MM 9 The Magnificent Seven
Cuando yo era apenas un adolescente, en mi pueblo, a la sazón con unos 20.000 habitantes, había tres cines que ofrecían cada fin de semana sesión doble.
Recuerdo una época (no puedo precisar el año) que la entrada para una sesión doble me costaba 11 pesetas, o lo que es lo mismo, 0,07 euros, o también, al cambio del día de hoy, 0,10 dólares usa.
En uno de los tres cines, a la vuelta de la esquina, el Cine Monmari (propiedad de la familia Marimón, dueños del único cine que nos queda ahora, con 68.000 habitantes), las paredes estaban decoradas con pinturas que parecían enormes fotogramas de películas.
Mientras el público se iba acomodando, solíamos oir esta excelente composición de Elmer Bernstein:
The Magnificent Seven: Main Titles
Para algunos puede significar un anuncio de tabaco.
Para mí, el preludio de una gozosa sesión doble de cine.
Bones Josep!!
ResponEliminaconozco la mítica canción pero te puedes creer que no la he visto?? Sí he visto los siete samurais, pero esta versión no!
saludos
Cine de palomitas, de compartir con padres, hermanos, amigos una tarde de domingo. Nostalgia y cine en estado puro. Y hay que reivindicar a John Sturges, un cineasta como la copa de un pino.
ResponEliminaSaludos
No me extraña, Marchelo, ni lo uno ni lo otro. Harás bien en verla: Kurosawa le aseguró a Sturges que le gustaba mucho su versión, así que, con ése buen consejo, ya sabes...
ResponEliminaSaludos.
Aciertas, 39escalones, en casi todo, excepto en lo de las palomitas, que no las dejaban entrar: a la salida, un cucurucho de chufas... :-)
ResponEliminaPero sí que esa música se me hace nostálgica y siempre que la oigo me parece que estoy en el cine.
Lo de Sturges también es una verdad como un templo. Hace muy poquito revisé una de las suyas, de hecho la postrera, y ya pensaba hacerle un hueco.
Saludos.
Joder Josep, qué manera de manipular sentimientos. ¿Sabes que tengo una magnífica foto con el Bronson en el "oeste madrileño"?...¿Crees que sería inmodesto colgarla en el blog? Me enteré de un montón de cosas de su vida en una larga entrevista que tuve con él.
ResponEliminaHombre, hay una lucha de sentimientos a la hora de elegir entre "Los siete magníficos" y "Los siete samurais"...Yo he gozado como un mono con las dos.
Un abrazote.
PD. Aunque en mi último post anuncio un "largo adios", a los que han podido seguirme, no tengo más remedio que seguir el consejo de quien dice "es de bien nacido el ser agradecido" y yo estoy inmensamente agradecido a la especial atención que tú has puesto en todas mis notas. Gracias, de verdad, Josep.Un abrazote y cuídate.
Eso de manipulador lo tomaré como un cumplido de un buen amigo, Antonio.
ResponEliminaSi yo tuviera una foto mía con Charles Bronson, seguro que ya la hubiera colgado.
Y aunque no tuviera copia de la entrevista, segurísimo que escribiría lo que recordara.
Mejor disfrutar de las dos, ¿no te parece?
Siento que te vayas: el agradecimiento es mío, de cualquier forma. ¿O es que no te has dado cuenta que eres el "top comentarista" de este bloc?
Cuando vuelvas, espero estar ahí.
Un fuerte abrazo.
A mí, compa Josep, más allá de las inevitables reminiscencias cinéfilas y tabaqueras (cine y tabaco, qué buena pareja, aunque yo ahora sólo trastee con uno de sus miembros, y no todo lo que quisiera y debiera...), lo que me ha pegado tela de palo es la referencia que haces a la situación de la, por decirlo finamente, "exhibición cinematográfica" en tu ciudad. Eso sí, no tengo muy claro que ese panorama te lo fueran a arreglar un par de multisalas al uso: total, para cómo funcionan, casi mejor que te quedes como estás y tires de cualquier otro recurso disponible, sea en el formato y pantalla que sea. En fin...
ResponEliminaUn fuerte abrazo.
Líbreme Dios, amigo Manuel, de las nefandas multisalas.
ResponEliminaEl declive de las salas de cine de mi pueblo (llamarlo ciudad sería fatuo) vino, como en otros lares, con la aparición de la caja tonta.
Pero el único cine que tenemos no lo cambiaría por nada: pantalla de 12,25 x 6 metros y 540 cómodas butacas en platea más 354 asientos en anfiteatro son suficientes para mí. La única pega, la de otros lugares: manda mercado y alguna película no aparece.
Espero no verlo nunca reconvertido en cuatro mini salas asquerosas con pantallas como las de la tele.
Un abrazo.
Ese pedazo de cine, efectivamente, compa, deberíais procurar conservarlo como sea. Insisto, COMO SEA (declaración de bien de interés cultural, o cualquier otra cosa así que se os ocurra), porque la cosa, en general, está cruda, muy cruda...
ResponEliminaUn abrazo.
Ese pedazo decine, como tú dices, Manuel, es el mayor monumento a la cinefilia que pueda contarse.
ResponEliminaPor eso también le dediqué mi primer comentario a su dueño. Porque en tiempos de bonanza inmobiliaria, por su volumen edificable y por donde está, no puedo ni calcular lo que valdría. Y lo mantienen por puro amor al cine, no hay duda.
(Y la entrada, a 4 € el sábado y 4,5 € el domingo...)
No te digo más...
Un abrazo.