Rehacer una película de prestigio debería ser una especie de rutina para directores noveles con una máxima: el guión ni tocarlo y rodar las escenas de acción con los medios y efectos especiales al alcance de la mano, así como procurar que los intérpretes no estropeen nada.
Tres requisitos imaginarios que Derrickson y sus secuaces se cuidan de olvidar en la creencia que todo es posible.
El guión da muestras de flojera desde la primera escena, totalmente inútil e innecesaria, sin continuidad: veremos a un hombre, supuesto montañero alojado en una rústica tienda de campaña en los montes de la India (creo recordar, pero no estoy muy seguro, ni maldita falta que hace la precisión), allá por el año 1928, según aparece sobre impreso: tiene las facciones de Keanu Reeves (los gestos no, porque ya sabemos que no gesticula nada) y, de repente, en plena noche, oye un ruido y se va, cruzando una ventisca, hasta encontrar una esfera luminosa; se desmaya, le queda un sarpullido en la mano, y ¡tachán! la acción se viene al año 2008.
Una escena perfectamente inútil que no sirve para nada, seguramente por un error material de rodaje, al equivocarse de actor, como luego se verá.
La Dra. Helen Benson (Jennifer Connelly ) es una especialista en microbiología austronáutica -o algo así- que vive con un repelente niño afroamericano con un pelo que parece sacado del póster de
¡Hair! interpretado por el enchufadísimo Jaden Smith , orgullo de su papaíto. Está claro que no son madre e hijo biológicos: el crío no la llamará "mamá" hasta casi el final, cuando empiece a darse cuenta del follón en que ambos están metidos, con la humanidad entera.
A la Doctora la secuestra un grupo supersecreto cuando se disponía a preparar unas verduritas para la cena y la meten en un helicóptero lleno hasta los topes de los más privilegiados cerebros de U.S.A., porque parece que una esfera se aproxima a nuestro planeta a una velocidad asombrosa y el punto de aterrizaje será, como no, el Central Park, en pleno Manhattan. Muy original todo.
Hay que reconocer que el aspecto visual está trabajado por Derrickson con la ayuda de la fotografía de
David Tattersall , ofreciendo una atmósfera sombría que rodea toda la historia; los efectos especiales son adecuados, sobresaliendo la recreación digitalizada de Gort, convertido en un cíclope.
Pero la dignidad del envoltorio no deja de empañarse cuando se deshace el lazo y uno se encuentra con que dentro del envoltorio no hay nada interesante.
El guión escrito por
David Scarpa falla estrepitosamente tanto por su falta de fuerza en las situaciones como por la carencia de una lógica interna que hilvane la trama.
Siguiendo el esqueleto de la narración ideada por
Edmund H. North , Scarpa añade elementos que enturbian el ritmo de la acción y ayudan a confundir. Se nos hurta una explicación plausible del origen de Klaatu, que por la escena inicial relatada da la impresión de ser un abducido, cuando no es así, tanto como la identidad de Gort, rebajando su importancia perfectamente delimitada en el original.
Lo que en 1951 era una visita de cortesía para advertir a la humanidad del peligro inminente de autodestrucción por el uso de la fuerza atómica, se reconvierte en una especie de advenimiento de un nuevo diluvio que pretenderá salvar al globo terráqueo y a todas sus especies, menos una, precisamente la que lo está destrozando. El mensaje queda confuso por poco identificado; su carácter ecológico es débil, apenas insinuado. La profusión de escenas de acción, nada destacables, lo minimiza.
El protagonista, Klaatu, alberga dentro de sí las mayores contradicciones. Si en la película original su apariencia humana le proveía las limitaciones lógicas, en la presente, después de resultar herido, demuestra unos poderes sobrenaturales que chocan en la lógica interna del personaje: resultará que una mínima porción de su envoltorio extraído (una amalgama biónica semejante a una placenta -dice la Dra., al examinarle, herido-) que la protagonista se guarda en un potecito, tendrá virtudes curativas inconcebibles, capaces de conseguir la resurrección de un policía; además, Klatu será quien, haciendo gala de unas dotes mentales sobresalientes, dirigirá el curso de la huida, hasta encontrarse en ¡un McDonalds! con un congénere de apariencia asiática a quien recrimina no haber remitido ningún informe en setenta años.
Esa escena, ilógica e innecesaria, remite a la inicial, con el impagable error que el actor que interpreta al "residente en la Tierra" no tiene las facciones de Keanu Reeves, siquiera avejentado, como hubiera sido más lógico, enlazando con el inicio y dando a entender que esa civilización estelar lleva tiempo observando a los humanos. Es el "residente" quien asegura que los humanos somos complejos y que merecemos una oportunidad, mientras Klaatu asegura que, visto lo visto, no hay alternativa a la extinción. El "residente", por amor a los humanos, declara preferir extinguirse con nosotros a volver a su planeta.
La trama varía respecto a la original en un ocultismo que contraría la importancia de los medios de comunicación: el pueblo llano en la original era consciente de la visita de los extraterrestres, motivando que unos mostraran confianza y otros desagrado y miedo a lo desconocido. En la presente, la Administración, representada por la Secretaria de Defensa de los U.S.A. (
Kathy Bates, que gran actriz con tan mala suerte), se cuida de intervenir para ocultar a la sociedad la realidad de los hechos que afrontarán de forma bélica que deviene en infructuosa. (No deja de ser curioso que en el cine U.S.A., no hay piedad en dejar a sus gobernantes como verdaderos inútiles: algo es algo.)
Lo que en la original era un apunte a la superación de los peores instintos humanos al someterse voluntariamente a un ente artificial -Gort como ejemplo- cuya teoría, apenas apuntada, podría debatirse con mayor profundidad en una revisión de la trama, por su carácter atentatorio al libre albedrío y su inclinación a un autoritarismo no deseado, queda en agua de borrajas diluida en una cinta en la que prima la acción sobre el mensaje, resultando salvífica para la humanidad la visión de madre e hijo adoptivo reconciliándose sentimentalmente en el último momento de pánico, cuya sensiblería fácil acaba por modificar la decisión tomada por Klaatu, quedando en nada.
De este modo, el interrogante abierto final de la predecesora, que somete la cuestión a la humanidad avisada de su conducta, se empaña, se oculta, dando la sensación, semejante a la
última película de Mr. Night Shyalaman , que todo ha sido fortuito, y que ya ha pasado.
A la flaqueza del guión, deslavazado, se unen las paupérrimas interpretaciones del terceto protagonista: Keanu Reeves sigue emocionalmente ausente; su falta de expresividad, que podría ser conveniente a un personaje no humano y carente de los sentimientos que nos son propios, queda en una mera caricatura, dando la sensación de ausente de la supuesta autoridad moral o ética de quien dispone en su mano el destino de la humanidad como especie; por su parte, Jennifer Connelly pone cara de susto y de no entender nada; y el que remata la función es el niño Smith (aunque quizás su actuación sea la más sincera) como niño realmente malcriado, insolente metomentodo, insufrible; sólo viendo al niño como guardián del futuro del planeta, ya dan ganas de extinguirlo.
Nada queda, pues, de las líneas maestras del inmarcesible original: no existe más que pánico desinformado, acción, alboroto, siquiera un pelín de suspense, ni comunicación clara de un mensaje subliminal que nos advierta de lo mal que cuidamos el planeta, apenas pronunciado en cuatro frases precipitadas.
Queda en la mente y la memoria del cinéfilo la ineludible comparación con el precedente y la sensación que la falta de ideas nuevas en la industria cinematográfica promueve esta moda geométricamente progresiva de ofrecer nuevas versiones de clásicos amañadas como simples cintas de acción, que, en el caso de temáticas próximas a la ciencia ficción, resultan turbadoramente pervertidoras del trasfondo primigenio del género: tratar problemas de hoy bajo la apariencia de un futuro lejano. Son esos productos actuales meros espectáculos circenses con red, sin riesgo ni valor, buscando una taquilla palomitera que engrose las arcas de la industria y sus cómplices. Una pena.
Apoyo la moción al cien por cien. Supongo que será un remake en la línea de las estupideces en las que suele participar Keanu Reeves. Aún recuerdo "Reacción en cadena" (bodrio entre bodrios del que probablemente me ocupe en mi sección correspondiente) en la que Reeves escapa de los efectos de una explosión nuclear escondiéndose... ¡¡¡¡tras un tronco!!!!
ResponEliminaSaludos.
Lo del Keanu viene a ser como una fijación, 39escalones. Me sorprende que, con su evidentísima falta de recursos, todavía protagonice nada.
ResponEliminaEsta, si alguna vez la ves en dvd de alquiler, seguro que irá a tu famosa sección de cabeza.
Saludos.
hola Josep yo lo sabia en el fondo sabemos que esas opeliculas no seran buenas y la verdad QUE ACTOR "PRINCIPAL" patetico, te compadezco yo no hubiera ido directamente.
ResponEliminaBienvenido, "candelabros" :
ResponEliminaEs cierto que me lo temía, pero como sólo tengo un cine cerca de casa, pues...
Por otra parte, la pequeña porción de optimismo siempre consigue que uno caiga de bruces de vez en cuando... :-)
Saludos.
La película como comentan muchos por aquí, no es gran cosa,aunque viendo el trailer, lo cierto es que no me esperaba gran cosa tampoco de la actuación y de la películaen general de Keanu Reeves.
ResponEliminaAunque las películas de este tipo guardan casi todas un hilo conductor y común, lo cierto es que puede pasar más o menos desapercibida.
www.elseguromedico.es
Ya veo, compa Josep, que te despachas bien "despachao"; nada, por cierto, que no merezca el deleznable producto que sometes a este justísimo tercer grado. Ya ves a qué punto llegará la cosa que hasta los críticos butaqueros -por lo general, una "cuadra" bastante dispersa y discordante en cuanto a gustos y valoraciones- hemos coincidido plenamente: una auténtica m... Y conste que yo iba a ver la del ratón Pérez (y se había jodido la copia...).
ResponEliminaUn fuerte abrazo.
Impresionante el relevamiento de antecedentes de la peli. Mis respetos
ResponEliminaTe explico: en estos momentos estoy escribiendo la crónica de la película, que publicaré, si Ono no lo impide, en un par de días. De repente, he recordado que en algún comment anterior habías avisado de que ibas a ver este pedazo de mojón llamado, por desgracia, "Ultimátum a la Tierra". Y me he pasado a ver qué tal. Veo que no te ha decepcionado. Te tengo que dar la razón en todo, excepto que, en tu magna generosidad, no eres todo lo sanguinario que deberías. Así que, si no te importa, yo sigo con lo mío, y aprovecho pa-saludar. Un abrazo.
ResponEliminaBienvenido, "seguros..."
ResponEliminaEs verdad que últimamente las películas se parecen demasiado unas a las otras y que ésta puede pasar desapercibida; lo malo es que sea un "remake" totalmente innecesario.
Saludos.
Eso sí que es mala suerte, Manuel: ver ésta en vez de otra...
ResponEliminaNo me extraña la coincidencia general: quizá sea la única virtud de la película, la de conseguir que a todos nos desagrade el experimento...
Un abrazo.
Bienvenido, "alquiler..." y gracias por la visita y el elogio.
ResponEliminaSaludos.
Siendo así, Marcbranches, espero con fruición leer tu reseña, que seguro será más ácida que la mía.
ResponElimina¡Sang i fetge! :-)
Un abrazo.
"Esto es el acabose". Yo le oía decir esa frase a alguien de mi familia allá por tiempos remotos, cuando había verdaderos "Ultimatum a la Tierra".
ResponElimina¿Sabes lo que te digo, Josep?..que ya mehabía propuesto pasar de ver esa peliculilla acabada de estrenar.
Y que naturalmente hay que aconsejar ver la peli original. Esa sí que está buena.
Un abrazote.
Ya veo, Antonio, que tu sagacidad (y oportunidad de elegir) me supera, de lo cual me alegro, pues te ahorras que, a la saalida, lola te dé la vara... :-)
ResponEliminaUn abrazo.
Bones Josep,
ResponEliminame he reído mucho leyendo tu comentario, te has quedado a gusto! la verdad es q sólo ver el tráiler pensé que había que huir de esta película como la peste...
bon nadal, una abraçada!
Bones, Marchelo: Celebro que por lo menos, esa película, de forma indirecta, te haya divertido.
ResponEliminaHaces bien en escarmentar en cabeza ajena -la mía- y librarte del trago.
Por cierto: no he leído tus últimas dos reseñas adrede, porque ambas las tengo encima de la mesa....
Una abraçada i Bon nadal.