TC (4) Compulsion
En ocasiones, los títulos de crédito, meras letras informativas de quienes colaboran en una película, se transforman en una especie de prólogo que sitúa al espectador en la temática que se va a desarrollar.
Esto ya lo vimos en la anterior entrada de esta sección; vamos ahora a dar un paseo en el tiempo y nos situamos en el año 1959.
Es importante recordar la fecha sobre todo para el joven cinéfilo que no recuerde que, en aquella década, el denominado código Hays estaba muy vigente y vigilante de las posibles infracciones que en el cine pudieran cometerse especialmente apuntando a cuestiones sexuales que la "gran mayoría", eufemismo tergiversador donde los haya, prohibía.
Atender con especial detenimiento las acciones y diálogos que se ofrecen en las primeras imágenes de la estupenda película Compulsion dirigida por Richard Fleischer creo que va a ser una sorpresa para quien no haya visto la película o quizás no recuerde muy bien su inicio:
Este comentarista no recuerda haber visto en películas de mediado el siglo pasado un diálogo tan cargado de conceptos sexuales entre dos varones.
Esta me falta, la apunto para no dejarla pasar. Me encanta el principio, desde luego.
ResponEliminaSaludos.
Si que resulta chocante para la fecha de producción.
ResponEliminaY aprovecho y me reitero, aunque mi comentario tenga poco que ver con el contenido de tu entrada: qué bien está Stockwell en esta película.
Seguro que te gustará, Alfredo, porque el guión es "de los de antes" y la dirección muy eficaz: ya desde ese inicio las cosas están bastante claras y el interés no decae.
ResponEliminaSaludos.
A veces, Raúl, la censura deja pasar diálogos como si no los hubieran entendido...
ResponEliminaEs cierto: Dean Stockwell realiza un gran trabajo; un tipo curioso, Stockwell, con una carrera abundante pero sin grandes momentos, exceptuando la presente y pocas más.
Saludos.
No conozco la peli, compa Josep, ni siquiera me suena su título; pero este comienzo (en el que, por más que lo pienso, no consigo detectar demasiada carga sexual en lo que son estrictamente los diálogos -en la secuencia, en general, sí; por cierto, me recuerda enormemente al arranque (y desarrollo) de La soga, otra en la que los dos protas, envueltos en una relación homosexual "cajoniana", juegan también con la misma idea del crimen perfecto, o superior-) es la mar de prometedor. Por supuesto que debe ser una propuesta muy digna de ver (y apuntada queda...).
ResponEliminaUn fuerte abrazo y buena semana.
Ten en cuenta una cosa, Josep, se contaba con la inteligencia del espectador. El director asumía que quien viera la peli sabía lo que ese había querido insinuar. Ese juego de ambivalencias fue usado por grandes directores de aquella época.
ResponEliminaYa te dije en tu anterior entrada lo mucho que me gustó esta peli y lo interesante que es. Si mal no recuerdo los tipos jugaban con las teorías de Nietzsche acerca de la superioridad intelectual y el desprecio hacia el escrúpulo moral de una acción.....Me da cierto miedo lo mucho que hoy se está volviendo a esa teoría equivocada y el calado que está teniendo entre la juventud.
Un abrazote.
Manuel, déjame que te refresque la memoria: haz click en el título de la película, por favor: verás que no hace daño y da bastante información.... :-)
ResponEliminaYo creo que ese diálogo expresa con bastante claridad una relación de sumisión muy emparentada con ciertas prácticas divulgadas por un tal Marqués de Sade... no sé si me explico... y no me parecen inocuas sexualmente, no...
Un abrazo.
p.d.: después de hacer click en Compulsión, dale, por favor, un vistazo a la entrada inmediata anterior....
Supongo que tienes razón, Antonio: antes el espectador era contemplado como sujeto inteligente, capaz de discurrir sobre las imágenes y diálogos que se le presentaban.
ResponEliminaSobre la película no me extiendo, porque ya lo hice, como le apunto a Manuel...
(No sé porque coloco enlaces, si nadie se los mira...)
Un abrazo.
Compa Josep, bien sabes que no suelo consultar los enlaces, salvo en algún caso muy excepcional (que, obviamente, no ha sido éste). Claro, he visto que la reseña de referencia era de noviembre de 2008: la prehistoria, en términos blogueriles, me temo (al menos, para mí...), entiendo que no la recordara. De todos modos, el video "yutubero" (y sabes que tampoco suelo pararme a verlos con detenimiento, también salvo excepciones), sí que lo he visto, de cabo a rabo, y con atención, y me he de reiterar en que lo sexual de los diálogos, si bien no te lo voy a negar, tampoco creo que adolezca de mucha explicitud, sino que más bien es sutilísimo (lo cual no creo que redunde en su demérito, sino más bien todo lo contrario...).
ResponEliminaUn fuerte abrazo y hasta pronto.
El juego del que domina y el que quiere ser dominado, del que seduce con la intelectualidad del mal y el que a toda costa quiere ser partícipe. Eso es lo que veo.
ResponEliminaEn todo caso, un comienzo de película excelente y elocuente
Una abraçada
Ya sé, Manuel, que vas escopeteado y a toda velocidad: el apunte era para que observaras que ya en noviembre de 2008 tuviste la gentileza de dejar rastro de tu visita, y que fijaras tu tiempo unos minutejos para disfrutar del "speech" de Orson, que seguro que te hará feliz.
ResponEliminaUn abrazo.
Ese juego de dominación, Alma, es un apunte clarísimo del núcleo de la relación entre ambos mequetrefes, de ahí que, como presentación, me parece remarcable.
ResponEliminaUna abraçada.
Después de ver el video no puedo por más que estar de acuerdo contigo Josep, la carga erótica a mí se me hace evidente, no sólo en los diálogos, sino también en los gestos, la desesperación de uno frente al posible abandono, y el goce del otro frente a ese sufrimiento.
ResponEliminaSon esas sutilezas, fruto de la censura, ese tener que leer entre líneas (usar el cerebro, vamos) lo que a veces echo de menos en muchas ocasiones en el cine actual.
Está bastante estudiada la relación entre asesinos en serie y psicópatas varios que actúan en pareja, el que manda y el que obedece, el que disfruta teniendo un testigo directo de la “genialidad” de su “obra”, y el que reverencia a este otro.
Y esas relaciones suelen tener mucho que ver con un componente sexual subliminal, al menos por parte de uno de ellos, que suele ser el “obediente”, de ahí que me parezca un acierto tu apreciación de la secuencia que nos traes.
Besos
Vivian: yo no lo hubiera escrito mejor.
ResponEliminaQué suerte tengo con mis comentaristas.
Muchas, muchas gracias.
Besos.
Mmmm.. Manuel no veía la carga sexual (yo sí). Y creo que por más que mi amigo diga que es porque ya lo sabíamos...en realidad es porque los guionistas también lo sabían y lo deslizan con esos diálogos y esa relación de dominado y dominador (que es lo que también ven en algún comentario) pero que queda claro por muchos otros detalles que se apuntan en la película.
ResponEliminaBuenas noches.
Así lo entendí desde que la ví; además, abunda en ello el que a pesar de su edad y condición de estudiantes, no dedican ni un minuto al género femenino, como si guionista y director quisieran dejar muy clara la relación entre ambos.
EliminaPor otra parte, la interpretación de ambos en sus gestos y forma de declamar los diálogos, no deja mucho espacio a la duda...
Buenas noches.