MM 8 GILDA
La película Gilda, rodada en 1946, ha pasado a la historia del cine por varias razones: una, por el bofetón que el apuesto y celoso Glenn Ford propina a la entonces llamada Diosa del Amor, joven actriz con raíces hispanas, la explosiva Rita Hayworth. ( a la sazón casada con Orson Welles, otro motivo más para envidiar al genio).
Otra, la seductora actuación de Rita Hayworth, que tiene su momento álgido en el conato de striptease en el club propiedad de su marido, el tenebroso George Macready.
La represiva moral imperante en la España de la época provocó que, aún años más tarde, en el argot popular se usara el apelativo "gilda" para señalar a las mujeres más liberadas, tildadas de casquivanas, por decirlo de forma elegante.
Put the Blame on Mame
p.d.: ¿podrá alguna amable lectora aclararme porqué el escote palabra de honor de Rita no se mueve un pelo por más que baila y el de la inefable Pe, gritando Pedrooo, a poco se viene abajo? Gracias.
Yo no entiendo de escotes (de caídas accidentales, quiero decir), pero a lo mejor es cosa de los componentes plásticos...
ResponEliminaRita Hayworth es la que hace la película tan grande, es ella, no pueden disociarse.
Por otro lado, quizá me equivoque porque hablo de memoria pero..., ¿el striptease no tiene lugar en Montevideo, cuando ella huye del local de su marido? Ay, por qué abandonaría el tratamiento...
Saludos
Como ando estos días en trabajos forzados; léase instalador electricista, pintor de brocha gorda, rediseñador de espacios etc etcetc...no tengo tiempo nada más que para mirar unos minutillos los trabajos de los colegas. Creo que volveré a las tareas literarias en breve.
ResponEliminaEsa canción está en la retina nostálgica de los puretas como yo. Muy aguda esa apostilla. Se lo preguntaré a Lola, porque ahora que lo dices la Pe se las vió y deseó con el dichoso escote. Debió de no ser tan pudorosa, o no.
Un abrazote.
Yo no soy precisamente especialista en aguantar escotes (más bien al contrario). Yo diría que la única razón por la que el escote de Rita no se mueve un milímetro es el sentido de la moral de los años cuarenta... Saludos.
ResponEliminaLo de los componentes plásticos ¿es un acertijo? :-)
ResponEliminaDesde luego, 39escalones, sin Rita, Gilda sería otra cosa. Y seguro que los ensayos en casa, después de cenar, fueron antológicos...
No, la escena ocurre en el casino propiedad del marido: de hecho, cuando Johnny (Glenn) está con el policía en el piso superior con aquellas ventanas eléctricas, oye el inicio de "su" canción y sale disparado a la planta baja, con el resultado ya visto.
No lo dejes, no... :-)
Saludos.
Muy buena la frase, pureta Antonio: la canción "en la retina"... sí señor...
ResponEliminaUn abrazo.
Menos lobos, caperu... err... Marcbranches... :-)
ResponElimina¡Meec! respuesta fallida.
Precisamente, la denominación de ese escote, dicen, viene de la seguridad que no va a caerse. Por lo tanto, ignoro el porqué se le caía a Pe... ésa es la pregunta... :-)
Saludos.
Tienes razón, Josep, me confundo con el "Amado mío...", etc.
ResponEliminaVoy directo al electroshock.
Saludos.
Bueno, 39escalones, para mí ha sido fácil, claro, al tenerla más fresca.
ResponEliminaMejor que vayas directo a revisar la película: seguro que será más divertido... :-)
Saludos.
Tengo el diario secreto del rodaje de esa escena y puedo asegurar y aseguro que bajaron la temperatura adrede y las campurrianas de la Rita, Rita, Rita, lo que se da no se quita, se erectaron de forma tal que, émulo de chinchetas, claváronse en el vestido haciendo las veces de pinza, retén, sostén y parapeto para el beneplácito de los censores de la era blanquinegra.
ResponEliminaQuién diga lo contrario es un miserable.
Ja, ja, ja, ¡Molt bona, Joan!
ResponEliminaYa sabía yo que alguien daría en el clavo...
De lo que ya no estoy tan seguro es del beneplácito de los censores patrios, sí, aquellos que obligaban a Rocio Jurado, años después, a salir en la tele con un chal... ;-)
Saludos.
Creo que Gilda no es una gran película en su conjunto pero tiene, como bien dices, momentos inolvidables que suplen la falencia anterior. Saludos!
ResponEliminaQué curioso, compa Josep. Hace no muchos días intentaba (y digo intentaba, porque fui incapaz de llegar a la media hora; no es demérito de la peli, hace más de un mes que soy incapaz de ver alguna completa, el cansancio y otras cosas me tumban) ver Gilda, y mira tú por dónde, le dedicas este homenaje. Aunque Rita Hayworth no sea santo de mi mucha devoción, lo confieso, también es cierto que, en esta legendaria escena, puede calentar un fiambre con toda tranquilidad. Qué sensualidad, madre mía...
ResponEliminaUn fuerte abrazo, y feliz fin de semana.
Pues sí, Budokan: esa escena, sin ir más lejos, ha devenido en inolvidable.
ResponEliminaSaludos.
Sí, Manuel: la Sra. Welles de aquellos días está impresionante: sin ella, la película sería otra cosa, seguro.
ResponEliminaRepásala, porque aún siendo menor, sus diálogos contienen perlas difíciles de hallar hoy en la pantalla...
Un abrazo.