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dilluns, 15 de setembre del 2008

La Segunda Primera



Stan tenía un tío que le apreciaba mucho. Tenía fe en el muchacho, a la sazón de 27 años de edad, con una mente lúcida y un bolsillo esquilmado por una aventura que siempre procuró mantener oculta. El chico, precoz, ya estaba casado en segundas nupcias, con una bailarina, Ruth, a la que amaba.

Stan tenía una idea. Pero necesitaba 40.000 dólares para empezar. En 1955, esa suma era una fortuna; pero el tío Morris apreciaba muchísimo a su sobrino predilecto y gozaba de una holgada situación económica gracias a su profesión de farmaceutico, así que le dio la pasta, el dinero.

Davy es un joven de 29 años, demasiado mayor ya para ganarse el sustento con lo único que sabe hacer: dar puñetazos y encajarlos; es un boxeador profesional; mejor dicho, lo era.

Unos pocos días después de su última pelea, Davy está en la estación de tren aguardando a que den la señal de partida al ferrocarril que le llevará de retorno a la granja que en Seattle tiene su tío, único pariente que le queda. De pie entre la gente que va y viene, Davy espera; aguarda la llegada de una chica con la que piensa iniciar una nueva vida.

La voz en off de Davy (así se inicia la película ideada por el joven Stan y patrocinada por Morris, el farmaceutico) nos lleva en sus recuerdos, en primer término, a la soledad de su cochambrosa habitación en la que veremos el espejo rodeado de fotos familiares, espejo donde el joven se mira in
terrogándose a sí mismo en silencio acerca de su pasado, su presente y su incierto futuro: es consciente que está acabado como boxeador.

En la ventana de enfrente, cabe el edificio colindante, Davy observa como la joven Gloria se arregla para salir. Coinciden en la calle y Vincent, que espera en su descapotable a Gloria, se muestra celoso, pensando que salen juntos de la misma portería. Gloria trabaja para Vincent como bailarina de alquiler en la típica sala de baile para solitarios sin pareja; Vincent la desea apasionadamente. Y calma sus celos obligando a la chica a ver en la televisión la retransmisión del combate de boxeo en el que Davy acabará derrotado.

Tratándose de la segunda película fruto de la pasión del joven Stan, uno no puede menos que sorprenderse por la excelente calidad de la fotografía en blanco y negro reluciente, casi con la marca del neorrealismo europeo, tanto como el uso de la cámara en el combate, con el original ángulo de la cámara subjetiva que nos ofrecerá la visión de Davy de la debacle y un montaje ulterior que refuerza las imágenes de forma sobresaliente. El joven Stan podía carecer de dinero, pero, desde luego, su tío Morris acertaba al creer en su talento.

La historia que sustentaba la película también era fruto de la enfebrecida mente de Stan, seguramente con la clara intención de ahorrarse gastos. Economía que se traslada también al rodaje en las calles de un Nueva York del año 1955 retratado desde lo alto d
e una escalera de mano, de una azotea enorme o de la parte trasera de una camioneta, siempre buscando el ahorro, rodando sin permisos municipales pero con mucho, mucho, talento, una imágenes que mantienen, como no, esa autenticidad que da la "cámara secreta" mientras sigue a la heroína en medio del tráfico rodado y los peatones sin rumbo fijo, ajenos todos al rodaje.

El ahorrativo Stan dirige, filma, ilumina y monta las escenas surgidas de su propia cabeza en la que ya apuntan ideas originales, conceptos visuales sencillos y detallistas, minuciosamente dotados de fuerza. El uso de la iluminación y de las sombras; los espejos que ofrecen la vista de dos minúsculas habitaciones a un tiempo, ventanas tan próximas que parece tengan la misma cortina, permiten a Davy observar como el rufianesco Vincent, rechazado por una ambigua Gloria, la maltrata; Davy se lanza escaleras arriba para entrar, azotea por en medio, al edificio contiguo, donde consolará a Gloria.

Son dos perdedores: él, boxeador noqueado y vencido por el inexorable paso del tiempo, piensa irse a la granja de su tío; ella, bailarina de alquiler, forzada por la necesidad, también vende su hastío vital para sobrevivir. En una escena semi-onírica, un flashback dentro de un flashback, donde veremos únicamente a una bailarina ejecutando una coreografía de ballet clásico en un sombrío escenario sin público (la bailarina, también por ahorrar y en parte por amor, es la propia esposa de Stan), la voz en off de Gloria nos contará las desventuras de su azarosa vida familiar y su determinación por salir adelante. Ambos son unos desarraigados que anhelan cambiar el curso de sus vidas.

Los celos endemoniados de Vincent y sus costumbres de rufián complicarán las cosas cuando la pareja pretende largarse de la metrópoli, dando un giro la narración que se adentra en el pesimismo del cine negro habitual de la época, demostrando Stan que conoce
los resortes de su cámara perfectamente en una persecución a campo abierto en las inmensas terrazas de los altos edificios, así como domina la acción básica en una lucha donde las armas pueden ser cualquier cosa, sin la típica coreografía preciosista pero con una brutalidad y un ánimo de herir al adversario perfectamente rodados, con una naturalidad asombrosa en gente no especialista en la materia, ofreciendo una rotundidad que sólo veremos en grandes películas donde la acción es un elemento más del todo y no su único fin.

Hasta hace muy poco desconocía esta "segunda primera película" y, aunque ci
ertamente está muy lejos de ser considerada como una gran película, su duración, apenas poco más de una hora, con una concisión muy encomiable -aunque probablemente fruto del afán ahorrativo- y un trabajo realmente sobresaliente de fotografía y montaje, otorgan a El Beso del Asesino (Killer's Kiss, 1955) un lugar importante en la cinematografía de su época.

El hecho que su director, el joven Stanley Kubrick dirigiera en los siguientes 44 años once películas más, algunas de gran renombre, ha representado sin duda un obstácu
lo para el mayor reconocimiento de esta película que su propio director consideraba como su ópera prima, habiendo destruido él mismo su anterior primer largometraje (del que parece hay alguna copia bien custodiada en algún museo). Muy recomendable su visión haciendo un ejercicio fácil de olvidarse de todos los nombres, buscando una ecuanimidad que permita disfrutar de ella, porque a buen seguro que, siendo otro su director, igualmente merecería el tiempo que se le ha de destinar por el cinéfilo consecuente.






12 comentaris :

  1. La primera película oficial de Kubrick es "Fear and Desire" y efectivamente se conservan algunas copias. Una de ellas en el NFT de Londres, donde yo pude verla en un ciclo del maestro hace muchíiiisimo tiempo. Tiene una duración parecida al de "El Beso del Asesino" unos 68 minutos. Kubrick consideraba esta película falta de rigor dramático y pretenciosa. La historia va de cuatro soldados perdidos tras las líneas enemigas que luchan en una guerra a la que el director no pone nombre. Cada uno de los soldados se pregunta por qué y para qué están luchando.
    Anterior a esa peli, Kubrick rodó dos cortos: "Day of the Figth" y "Flying Padre" que nunca he podido ver.
    Llevas razón en decir que "Killer's Kiss" es la verdadera "opera prima" del maestro. En ella ya podemos ver algunas de las genialidades del joven Stanley, que cuajarán más tarde en sus obras maestras.
    Se que tú no opinas así, pero "2001" encabeza mi lista.
    Un abrazote.

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  2. Lo bueno de no tener ni idea de cine es que disfruto muchísimo cuando os leo.

    Un beso, Miriam G.

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  3. Ya veo, Antonio, con envidia, sana, pero envidia al fin y al cabo, que eres un favorecido por la suerte, pues pocos pueden decir que hayan visionado esa película despreciada por su autor.

    Tengo noticias de ella, como no, a través de internet; y me parece una pena que no se halle al alcance de todos.

    Esta que comento fue un descubrimiento agradable; un aperitivo sustancioso.

    Las listas, ¡ay, las listas! están para discutirlas y que cada quien se haga la suya... no nos salgamos de tema... :-)

    Un abrazo.

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  4. Bienvenida ante todo, Miriam.

    Gracias por el piropo; encantado que pases un buen rato por aquí. Aunque lo de no tener ni idea me parece excesivo; lo único que hacemos es vertir opiniones subjetivas sin empacho, y nos equivocamos -o no- como el que más. Lo importante es divertirse y cambiar impresiones.

    ¡Muac! Saludos.

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  5. Alberto Q.
    www.lacoctelera.com/traslaspuertas

    No es lo mejor de Kubrick pero para ser la "primera" (o segunda oficial) está bastante bien.

    La escena de los maniquís es muy buena.

    Saludos!

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  6. Cierto, Alberto, que no es lo mejor de Kubrick, pero me ha impresionado ver ya algunas constantes en obra tan primeriza.
    Esa escena de los maniquíes me encanta porque me parece una lucha real, con sus torpezas tan verídicas; la gente normal, cuando pelea, no lo hace coreográficamente sino un poco "a lo bestia" sin miramientos..

    Saludos.

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  7. Vaya, qué casualidad, has ido a elegir la única película de Stanley que no he visto, así que no puedo añadir nada a lo ya comentado. Tan solo que ya tardo en agenciarme, de alguna u otra manera, una copia del filme (la he visto en DVD varias veces en el FNAC) y remendar este agujero. Saludos.

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  8. Josep, si al final de tant llegir-te acabaré sabent "algo" de cinema... no t'imagines la d'hores que em falten per conèixer aquests films que comentes ejej

    Salutacions!

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  9. Vaya, Marcbranches, esto sí que no me lo esperaba. Sí que tardas en verla, sí. No hallarás una obra maestra, desde luego, pero pasarás una buena hora de cine.
    Saludos.

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  10. Marchelo, em faràs tornar-me vermell de vergonya. Les hores que et manquen només es deuen a la teva joventut. I ni tan sols això: ja has vist a casa teva, que moltes que comentes jo no les he vist pas...
    Es una sort que anem descobrint pel·lícules gràcies a les experiències alienes.... ¿o no?

    Salutacions.

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  11. Vengo desde el futuro, porque sería un error el no comentar en esta entrada.
    Vi un ciclo de películas en blanco y negro de Stanley Kubrik, incluyendo esta.

    Fue un dinero magníficamente usado, se justificaba la confianza del tío.
    Como fue una gran idea que Gloria, haya sido interpretada por Ruth, la esposa de Kubrik, que era bailarina. Un hallazgo que sea un boxeador que pierda y no un ganador.

    Una memorable película.
    Saludos.

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    Respostes
    1. Muchas gracias, Demiurgo, por tomarte el interés de leer esta reseña añeja que sin embargo no ha perdido la actualidad gracias a que la película sigue siendo magnífica en todos los sentidos.
      Kubrick aprovechó todos los resortes a su disposición y ya sabrás que su esposa, además de ex-bailarina, ejercía de creadora de escenarios para ballets, lo cual significó también ayuda en la creación de las atmósferas tan particulares de algunas escenas.
      Un abrazo.

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