Mordisquitos
Los cinéfilos veteranos que recuerdan las sesiones dobles en los cines de mediado el siglo pasado vieron muchísimas películas producidas por la británica Hammer en las que la figura del Conde Drácula era el protagonista absoluto: la productora, especializada en lo que luego se vino a conocer como "cine gótico", ofreció en la década de los sesenta y primeros de los setenta del siglo XX historias de licántropos y vampiros que mantenían legiones de aficionados al cine de terror.
El director y actor francés de origen polaco Roman Polanski había obtenido cierta notoriedad por dos películas rodadas a mediados de los sesenta, Repulsion (1964) y Cul-de-sac (1965) y sorprendió a propios y extraños decidiendo escribir con su habitual colaborador Gérard Brach una trama basada en las historias de vampiros tan habituales de la época, pero desde una visión totalmente diferente.
La película, que en España se tituló El Baile de los Vampiros, como traducción literal de uno de sus títulos comerciales, en origen se presentó (y se ha recuperado luego) como The Fearless Vampire Killers que, siguiendo una moda de la época, mantenía una especie de segundo título adicional, como se puede leer en el poster adjunto: Or: pardon me, but your teeth are in My Neck (Perdone, pero sus dientes están en mi cuello)
Rodada con elevado presupuesto en comparación a las de su género homólogo británico, Polanski recrea una Transilvania típica con pueblerinos atemorizados, un Conde vampiro, y un aguerrido Profesor Abronsius (Jack MacGowran, ofreciendo una vis cómica muy poco habitual en él) que se traslada a aquellas míticas tierras en busca de la constatación de su teoría relativa a la existencia de vampiros, cuya tesis le ha provisto de calificativos denigrantes por parte de sus colegas universitarios que le tachan de loco.
Acompaña al Profesor su ayudante Alfred (Roman Polanski) que se quedará prendado de la belleza de la hija de su huésped Shagal (Alfie Bass) la joven pelirroja Sarah (Sharon Tate), objetivo declarado del Conde von Krolock (Iain Quarrier) que pretende ofrecerla como plato suculento a sus seguidores chupa sangres.
Polanski, autor del guión, tuvo el buen ojo de presentar una parodia del género de los colmillos afilados en un momento en que su presencia todavía era abundante en las salas de cine de sesión doble aunque ya empezaba su declive por agotamiento de la fórmula.
Dotada de un guión ligero que parece seguir los formulismos acostumbrados, dispone de los mismos en clave de humor aunque no llega a convertirse en una burla catártica, quizá porque la productora, que luego cercenó algunos pasajes, no se atrevió a hincar el diente -y nunca mejor dicho- a unas historias que disponían de miles de seguidores: fue sin embargo un buen anticipo a lo que luego ocurriría con la figura del monstruo de Frankenstein en otras manos más burlescas.
Repasada ahora, al cabo de tantos años, he perdido buena parte de la broma que suscitó en el momento de su estreno al contemplar una visión paródica y alejada de los prototipos usuales; no obstante, se comprueba que Polanski sabe rodar con mucha eficacia los diferentes episodios y lances de la trama, consiguiendo un entretenimiento ágil, con un ritmo que no decae, manteniendo el interés por lo que va a suceder a los héroes protagonistas, esos descabezados caza vampiros que se han metido en la boca del lobo sin pensarlo y sin apenas temor alguno.
La ambientación es muy buena y la forma de rodar de Polanski, en ocasiones casi de cámara subjetiva, moviéndose por los intrincados pasadizos del castillo de Krolock, resulta muy eficaz.
Quizá se le pueda achacar un error de reparto al adjudicarse el propio Polanski el personaje del ayudante, cuando en aquella época reinaba en la pantalla Peter Sellers que por su forma de enfrentar caracteres paródicos hubiera sin duda elevado mucho el resultado final; hay momentos hilarantes que remiten al cine clásico de comedia física y Sellers los hubiera bordado con más gracia y fortuna.
Aun así, la película se puede ver sin temor a aburrirse y permanece como un punto y aparte en la dilatada e interesante filmografía de Polanski en una pieza que fácilmente se puede incorporar en un grupo muy reducido de parodias que de diversos géneros se realizaron a finales de los sesenta del siglo pasado cuando directores inteligentes no tenían ningún reparo en reírse -a veces un poco, a veces un mucho- de productos que llenaban los cines hasta poco antes.
Vean, si les place, un aperitivo
Yo la ví en un cine de estreno de la Gran Via de Madrid, y como por aquel entonces estábamos muy influenciados por el "cine culto" o los tabernáculos del "arte y ensayo" nos pareció una broma pesada del polaco tras "Cuchillo en el agua" y sobretodo "Repulsión".
ResponEliminaCuando la volví a ver me pareció una gran película con un gran sentido del humor y excelentemente realizada.
Mira tú por donde, Josep, yo veo muy en su lugar al joven Polansky como ayudante del doctor Ambrosius. Da el tipo de chico inocentón. En eso trocito que pones es un poema cómo mira el pecho de la joven.
Los títulos de crédito están muy bien y el principio blanco, blanquísimo, es como el comienzo de un cuento.
Creo que hay que verla entera, porque me he reído con esa aldea de judíos.
Pena de Sharon Tate, que muy poco tiempo después cayera en manos de un verdadero vampiro.
Un abrazote.
La he visto más de dos veces. Me gustó la primera vez aunque luego preferí otras, humorísticas o no, sobre Drácula. Y es que confieso que me encanta tanto lo concreto como lo subliminal del "no muerto" en sus escarcéos, así como su barroquismo erótico y del otro.
ResponEliminabesos.
Pues fíjate que esta la tengo en la estantería y todavía no la he visto. Por lo que he leído creo que me la guardaré para una mañana de domingo, que me suelen apetecer cosas divertidas.
ResponEliminaUna cosa, Josep, has puesto mal el título. No es The FAIRLESS Vampire Killers, sino que es The FEARLESS Vampire Killers. Es una pijada, pero queda raro. (Espero que no te moleste la corrección).
Saludos y buena semana a todos
Es que, Antonio, con la fama que tenía Polanski, lo menos esperable de él era una película como ésta.
ResponEliminaNo digo que Polanski actúe muy mal, pero ¿te imaginas a Sellers como atontado ayudante? Hubiera sido un gran refuerzo y, además, Polanski se hubiera podido dedicar de pleno a dirigir.
Esos títulos estuve a punto de llevarlos a la mini-sección, pero mira, me puse a revisar la película y claro....
Un abrazo.
Supongo, Dosmilypico, que para los fans acérrimos de las películas de vampiros pueda parecer demasiado burlona, pero bien vale la pena disfrutarla con calma porque en ella están casi todos los conceptos totémicos del género.
ResponEliminaCreo que es perfecta para cualquier mañana de domingo lluviosa, Supercinexin: entretenida y divertida, se ve con agrado y no se hace pesada ni reiterativa, aun no siendo una gran pieza.
ResponEliminaPues muchas gracias por el aviso: enmendado el error, causado por mi paupérrimo conocimiento del inglés y las prisas, porque mira que errar en esto teniendo el poster al lado... tiene tela... jajaja.
Saludos.
Una de mis favoritas de siempre (le dediqué el correspondiente escalón en su día); me gusta especialmente la música, digna de película de terror sin parodias de por medio, y también el uso del color y la puesta en escena (esa nieve casi fosforescente en "las largas noches de muchos inviernos..."). Qué bueno encontrarla por aquí.
ResponEliminaSaludos.
Me gustó mucho esa peli, tenía para mí ese tipo de encantamiento que te envuelve en su contenido y su atmósfera.
ResponEliminaMe gustan las películas de vampiros y no alcanzo a saber la razón.
Un abrazo.
De lo que se desprende que de cualquier tema se puede hacer una parodía más o menos acertada o mostrar una visión irónica del mismo por muy serio que sea. En este caso para bien.
ResponEliminaUn abrazo
Pues fíjate que no la he visto, Josep. Y apetece, de vez en cuando, un plato así. Esas películas de la Hammer, con exuberantes mujeres, con Draculas como Dios manda... Se ha revisitado mucho el género, sin duda se han mejorado muchos aspectos, técnicos sobre todo, pero estas películas huelen a artesanía, y son de agradecer.
ResponEliminaGracias por la recomendación, Josep. Haré por verla en breve.
Pues a mi me pasó lo contrario que a Antonio, Josep, me pareció divertidísima la primera vez que la ví, pero cuando la volví a ver al cabo del tiempo había perdido bastante gracia, aunque sigue teniendo gags muy buenos y una cierta amoralidad muy saludable. Eran buenos momentos para Polanski, antes de vivir un infierno.
ResponEliminaBuen apunte,Alfredo, recordar esa música: se me olvidó y te lo agradezco; es cierto que las composiciones tienen un aire más serio que lo que vemos en pantalla y ayudan a crear la atmósfera; la ambientación, buenísima, tanto de exteriores como de los interiores del intrincado castillo.
ResponEliminaSaludos.
Las películas de vampiros, Susy, en mi opinión, tienen un clarísimo voltaje erótico todas ellas, algunas más explícitas que otras, y también un cierto halo de romanticismo prohibido por el peligro que comportan esas relaciones...
ResponEliminaBesos.
Parodiar es tema recurrente en muchas ocasiones, Alma, pero no siempre el parodiador tiene el bagaje de Polanski, que hila muy fino, aunque quizás sujeto por la todavía presente (casi boqueando) censura en las grandes producciones de finales de los sesenta.
ResponEliminaUna abraçada.
Supongo que te gustará, Gourmet, aunque puede que la halles un poco ligera de contenido; pero eso sí: Sharon está exuberante, sin duda alguna, y bien vale un mordisquito...
ResponEliminaQue la disfrutes sin prejuicios...
Saludos.
Coincidimos, Alicia: en el cine, hace años, me pareció divertidísima; ahora, me parece buena, pero no tanto, aunque bien merece un repasito porque sigue teniendo momentos buenos y bien vale la pena, ni que sea por pasar un rato muy agradable, cine bien hecho.
ResponEliminaSaludos.
Prejuicios ninguno, Josep. Ni siquiera los tengo para la saga de Crepúsculo (únicamente juicios negativos, jeje). ¿Mordisquitos? Los que se merecen las hermanas Collison en Twins of evil, o las tremendas Ingrid Pitt y Kate O'Mara en The Vampire Lovers. Ay, la inmortalidad...
ResponEliminaYo le tengo un recuerdo magnífico pero, quizá por ello, me da a mí que no soportaría un actual y exigente visionado. No sé.
ResponEliminaAyayayay, Gourmet, ya veo que tienes buen gusto, ya... un mordisquito por aquí, otro por allá... ayayayay, la Ingrid Pitt.... ayayayay.... ;-)
ResponEliminaÁnimo, Raúl: que no se diga que temes emborronar un buen recuerdo; todavía divierte y pasa en un suspiro.
ResponEliminaSaludos.
La recuerdo en una sesión continua de cine de barrio siendo una cria..y solo me viene la imagen final sorprendentemente sensual y sadiquilla.Siempre me pareció mucha Sharon para tan poco Roman..pero el talento es el talento ( el de él ) y claro no hay que pensar que ella solo era " cuerpo "...¡ trágico final, como de pelicula y los lios de él..tan exageradamente perseguidos ! De pelicula ya digo.
ResponEliminaOtra que me impresionó fue La semilla del Diablo, titulo que destripa el suspense de la historia...pero me salgo del tema vampiril ¡ perdón !,
Un saludo estremecido,,ja ja
Esa imagen final, Abril, es un continuará.... que redondea la parodia.
ResponEliminaLa relación de Sharon y Roman un poco tempestuosa según los ojos, pero bastante "libre" y "normal" en aquella época en que los hippies teorizaban sobre el sentido de la vida (antes de hacerse adultos y convertirse en directores de empresa, claro)
De la otra, con ese título traidor (culmen del despropósito y cima de la inutilidad de los traductores de títulos de películas de cine) hablaremos en otro momento....
Saludos.
Jo, la vi hace mucho, ya casi no la recuerdo.
ResponEliminaEl último Drácula que he visto fue el enemigo de Van Helsing y era una caricatura de lo que pudo ser Vlad Dracull.
Creo, Tesa, que bien vale un repasito.
ResponEliminaPrecisamente, en ésta la ironía y la parodia son voluntarias: que triste cuando, tratando de ser original, todo queda en un mal remedo...
Saludos.