Yo tambien te quiero
Las relaciones entre ambos sexos han originado no pocas historias de distinto tipo: comedias, melodramas, tragedias, etcétera.
Ante la necesaria -y justa- igualdad de derechos, que en ocasiones pretende un igualitarismo con resultados sorprendentes, no hay más que mantener una cómoda charla para comprender que, por suerte o por desgracia, son bastantes las diferencias entre hombres y mujeres, más allá de las meramente físicas.
Quitemos hierro al asunto y en ejercicio de una complicidad masculina, relajemos nuestro ánimo y adornemos el rostro con una sonrisa, al ver un cortometraje rodado en México pero que, por la historia que cuenta, será seguramente aplaudido por varones de cualquier parte que asentirán con leve movimiento y guiño cómplice a un amigo.
Yo también te quiero (2005)
Se aceptan parabienes y collejas, sin importar el orden ni la cantidad... siempre que lleguen con una sonrisa.
¿La primera visita al Bloc? Si te ha gustado, 
Pues aquí, sin altavoces, compa Josep, me temo que va a ser que no (no merecería mucho la pena), pero te aseguro que ya le echaré una mirada en condiciones. Y ya te contaré...
ResponEliminaUn fuerte abrazo.
P.S. y disculpas por mi prolongadísima (y sólo en parte justificada) ausencia. Algo de tales justificaciones irá cayendo por mi blog en próximas fechas, espero...
Ja, ja, ja.....pero los casi diez minutos del corto. ¡No tiene desperdicio¡ El pobre tipo es un jilipoyas integral, pero ¿quién no lo ha sido alguna vez? En mi caso el competidor no se llamaba Ricardo, se llamaba Dick y era un negrata jamaiquino que me sobrepasaba dos palmos. La "amiga" era Verónica. Obviamente nunca pude llevármela al bote, por más intentos que hice, sobre todo cuando el h.p. de Dick le hacía una faena.
ResponEliminaY es que, aunque esto no sea políticamente correcto, la fórmula del éxito con las mujeres es ir al grano desde el principio. Me van a llover las críticas, pero la amistad entre hombre y mujer nothing de nothing.
Genial el final con los dos perritos.
Un abrazote y cuídate el fin de semana.
Me ha encantado el corto, que inevitablemente recuerda a Cuando Harry encontró a Sally. Cierto que nosotras somos de Venus y vosotros de Marte, pero precisamente eso forma parte del juego y tiene su encanto. Además, los amigos se quedan y los novios pasan.
ResponEliminaYa es mala suerte, Manuel, para mí y para los posibles lectores de este bloc, que por culpa de unos altavoces nos quedemos sin saber tu opinión.
ResponEliminaSi es por eso, me lo dices y te mando unos auriculares.
Un abrazo.
Me alegra, Antonio, que te haya divertido: pensé que un poco de humor no iría nada mal en este período post-vacacional.
ResponEliminaHay que reconocer que eres valiente, tío... :-)
Un abrazo.
Que voy a decirte, Alicia: que tienes razón en todo lo que dices; pero en todo, todo, todo... :-)
ResponEliminaMe alegra ver que como representante del género femenino, tomes de "buen rollo" el manifiesto de incompresión -por imposibilidad genética, quizás- que destila el bien humorado corto.
Saludos.
Lo mejor es tener muchísimas amigas y que ninguna sea demasiado importante. Uno no queda herido y por ley de probabilidades, alguna va a reclamarte tarde o temprano. Además las amigas tiene más amigas...
ResponEliminaBuenísimo el corto, Josep, me reí muchísimo.
Curiosa teoría, faraway; aunque me temo que la ley de probabilidades choca en muchas ocasiones con la ley de murphy para acabar pareciéndose a la ley de las estadísticas...
ResponEliminaCuando vi el corto, pensé que sería bueno reirse un rato, y me alegra haber acertado.
Saludos.
Claro, me olvidaba de la dichosa ley de Murphy.
ResponEliminaY un detalle que dejé pasar es que en realidad la estrategia todavía no me ha dado ningún fruto...
Ja, ja, ja, Faraway: veo que eres sincero, lo cual te honra... :-)
ResponEliminaUn abrazo.