MM 18 Casablanca
Cualquier cinéfilo sabe de las vicisitudes que rodearon el rodaje de Casablanca, esa película que alcanza el mito por casualidad, raro ejemplo de éxito inmerecido si nos atenemos a la constante improvisación: el guión se iba escribiendo sobre la marcha, los actores no sabían como iba a acabar la historia de amor y da la sensación que el único que tenía las cosas claras era el grandísimo compositor Max Steiner, que alumbró dos momentos musicales que ya pertenecen a la memoria colectiva:
El inesperado encuentro de dos amantes:
(As Time Goes By)
Y el uso de la música como reivindicación política afirmativa del orgullo del oprimido por las circunstancias:
(La Marseillaise)
Inolvidables.
Alberto Q.
ResponEliminawww.lacoctelera.com/traslaspuertas
La PELÍCULA. Con mayúsculas. Sus diálogos son lo mejor que he visto en el mundo del celuloide.
Saludos!!!
Siempre es bueno recordar este film que tal vez sea un clásico de clásicos. Saludos!
ResponEliminaLo curioso, Alberto, es que esos diálogos se inventaban la noche anterior y se entregaban a los actores por la mañana, sin tiempo de ensayarlos.
ResponElimina¡Y aún así, son magníficos!
Cierto, Budokan, un clásico entre los clásicos.
Saludos a ambos.
Inolvidable, imperecedera y además irrepetible.
ResponEliminaSaludos.
Cierta la triple adjetivación, 39escalones, y esperemos que siga así para siempre...
ResponEliminaSaludos.
Como muy bien dices, Josep, parece mentira que esos maravillosos diálogos fueran fruto de la improvisación, pero ahí han quedado, como esas dos escenas irrepetibles.
ResponEliminallego a tí através de Gem@ y me ha encantado todo lo que he visto, así que me lo guardo para volver, con tu permiso.
ResponEliminaBesos.
Parece, Alicia, que la fortuna sobrevoló todo el rodaje, y nosotros, cinéfilos, somos los beneficiarios.
ResponEliminaSaludos.
Bienvenida, Susy:
ResponEliminaGracias por la visita y por el elogio; estaré encantado de que vuelvas cuando te apetezca.
Saludos.