El bueno de George
Me he librado.
De matar.
A veces, uno suelta frases sin pensar lo que dice. Demasiadas veces. Y a veces, la suerte ayuda a que esas frases queden sin efecto.
En un comentario a un artículo escrito por la querida compañera del bloguerío Alicia, este cinéfago aseguraba que mataría por disponer de una sola oportunidad de obtener los dvd de dos famosas series televisivas, con subtítulos en castellano.
He disfrutado del visionado de casi trece horas con las andanzas y aventuras del bueno de George.
Smiley, por supuesto: George Smiley, el maestro de espías nacido de la fecunda pluma de John Le Carré, cuya novela Calderero, Sastre, Soldado, Espía (Tinker, Tailor, Soldier, Spy, 1979) representó un hito para la BBC y mantuvo la audiencia televisiva en suspenso durante siete interminables semanas cuando se ofreció por TVE, pendientes todos de cada capítulo hasta ver como acababa la investigación que el meticuloso y frío George Smiley (Sir Alec Guinness) iniciaba y proseguía para averiguar la identidad de un topo que en el seno del Circus, cúpula de los servicios secretos británicos, había logrado introducir el astuto Karla ( un joven Patrick Stewart que no tiene una línea de diálogo).
Una serie televisiva muy bien cuidada desde su inicio, sin grandes medios materiales, pero contando con un guión robusto y una colección de intérpretes que saben dar cuerpo y alma a unos espías muy alejados del prototipo de las cintas de acción; una dirección muy ajustada al servicio de la historia y un gran equilibrio en las escenas confieren al conjunto un enorme interés.
Tal fue el éxito obtenido por la serie, que John Le Carré se vio compelido a escribir otra novela siguiendo con el personaje y naturalmente en esta segunda ocasión lo hizo ya teniendo en mente a Alec Guinness, con lo cual se puede decir que existe una relación simbiótica entre actor y personaje, a la que Sir Alec no pudo sustraerse pese a su pereza en regresar, quizás pensando que una segunda parte, más bien una continuación, sería un error.
Ya es historia que La Gente de Smiley (Smiley's People, 1982) supo concitar de nuevo la máxima expectación de las audiencias televisivas, manteniéndonos de nuevo en suspenso durante los seis capítulos que desgranan, con la eficacia ya sabida, la continuación de la lucha que sin cuartel iniciará el bueno de George en su particular duelo con su antónimo Karla, su alter ego que maneja los hilos desde el otro lado del ya desaparecido telón de acero.
Retomaremos la magnífica presentación de un mundo gris y anodino que oculta alambicadas acciones encaminadas a ejercer el poder que la información y el conocimiento de secretos otorga y de nuevo, sin grandes medios, con una austeridad ejemplar, la forma en que la historia nos es contada y presentada por unos intérpretes excelentes, nos suspenderá el ánimo hasta el último minuto.
Dos mini-serie de excelente factura, subgénero casi olvidado, salvo honrosas excepciones, dedicadas a contar una historia sin el apresuramiento y concisión que la pantalla grande precisa. Dos productos señeros en su época que probablemente, si en las cadenas televisivas actuales hubiera alguien con un poquito de imaginación, no dudaría en reponer, como tampoco debería dudar en ofrecerlas como se debe en dvd bien editado alguno de esos espabilados gerifaltes de las casas editoras de dvd que, en muchas ocasiones, ya demasiadas, cometen despropósitos como el ofrecer películas en dvd sin subtítulos en castellano.
La idea es gratis, oigan.
De matar.
A veces, uno suelta frases sin pensar lo que dice. Demasiadas veces. Y a veces, la suerte ayuda a que esas frases queden sin efecto.
En un comentario a un artículo escrito por la querida compañera del bloguerío Alicia, este cinéfago aseguraba que mataría por disponer de una sola oportunidad de obtener los dvd de dos famosas series televisivas, con subtítulos en castellano.
He disfrutado del visionado de casi trece horas con las andanzas y aventuras del bueno de George.
Smiley, por supuesto: George Smiley, el maestro de espías nacido de la fecunda pluma de John Le Carré, cuya novela Calderero, Sastre, Soldado, Espía (Tinker, Tailor, Soldier, Spy, 1979) representó un hito para la BBC y mantuvo la audiencia televisiva en suspenso durante siete interminables semanas cuando se ofreció por TVE, pendientes todos de cada capítulo hasta ver como acababa la investigación que el meticuloso y frío George Smiley (Sir Alec Guinness) iniciaba y proseguía para averiguar la identidad de un topo que en el seno del Circus, cúpula de los servicios secretos británicos, había logrado introducir el astuto Karla ( un joven Patrick Stewart que no tiene una línea de diálogo).
Una serie televisiva muy bien cuidada desde su inicio, sin grandes medios materiales, pero contando con un guión robusto y una colección de intérpretes que saben dar cuerpo y alma a unos espías muy alejados del prototipo de las cintas de acción; una dirección muy ajustada al servicio de la historia y un gran equilibrio en las escenas confieren al conjunto un enorme interés.
Tal fue el éxito obtenido por la serie, que John Le Carré se vio compelido a escribir otra novela siguiendo con el personaje y naturalmente en esta segunda ocasión lo hizo ya teniendo en mente a Alec Guinness, con lo cual se puede decir que existe una relación simbiótica entre actor y personaje, a la que Sir Alec no pudo sustraerse pese a su pereza en regresar, quizás pensando que una segunda parte, más bien una continuación, sería un error.
Ya es historia que La Gente de Smiley (Smiley's People, 1982) supo concitar de nuevo la máxima expectación de las audiencias televisivas, manteniéndonos de nuevo en suspenso durante los seis capítulos que desgranan, con la eficacia ya sabida, la continuación de la lucha que sin cuartel iniciará el bueno de George en su particular duelo con su antónimo Karla, su alter ego que maneja los hilos desde el otro lado del ya desaparecido telón de acero.
Retomaremos la magnífica presentación de un mundo gris y anodino que oculta alambicadas acciones encaminadas a ejercer el poder que la información y el conocimiento de secretos otorga y de nuevo, sin grandes medios, con una austeridad ejemplar, la forma en que la historia nos es contada y presentada por unos intérpretes excelentes, nos suspenderá el ánimo hasta el último minuto.
Dos mini-serie de excelente factura, subgénero casi olvidado, salvo honrosas excepciones, dedicadas a contar una historia sin el apresuramiento y concisión que la pantalla grande precisa. Dos productos señeros en su época que probablemente, si en las cadenas televisivas actuales hubiera alguien con un poquito de imaginación, no dudaría en reponer, como tampoco debería dudar en ofrecerlas como se debe en dvd bien editado alguno de esos espabilados gerifaltes de las casas editoras de dvd que, en muchas ocasiones, ya demasiadas, cometen despropósitos como el ofrecer películas en dvd sin subtítulos en castellano.
La idea es gratis, oigan.
Bones Josep,
ResponEliminapues pinta muy bien esta serie, la verdad, liderada por todo un Sir.
Saludos!
Me alegra muchísimo que hayas conseguido verla, Josep, y que no hayas tenido que llegar al extremo que decías.La verdad es que ahora hay muy buenas series de televisión, pero ¿porque no reponen alguna tan buena como esta?.
ResponEliminaRaro es el producto de la BBC que no tiene calidad garantizada. En eso lo ingleses son unos verdaderos maestros. Certifico todo lo que dices acerca de la serie de Smiley(asombroso Sir, nunca mejor lo de Sir, Alec Guinness en el papel titular).
ResponEliminaLo que me cabrea cuando veo una buena serie inglesa o americana es: primero el doblaje (por muy bueno que sea nunca será igual al original) y segundo que aquí no seamos capaces de hacer series de calidad.
Un abrazote.
Bones, Marchelo: Sí que pinta bien, sí; la puedo recomendar sin miedo alguno.
ResponEliminaSaludos.
Gracias, Alicia: esa pregunta tuya es, como se dice, la del millón.
ResponEliminaMáxime cuando seguro que en TVE debe estar guardada por algún recóndito almacén la serie doblada al castellano, y, previo pago de nuevos derechos de exhibición, la podrían ofrecer fácilmente.
Seguro que a más de uno le iban a alegrar el día.
En el Fnac del Triangle hay algunos empleados que ya se saben de memoria que "está descatalogada", lo que significa que más de uno pregunta por ella...
Saludos.
En este caso, Antonio, te será imposible -de momento- verla doblada; y bastante difícil verla con subtítulos en castellano.
ResponEliminaComo ya la viste en su momento -como yo- no hace falta que te la recomiende...
Un abrazo
Pues ya ves, compa Josep, ni siquiera sabía de su existencia (como, me temo, de tantas y tantas tan buenas que andarán sueltas por ahí...). Espero que tengas suerte y que, algún día, a algún editor le dé por darte esa alegría, aunque esas cosas suelen ser complicadas (supongo que el mercado está tan saturadísimo con tanta oferta reciente, que no debe ser fácil rescatar productos tan "veteranos", aunque sean de excepcional calidad, y, en este caso, tal como lo pintas, no me cabe duda alguna de que así es).
ResponEliminaUn fuerte abrazo.
La descubrí en la tele (TVE) a primeros de los 80 y ha sido un placer volver a disfrutarla, amigo Manuel.
ResponEliminaEl dvd se puede adquirir en GB, pero claro, sin subtítulos en castellano y, conociendo el paño, seguro que si algún día se les ocurre editarla en estos lares, lo harán lo peor posible, claro. Lo mismo si la reponen: la meterán de relleno a las tantas de la madrugada, mientras en el "prime time" u hora punta nos meterán cualquier sandez entre mil anuncios.
Seguro que te encantaría.
Un abrazo y gracias por la visita.