Nadie supo
Richie Havens - High Flyin' Bird
Nadie, del millón de personas que pisaron los verdes prados de la granja de Max Yasgur en Bethel, Condado de Sullivan, estado de Nueva York, supo, imaginó, ni tuvo conciencia de entrar a formar parte de la leyenda.
Eso ocurrió hace ya casi treinta y nueve años, cuando entre el 15 y el 18 de agosto de 1969 decidieron asistir al anunciado concierto de música de Woodstock, que mantuvo el nombre pese a trasladarse inopinadamente a la granja del Sr. Yasgur, por culpa de la memez del concejo del pueblo de Woodstock.
Quienes allí estuvieron, pueden decir orgullosamente: yo estuve allí.
Michael Wadleigh tuvo la genial idea de producir y dirigir un documental cinematográfico del evento que iba a producirse. Obtuvo de la Warner Brothers como financiación cien mil dólares, y se las apañó como pudo para convencer a cien colaboradores que, con la promesa de cobrar luego si todo iba bien, acudieron a la inolvidable cita. Seguro que mañana repetirían gratis. Uno de ellos fue Martin Scorsese, que operó como director de segunda unidad y también como ayudante del montaje.
Woodstock el documental, obtuvo el Oscar de forma indiscutible y casi lo consigue en su apartado de edición: buen olfato el de Martin, sin duda.
La película, con una duración que se va alternando según la copia que uno puede visionar, per siempre cercana a tres horas, va desgranando no tan sólo las actuaciones que se sucedieron en aquel ya mítico fin de semana, sino que recoge un modo de vida o mejor dicho, de entender la vida, que resume perfectamente el sentir de quienes hoy son jubilados y entonces jóvenes rebeldes. Las cámaras se pasean primero por aquellos que convierten los verdes prados en un asentamiento para miles de personas, creando de la nada un amplísimo escenario; luego se detendrán en la llegada de los convocados al evento que, plantando tiendas de campaña, se dispondrán a pasar unos días de fiesta ya histórica, trabando amistades eternas, naciendo amores y sucediendo rupturas, experimentando el amor libre y la droga, una variopinta multitud retratada, entrevistada, reflejo de una época que fue y ya no volverá. Las imágenes del documental, naturalmente de una incorrección política sublime, en plena protesta contra la guerra del Vietnam, con unos usos y costumbres rompedores contra lo establecido por la generación inmediata anterior, resultarán extrañas y sorprendentes para los actuales jóvenes que ignoran el pasado inmediato:¿esa que baila desnuda, eres tú, mamá?¿qué tú fumabas porros, papá? No me lo puedo creer....
Cuando uno repasa con nostalgia las actuaciones de los músicos que tuvieron la acertada idea de decir sí a su presencia en el concierto (hay casos ilustres que todavía se tiran de los pelos -en sus tumbas, algunos- por haberse negado), se da cuenta que, desde entonces, las rupturas e innovaciones musicales son juego de niños de leche, porque ese grupo de músicos de finales de los sesenta estaba -y sigue estando- a años luz de quienes les precedieron apenas una década antes, y los que les han seguido...
Cuestión de gustos, naturalmente; pero para muestra, unos cuantos botones:
Johnny Winter - Mean Town Blues
Santana - Soul Sacrifice
Joe Cocker - With a Little Help From My Friends
Janis Joplin - Try
Jimi Hendrix - Fire
p.d.: este comentarista no se hace de ningún modo responsable de la llantera nostálgica de ningún viejo carrozón ni de la dentera envidiosa de quien no sabía nada al respecto.
Lo hiciste a propósito (aquí cabe la palabrota adecuada). ¡Hombre!!...llantera no, pero fué algo irrepetible por la música, por la gente que intervino, por el símbolo con el que se presentaba....Conservo un vinilo doble, casi desgastado. Poco después compré otro triple, que se lo regalé a una novieta que tuve. Naturalmente tengo la película. La compré mucho tiempo despues.
ResponElimina¡¡Qué bueno el Hendrix¡¡ Ese tío me hace vibrar cada vez que oigo su rasguear.
Me has dado un alegrón. Un abrazote.
Je, je... sí que lo hice a propósito... (mete el palabro que quieras, ya sabes...)
ResponEliminaLo que no tiene perdón es regalar el triple a nadie, por muy novieta que fuera. yo, en casos semejantes, procedo a comprar otro y asunto resuelto...
Estaba seguro que ibas a disfrutar un ratito... :-)
Un abrazo.
p.d.: lo de Jimmi tiene delito: por querer actuar el último y a causa de una tormenta, acabó apareciendo el lunes, "sólo" ante más de 35.000 personas, que alargaron su estancia un día más...
No conozco el documental, compa Josep (vaya, que no lo he visto), pero le tengo muchas, muchas ganas. Además de su condición de retrato sociológico de una época que está rotundamente claro que no volverá, la acumulación de talento musical que lleva dentro es, realmente, apabullante. A ver cuándo hay ocasión...
ResponEliminaUn fuerte abrazo.
Harías bien en revisarlo, Manuel: tampoco es necesario verlo de una tacada; pero de rato en rato, resulta muy interesante, desde luego, aparte de satisfactorio para el oido.
ResponEliminaUn abrazo