DOS SOLITARIOS
Alrededor de 1970 se podían ver en España algunas películas digamos que "especiales" en lo que se denominaron "Salas de Arte y Ensayo".
Ese eufemismo albergó en su seno una variedad de películas que poco o nada tenían de relación entre sí, ni por su temática, ni por sus aspiraciones, ni por su tipo de producción.
La suerte del cinéfilo era que, en su mayoría, las películas se ofrecían en versión original subtitulada, de forma claramente intencionada para alejarlas del circuito comercial ya que, entonces, como ahora, eran minoría los que gustaban de ver una película subtitulada, aspecto éste que, sorprendentemente, no ha cambiado con paso del tiempo; pero eso es harina de otro costal.
Al ofrecerse esas películas sólo en v.o.s.e., se cercenaba su difusión de forma eficaz, ya que ni siquiera todas las capitales de provincia disponían de salas que se atrevieran a exhibirlas.
Creo que fue en 1975 cuando en Barcelona se pudo estrenar la película que había obtenido el Oscar a la Mejor Película en 1970; de forma sorprendente y afortunada para algunos, se estrenó en las condiciones expresadas, sólo en v.o.s.e.
La película en cuestión no es otra que Cowboy de Medianoche (Midnight Cowboy 1969), que tuvo que esperar cuatro años para ser estrenada doblada al castellano.
Dirigida por John Schlesinger , con un guión de Waldo Salt , sobre la novela homónima de James Leo Herlihy , protagonizada por Dustin Hoffman , reciente su éxito en El Graduado y por un desconocido Jon Voight , la película fue un éxito sin precedentes, de público y crítica, siendo de destacar que es la única calificada como "X" en los U.S.A. que consiguió el Oscar, lo cual dice mucho en su favor y también sorprenderá a cualquiera, visto lo que se cuece actualmente en el reparto de la estatuilla dorada. Cabe decir que tal calificación de "X" ahora se antojaría como una rareza inexplicable: los tiempos cambian que es una barbaridad, que diría el castizo...
La película arrasó en los Oscar, pues también consiguió el galardón de Mejor Director para Schlesinger, así como el de mejor guión para Salt, y obtuvo nominaciones como mejor actor para sus dos protagonistas y mejor actriz secundaria para Sylvia Miles por una breve pero intensa aparición, así como para el mejor montaje, obra de Hugh A. Robertson
Sorprendentemente, ni siquiera fue nominada en el apartado musical, donde sobresalen dos baladas que se han convertido en míticas: Everybody's Talking, de Fred Neil, cantada por Harry Nilsson , y el tema de la película, Midnight Cowboy, de John Barry , tocado por la armónica celestial de Jean "Toots" Thielemans
Midnight Cowboy es una película dura, sin concesiones; es la historia de dos solitarios, perdedores e inadaptados: Joe es un pueblerino tejano convencido que su condición de guapo semental le abrirá paso en la gran urbe de Nueva York, donde traba conocimiento con un desarraigado y desarrapado Enrico "Ratso" Rizzo, tullido, tuberculoso, ratero de poca monta que malvive en una casa a punto de ser derribada. El sueño de Joe, ataviado como un vaquero de película, es aprovecharse del apetito sexual de las neoyorquinas, supuestamente desatendidas por sus hombres; su ingenuidad chocará con la realidad, acabando en chapero de mala muerte, mientras sobrevive, negándose a trabajar, a base de chanchullos y raterías en las que su compañero Ratso es más experto; Joe arrastra consigo una infancia de soledad: abandonado primero por su madre y luego por su abuela, carece de referentes, como su amigo Ratso, hijo de limpiabotas que no salió adelante; Joe sufre pesadillas recurrentes con una novia que tuvo, imbuyéndose en su creencia de ser un gran amante. Pero la gran ciudad se le resiste y no logra salir adelante; la miseria de ambos contrasta con la forma de vivir de los neoyorquinos, en una sociedad que se despreocupa de los necesitados: vemos a un hombre tendido en el suelo ante la famosísima tienda Tiffany & Co. y Joe se queda extrañado al ver que nadie hace el más mínimo movimiento para ayudarle; no hay convivencia; en la multitud, la soledad omnipresente. Los dos protagonistas, solitarios, perdedores, se apoyan el uno en el otro, forjando una amistad primero basada en la necesidad de compañía y la soledad de ambos y luego en una sincera relación. Cuando parece que Joe por fin consigue su sueño de obtener dinero como gigoló, Ratso empeora en su estado físico y, con el objetivo de cumplir con su sueño de ir a Florida, para alejarse del frío de la ciudad de Nueva York, frío tanto invernal como alegoría de las dificultades de sobrevivir en su dura sociedad, parten hacia Miami, en busca de su Eldorado particular: a medio camino, Joe compra ropa para ambos y se deshace de sus ropas de vaquero, admitiendo que su sueño de ser un vividor no es su estilo de vida. Los dos confían en rehacer su vida en el cálido sur, pero, en un final desolador, el sueño se rompe una vez más y la soledad se impone... Midnight Cowboy es una película triste, con un poso de amargura que nos muestra, gracias a un buen guión y a unos intérpretes excelentes, el nacimiento de una amistad en medio de la insolidaridad y el individualismo generalizado. El paso del tiempo no la ha perjudicado, excepto en que ahora vemos con mayor normalidad lo que en su momento fueron algunos excesos, pero su estructura sigue siendo férrea y su mensaje permanece. Imprescindible verla en versión original: cuando la ví doblada, en la tele, hace tiempo, casi me da un patatús.
Ese eufemismo albergó en su seno una variedad de películas que poco o nada tenían de relación entre sí, ni por su temática, ni por sus aspiraciones, ni por su tipo de producción.
La suerte del cinéfilo era que, en su mayoría, las películas se ofrecían en versión original subtitulada, de forma claramente intencionada para alejarlas del circuito comercial ya que, entonces, como ahora, eran minoría los que gustaban de ver una película subtitulada, aspecto éste que, sorprendentemente, no ha cambiado con paso del tiempo; pero eso es harina de otro costal.
Al ofrecerse esas películas sólo en v.o.s.e., se cercenaba su difusión de forma eficaz, ya que ni siquiera todas las capitales de provincia disponían de salas que se atrevieran a exhibirlas.
Creo que fue en 1975 cuando en Barcelona se pudo estrenar la película que había obtenido el Oscar a la Mejor Película en 1970; de forma sorprendente y afortunada para algunos, se estrenó en las condiciones expresadas, sólo en v.o.s.e.
La película en cuestión no es otra que Cowboy de Medianoche (Midnight Cowboy 1969), que tuvo que esperar cuatro años para ser estrenada doblada al castellano.
Dirigida por John Schlesinger , con un guión de Waldo Salt , sobre la novela homónima de James Leo Herlihy , protagonizada por Dustin Hoffman , reciente su éxito en El Graduado y por un desconocido Jon Voight , la película fue un éxito sin precedentes, de público y crítica, siendo de destacar que es la única calificada como "X" en los U.S.A. que consiguió el Oscar, lo cual dice mucho en su favor y también sorprenderá a cualquiera, visto lo que se cuece actualmente en el reparto de la estatuilla dorada. Cabe decir que tal calificación de "X" ahora se antojaría como una rareza inexplicable: los tiempos cambian que es una barbaridad, que diría el castizo...
La película arrasó en los Oscar, pues también consiguió el galardón de Mejor Director para Schlesinger, así como el de mejor guión para Salt, y obtuvo nominaciones como mejor actor para sus dos protagonistas y mejor actriz secundaria para Sylvia Miles por una breve pero intensa aparición, así como para el mejor montaje, obra de Hugh A. Robertson
Sorprendentemente, ni siquiera fue nominada en el apartado musical, donde sobresalen dos baladas que se han convertido en míticas: Everybody's Talking, de Fred Neil, cantada por Harry Nilsson , y el tema de la película, Midnight Cowboy, de John Barry , tocado por la armónica celestial de Jean "Toots" Thielemans
Midnight Cowboy es una película dura, sin concesiones; es la historia de dos solitarios, perdedores e inadaptados: Joe es un pueblerino tejano convencido que su condición de guapo semental le abrirá paso en la gran urbe de Nueva York, donde traba conocimiento con un desarraigado y desarrapado Enrico "Ratso" Rizzo, tullido, tuberculoso, ratero de poca monta que malvive en una casa a punto de ser derribada. El sueño de Joe, ataviado como un vaquero de película, es aprovecharse del apetito sexual de las neoyorquinas, supuestamente desatendidas por sus hombres; su ingenuidad chocará con la realidad, acabando en chapero de mala muerte, mientras sobrevive, negándose a trabajar, a base de chanchullos y raterías en las que su compañero Ratso es más experto; Joe arrastra consigo una infancia de soledad: abandonado primero por su madre y luego por su abuela, carece de referentes, como su amigo Ratso, hijo de limpiabotas que no salió adelante; Joe sufre pesadillas recurrentes con una novia que tuvo, imbuyéndose en su creencia de ser un gran amante. Pero la gran ciudad se le resiste y no logra salir adelante; la miseria de ambos contrasta con la forma de vivir de los neoyorquinos, en una sociedad que se despreocupa de los necesitados: vemos a un hombre tendido en el suelo ante la famosísima tienda Tiffany & Co. y Joe se queda extrañado al ver que nadie hace el más mínimo movimiento para ayudarle; no hay convivencia; en la multitud, la soledad omnipresente. Los dos protagonistas, solitarios, perdedores, se apoyan el uno en el otro, forjando una amistad primero basada en la necesidad de compañía y la soledad de ambos y luego en una sincera relación. Cuando parece que Joe por fin consigue su sueño de obtener dinero como gigoló, Ratso empeora en su estado físico y, con el objetivo de cumplir con su sueño de ir a Florida, para alejarse del frío de la ciudad de Nueva York, frío tanto invernal como alegoría de las dificultades de sobrevivir en su dura sociedad, parten hacia Miami, en busca de su Eldorado particular: a medio camino, Joe compra ropa para ambos y se deshace de sus ropas de vaquero, admitiendo que su sueño de ser un vividor no es su estilo de vida. Los dos confían en rehacer su vida en el cálido sur, pero, en un final desolador, el sueño se rompe una vez más y la soledad se impone... Midnight Cowboy es una película triste, con un poso de amargura que nos muestra, gracias a un buen guión y a unos intérpretes excelentes, el nacimiento de una amistad en medio de la insolidaridad y el individualismo generalizado. El paso del tiempo no la ha perjudicado, excepto en que ahora vemos con mayor normalidad lo que en su momento fueron algunos excesos, pero su estructura sigue siendo férrea y su mensaje permanece. Imprescindible verla en versión original: cuando la ví doblada, en la tele, hace tiempo, casi me da un patatús.
Debería volver a verla, porque la ví hace muchos años, aunque me pareció algo pretenciosa, pero desde luego tanto la interpretación de Dustin Hoffman, como la escena de su muerte o la música (el Everybody's talking y la armónica) son extraordinarios
ResponEliminaRecuerdo que en el primer visionado me impresionó mucho Dustin; ahora, creo que Voight realiza un trabajo muy bueno, sin el apoyo de las "muletillas" muy bien usadas por Dustin. Ha envejecido bastante bien, salvo la escena del happening con la troupe de Andy Warhol.
ResponEliminaNo te arrepentirás de repasarla.
Saludos.
Hola
ResponEliminaMe encanto esa pelicula, por su crudeza realidad y su gran banda sonora. Me inpacto la escena en que el protagonista pega a un hombre que le contrata por sus servicios. Saludos
Hola, Mon: seas bienvenida.
ResponEliminaEsa escena que comentas es la más violenta, físicamente hablando, de la película; se puede comprender la reacción de Joe, harto de la vida de chapero que lleva. Muy fuerte, ciertamente.
Gracias por tu visita.
Saludos.
Molt bo el teu comentari Josep, a més m'agrada que el puguis contextualitzar en l'època, jo encara era un projecte (de fet, ni això) el 1970 :) salutacions!!
ResponEliminaMoltes gràcies, Marchelo: alguna avantatge ha de tenir anar fent anys... :-)
ResponEliminaSalutacions.