ESD 26 Full Metal Jacket
Caigo ahora en la cuenta, al revisar el historial de este bloc de notas, que en la última ocasión en que me detuve en esta mini sección de escenas sin diálogos, lo hice -podría decir con más acierto lo hicimos- en una película dirigida por Stanley Kubrick.
Y mira por donde, vuelvo al mismo director pero en una escena totalmente diferente, en la que nada sobra ni falta.
Si acaso, el vozarrón que se erige más que en algo inteligible en ruido de fondo, como si se tratara de un efecto más para reforzar el mensaje, aunque no estoy muy seguro de nada: ni de su carácter de prescindible, ni de la mejor forma de interpretar la escena, atendido el contexto en que se produce.
¿Ustedes que opinan?
Lo que está claro es que en la escena, inolvidable, no hay diálogo alguno....
Ya sabes lo que pienso de Kubrick, aunque he de reconocer que esta peli es un tanto irregular. Me gusta más la parte primera que la segunda. De todas formas me parece que la volveré a ver. Hace un montón de años que no vuelvo sobre ella y tú me has dado la ocasión.
ResponEliminaUn abrazote.
Pues lo mismo digo. La vi en el cine, y no creo haberla visto más veces. De eso ya hace más de dos décadas... Creo que va siendo hora de volver a ella.
ResponEliminaSaludos, Josep.
A mí me parece, querido Josep, de lo más imprescindible, precisamente por el gran valor metafórico que contiene y que sirve a la caracterización de unos personajes (el sargento y el patoso) que no son sino símbolos de un país no preparado para meterse en el barro de una guerra a golpe de dogmatismo político y que no iba sino, a través de un proceloso camino de abismos y sombras, hacia el suicidio de su identidad tal como se la había forjado durante doscientos años. Me parece, sencillamente, magistral.
ResponEliminaSaludos.
A mí me sigue poniendo los pelos de punta cada vez que la veo, y ya son muchas veces las que he recurrido a ella.
ResponEliminaLa primera parte de la película, sencillamente magistral.
Opino como Alfredo, con respecto al tema de la voz. Metáfora evidente del poder absurdo, irracional y gritón. Yo no la tocaría.
Por lo demás; ¿os habéis fijado qué cantidad de contrapicados en tan poco metraje? Algunos de ellos son casi imperceptibles, y a simple vista parecería que la cámara esté situada a la altura de la escena. Pero no. En un excelente alarde de lenguaje cinematográfico, la cámara siempre tiene de posicionarse por debajo de lo que ocurre, consiguiendo así que los espectadores nos veamos abrumados por el poder descomunal de la maquinaria bélica.
Diálogo, lo que se diálogo, no... tienes razón (ja,ja)
ResponEliminaY creo que estoy como GCPG...La vi en el cine y creo que, aparte de escenas sueltas, no la he vuelto a ver.
Algún día. No tengo prisa, la verdad.
Un saludito, señor, sí, señor!
Precisamente, Antonio, esta película es de las que más me gustan de la decadencia de Kubrick.... jajajaja.....
ResponEliminaUn abrazo.
Pues no estaría mal, Gourmet, una revisión calmada: yo también, como Antonio y tú, la ví en el cine y nunca más, así que...
ResponEliminaSaludos.
Totalmente de acuerdo, Alfredo: ya sabía que tu lo ibas a exponer mucho mejor que yo: por eso pensé que la escena era ideal para insertarla.
ResponEliminaUn abrazo.
No puedo más que agradecerte el comentario, Raúl, porque incides muy bien en el aspecto cinematográfico muy relevante de la escena: añadiría el perfecto travelling vertical arriba/abajo y el conjunto demuestra que Kubrick, en efecto, sabía cómo rodar una escena ajustadamente y de forma muy efctiva.
ResponEliminaUn abrazo.
Es que decidí insertarla en la sección, me daba rechazo el vozarrón, pero luego, con calma, me doy cuenta que, efectivamente, no hay diálogo, con lo cual, como dicen, blanco y en botella....
ResponEliminaHabrá que darle un vistazo, está claro.
Un abrazo.
(en castellano: susórdenesss...)
Y es que el vozarrón en este caso forma parte de la banda sonora de la escena, incluso podría decirse que es la propia banda sonora, no hay más.
ResponEliminaNo la he visto, al menos hace mucho tiempo de ello. No me gustan los ejercitos, ni la manipulación ni la instrucción o 'destrución' de las voluntades de la gente, voluntarias o involuntarias. Supongo que existe eso que se llama causas nobles, mal menor o lo que quieran argumentar para justificar las guerras pero ver a esos chicos corriendo a grito limpio me pone los pelos como escarpias...Evidentemente Kubrick queria que sintieramos esa 'repulsión' precisamente. Pues lo consigue.
ResponElimina¡ Haz el amor y no la guerra !:-))
Besos. Irene A.
Me da esa sensación, Alma, sobre todo cuando veo la escena en versión original sin subtítulos, no entendiendo nada de lo que dice, pero entendiendo todo lo que pasa, es verdad...
ResponEliminaDesde luego, Milady, seguro que Kubrick consigue sobradamente su objetivo: la escena pone de los nervios a cualquiera por la tensión que sabe imprimirle.
ResponEliminaBesos, mi hippie Irene A.
Me encanta esta peli, valores de lucha, entrega amistad...
ResponEliminaBienvenido, Irun: creo que Kubrick pretendió resultar antimilitarista y pacifista, aunque ciertamente la formulación de la película tiene muchos matices que habría que mirar con calma en una revisión tranquila.
ResponEliminaPero la escena en cuestión no deja lugar a dudas: se inclina "contra" el vociferante suboficial.
Estoy, compa Josep, en la misma situación que el compa CGPG: la ví en el cine, allá por la época de su estreno, y no he vuelto a hacerlo, con lo cual el recuerdo que guardo de ella es excesivamente vago. Problema que se soluciona, naturalmente y como bien puedes suponer, con un "refrescaíto" a base de visionado nuevo; algo a lo que tu reseña incita e invita, por cierto.
ResponEliminaUn fuerte abrazo y buena semana.
Ya veo, Manuel, que, como todos, la viste en pantalla grande y se acabó: me llama la atención esa unanimidad y me pregunto si se deberá al recuerdo que haya dejado en la memoria cinéfila o a la poca apetencia de verla con anuncios de por medio.
ResponEliminaComo sea, veo también que la unanimidad se concita a la hora de asegurar una revisión que, pasado tanto tiempo, habrá que ver lo afortunada que resulta.
Interesante cuestión.
Un abrazo.