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dilluns, 20 de juliol del 2009

Yo también estuve allí




Cumplir años es una cuestión que tiene, como muchas, ventajas y desventajas. En ocasiones uno se lamenta por el inexorable paso del tiempo, pero también hay días en los que se percibe un cierto goce por los momentos vividos.

Hoy, es uno de esos días.

Hace ya cuarenta años ¡cuarenta! ¡cómo pasa el tiempo! que, hallándome en vacaciones escolares, es decir, en plena holganza después del curso escolar, o sea, con todo el tiempo del mundo por delante, solicité permiso a mis padres para ver la televisión a altas horas de la madrugada.

Tú mismo, fue la respuesta: nosotros no vamos a despertarte, así que ya sabes.

El viejo despertador de cuerda y muelles, con dos timbres escandalosos, resonó traqueteando la mesilla de noche y me levanté como un resorte, impulsado por mi curiosidad. En la habitación de al lado dormía mi abuela Dolors, entonces ya con 79 años a cuestas, en su enorme cama de una altura inimaginable; encima de la antigua y robusta cómoda tenía un televisor pequeño, con dos antenas, marca Vanguard, creo, de un llamativo color rojo; pero la pantalla era sólo en blanco y negro.

Mi abuela apenas lo miraba, postrada la mayor parte del día en cama y dormía plácidamente. Ni se enteró. Prendí el aparato y, frotándome los ojos, después de una ansiosa espera, vi cómo un hombre pisaba la Luna.

Al día siguiente, mi abuela se resistía a creerlo.

Pero yo estuve allí: yo soy uno de los muchos millones que vio en directo una hazaña todavía no superada. Y no puedo olvidar la emoción que sentí.

Nueve años más tarde, en 1978, se presentó una película escrita y dirigida por Peter Hyams , en la que hacía eco de las nacientes teorías conspiracionistas que intentaban negar la realidad de lo que yo vi con mis ojos.

Capricornio Uno (Capricorn One, 1978) es una película realizada con escaso presupuesto en la que Hyams recoge por una parte la teoría de la falsedad de las imágenes que vi en la tele hace cuarenta años mientras por otra incide en una trama de trhiller fantástico. El presupuesto, como digo, no debió ser muy elevado, ya que los intérpretes en su casi totalidad pertenecían al mundo televisivo, procedentes de series muy conocidas, actores de segunda fila en el cine.

La trama gira alrededor de una expedición de astronautas que se proponen plantar la huella humana en el planeta Marte, pero por circunstancias ajenas a la NASA -la c
onstatación de un fallo en el sistema para mantener con vida a los astronautas en el largo viaje- el director de la experiencia decide abortar la realidad y ofrecer al mundo una simulación escenificada.

Los astronautas, Brubaker (James Brolin), Peter (Sam Waterston) y John (O.J. Simpson) se verán compelidos, forzados, a aceptar su participación en el engaño, bajo la velada amenaza de la vida de sus familias.

Uno de los técnicos de la NASA se percata que los tiempos de transmisiones de los vídeos dan la apariencia de emitirse desde una corta distancia; se confía a un amigo, casualmente periodista, Caufield (Elliot Gould) y desaparece de repente. Caufield, movido por la curiosidad, iniciará por su cuenta una investigación para averiguar y entender lo que está pasando.

Hyams demuestra tener buen pulso para las escenas de acción que ocurrirán a partir de la segunda parte del metraje, algo más de dos horas excesivas, pero se pierde y demora en detalles que acaban por lastrar el ritmo de la función. La idea original es buena, pero la mayor parte de los diálogos no pasan de anodinos, salvando unas pocas escenas con fuerza.

Aun así, la película, apoyada en una muy buena banda sonora del maestro Jerry Goldsmith , consigue prender el interés del espectador, consciente en todo momento de lo que está ocurriendo; aun más, la información que se ofrece mejora en pasos por delante las pesquisas del periodista que sospecha algo no funciona como debiera. Esa virtud tan añeja en el cine y tan poco habitual hoy, permite la identificación con los héroes en dificultades y en todo momentos sabremos quiénes son los "buenos" y quienes son "los malos", amén de las motivaciones de éstos, aunque ése aspecto es quizás un tanto descuidado por Hyams, tanto como una lógica interna del relato que, revisado fríamente, presenta serias lagunas.

Es en definitiva una película intrascendente, casi un producto de serie B o, por la época, directamente producido para la televisión -con mayores medios, eso sí- pero que, ¡oh sorpresa! aparece en IMDb como anunciada para el año que viene en una revisión que podría ser interesante si se estrenara hoy mismo.

Una cinta de acción que en manos más firmes y expertas quizás hubiera sido más impactante, abundando en aspectos dejados de lado; las escenas de acción, como he indicado son interesantes, y la primera hora, mostrando una ficción de cómo puede ser en la realidad el centro de comunicaciones de la NASA en Houston, mantiene la atención, al presentar el interrogante que sustenta la trama ¿Y después, qué?

A fuer de sincero, no me hubiera detenido en comentar esta sencilla película (que puede resultar con sus defectos más interesante que algún producto de este siglo) si no fuera por la fecha en que nos hallamos.

El recuerdo de lo vivido no queda ni mucho menos empalidecido (tampoco es su intención) por esa pieza, que, digo, entretiene. Y ya es bastante.

Para los que deseen saber más acerca de la historia, pueden acudir a los siguientes enlaces:

La Exploración de la Luna

Las paranoias conspiranoicas al respecto

Y, para quienes además de cinéfilos sean aficionados a la fotografía, un enlace muy curioso que se refiere a la cámara Hasselblad, con toda seguridad, como decía la publicidad de la época: "Si fuera un coche, sería un Rolls Royce".

Sólo pensar que en el suelo lunar aguardan una docena de cámaras Hasselblad, ya dan ganas de ir a recogerlas: me quedaría una, y con la subasta de las otras once, seguro que me jubilaba ipso facto.

Trailer





16 comentaris :

  1. Pues yo no estaba... Estos días he oído hablar bastante de esta película, pero no la he visto. La cuestión es que tanto comentario, incluso de sus defectos, me llama a verla. O eso, o a Los Lunnis...
    Saludos.

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  2. Ni siquiera tenía referencia de la peli, compa Josep (de Hyams creo que sólo he visto 2010..., una peli digna, pero menor -más o menos, en el nivel de ésta, a tenor de lo que apuntas-, y que supongo que habrás visto también), pero sabiendo, como sabes, de mi fascinación por el asunto, no te quepa duda de que haré un esfuerzo (no sé si grande o pequeño) para echarle ojo y contar.

    Un fuerte abrazo y buena semana.

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  3. Lo de los Lunnis, 39escalones, define una edad... ;-)

    La película por lo menos es curiosa, pero hay que verla con ojos del 78, eso sí.

    Saludos.

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  4. Pues mira, Manuel: me pillas en falso, porque esa de 2010 no la he visto.

    Esta, como digo, es meramente entretenida, de sábado por la tarde, para entendernos. Pero la forma en que se presentan los avatares en la primera parte es interesante para un "lunático" como tú y yo... :-)

    Un abrazo.

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  5. Así que eras un chiquejo amigo Josep¡. Le contaba a Manolo Márquez, que cuando se daba el primer paso en la Luna, yo dejaba para siempre mi casa natal....También se trataba de un gran paso ¿o no?
    Si te digo la verdad este "acontecimiento histórico" me pareció siempre sobrevalorado. Habíamos vivido el asesinato de Kennedy, la Crisis de los Misiles, la Revolución de Cuba.....No se, al día de hoy sigo pensando que no fué un "gran paso para la Humanidad", de hecho creo que hemos retrocedido.
    Un abrazote.

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  6. Y yo también estaba allí, en casa del único vecino que tenía televisión, por supuesto en blanco y negro. Emocionados y creyentes.

    Ví la película también, la recuerdo precisamente por el tema que trata pero no recuerdo bien la impresión que me causó.

    Una abraçada tan grossa com la lluna plena

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  7. A decir verdad, Antonio, lo del gran paso etc. me da igual.

    A mí lo que me emocionó y me emociona es el viaje; llegar a un sitio donde nadie ha estado jamás debe ser una sensación única. siempre me dió pena Aldrin, porque fue el segundo en pisar la Luna. Y no te digo Collins, el pobre, ahí arriba, esperando que volvieran: yo no podría hacerlo: el día antes, le parto la pierna a uno, como sin querer... ;-)

    Un abrazo.

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  8. Supongo, Alma, que el vecino estaría orgullosísimo de su tele; seguro que la emoción, compartida con más gente, hizo inolvidable el momento.

    La película en su momento resultaba atractiva y ha envejecido bastante bien, sin ser nada del otro mundo.. ;-)

    Una abraçada.

    p.d.: el 22, eclipsi de lluna...

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  9. Me hiciste acordar de las culpas que me autoimpongo cada tanto por no haber visto el cometa Halley cuando tuve la oportunidad. Ahora tengo que esperar a cumplir poco más de ochenta años.
    Hay posibilidades que no hay que dejar pasar, estuviste bien ese día Josep.
    Te mando un gran abrazo.

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  10. 1 año, 1 mes y 3 días...
    No es una condena (o sí) es el tiempo de vida con el que el evento me pilló... como para acordarme de algo.
    Abrazos.

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  11. Das en el clavo, Faraway; a día de hoy, haberme perdido esa ocasión, me daría muchas ganas de lamentarme, porque como dices, estas cosas no hay que dejarlas pasar.

    Un abrazo.

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  12. No es una condena, Raúl: es un inicio de un tiempo que puede que te permita ver la llegada del hombre a Marte y yo, seguramente, ya no estaré, por mucho que el ínclito Bush (padre) asegurara en su día que en 2010 así sería...

    Como dice la canción, "Hay un tiempo para cada cosa".

    Te veo venir: no me preguntes qué canción, que no lo sé...

    ;-)

    Un abrazo.

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  13. Yo no estuve ahi, pero me puedo imaginar que sensacion mas rara seria verlo.

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  14. Yo no diría rara; pero sí que uno, a pesar de su juventud, era consciente de estar presenciando un momento histórico, y eso siempre deja huella.

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  15. Yo también estuve allí, en camisón, sentada medio dormida sobre las piernas de mi padre mientras mis hermanos, ya mayores, picaban y bebían de una bandeja que mi madre preparó para la ocasión.

    La película a la que aludes la desconocía por completo.

    Besos.

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  16. Si lo viste medio dormida, Susy, seguro que te pareció un sueño, igual que al resto...

    La película es curiosa y puede verse, partiendo de una situación poco exigente.

    Besos.

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