John, James y para de contar
Hace justo una semana dediqué mi atención, apoyada por mis ilustres lectores / comentaristas, a un dueto de películas con una extraña circunstancia: existía un "remake", una revisión, que era mejor que el original.
Esa excepcionalidad, por desgracia, viene refrendada una y otra vez por la inveterada ineptitud de los guionistas (¿guionistas?) y directores que actualmente basan sus éxitos en una campaña mediática más que en el talento propio que se les debería suponer.
Desde que dirigió Top Gun, el hermanísimo Tony Scott me ha parecido siempre poco más que un hacedor de imágenes vertiginosas, un videoclipero (no busquen ese palabro inventado; busquen videoclip) recalcitrante, capaz de engatusar almas bienpensantes y poca cosa más.
Saber que iba a afrontar la revisión de una película conocida me puso los pelos de punta, porque, no me importa reconocerlo, dudo mucho que el Sr. Scott sea capaz de realizar ni media copia de un original con fuerza.
Meterse pues Scott a productor y director de Asalto al Tren Pelham 123 (The Taking of Pelham 123 , 2009) ha sido un nuevo error en la decadente industria cinematográfica hollywoodiense, que, huérfana en la mayoría de los casos de historias originales, persiste, cabezona, en masacrar obras anteriores.
La precedente, el original, no es una obra maestra, lo cual otorga una cierta ventaja al momento de plantearse una revisión; pero así como en el caso de la semana pasada esa ventaja se aprovecha, en la presente, es una demostración más de la inane capacidad cinematográfica de algunos concurrentes en el producto final.
Así, sabiendo de antemano las escasas luces de Tony Scott, no deja de sorprender la comprobación del declive de actores como John Travolta y Denzel Washington que, sin grandes trabajos en su ya larga trayectoria, en la ocasión perecen irremisiblemente tanto por la estúpida construcción de sus personajes como por el poco esfuerzo que ambos dedican a intentar levantar el vuelo.
Ryder (Travolta) es un tipo que ha estado en prisión, con una especie de esquizofrenia (más bien empanada mental) que le hace cometer actos sanguinarios de forma pareja a la de un fanático religioso. Se apropia con unos cómplices de los que nada sabremos, ignorados personajes pésimamente dibujados, a diferencia del original, de un tren suburbano, el Pelham 123 del ya conocido título.
Quiere la casualidad que en ese momento esté al control de vías Walter Garber (Denzel), un empleado del servicio que está proscrito en las catacumbas a causa de una sospecha de haber aceptado un soborno. Cuando empieza la acción, bien presentada por Scott (no sabe hacer otra cosa) Ryder entabla contacto con Garber y ya querrá tener siempre el mismo contertulio.
Ambos caracteres, que "chupan cámara" a placer, están dibujados de forma estereotipada y paupérrima; uno siente vergüenza ajena cuando en una escena, Ryder consigue arrancar de Garber una confesión de su fraude, como si el ascendente del delincuente fuera omnipotente sobre el desgraciado funcionario que le ha tocado bailar con la más fea.
Porque Ryder rechaza la intervención del mediador de la policía, Carmonetti (John Turturro ) que, comprobando la realidad de la situacion, parece ser el único con cerebro capaz de afrontar el desastre.
La petición de Ryder de una elevada suma a pagar por el Ayuntamiento de Nueva York fuerza la intervención del Alcalde (James Gandolfini) que, cosas de la vida, se halla desplazándose en el suburbano a un apunte de su agenda, ya que, según asegura, "con el metro llegamos antes".
Los gruesos trazos con que están dibujados ambos protagonistas chocan indefectiblemente con los personajes secundarios.
Saber que a Denzel Washington le encantó engordar para hacer su último papel, como si fuera necesaria esa transformación física, es un enigma para este comentarista.
Porque en realidad, esos dos protagonistas dan pena; mucha pena, porque en cuanto aparecen John Turturro y James Gandolfini en escena, son los pocos momentos en que la cinta alcanza cotas mínimas de interés. Uno, en su ignorancia, llegó a pensar que ambos actores secundarios, con la voraz idea de zamparse todas las escenas en que aparecen, se cuidaron de escribir por ellos mismos sus frases: son las únicas interesantes y con la fuerza necesaria para delinear un personaje. Dudo mucho que el ¿guionista? Brian Helgelhand haya tenido nada que ver, visto el desarrollo de toda la trama, conocida como es la original.
En definitiva, una revisión más que añadir al saco de inutilidades, salvo la introducción del personaje de Turturro y la mejora ostensible del personaje secundario del Alcalde, siendo la presencia de ambos actores secundarios lo único reseñable en favor de una cinta que pasará a engrosar, tiempo mediante, la interminable lista de despropósitos de la industria hollywoodiense de este siglo que vivimos.
Tráiler:
Pues vaya, compa Josep, ya veo que no te sumas al coro generalizado de parabienes que vengo recopilando alrededor de esta cinta (y que ya empezaba yo a sospechar si no estarían meando un pelín fuera de tiesto; ya veo que así era...). De Tony Scott, bueno, sus precedentes ya nos ponen sobre aviso; pero de las interpretaciones de Travolta y Washington (sobre todo, de este último; del primero, no tanto) sí que cabía esperar algo más consistente. Turturro y Gandolfini son dos monstruos: los pones tapados por una farola, fuera de plano, leyendo un folleto del Carrefour, y te hacen una composición actoral de un par. En fin...
ResponEliminaUn fuerte abrazo y buen fin de semana.
P.S. la pregunta del día (y lo siento por el topicazo): ¿y esas vacaciones...?
Te lo tienes bien empleado. Dale que te pego y siempre te topas con esos soplagaitas que sabes te van a tomar el pelo.
ResponEliminaMira que cuando dijiste que ibas a ver el un dos tres jódete otra vez, te iba a decir, buen consejo de amigo, que desistieras, que ibas a perder dos horas....confiaba en tu buen criterio, pero descuida que la próxima vez te avisaré con mi mejor voluntad.
Un abrazote.
Que te voy a contar, Manuel, que ya no sepas, acerca de mi opinión respecto a ciertos productos.
ResponEliminaTómala con prudencia, como siempre, pero, salvo que quieras constatar la certeza de lo que dices sobre esos dos ¿secundarios? ahórratela.
Mira lo que te digo: aun con un guión tan flojo, si el par de ¿secundarios? se hubiera ocupado de los protagónicos, seguramente el resultado final sería mucho más interesante.
Un abrazo.
p.d.: supongo que aprovecharé unos días de calma y holganza...
Ahí, ahí, Antonio, dale... :-)
ResponEliminaMe imaginaba la caña, te lo aseguro.
Digamos -solo digamos- que es mi granito de arena, mi contribución, a que "mi cine" siga en pie.
Claro que este fin de semana espero resarcirme con UP. Veremos...
Un abrazo.
¿Qué extrañas causas te hacen ir a ver estas películas, querido amigo? ¿La profesión? En ese caso dime de qué trabajas y evitaré ese oficio en otras vidas ¿El masoquismo? ¡Ay ladrón, ladrón...!.
ResponEliminaScott es malo de solemnidad, lo cual, no parece que le impida ganar una cantidad ingente de dinero por lo que hace.
¿Qué nos demuestra ésto? Pues que Tony podrá ser malo como cineasta, que lo es, pero que no es un pelo de tonto. Pues más allá de carecer de ínfulas artísticas, que seguro no las tiene, explota lo que sabe que funciona en el mediocre mundo intelectual en el que vive.
Lo de Travolta, debe ser algo parecido, pero con el agravante de que éste si que se tiene que creer buen actor.
En cuanto a Denzel, atenuemos su pena, imaginándonos que su participación en estas memeces, responde a cuestiones contractuales con el Estudio de turno.
Que tengas un buen verano, amigo.
Copio textual algún fragmento de la crítica que he leido esta mañana en la cartelera que sale los viernes en el periódico Levante:
ResponElimina"El cine norteamericano se dedida desde hace años a denigrar, en nuevas versiones, grandes o interesantes películas" y sigue...
Y a mi que me hacía ilusión ir a verla, recuerdo con agrado la de Sargent del que en la misma crítica se dice: "..un profesional sobrio, irónico, eficas y profundo...".
En fin
Una abraçada
Como causas, Raúl, ya las apunté a Antonio: entiendo casi como obligación dejarme caer en "mi cine" por lo menos dos veces al mes -salvo nefastas producciones adolescentes- porque, si lo cierran por falta de público, no sabría cómo asimilarlo.
ResponEliminaAdemás, en el caso, como obligación cinéfila, para constatar si el sexto sentido funciona: y sí.
Lo de la profesión, de locos: casi como la del periodista que engañaba a su madre asegurando qu tocaba el piano en un bar de putas.... para no entristecerla.... ;-)
Y te digo a ti en particular, que ésta demuestra no ser cierta la leyenda que asegura que las películas de Ridley las dirige Tony: se notaría mucho... ;-)
Por lo demás, aciertas en tu disección de Tony y de Travolta, sí señor.
Lo de Denzel me parece cada vez más un globo que se va desinflando, mira.
Buen agosto, Raúl.
Ya sabías, Alma, de mis dudas en ir o no a verla. Compruebo que tú has sido más sagaz que yo, escarmentando en cabeza ajena (la mía). Así que, saca provecho, y ve a ver otra, salvo que tengas predilección -comprensible- por los buenos trabajos de John y James.
ResponEliminaUna abraçada.
si, totalmente de acuerdo, estas tipicas peliculas yankees, con estos actores ya desgastados realmente aburren...
ResponEliminaAlberto Q.
ResponEliminawww.lacoctelera.com/traslaspuertas
Matizo algunas cosas:
Está claro que no es una maravilla y que Tony Scott se maneja siempre en la estética videoclip que tú mencionas, Josep. Sin embargo, la película, para mi gusto, da lo que ofrece: ENTRETENIMIENTO.
No es una ganga ni un clásico ni una gran peli. Solo es un relax para el verano en pantalla grande con actores reconocidos.
No hay que pedir mucho más para estas fechas (UP y alguna que otra joya más, aparte).
Mi crítica por si a alguien le apetece:
http://pasionporelcine.es/blog/critica-asalto-al-tren-pelham-123-adrenalina-y-accion-a-raudales-para-una-tarde-veraniega/
Saludos!!
Me viene muy bien tu opinión por aquello de saber a qué atenerme llegada la ocasión, pero creo que no se me habría ocurrido ir a verla aún cuando fuera solo por "el Travolta" que ya de por sí me echa "patrás".
ResponEliminaUn beso, Josep.
Leí tu crítica, Alberto, y me pareció digna de tu bonhomía, pero yo no puedo admitir que, tratándose de una revisión que mejor calificaría como refrito, se les perdone ni a Scott ni a esos dos supuestos astros de la pantalla un resultado tan inane como el que han dado.
ResponEliminaTampoco la original es un clásico ni una maravilla, pero al menos, no es tan tonta en su planteamiento. Si entretener es sinónimo de tomadura de pelo, mal va el cine. entretener es lo que pretendía Wilder según confesión propia, y está a años luz de la presente.
Y creo que, como consumidor que ha pagado su entrada, tengo todo el derecho del mundo a exigir que se esfuercen un poquito más. Y que se estrene en verano no es excusa para nada, porque las distribuidoras estrenan las películas cuando les da la gana, si es que les da. Porque, según mis noticias, Río Helado sigue pendiente, por ejemplo. Vergüenza debería darles.
Saludos.
Ya sabes, Susy, que lo que por aquí lees tan sólo es una opinión de aficionado: si coincidimos en otras, dudo que en esta se produzca falta de sintonía.
ResponEliminaBesos.