vida real, vaya, dotando de una normalidad aparente ciertas actividades que pertenecen a círculos restringidos y que se desarrollan intentando pasar absolutamente desapercibidas, sin ruido ni alharacas vanas.
Intriga perteneciente a la fecunda cosecha de John Le Carré, padre literario del hermético George Smiley, la investigación, averiguación de identidad y detención de un infiltrado agente doble en las más altas instancias del servicio de espionaje británico obtuvo a finales de los años setenta del siglo pasado gran éxito en la televisión, de lo que ya queda constancia en este bloc de notas en un momento en el que no me podía imaginar que llegaría a ver en pantalla grande la misma trama.
Así ha sido pues Tomas Alfredson, basándose en un guión escrito por Peter Straughan y Bridget O'Connor (a la que se dedica la película a causa de su fallecimiento antes del estreno) rodó una versión cinematográfica titulada como la novela Tinker, tailor, soldier, spy, traducido su titulo como era de esperar al castellano como El topo, en la que se la ingenia para reducir a poco más de dos horas una compleja trama que en la serie televisiva alcanza casi siete horas.
Las comparaciones son odiosas y además, cuando se trata de medios distintos, inútiles: la película recién estrenada en diciembre pasado no tiene ninguna posibilidad de competir en detalle con la mini serie televisiva ni con la novela, porque el lenguaje, sometido a la duración, forzosamente debe ser distinto.
La película de Alfredson mantiene el esqueleto de la trama ideada por Le Carré sin cambiar apenas nada de lo principal, ni siquiera los nombres de los personajes, lo que representa una gran ventaja para los espectadores que o bien han leído la novela o bien, como es mi caso, disfrutaron en su momento -y quizás también en más de una ocasión, posteriormente- de la serie televisiva: el conocimiento previo de la trama sin duda ayudará bastante al momento de apreciar en su justa medida la película: en este caso, no puedo meterme en la piel de quien se enfrente a la intriga partiendo de cero y me queda la sensación que el forzoso uso del flashback y la elipsis quizá aturulle un poco al espectador desprevenido y con toda seguridad no será del agrado del habitual de las películas de espías que se limitan a liarse a mamporros y dar saltos y piruetas propias de un circo digital.
Es evidente que la inspiración de Alfredson se halla fuera de la post modernidad que pretende convencernos que los estilos videocliperos y la trepidante cámara en mano son lo más de lo más, porque el sueco se decide por una forma de rodar absolutamente tranquila, dejando que el fastuoso elenco encabezado por Gary Oldman como George Smiley y Benedict Cumberbatch como su brazo ejecutor Peter Guillam desarrollen sus composiciones con el debido espacio, calma y tranquilidad para que todos podamos disfrutarlos.
(Por cierto, apuntar nota: a la que salga el dvd deberé espabilar para poder verla en v.o.s.e.)
Ese muy británico elenco en el que la mujer apenas tiene cabida -nos hurtan incluso la concurrencia de la conflictiva esposa de Smiley- es una baza considerable a tener en cuenta ya que las excelentes actuaciones sostienen no poco el metraje otorgando una pátina de verismo en una trama poco usual en estas épocas en las que el trabajo gris y concienzudo, lento y constante, parece no tener cabida: cuando las películas de espionaje son espectaculares pero carecen de intriga, ofrecer un retrato impregnado de realismo de las vicisitudes que ocurren en un ambiente más propio de una triste oficina, repleta de funcionarios tópicos que se distinguen por jugar con papeles que contienen información supuestamente valiosa para los intereses de una nación, siendo así que su defensa no se mantiene a base de ráfagas de tiros, es casi una osadía revolucionaria que nos devuelve a la juventud cuando en los muros se podían leer pintadas en las que se decía: la imaginación al poder.
Esta película no es pues aconsejable para quienes busquen escenas de violencia física, peleas coreografiadas y tiroteos, porque les decepcionará; tampoco es una película portadora de mensaje político subliminal y me atrevería a decir que a causa de la densidad de la trama y de su previo conocimiento a los guionistas les ha resultado imposible mantener los trazos psicológicos -leves, pero existentes- que definen a los personajes, quedando, eso sí, el interés de la intriga y la construcción de los consecutivos hechos que encadenados con mucha eficacia conforman una historia que engancha desde el primer al último minuto, manteniéndose la tensión gracias al buen pulso cinematográfico de Alfredson que se sirve de la música compuesta por Alberto Iglesias para puntuar alguna escena.
En definitiva, una película recomendable incluso para quienes ya conozcan la trama y sepan de antemano quién es el topo; es probable que después, les apetezca ver la serie y leer la novela de John Le Carré y soñar con que pronto, veremos en cine a La gente de Smiley...
Tráiler
Me apetecía visionar esta película, pero tras leer tu reseña de la misma, sólo dudo en si ponerme en la cola o ponerla en la cola...
ResponEliminaEl hecho de que, como señalas, intenta no traspasar a la gran pantalla la célebre teleserie, ya habla muy bien en su favor.
Salucines
Se me ha perdido el comment, buena da igual, pues yo tengo ganas de verla, creo que superara la media expectativa de ciertos truños que uno se tiene que tragar. Si se trata de una palícula para ver, disfrutar y olvidar, contiene las tres marias que yo le pido a este tipo de cine.
ResponEliminaSludos Feliz 2012
ROy
Me gustaria haberla visto para comentar algo con base pero no dejaré de hacerlo cuando tenga ocasión. Me dá que me va a gustar. ¿ Se puede decir que el reparto brilla más que las estrellas del firmamento ?
ResponEliminaTiene ese aire setentero..:-)
Tu resumen a la altura..empezamos bien :-D
Besos ( si éste comentario no se esfuma tambien bre bre )
Si como supongo ya conoces la famosa teleserie, Fernando, te recomendaría que la vieras, a ser posible, en v.o.s.e., porque también supongo que habrás visto del mismo modo la serie y, francamente, el doblaje deja bastante que desear aún no siendo deleznable.
ResponEliminaComprimir a poco más de dos horas una trama tan compleja es tarea titánica y saber de qué va es una ventaja...
Un abrazo.
Desde luego, Roy, no le pueden pedir peras al olmo y atender a una trama tan densa y otorgar psicología clara a los personajes es casi imposible o, por lo menos, harto difícil de ver en pantalla grande.
ResponEliminaSin ser obligada, sí se puede recomendar sin miedo a quejas porque se puede ver y disfrutar perfectamente.
Un abrazo.
El reparto, Milady, es de lo mejorcito que se puede hallar hoy en una película de estreno y tan sólo faltan las féminas, pero es que ni en la novela éstas tienen cabal importancia para el esqueleto que sostiene toda la imaginería creada por Le Carré.
ResponEliminaNo te la pierdas: creo que te encantará.
Besos.
Me falta, pero está en la lista, a ver qué tal. Soy muy poco amante de las charlotadas grandilocuentes de espionaje y acción, así que ésta me viene como anillo al dedo. Ya te contaré.
ResponEliminaFeliz 2012, por cierto.
Un abrazo
A mí también me falta y, por supuesto, es una de las que ocupan mi lista de futuras.
ResponEliminaDecir que le tengo muchas ganas, compa JOSEP, te sonará a topicazo ya ultragastado, pero no por ello deja de ser cierto; de hecho, tenía previsto haber ido a verla este fin de semana (afortunadamente, ésta no me la han escamoteado mis adorados exhibidores cordobeses…), pero, circunstancias mandan, no ha podido ser. Espero que haya ocasión en este próximo. Las bondades que pregonas sobre el producto no me atrevería a ponerlas en duda bajo ningún concepto; me consta que ha estado en manos de un tío talentoso, como es su director (Alfredson), y que su intérprete protagonista es uno de esos monstruos de los que sale uno cada mucho tiempo (el amigo Oldman). Veremos y contaremos.
ResponEliminaUn fuerte abrazo y buen año de cine.
Tiempo sin bloguear y sin pasar por tu casa pero no puedo dejar la ocasión de leerte y de comentar porque reafirmo todo lo que dices. Tiempo también sin ir al cine pero no lo dudé en este caso. Y tiempo también para revisitar la serie, de hecho lo estoy haciendo, hasta recordaba las muñecas rusas de esos titulos de crédito que tanto te gustan. Ya era hora.
ResponEliminaTendrás que explicarme lo del carbón..decia en mi casa..;-P
ResponEliminaComo espectador que no conocía la trama antes de ver la película puedo decir que cuesta un poco de seguir, pero nada que suponga un gran esfuerzo si se mantiene la atención. Quizá el hecho de verla en versión original (muy recomendable) ayude a seguir mejor el hilo, por aquello de que la información se percibe y recuerda mejor leída que escuchada.
ResponEliminaEsta, Alfredo, se parece a las típicas de espionaje y acción como un huevo a una castaña: casi diría que los tiros se pueden contar con los dedos, para que te hagas una idea...
ResponEliminaEspero que sí, que lo cuentes... :-)
Un abrazo.
Jamás lo hubiera dudado, Raúl, que ésta formara parte de tu agenda: cine de espías con realismo, ahí es nada...
ResponEliminaUn abrazo.
Espero que te guste, Manuel, para reconciliarte con "tus exhibidores" ya que, amigo mío, con ellos has de vértelas sí o sí y cabe confiar en que sientan la cinefilia en vena alguna vez...
ResponEliminaDe hecho, casi aseguraría que, sin duda, te alegrará el rato y te recordará que hay otra forma de hacer películas de espionaje... :-)
Un abrazo.
Estoy mucho más que de acuerdo contigo en todo, querida Alma, porque he de confesar que, como túi, después de ver la película he andado repasando la mini serie y me parece que incluso acometeré la lectura de la novela, ya ves... :-)
ResponEliminaBesos.
Bienvenido, C. Mordoh, a este sitio, primero que nada.
ResponEliminaLuego decirte que me gusta mucho tu aportación porque me reafirma en dos cuestiones: que para quien la ve sin antecedentes es un pelín ardua, y, segundo, que ciertamente el guión se disfruta más en v.o.s.e., porque creo, como tú, que al leerlo se recuerda -y disfruta- mejor.
Un abrazo.
Me gustó.
ResponEliminaSupongo que en la serie (que no recuerdo si vi algún episodio de niño) o el libro (que no he leído) aclarará algunos puntos.
Por ejemplo, el "profe" que al final elimina al "topo"... deja entrever que tenía una relación algo más que "amistosa" con él, ¿no?
Un saludito.