Verbo contra Hipocresía
Bob Fosse, celebrado coreógrafo, director de teatro, de espectáculos y de cine, fue un personaje complejo, con una vida azarosa, plena de vaivenes. Su cortísima filmografía nos ha dejado unas obras muy interesantes, personalísimas, excepcionales.
En el año 1974 presentó su versión cinematográfica de una pieza para escenario escrita por Julian Barry para el off-broadway, ocupándose el propio Barry de pergeñar el guión de una película del género biográfico, versada en la vida de un monologuista llamado Lenny Bruce
La película, titulada Lenny (Lenny, 1974), es un alegato en pro de la libertad de expresión del artista, bajo la personal mirada de Bob Fosse que, como luego haría en All That Jazz, que ya se ha comentado aquí, vuelca en la historia que nos presenta todas sus obsesiones mientras vindica por la libertad del artista, sujeto a una censura impunemente hipócrita, muestra de la propia sociedad en la que se desarrollan los hechos.
Fosse acababa de ganar un Tony, un Emmy y un Oscar en el mismo año, galardones nunca más recibidos por nadie en un mismo período. Evidentemente, una buena aportación al ego del artista que, contra todo pronóstico, cambió de registro cinematográfico y se volcó en la adaptación a la pantalla de una biografía de un comediante maldito, un perseguido, acorralado, ajusticiado y humillado Lenny Bruce que aún tardaría años en ser homenajeado y congraciado aunque a título póstumo, eso sí, por una sociedad hipócrita, timorata y falsa.
La valentía de Fosse reside en la forma de afrontar la historia, con un inicio realmente espectacular que, de entrada, nos recuerda, cómo no, las primeras imágenes de Ciudadano Kane, con un primerísimo primer plano de los labios de Honey Bruce (Valerie Perrine), unos labios que iniciarán una narración de la vida del que fue su marido, Lenny Bruce (Dustin Hoffman).
Honey será el hilo conductor de la historia, presentada como una investigación que alguien -alter ego del propio Fosse, investigando el pasado de Lenny- que, grabadora en ristre, procederá a entrevistar no sólo a la ex-esposa, sino a la madre de Lenny, Sally (Jan Miner) y a su representante artístico, Artie (Stanley Beck)
En esos primeros minutos de Lenny, Bob Fosse planta la semilla de lo que va a ser la película: con el único número musical coreografiado cinematográficamente por Fosse en torno al sugerente cuerpo cada vez más desnudo de Honey, contemplado por lascivas miradas de hombres y mujeres, mientras la caja registradora va aumentando, vemos cómo en una de las muchas secuencias de actuaciones en vivo de Lenny, la palabra es usada como arma arrojadiza contra la hipocresía imperante, que acepta sin rechistar los bailes de mujeres quitándose la ropa mientras se escandaliza porque un judío atrevido osa hablar en público de la gonorrea.
Las obsesiones sexuales de Fosse son mostradas de forma impúdica, al añadir una escena en la que Lenny induce y convence a su esposa Honey a mantener un trío con otra mujer, escena de alto voltaje erótico, una más en una película que consiguió ser calificada como X, R, y aún así, consiguió seis nominaciones a los premios Oscar, aunque no consiguió ningún premio; claro que ese año la competencia era durísima.
Fosse, cuya voz es la del interrogador que nunca veremos, procede a reconstruir en forma de falso documental la corta vida artística de Lenny Bruce, un tipo que se bate en sus inicios como cómico entre números de striptease, para luego empezar una fulgurante ascensión como monologuista, primero entre los primeros, dedicado a improvisar en clave de humor sarcástico sobre los temas de la actualidad de su época, los sesenta del siglo pasado, apenas quince años antes de rodarse la película.
Mediante una lujosa fotografía en blanco y negro del gran Bruce Surtees y un eficaz montaje de Alan Heim, la apariencia formal de la película es de un verdadero documental, ciñéndose las diferentes secuencias a los recuerdos que los entrevistados van desgranando, manteniendo un cierto orden cronológico avanzando en la narración, con algún que otro salto en el tiempo para apuntar detalles de la vida de los artistas ambulantes, con fiestas desenfrenadas donde el sexo y las drogas se mezclan y las relaciones se degradan, incluyendo estancias entre rejas por tenencia de estupefacientes.
Pero lo que marca la diferencia, lo que hace de esta cinta un caso ejemplar en defensa de la libertad, es el uso que de la palabra hace Lenny Bruce al incidir públicamente en la contradicción de una sociedad que admite el espectáculo de mujeres que se desnudan mientras trata de ocultar expresiones convenientemente listadas en sus códigos penales como obscenas o soeces.
La palabra, portadora de ideas, la palabra, manipuladora de conceptos: Lenny se ensaña sin compasión con el mundo de la comunicación, poniendo en la palestra pública las intenciones de quienes dirigen la sociedad. Se atreve a criticar incluso el enaltecimiento público de Jackie Kennedy, que, según los periódicos, permanece al lado de su marido recién asesinado, presentada como heroína, cuando, según Lenny, lo que cualquiera debe hacer, en el caso, es largarse corriendo, pues de nada sirve permanecer al lado de un cadáver.
O cuando grita ¡negro! ¡negro! ¡negro! ¡todos deberíamos gritar negro! todos, hasta que la palabra negro perdiera el significado ofensivo que se le da; gritemos todos negro hasta que la palabra negro nunca más pueda hacer llorar a un niño en su escuela al oirla.
La película, rodada en 1974, no se estrenó en España hasta 1977; no la vi en el cine, por lo que mis recuerdos son inexistentes; la vi en televisión, subtitulada, a finales de los setenta, y quedó bien guardada. Y ahora, buscando información relativa a su estreno en España, descubro que el difunto Camilo José Cela se encargó de dirigir la traducción del guión para confeccionar los subtítulos al castellano, cuyos subtítulos recibieron varapalo de la censura de la época.
Antes que nadie se rasgue sus vestiduras, sugiero que se le de un vistazo a la ficha de IMDB: en sus comentarios, hay uno, reciente, iniciado en el foro en abril de 2006, donde diferentes usuarios hablan de la calificación "R". No sé si se podrá seguir el enlace, pero vale la pena: todavía hay gente por ahí que se escandaliza con Lenny.
Ignoro que tal debe ser la versión final doblada al castellano, pero animo con todas mis fuerzas al cinéfilo consciente que busque la versión no doblada: si el trabajo que realiza Dustin Hoffman llega a sorprender a muchos que le han visto sólo en sus trabajos más acomodaticios a partir de los ochenta, lo que causa verdadera sensación es la interpretación de Valerie Perrine, con una exhibición de matices inabarcable, desde diosa sexual a ingenua mujer abatida por las adversidades, un trabajo que ya no volvería a repetir, dejada de lado por la industria, llamada sólo para papeles menores y de adorno con su deslumbrante belleza, una injusticia más.
Provista la película de unos buenos diálogos y brillantes reconstrucciones de diversos monológos de Lenny Bruce, aguanta la tensión perfectamente, con un pequeño bajón pasada la hora y media, coincidiendo con el declive del propio Lenny que, agotado por la persecución judicial inmisericorde, acabó perdiendo el gracejo y aburriendo a su público, lo que le abocó a su ruina personal, anímica y vital.
Un muy buen ejemplo de biografía en clave de denuncia, reivindicando el honor del biografiado, sin ocultar sus defectos ni ensalzar sus virtudes, con una objetividad bastante precisa, aún conteniendo alguna que otra licencia personal, ofreciendo la verdad de los hechos y sus consecuencias en un entorno social que fue y que debería estar ya superado, pero que, leído lo leído, sólo aparentemente ha cambiado para bien.
Otra que no conocía, Josep. Y esto suena muy bien, así que la tendré en cuenta. Aunque sea porque me interesa ver erotismo del bueno.
ResponEliminaClaro que compitiendo contra Chinatown, La conversación o El padrino II, difícil tener chances de ganar un oscar.
Apunto y te mando un abrazo.
Seguro que te encanta, Faraway; es de esas películas que pueden fácilmente provocar una tertulia cinéfila muy interesante, ya que los temas que suscita son muchos y variados.
ResponEliminaSí que lo tuvo dificil en esa convocatoria de los Oscar, desde luego. Un año extraordinario el 1974, sin duda.
Te solicito públicamente que la veas y la reseñes pues tu comentario seguro que resultará muy interesante.
Un abrazo.
Joder, qué compromiso. No tendré más remedio que verla entonces...
ResponEliminaMe alegra mucho, Faraway, que hayas aceptado el embite... :-)
ResponEliminaUn abrazo.
Es una buenísima película, tal vez, como tú dices, en ocasiones difícil de seguir pero vale la pena verla en VO con subtítulos para no perderse la jerga que emplea Lenny.
ResponEliminaEs una peli que no se ha divulgado demasiado por las televisiones por lo que no me sorprende lo que dice el Sr. Faraway. Además está muy bien que le hayas desafiado, y perdón por meterme en negocios ajenos.
El jueves que viene no me vas a ver ni en pintura. Además va a ser un día de jolgorio nacional....¡Qué le vamos a hacer¡
Un abrazote.
Puesta a descargar... el trámite puede demorar pero el compromiso ya está hecho. Te aviso cuando la haya visto. Un abrazo!
ResponEliminaMe olía, Antonio, que tú sí la habías visto; ciertamente es una película un tanto desconocida injustamente, pero que para cualquier cinéfilo es indispensable conocer para completar la cortísima obra de Bob Fosse.
ResponEliminaQue conste que no he desafiado a nadie.. :-)
Pero estoy seguro que la invitación descarada a Faraway nos dará un alegría en forma de uno de sus jugosos comentarios.
Fíjate Antonio que sólo los más veteranos hemos visto Lenny... .-)
Por eso me interesaba mucho incitar a su visión con mi comentario, pues por lo menos para mí, es imperdible.
Lo del jolgorio del jueves... ya te lo diré el viernes....
Tómatelo con calma, ¿eh? :-)
un abrazo.
No hace falta que me avises, Faraway: simplemente, escribe un comentario de los tuyos....
ResponEliminaUn abrazo.
Pues esta es una de las películas que realmente me sabe mal tenerla en la, como diría M-Márquez, "lista de las que no he visto". Como decís, apenas se ha prodigado por las televisiones, y también tengo muy claro que no pienso verla doblada. Tu análisis em anima aún más a esforzarme por verla. Saludos.
ResponEliminaPues por alusiones (del compa Marc), y concurriendo la puñetera (e inusual) casualidad de que ésta SÍ QUE LA HE VISTO, aprovecho para:
ResponElimina1.- Felicitarte, compa Josep, por tu magnífica reseña. Como de costumbre, vaya, pero si se repite la calidad, no entiendo porque hay que escatimar, y no repetir, el elogio (merecido).
2.- Señalarte que coincido contigo en tus apreciaciones generales. Es una película excelente, cuyo mayor problema sea, quizá, el no ser muy conocida (yo la ví en un pase televisivo, cortesía Garci; qué pena que, aunque no se comportara con las V.O., ese programa no tuviera continuidad...).
3.- Y a esperar, también, que el compa Diego se explaye en sus apreciaciones sobre ella.
Un fuerte abrazo.
No me extraña, Marcbranches, que no la hayas visto, ya que realmente su pase televisivo ha sido más que fugaz, fulgurante y a altas horas; yo la pillé de casualidad hace más de veinte años y no recuerdo haberla visto anunciada luego.
ResponEliminaDesde luego, visión obligada en v.o., porque sus intérpretes se lo merecen sobradamente.
Supongo que no te será muy difícil hallarla.
Me alegra haber despertado tu interés en verla.
Saludos.
Te digo, Manuel, lo mismo que a Anro: esa película sólo la hemos visto los más veteranos; así que no me extraña que la vieras, aunque siento lo de la falta de v.o., coincido contigo en que ha sido una pérdida la desaparición del programa de Garci. En su defensa decir que en más de una ocasión le oí lamentarse de las trabas para emitir en v.o.
ResponEliminaY gracias por el elogio, que siempre reconforta saber que uno es leído y apreciado.
También podrías tú dedicarle cuatro líneas... :-)
Un abrazo.
p.d.: He oído esta mañana en RNE que ibais a estar rondando los 38º... buff...
¿Los 38º...? Ja, y los 43º, que marcaba el termómetro hace un momentito. Esto, si no estás acostumbrado, se hace muy cuesta arriba, ya te puedes imaginar...
ResponEliminaUn abrazo.
P.S. sobre dedicarle una reseña a la peli, ya quisiera, ya... Hace demasiado tiempo como para que el recuerdo sea apenas algo muy vago; tendría que revisarla, y ya sabes, poco tiempo, poco tiempo...
jolín, Manuel, 43º a las siete de la tarde sí que es una buena excusa para no tener tiempo de nada... ni más ganas que las de arrimarse al botijo... buff... confío que, por lo menos, la humedad no sea tan alta como por aquí...
ResponEliminaUn abrazo
Estupenda entrada, Josep, y magnífico análisis.
ResponEliminaMe gustó especialmente que destaques el trabajo de Valerie Perrine, porque, si bien Dustin Hoffman está impresionante (el momento en el que sale al escenario tan drogado que no consigue hilar un discurso coherente me parece impresionante) es cierto que ella hace un papel digno de Oscar, con ese cambio de registro que tan bien comentas.
Comparto también contigo opinión sobre lo acertado de la elección del blanco y negro, y que, a ser posible, esta es de esas películas que merece la pena verlas en v.o., yo también la vi así.
Sólo una última reflexión, después de ver la película lo primero que pensé fue, a Lenny no lo mató la droga, ni su impulso suicida, a Lenny lo remató el absurdo sistema judicial americano de aquella época que lo llevó de la indignación al desquiciamiento y del desquiciamiento a la desesperación.
Saludos
Muchas gracias, Vivian, por los elogios.
ResponEliminaCreo que la actuación de Valerie Perrine es imprescindible para el buen resultado del conjunto y ella apechuga con un personaje menos lucido y quizás más difícil al carecer de la verborreica personalidad de Lenny.
Más que el sistema judicial -que sigue siendo el mismo- lo que le abocó al abismo fue el entorno social que, me temo, poco ha cambiado, leídos que fueron algunos comentarios en el foro pendiente de la ficha de IMDB.
La diferencia es que Lenny no se rindió: sucumbió. Ahora se rinden y autocensuran.
Saludos.
Recuerdo que cuando era crío (adolescente), la dieron por televisión... Y mi madre hizo una crítica bastante destructiva del personaje. Eso de que le propusiera a su mujer un trío no le gustó nada.
ResponEliminaPasaron años hasta que pude verla (y han pasado unos cuantos desde que lo hice). Me parece una película más que estimable. Una estupenda película que demuestra que Fosse no sólo era bueno haciendo musicales. A revisar, sin duda.
Un saludito.