Secundarios de Lujo (3)
Nacida en Adelaida, ciudad sureña del continente austral bajo el magnífico signo de Acuario en el año 1897, la joven Frances Margaret Anderson se trasladó a los U.S.A. en el año 1918 para desarrollar allí su vocación de actriz, triunfando en los escenarios de Broadway con el nombre artístico de Judith Anderson
Como es natural, el advenimiento del cine sonoro produjo una migración de reconocidos intérpretes de las tablas hacia la industria cinematográfica.
De ese modo, ya en su segunda película la que luego fuera distinguida como Dame Judith Anderson brilló en las pantallas mundiales personificando a esa ama de llaves inolvidable en una película protagonizada nada más y nada menos que por Sir Laurence Olivier y aquella chica tan asustadiza, Joan Fontaine, logrando Judith hacerse con la memoria cinéfila gracias a la perfidia que destiló en manos de Sir Alfred Hitchcock. Su Mrs. Danvers, que más que robar las escenas casi que roba la película entera, ha pasado por derecho propio a la mitología cinéfila:
Rebecca (1940)
La prueba del talento de la Anderson la tenemos en su propia filmografía y en los personajes desarrollados, gracias a su talento; la hemos visto en Laura (1944) presentándose como una solitaria enamorada, y la vemos como severa tía y tutora en The Strange love of Martha Ivers (1946):
Años más tarde la veremos de esposa de Burl Ives (que tarde o temprano también aparecerá por aquí) sufriendo por su marido y por la desencajada prole que le ha dado en Cat on a Hot Tin Roof (1958):
Dame Judith Anderson, a la que correspondió ser en el cine una característica de verdadero lujo, nunca abandonó las tablas escénicas e incluso participó en el nuevo medio, la televisión: por su trabajo en Medea,(1959) , tragedia de Eurípides protagonizada por Judith en la televisión, cuando ésta todavía era en blanco y negro, ganó el premio Tony por su interpretación, quizá demasiado "teatral", culpa evidente del director.
Para que luego digan que no hay "papeles" buenos para las actrices. Sugerencia gratis para cineastas jóvenes (Ritchie) y no tan jóvenes (Scorsese): en lugar de rodar "remakes" estúpidos, hagan una nueva versión de Medea: seguro que habría cola de buenas y maduras actrices para interpretarla.
Con noventa años, Judith todavía tenía humor y ganas de actuar, de nuevo, para la tele:
Santa Bárbara (1987)
Una actriz estupenda, capaz de sobreponerse a la icónica imagen que pervive entre las llamas de Manderlay.
Excelente, Josep. Sólo pensar en esta mujer deslizándose como flotando por los corredores de Manderley es para echarse a temblar. Escalofríos, oye.
ResponEliminaEso sí, queda encasillada indefectiblemente para toda la eternidad.
Saludos.
Desde luego, 39escalones, el papel de la Danvers quedó para siempre. Sin duda, Sir Alfred tuvo mucho a ver en el perfil de esa ama de llaves tan peculiar...
ResponEliminaAunque ella después trabajó y obtuvo reconocimiento como la gran actriz que era.
Saludos.
Fascinó tantísimo en "Rebeca", que hiciera lo que hiciera después, las sombras de Manderley ocultarían cualquier otro papel que se atreviera a interpretar.
ResponEliminaNo recordaba su interpretación en "La Gata etc.." ¿te das cuenta? No la relacionaba en absoluto con esta película.
En efecto, la Medea está demasiado teatral. Como ya hemos dialogado anteriormente, el director tiene mucho que ver con el resultado de la interpretación de un actor.
Pásate un buen fin de semana. ¿Es ya tiempo para ese "platito"?...seguiremos hablando del asunto.
Un abrazote. Cuidate.
Siempre será la pérfida Mrs. Danvers, donde estuvo absolutamente genial. Que fuera capaz de hacer papeles tan distintos a ese como el que interpretó en La gata sobre el tejado de zinc ya dice mucho de su talento. Lo de la adaptación de Medea casi que va a ser que no, y es una lástima
ResponEliminaPrecisamente, Antonio, cuando pensé en Judith fue en parte para hacerle la justicia de recordar que "no tan solo" fue en la pantalla Mrs. Danvers.
ResponEliminaCuriosamente, y a la vista está su historial, después de Rebecca trabajó muchísimo y recibió casi todos sus galardones.
Por aquí em pieza a hacer fresquito... hablaremos, sí...
Un abrazo.
Desde luego, Alicia, su talento está a la vista en su filmografía y más en su actividad en las tablas.
ResponEliminaLo de Medea, debería ser una realidad y lo sería si Mankiewicz aún andara entre nosotros.
Parece que no hay directores con valor para afrentar textos así.
O quizás es que no hay público... no sé.
Saludos.