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dimecres, 10 de febrer del 2010

El discutible encanto de la cocina francesa




Nuestro país vecino, Francia, se ha destacado en opinión de quien firma por un manejo inigualable de la mercadotecnia: vende como nadie sus productos: sus vinos, sus quesos y su cocina; y su torre Eiffel, claro.

Tengo para mí que algo tendrá que ver en la producción y exasperante publicidad que ha rodeado una peliculita que gira constantemente alrededor del mito de la famosa "cuisinne" como si en España no tuviéramos -que los tenemos- los mejores cocineros del mundo que, claro, aprovechan los mejores vinos y quesos del orbe entero. Cuestión de gustos, como siempre.

Pero la ñoña Nora Ephron, que se atrevió nada más y nada menos que a plagiar clásicos del cine inmarcesible para cimentar una fama desmedida a todas luces, se apuntó al carro acelerado por periodistas imberbes y ahítos de perritos calientes que descubrieron gracias a una bloguera copiona de ideas que, al parecer, en Francia la cocina era excelente.

La bloguera en cuestión, una tal Julie Powell, se dedicó, para salir de las penas que le daba su laburo como telefonista oyente -que no escuchante- de las víctimas del 11-S, a pergeñar -es un decir- un blog en e
l que narraba las vivencias de una aficionada a la cocina siguiendo las instrucciones de una americana desplazada en la Francia de hace medio siglo, que, a su vez, aburrida, se dedicó a recolectar recetas y presentarlas al pueblo estadounidense, tan carente de cultura culinaria, obteniendo remarcable éxito hasta convertirse en una celebridad televisiva, una especie de Arguiñano femenino que respondía al nombre de Julia Child

El éxito de Julie fue tal que incluso se publicó un libro con su hazaña de recrear todo un clásico estadounidense de la cocina francesa y de ahí a que la señora Ephron decidiera que justamente ella era la
indicada para escribir un guión cinematográfico, solo hay un paso: la ignorancia es muy atrevida. Una ignorancia que no es total y absoluta, ya que el invento, titulado como no puede ser de otra forma Julie & Julia, consiguió recabar el auxilio y participación de ilustres nombres en lo que hace a intérpretes.

Nada más y nada menos que Meryl Streep y Amy Adams que acababan, como quien dice, de triunfar con La Duda, acompañadas por el siempre eficacísimo Stanley Tucci (al que habremos que dedicar una mención aparte algún día) como sufrido y enamorado esposo.

La película, orquestada por Nora Ephron mediante un montaje en paralelo que representa dos épocas muy distintas, no pasa de ser una comedia endeble en el planteamiento y brillante en su ejecución por los intérpretes que consiguen ejecutar su trabajo sin despeinarse lo más mínimo -sobre todo Tucci- ya que no hay en todo el guión ni una sola escena -ni diálogo, por supuesto- que pueda revestir dificultad alguna para los nombrados, que por momentos parecen un tanto perdidos entre el marasmo publicitario de la gran cocina francesa y las inocuas sensaciones agónicas de la bloguera que debe enfrentarse a problemas tan arduos como puede ser cocinar un par de carroñeras langostas que a buen seguro tienen mucho a envidiar a las que se pueden degustar en Menorca, en su famosísima caldereta.

En mi condición de bloguero, apenas empezada la película, pensé que iba a poder identificarme con una de las protagonistas: pero no.

Y como amante de la buena cocina, el personaje de Julia Child está poco menos que caricaturizado: Meryl Streep parece que ha tomado un vaso de vino de más en todo momento y pese a que su caracterización es notable, al punto de aparecer más alta que Tucci (lo cual es pura ficción), lo cierto es que la nominación que ha recibido Meryl como mejor actriz para la próxima ceremonia de los Oscar más parece un desagravio por la estupidez de ignorar su excelente trabajo del año anterior que otra cosa, ya que evidentemente la comedia no es su plato fuerte y siguiendo el símil culinario podríamos decir que este soufflé le ha salido alicaído.

Vista en versión original, no pensé detenerme un momento en contar mis sensaciones, pero la reciente nominación me ha impulsado a dejar plantado, blanco sobre negro, el aviso para incautos que quizá todavía no se hayan decidido: esta película es una nueva muestra de la escasa entidad cinematográfica de su directora que se pierde almibarando historietas sin profundidad cuando evidentemente en la realidad podría hallarse una carga dramática muchísimo más interesante, no en vano la verdadera Julia Child poco menos que abominó de la idea de la bloguera Julie Powell que consiguió una fama que aventuro efímera en base a un libro escrito hace tanto tiempo por una divulgadora culinaria de cierto renombre entre los estadounidenses, siempre faltos de buenos cocineros como José Ramón Andrés

Y además, ni siquiera los seguidores acérrimos del blog y subsiguiente película tendrán idea de cómo cocinar una buena paella.

Vídeo



16 comentaris :

  1. La vi recientemente por obligación "profesional" y me pareció una de las cosas más almibaradas, ñoñas y ridículas jamás filmadas. Y doblada al castellano todavía parece más estúpida. Pese a lo cual, decenas de integristas del "cine de entretenimiento-sentimentaloide" pidieron mi cabeza por sacrílego, condena que, de enterarse del tenor de tu texto, me temo, harán extensible a algunas partes de tu anatomía.
    Saludos.

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  2. Ésta es una de esas películas en las que las imágenes promocionales dan fe de su (escasa) valía. A veces los trailers inducen al error, dando sensación de calidad, incluso de magnificencia de un producto que en realidad no la tiene. Pero en este caso uno ve el anuncio de la peli y, no sé porqué narices, acierta a adivinar que lo que le pretenden vender no vale dos reales.
    Que me esperen sentado.

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  3. La he visto por casualidad y comparto tu opinión sobre la misma en su totalidad. No la recomendaré a nadia. Es más, cuando se ha mencionado he manifestado "no ir, no verla, ni tan siquiera por equivocación".
    Desde el blog de Susy te he descubierto y eso de mirar el DNI de la madre me ha hecho sentirme identificada. Hago lo mismo.
    :))

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  4. ¡Ya, coño, qué casualidad, Josep!..No te lo puedo asegurar al cien por cien, porque si bien retuve la tarjeta de visita, no se a ciencia cierta dónde demonios puede estar. Lo cierto es que cuando estuvimos en Washington salimos una noche a cenar a un restaurante que no encontrábamos de ninguna de las maneras, porque nos hicimos un lío. Nos dirigimos al portero de un local en inglés, que si sabía dónde estaba el local tal. El chico, adivinando nuestra nacionalidad nos respondió en perfecto español. Aquí tienen un restaurante muchísimo mejor.
    Le hicimos caso y con mi cara dura habitual enseguida establecimos relación con la camarera que nos servía. Lo cierto es que por alguna razón que se me escapa conseguimos llamar la atención del dueño que salió y departió con nosotros un buen rato. Naturalmente regamos la comida con un buen rioja y el hombre nos prometió una comida especial si volvíamos al día siguiente. Desgraciadamente no pudimos y tuvimos que ir a otro donde ocurrió una anécdota que ya te contaré, porque ahora no quiero alargarme.

    Bueno, respecto a la película, yo no la he visto, pero Lola sí la vió y le pareció un tanto ñoña y la Merryl le pareció sobreactuada. A mí se me quitaron las ganas de verla y ahora leyendote ya le eché el finiquitado.
    Un abrazote.

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  5. Estoy seguro, Alfredo, de dos cosas:

    Que doblada al castellano debe ser ruin.

    Que, por suerte, no cuento entre mis lectores con esa clase de integristas que te persiguen, por lo que me siento a salvo... a menos que te chives, claro.... :-)

    Ahora solo falta que le den a la Meryl el Oscar, para acabar de arreglar una temporada, la de 2009, que, contra toda previsión, fue peor que la anterior..

    Saludos.

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  6. No tuve la precaución, Raúl, de indagar antes de meterme en ese berenjenal: atraído por la presencia de los intérpretes, la decepción fue rotunda...

    Saludos.

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  7. Bienvenida, Camy:

    Me alegra que coincidamos: no es para recomendar su visión, efectivamente.

    Muy interesante tu blog..

    Saludos.

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  8. ¡No me digas, Antonio, que estuviste comiendo y platicando con José Andres! Eres la releche, tío...

    Hiciste bien en seguir el consejo de Lola: puedes ahorrártela tranquilamente: quizás para una siestecita sabatina...

    Un abrazo.

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  9. Entre lo que cuentas y lo que leo, entre lo de que no me gusta cocinar ni ganas tengo de aprender, y más, pues que casi no la veré, a menos que mi madre me oblgigue a acompañarla que capaz es.

    Una abraçada

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  10. Si no te gusta la cocina, Alma, mejor buscas una amiga de tu madre para que la acompañe y le pagas la entrada. Hazme caso.

    Una abraçada.

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  11. Es excelente, me encanta la cocina, y cocinar platos ricos ! :D Me gusta sorprender !

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  12. Oye,aficionado a mucho y experto en nada.Te he dejado una nota en el Blog de "39",pero por si acaso no la ves te cuento.Me vi el otro día ¡HATARI!,me encantó a pesar que hacía mogollón de años que no la veía.
    En el momento que oí la música ,se me puso la carne de gallina.
    Saludicos.

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  13. Francamente: no le veo la excelencia por parte alguna; ni siquiera se puede aprovechar una receta, así que...

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  14. Bienvenida, Carmen "anónimo" a esta cibercasa.

    Me alegro que hayas disfrutado con esa pieza que tengo pendiente de darle un repasito... ;-)

    Saludos.

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  15. No debe estar tan mal la peli, compa Josep; si hasta has logrado concitar la tentación de Tentaciones Femeninas, leches, no sé de que te quejas... Y no, no la he visto, y, tras leer tu reseña, me da que tardará, si es que llega...

    Un fuerte abrazo y buen día.

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  16. Ya puedes reirte, Manuel, ya.... :-)

    Esto es una plaga... :-)

    Harás bien de no moverte de casa por verla, vaya. Sé que has visto algun cosa interesante últimamente, pero ni quiero saber nada para llegar fresco....

    Un abrazo.

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